Política

Así matan el capitalismo y el Estado: los médicos de Gualjaina fueron "suicidados por el sistema"

Director

El 18 de enero fueron hallados sin vida los médicos Enrique Ugarteche y su esposa Nanci Carreto, de nacionalidad cubana. Sus cuerpos aparecieron a pocos kilómetros de Piedra Parada, muy cerca de Gualjaina, en Chubut. Ambos se suicidaron con un arma de fuego. El hecho fue difundido inicialmente por el profesor Hernán Díaz Varela, trabajador de la educación que trabajó en esa localidad como vicedirector y realizó un impecable análisis de la situación que atravesaban los dos profesionales de la salud en el pequeño pueblo en que se desempeñaban en condiciones límite; agravadas por la altamente crítica situación que atraviesan los trabajadores estatales en Chubut.

Díaz Varela remarca en su texto que "referir este hecho doblemente doloroso como "pacto suicida" -como lo hizo la prensa provincial y nacional hegemónica como el diario "Clarín"- es el equivalente a considerar al femicidio como "crimen pasional'", y agrega que "el periodismo vernáculo atrasa un par de décadas en el tratamiento de situaciones como ésta. No hubo rituales esotéricos ni eran delincuentes a punto de caer presos; sólo dos personas de bien que no hallaron ninguna salida a su situación existencial. Eran dos personas cuya subjetividad fue aniquilada por las políticas públicas de Salud de la provincia".

Oliver James describe en su libro The Selfish Capitalist que "la depresión es la enfermedad más tratada por el sistema público de Salud" en Gran Bretaña, y sostiene que "existe una correlación entre las tasas crecientes de desorden mental y la variante neoliberal del capitalismo". El estudio de James refuerza el análisis de Díaz Varela: el capitalismo en connivencia con el Estado neoliberal provoca depresión y -en numerosas situaciones límite- lleva a la muerte.

"En un contexto donde el gobierno provincial profundiza sus medidas de ajuste, propone un congelamiento de salarios y es indiferente a los reclamos de la ciudadanía, me sorprende el estridente silencio de los trabajadores de la Salud ante un hecho en el que claramente existe responsabilidad estatal. El suicidio, antes que una decisión individual, es un hecho social. En estos términos, en Chubut, todos los empleados públicxs podemos ser Enrique Ugarteche", señala con contundencia Díaz Varela.

El legendario escritor, director teatral y cineasta Antonin Artaud había escrito en su libro sobre Van Gogh que "un alienado es en realidad un hombre al que la sociedad se niega a escuchar y al que quiere impedir que exprese verdades insoportables".

Sin presumir de lecturas psicoanalíticas, el mensaje que Ugarteche y Carreto dejaron a la sociedad chubutense es inquietante y doloroso, y debe ser leído como una advertencia por todas y todos los ciudadanos sobre el futuro que les espera.

Los médicos "suicidados por la sociedad" dejaron en claro con su acto final que "el capitalismo es inherentemente disfuncional, y que el costo que pagamos para que parezca funcionar es en efecto alto. Los dos trabajadores de la salud atendían a una población desprotegida por Estado y abandonada por la empresas de salud privada, que no ven lucro posible en localidades como Gualjaina.

Detalles del suicidio

Díaz Varela refiere que en el vehículo de los médicos muertos se encontró una carta, cuyo contenido no fue hecho público. Se especular con la posibilidad de que en ese texto por ahora desconocido podrían revela los motivos fácticos de su determinación.

Enrique Ugarteche era médico del Hospital Rural de Gualjaina. Nanci Carretu, su esposa cubana también era médica, graduada en su país, y lo acompañó en esta dramática decisión.

Estaban construyendo una casa en el pueblo, pero debido al descalabro económico nacional como provincial no la habían podido concluir. Por otro lado, estaban siendo presionados por el Estado chubutense para que abandonen la vivienda oficial del Ministerio de Salud Pública que precisamente está destinada para los médicos del Hospital.

Los límites humanos

Se pregunta Díaz Varela: "Con 74 años de edad era el único médico del pueblo. ¿Hasta cuándo se puede trabajar como médico en un Hospital Rural en esas condiciones? Enrique nos dio la peor respuesta. Hasta la muerte".

"Era un hombre afable, de sonrisa amplia, pelo totalmente cano y ojos claros. Lo conocí hace unos diez años -él ya estaba en trabajando en el Hospital de Gualjaina- cuando estuve como vicedirector de la escuela secundaria del pueblo. En ese momento había tres médicos en el Hospital, y podía dedicarse aunque fuera parcialmente a hacer prevención. Pero desde 2015 estuvo solo. Único médico de Gualjaina, en guardia permanente, émulo de Giovanni Drogo, aquel personaje de novela de "El desierto de los tártaros" de Dino Buzzati. Una crónica de la desesperanza", describe lúcidamente Díaz Varela.

El primer retiro voluntario

Díaz Varela describie a la muerte de Enrique Ugarteche como "el primer retiro voluntario de la era Arcioni. Es parte de la "población sobrante" de la que un Estado insensible, violento y carente de empatía se quiere desprender, disfrazando esas decisiones como modernización, eficiencia y "reingeniería" administrativa".

"Cuando a principios de este siglo se suicidó el Dr. René Favaloro lo hizo precisamente porque estaba agobiado ante la falta de respuestas por parte de los funcionarios del gobierno de la Alianza. En aquel momento su fundación reclamaba una deuda por dos millones de dólares al PAMI, encabezado por Horacio Rodríguez Larreta, cuya asesora y mano derecha adentro del organismo era una joven de veintisiete años llamada María Eugenia Vidal. Nunca les importó", agrega.

"También fue motivo de cobertura nacional cuando en junio de 2019 un jubilado se suicidó disparándose en la cabeza en la sede del ANSeS (Administración Nacional de la Seguridad Social) en Mar del Plata, con registro en video de un testigo ocasional. Sus últimas palabras fueron "ya no aguanto más. No puedo seguir viviendo en esta situación". Y también dejó una carta, dirigida a la entonces gobernadora María Eugenia Vidal", completa Díaz Varela.

El tramo clave de la carta de Díaz Varela

Hernán Díaz Varela sintetiza la historia de Ugarteche y la pone en relación con la situación actual de la provincia de Chubut:

"Formado en Cuba para hacer prevención sanitaria, Enrique no pudo ponerla en práctica porque ¿cómo se trabaja preventivamente si el sistema público te deja en absoluta soledad, no te paga los salarios, pauperiza tu vida y además te obliga a ocuparte de la emergencia porque no hay recursos?

Cuando vivió en la isla caribeña, en la década del 80, Enrique era una persona que ayudaba a otras personas en el mejor sistema de salud de América. Tres décadas después, era un recurso humano en un sistema que pulveriza y aliena a las personas.

Enrique era un empleado público. Como yo. Como los que te atienden en cualquier oficina, como muchos que leen esto.

El día en que decidió ter minar con su vida él era el médico de guardia, el único del pueblo. No tenía salida. Los directores de área que no le garantizaron un espacio de Salud Mental que lo sostuviera, fueron los mismos que le exigían que dejara la vivienda oficial; funcionarios funcionales a un gobierno que ni siquiera cumple con sus obligaciones más básicas como el pago de salarios y jubilaciones en tiempo y forma, aportes de obra social, infraestructura y que ahora, sin siquiera ponerse colorado, propone un nuevo ajuste maquillado como "reestructuración del Estado".

"Todos podemos ser Ugarteche"

"Cuando en septiembre del año pasado las docentes Jorgelina Ruiz Díaz y María Cristina Aguilera fallecieron en un accidente de tránsito camino a Comodoro Rivadavia, de regreso de un plenario y movilización contra las políticas del gobierno provincial, la respuesta gremial fue contundente e inmediata. Al día siguiente hubo un masivo paro nacional docente convocado por CTERA (Central de Trabajadores de la Educación de la República Argentina) y se atribuyó con claridad la responsabilidad política de estas muertes al gobierno de Mariano Arcioni", dice Díaz Varela, para agregar que "en un contexto donde el gobierno provincial profundiza sus medidas de ajuste, propone un congelamiento de salarios y es indiferente a los reclamos de la ciudadanía, me sorprende el estridente silencio de los trabajadores de la Salud ante un hecho en el que claramente existe responsabilidad estatal" y que "el suicidio, antes que una decisión individual, es un hecho social. En estos términos, en Chubut, todxs lxs empleadxs públicxs podemos ser Enrique Ugarteche".
Aunque el neoliberalismo presume de una retórica anti-Estado, como señala Mark Fisher, lo cierto es que "en la práctica no se opone al Estado por sí, como lo demuestran los salvatajes bancarios" y considera que "el Estado fuerte del conservadurismo debe limitarse a las funciones militares y policiales y definirse contra el Estado de bienestar que -con sus subsidios y beneficios- supuestamente socava el sentido de responsabilidad en el individuo.

En Chubut se hace visible que los médicos Ugarteche y Carreto no tenían un lugar en la democracia restringida y caótica. Ajuste mediante, tampoco parecen tenerlo los trabajadores estatales ni los abandonados pacientes de los médicos suicidados.