Política

Coronavirus: el gobierno de Chubut debe suspender el pago de deuda y destinar más fondos al sistema de Salud

La pandemia del coronavirus avanza sobre el planeta y es improbable que la provincia pueda eludir sus consecuencias. Argentina y las provincias que la integran enfrenta a un enemigo silencioso que tiene como aliado al histórico desfinanciamiento en áreas esenciales de los Estados provinciales, que ahora deberán asumir un rol decisivo para preservar a la comunidad en conjunto y salvar las vidas de aquellos que sean afectado por el virus. La gran batalla sanitaria se dará en la trinchera de la Salud Pública. Para librarla con posibilidades de éxito, el Estado necesita todas las herramientas y recursos posibles. Es momento de preguntarse si Chubut no debe dejar de pagar la deuda y encontrar así una manera de utilizar esos fondos en el combate contra el coronavirus. La vida está por encima de la economía y de los acreedores.

Ante lo que ya se presenta como una ruptura de la economía mundial que impactará sobre Argentina y Chubut, la obtención y el manejo de la mayor cantidad de fondos posibles será la clave para intentar luchar con los mejores recursos humanos y tecnológicos frente a esta pandemia.

El COVID-19 impacta con víctimas crecientes en gran parte del mundo, y avanza sobre el conjunto de la población nacional y provincial. Aunque al cierre de este artículo Chubut no tiene todavía casos declarados, las medidas de aislamiento y contención son solamente la primera fase en el objetivo de minimizar las inevitables consecuencias.

Provincia en crisis vs. enemigo letal

Con más de 120 mil pobres contabilizados por el INDEC en Chubut - de los cuales 17 mil son indigentes y no tienen para comer- el panorama para enfrentar la pandemia se hace aún más complejo.

Además, se deben sumar 10 mil desempleados en la provincia y otros 11 mil sub-ocupados. Por otra parte, casi el 26% de la población económicamente activa trabaja en negro, y el 24% se encuentra en las mismas condiciones en las ciudades de Trelew y Rawson.

Este combo se convertirá en algo extremadamente explosivo si el Estado simplemente se limita a aplicar una estricta cuarentena para que los habitantes se queden en sus casas y así trata de mitigar los ineludibles efectos de la pandemia. Es relevante, pero no alcanza solamente con obligar a la gente a quedarse en sus casas. La propagación podrá disminuirse, pero el Estado necesita inexorablemente de todas las herramientas a su alcance para enfrentar al virus lo más sólidamente posible desde el sector de la Salud Pública.

La madre de las batallas contra el coronavirus no solamente se dará en el terreno del aislamiento social, que debería aplicarse irrestrictamente para todos por igual y sin contemplaciones -no solamente Tinelli infringió las normas, sino varios funcionarios como el prominero Cerdá-, sino que continuará esencialmente en las salas de terapia intensiva de la Salud Pública. Allí el Estado debe volcar todos sus recursos para que los trabajadores sanitarios puedan llevar adelante el combate cuerpo a cuerpo contra el coronavirus.

Desfinanciación de la Salud

Los datos oficiales de la provincia de Chubut impactan muy negativamente a la hora de analizar si el Estado, en particular a través del sistema de Salud Pública, se encuentra en condiciones para enfrentar efectivamente a la pandemia de coronavirus.

A favor se encuentra entre los ítems positivos la abnegada, arriesgada y constante labor de los empleados públicos que día a día enfrentan patologías y cuadros extremadamente graves en condiciones deplorables de insumos e infraestructuras.

Esas definiciones que se escuchan desde hace ya muchos años y que últimamente se profundizaron como un discurso constante toman una verdadera magnitud cuando se las cuantifica. Entonces se devela cuan "raquítico" se encuentra el sistema sanitario estatal, el único en condiciones de enfrentar con chances a la pandemia; mientras que el sector privado deberá acompañar con sus aportes o tendrá que el Estado tomar control del mismo hasta que concluya la pandemia.

A lo largo de los últimos ocho años, desde 2011 hasta 2018 -todavía no están publicados los datos finales de 2019- el gasto público de Chubut en Bienes y Servicios -sin contemplar los gastos salariales- estuvo casi siempre por debajo de la inflación. Solamente en 2017 la superó por apenas 1,2%. La caída en 2018 fue de un 25% respecto al año anterior.

Caída de inversiones sociales y expectativa por el DNU

Cuando se analiza lo acontecido con los fondos devengados para funcionamiento e insumos en el sector de la Salud se observa que el panorama es aún peor, ya que no hubo un solo año del período investigado en que esos gastos del Estado hayan superado al proceso inflacionario. Basta recordar que en 2018 cayeron el 27%.

Ante condiciones relativamente normales y sin una pandemia acercándose, prometiendo arrasar con todo lo que se encuentre a su paso, la Salud Pública estuvo desfinanciada por los últimos ocho años. Se hace difícil imaginar las consecuencias negativas que se podrían producir ante lo que está por venir.

El gobernador Mariano Arcioni sancionó esta semana, bajo la presión de los directores de los principales hospitales de Chubut, el DNU que decretó la Emergencia. Como consecuencia, deberá pagar los sueldos de todos los trabajadores de la Salud junto a los haberes del primer rango. Además, podrá modificar todas las partidas presupuestarias para atender la pandemia.

Por encima de esas medidas, resulta inimaginable que el sistema sanitario provincial se encuentre robusto y saneado para darle batalla al COVID-19. Todos, sin excepción, tenemos la expectativa de que esté realmente preparado para hacerlo en las próximas semanas; en la perspectivas que durante las dos primeras semanas de abril se podría alcanzar la punta más elevada de la curva de contagios.

Cuando se analizan los gastos del Estado provincial en la obra pública que aparece bajo la denominación presupuestaria de la Inversión Real Directa de todos los ámbitos estatales, se observa un panorama no tan desalentador. La inversión consiguió superar los efectos inflacionarios entre los años 2014, 2016 y 2017. Sin embargo, se produjo un derrumbe tremendo en 2018, ya que esos fondos se redujeron en el 94%.

Cuando se coloca la lupa específicamente sobre la obra pública del sector de la Salud, se detecta una inversión similar al conjunto, pero con niveles de retroceso brutal entre los años 2018 (-84%) y 2012 (-62,8%).

Subsistencia por sobre la economía

La economía aparece a punto de un quiebre en todo el mundo. En el caso de Chubut, el quiebre comenzó hace mucho tiempo como producto de una crisis financiera crónica que ya tiene en jaque el funcionamiento básico de la provincia desde hace al menos dos años.

El endeudamiento "odioso" de la provincia y los malos manejos políticos y económicos pusieron a Chubut al borde de un precipicio. En este escenario económico-financiero debe reacomodarse para enfrentar a la pandemia que se avecina.

A manera de anticipo -El Extremo Sur prepara un informe especial a partir de información nacional oficial sobre la escalada de la deuda provincial de Chubut que se publicará en los próximos días-, durante el tercer trimestre del año pasado el endeudamiento de Chubut llegó a los 53.388 millones de pesos. Solamente en un año aumentó en 12.129 millones de pesos, a pesar de haber pagado 8.565 millones en 9 meses del año pasado.

Los gastos de funcionamiento de todas las áreas del Estado provincial durante 2018 ascendieron a $1.752 millones y en obra pública invirtió apenas $1.157 millones. Específicamente al área de Salud se destinaron 793 millones de pesos para funcionamiento y 261 millones para obra pública; cifras a todas luces insuficientes.

En 2011 la Salud había absorbido 51,4% de todos los gastos solamente de funcionamiento del Estado provincial -sin sumarle la masa salarial-, pero en 2018 ese porcentaje decreció hasta el 45,3%. Resulta evidente que el gobierno dejó de priorizar al sector, por eso la inversión bajó casi seis puntos porcentuales en insumos y equipamiento.

En obra pública para Salud se destinó en 2011 un 14,7% de todos los fondos para ese rubro. En 2014 decreció al 8,4%, para luego subir a 22,6%; que es el pico más elevado de fondos para la construcción de infraestructura sanitaria.

Sí, es la deuda

Para quienes aseguran fervientemente que la deuda tomada por Chubut no es el problema central de la provincia, alcanza con hacer una mera comparación de los fondos utilizados por el Gobierno provincial para cancelar vencimientos de deuda hasta el tercer trimestre de 2019 como para que las discusiones quedan claramente saldadas. Además, son contundentes los datos antes citados en obra pública estatal y en los insuficientes gastos de funcionamiento que al neoliberalismo coloca en gasto público mientras busca constantemente reducirlos a su mínima expresión.

Solamente durante los primeros nueve meses de 2019 Chubut pagó $8.565 millones entre amortización ($5.462 millones) e intereses ($3.102 millones). Esa cantidad representa más del doble de los 2.900 millones destinados en 2018 para funcionamiento y obra pública en todas las áreas del Estado chubutense.

Lo que se avecina no es una discusión política sobre el destino de la caótica gestión de Mariano Arcioni sino la pandemia de coronavirus.

Los pagos de deuda efectuados por la gestión del actual gobernador representaron en nueve meses del año pasado un 188% más de los $2.964 millones que proyectó gastar en 2019 para el funcionamiento del Estado provincial y 713% más que los 1.053 millones de pesos presupuestados para insumos y funcionamiento de la Salud Pública chubutense.

Esas comparaciones constituyen datos insoslayables en detrimento de la sociedad, si se agrega que en 2020 el gobierno debe pagar $13.954 millones.

Con el coronavirus avanzando y prometiendo durísimas consecuencias, es hora de pensar y definir dónde deberían estar ahora las prioridades de la provincia.

¿Se elegirá la salud de los habitantes de Chubut o el cumplimiento con los bonistas acreedores de la deuda "odiosa" que se esfumó y no se tradujo en ninguna mejora para la calidad de vida de la comunidad?

La respuesta debería ser obvia, más allá de las argumentaciones que defienden el pago de la deuda y la supuesta imposibilidad legal para hacerse de esos fondos que surgen de riquezas petroleras que se transforman en regalías estatales, aduciendo temibles efectos. Las consecuencias económicas jamás podrán ser puestas en un pie de igual con el valor de la vida humana.

La guerra está planteada, el término no es una exageración y las definiciones de fondo siguen estando ausentes en Chubut. Mientras tanto #ArgentinaAplaude todas las noches por ahora sólo a los valiosos trabajadores de la salud y los que trabajan en medio de la pandemia; y la recomendación es #QuedateEnCasa.

Trabajadoras y trabajadores de la salud pública estarán en la primera línea de la lucha contra el COVID-19 en cada hospital de Chubut. Se verá con qué herramientas y recursos, con cuántos kits de detección, cuántos respiradores, cuántas camas de terapia intensiva disponibles. No alcanza con decir "que Dios nos ayude".