Ambiente

Utilización equilibrada de la tierra reduciría notablemente las emisiones globales

El uso de la tierra es ampliamente conocido como un factor importante detrás del cambio climático. Un nuevo documento proporciona una hoja de ruta ambiciosa para los cambios en el manejo forestal, la agricultura y la bioenergía para garantizar que los aumentos de temperatura global se mantengan por debajo del objetivo de calentamiento de 1.5°C.

Publicado en Nature Climate Change, el estudio explora medidas clave que pueden reducir a la mitad las emisiones del sector terrestre cada década desde 2020 hasta 2050. Partiendo de modelos climáticos, el estudio sugiere 24 prácticas que pueden proporcionar las mayores reducciones de emisiones y otros beneficios colaterales.

Los autores enfatizan el potencial de seis áreas de acción prioritarias:

(1) reducir la deforestación; (2) restaurar bosques y otros ecosistemas, particularmente en países tropicales; (3) mejorar el manejo forestal y la agrosilvicultura; (4) mejorar el secuestro de carbono del suelo en la agricultura; (5) reducir el desperdicio de alimentos de los consumidores y (6) hacer que una de cada cinco personas cambie a dietas bajas en carnes.

La implementación efectiva de todo esto podría ayudarnos a lograr un tercio de las reducciones de emisiones requeridas. Los cambios en el sector también pueden ofrecer otros beneficios, como mejorar la biodiversidad, mejorar la seguridad alimentaria, asegurar las fuentes de agua dulce, mejorar la calidad del aire y hacer que los ecosistemas sean más resistentes frente al cambio climático. Todo esto lo hace único en sus contribuciones para lograr los objetivos de sostenibilidad global.

Implementado adecuadamente, la hoja de ruta puede ayudar a lograr un sector terrestre neutral en carbono para 2040. Y aunque hoy el sector terrestre es responsable de 11 Gt de emisiones de CO2 al año, para 2050 puede convertirse en un sumidero neto, capturando 3 Gt de CO2 al año.

La participación de los Estados Unidos, la UE, Canadá, Brasil, Indonesia, Argentina y un puñado de otros países que contienen la mayoría de los bosques del mundo y son responsables de una gran parte de la producción agrícola sería crucial para lograr los resultados requeridos. Esto requeriría que los gobiernos de esos países implementen políticas intersectoriales sólidas y se comprometan a terminar con la deforestación y las prácticas agrícolas insostenibles.

También requeriría que los países que han acumulado importantes recursos y riqueza apoyen la preservación de los ecosistemas en lugares donde las personas aún luchan por sobrevivir. Sin embargo, la situación no siempre es tan simple, como lo demuestra el ejemplo de la iniciativa Yasuní-ITT con complejos solapamientos de intereses y perspectivas.

Los autores están preocupados por el lento ritmo de acción de los gobiernos. Deborah Lawrence, profesora de ciencias ambientales en la Universidad de Virginia y coautora de los comentarios del artículo, observa que "en este momento mejorar el uso de la tierra aún puede ofrecer muchos beneficios, incluida la estabilización climática. Pero cuanto más esperamos, más le pedimos que haga y más difícil se vuelve".

Los hallazgos del estudio coinciden con algunos de los informes especiales recientes del IPCC sobre el cambio climático y la tierra, lo que sugiere una necesidad urgente de repensar nuestras prácticas predominantes de uso de la tierra.

Stephanie Roe, científica ambiental de la Universidad de Virginia y autora principal del artículo, sigue siendo optimista sobre el futuro «porque tenemos todas las herramientas que necesitamos, así como también para aumentar la presión pública y la voluntad política para cambiar las cosas».

Fuente: EcoPortal.net