Política

Semana negra para Arcioni: los sueldos no aparecen, los funcionarios no funcionan y siguen los papelones

En las redes circula un chiste que remite al humor negro y atribuye la ausencia de casos de coronavirus en Chubut a la preexistente falta de dinero. Se sabe a estas alturas que la economía y el consumo han sido -y siguen siendo- grandes propagadores del COVID-19 que alteró la vida mundial desde que irrumpió el nombre desde Wuhan. Mariano Arcioni gobierna Chubut desde hace ya 29 meses, y la última semana fue la peor desde que asumió. Lo que viene no trae buenos augurios ni para el propio gobernador ni para los habitantes de esta provincia.

El viernes, por ejemplo, anunció que les depositaría 10 mil pesos a los jubilados del segundo rango y al final no les cumplió. Debió salir un funcionario de segunda línea a decirlo. Solo anticipó una parte del sueldo de febrero, entonces, a los empleados públicos que cobran hasta 65 mil pesos por mes.

Sin posibilidades de manifestaciones o protestas físicas, a los estatales solo les quedan algunos pocos medios de comunicación y las redes para expresar su malestar.

Su ansiedad por cobrar salarios atrasados va en paralelo con la furia contenida que proyectan reflejar el día en que finalmente se levante la cuarentena. Esa realidad en esta provincia podría tener lugar el lunes 13 de abril, siempre y cuando no se declare una extensión por la suma de casos de coronavirus. Si ello ocurre, sería una victoria pírrica para Arcioni.

Papelones de Massoni

El coronavirus se convirtió así en el mejor aliado del gobernador en su carrera por ganar tiempo, aunque en esta coyuntura tampoco lo ayuden mucho sus más directos colaboradores, habituados ya a acciones o declaraciones que solo generan conflictos, puertas adentro y hacia afuera.

El caso emblemático es el del ministro de Seguridad, Federico Massoni, quien encontró en hacer cumplir la cuarentena el "destino manifiesto" que tanto buscó

-eso parece a partir de sus afanes y su exhibición interminable- a lo largo de su vida política. El tema es que incurre en excesos permanentes; y ya tuvo que empezar a dar explicaciones.

El de los turistas que ingresaron subrepticiamente a la provincia y se alojaban en Playa Unión es un caso que no se cerró. Sobre todo, porque trascendió que tendría vinculación con un poderoso empresario del Valle que intercedió por su hija y yerno, quienes venían del exterior y debían cumplir el aislamiento en el porteño barrio de Belgrano, donde los denunciaron sus propios vecinos por no hacerlo. No estaban solos.

Eran casi una decena los que llegaron a principios de semana al aeropuerto de Trelew y circularon alegremente con la autorización firmada por Massoni, quien estalló cuando el tema se hizo público y cuestionó a los periodistas en general, como suele hacerlo en su ejercicio habitual de "matar" al mensajero. Luego debió pedir disculpas.

Apenas se conoció el caso los propios vecinos de Playa Unión -donde estaba recluida parte de la comitiva selecta-, hubo "escraches" esencialmente porque tampoco en ese lugar cumplían con el obligatorio encierro.

Luego de intentar subestimar el tema basándose en una supuesta "psicosis social", el funcionario terminaría reconociendo que efectivamente sus amigos "influyentes" habían violado la ley, y que por eso los "echaría". No dijo ni a dónde, ni cuándo.

Fue el último bochorno del ministro que había empezado con su inconsulta decisión de ordenar por número de documento quién podía comprar un día y quién otro en los supermercados.

La "rebelión" de Comodoro, Esquel, Sarmiento, Rada Tilly, Lago Puelo y otras localidades lo devolvió a la tierra. En el medio quedaron varias bravuconadas, como esa de que tendría con el intendente Juan Pablo Luque "una charla fuerte".

Ahora se le abrió otro frente con la mano dura de algunos policías que están ejerciendo violencia sobre ciudadanos que son sorprendidos infringiendo la cuarentena. Una cosa es demorarlos y otra humillarlos y hasta golpearlos. Hay denuncias en Comodoro que no prosperan solamente por la coyuntura, pero seguramente lo harán cuando pase este tiempo de excepción.

Cuestiones salariales

El otro que hizo trastabillar a Arcioni fue el ministro de Gobierno, el cordobés José María Grazzini, quien salió temprano el miércoles a decir que no se descartaba emitir bonos para pagar la deuda provincial; tanto en la administración pública como a proveedores.

Horas más tarde, el mandatario se apuró a desmentirlo. Fue tras haber recibido llamados desde Buenos Aires para recordarle que ese tema es materia del Congreso nacional.

Arcioni está desbordado de manera total porque se termina marzo sin que le haya pagado el mes de febrero a la mayoría de los empleados y jubilados provinciales. A esta altura no se descarta que recién en mayo termine de pagarles a los que más ganan.

Mientras tanto, él apela a la pandemia y cuenta que deriva recursos de un área para destinarlos a Salud cuando ya los que habían recibido partidas gastaron gran parte de las mismas. Educación es un caso. Los kits escolares pasaron a segundo plano. El tema es que ya se adquirieron, por lo que no puede destinarse esa plata para comprar barbijos y alcohol en gel.

Urgido por dar señales, Arcioni dispuso darle prioridad al pago de salarios atrasados de febrero al sector Salud y este fin de semana les depositaría a todos, Para hacerlo tuvo que lidiar con "lógicos" de escritorio que le decían que eso debía ocurrir con el sueldo de marzo, ya que en febrero no hubo emergencia sanitaria.