El país

Techint presiona con los despidos, lesiona la paz social y la salud pública

El grupo económico más poderoso echará a 1.450 empleados. Son empresarios "miserables", dijo el presidente Fernández, y les advirtió: "Muchachos, llegó la hora de ganar menos". El conglomerado factura 23.000 millones de dólares y la familia propietaria posee 8.000 millones. Capitalismo salvaje extremo en medio del coronavirus.

El primero de los poderes de facto que, en términos políticos, rompió la cuarentena, es el Grupo Techint. El anuncio de que despedirá a 1.450 trabajadores es una decisión política destinada a presionar al gobierno de la Nación en plena tragedia mundial por el coronavirus, por parte del conglomerado empresarial más poderoso de Argentina (aunque para pagar menos impuestos y maximizar ganancias tiene su sede en el principado de Luxemburgo y en las Antillas Holandesas, como se aclara más adelante).

"Miserables", les dijo el presidente Alberto Fernández a los empresarios, aunque sin nombrarlos, en un mensaje por Twitter este domingo a la mañana. Primero remitió a lo que él mismo expresara días antes en la videoconferencia con jefes de Estado y de Gobierno del G-20 (El Grupo de los 20, integrado por los países más poderosos del mundo empezando por Estados Unidos, China, Rusia, Alemania, Gran Bretaña, Canadá, Japón, etc. y otros de desarrollo intermedio de los diferentes continentes, incluidos tres latinoamericanos: México, Brasil y Argentina).

Allí el mandatario argentino proclamó el principio de que "nadie se salva solo", y propuso crear a nivel internacional un "fondo de emergencia humanitaria". (Crónica de la agencia de noticias Télam. Nota del 26/03/19).

Con ese antecedente, el tuit presidencial del domingo afirma: "Como dije en el G20, nadie se salva solo. Hay que ser solidario, ponerse en el lugar del otro y ayudarlo. Algunos miserables olvidan a quienes trabajan para ellos y en la crisis los despiden". Agregó que "a esos miserables les habló el Papa", y adjuntó el video de una entrevista virtual de Francisco, donde este dialoga en castellano con un periodista.

El cardenal argentino y actual jefe de la Iglesia Católica a nivel mundial dice allí: " El ‘sálvese quién pueda' no es la solución. Una empresa que despide para salvarse no es una solución. En este momento, más que despedir hay que acoger. Y hacer sentir que hay una sociedad solidaria. Son los grandes gestos que hacen falta ahora".

El periodista le replica: "Pero diciendo esto, a usted le pueden responder ‘Claro, usted no es el dirigente de una empresa, usted no sabe las penurias que voy a pasar ahora que la producción me ha desaparecido'". Y responde el Papa: "Sí, puede ser que no las sepa. Pero sé las penurias que va a pesar el empleado, el operario, la empleada, la operaria que vos vas a despedir". Allí concluye el fragmento de la entrevista reproducido por Fernández.

Pero el mensaje presidencial por Twitter finalizó con un posicionamiento trascendente, que a partir de ahora habrá que ver cómo se lleva a los hechos. Tras escribir que "a esos miserables les habló el Papa", el mandatario agregó: "Ahora les digo yo que no dejaré que lo hagan".

A última hora del domingo, en el mensaje donde anunció la prolongación de la cuarentena (ver nota aparte), el jefe del Estado siguió sin nombrar al grupo empresarial pero afirmó de manera nítida: "Voy a ser duro con los que despiden gente (...). De lo que se trata para muchos de esos empresarios es de ganar menos, no de perder plata. Bueno, muchachos: llegó la hora de ganar menos", remató Alberto en una frase que quizás con el tiempo sea muy recordada por haberla expresado en este contexto.

Estas reacciones públicas del presidente argentino, a quien por azar le toca dirigir los destinos del país en circunstancias dramáticas para el pueblo de la Nación y para todos los pueblos del mundo, en principio indica que el máximo representante de los poderes democráticos surgidos del voto ciudadano está dispuesto a sostener una pulseada política contra un conglomerado capitalista que amenaza a la paz social y, teniendo en cuenta las dramáticas situaciones actuales, también a la salud pública.

"El hombre más rico del país"

El Grupo Techint informa oficialmente en su presentación institucional por Internet que en 2018 tuvo una facturación anual de 23.490 millones de dólares, y que el personal se conformaba con 57.074 empleados de planta permanente en todos los países donde realiza actividad.

Las principales empresas del conglomerado son Tenaris, Ternium, Techint E&C, Tenova, Tecpetrol y Humanitas. (Acceso a la página web oficial del Grupo Techint). Desde allí se desprenden ramificaciones de compañías controladas o vinculadas mediante múltiples formatos jurídicos, que diversas fuentes de acceso público estiman en el número aproximado de 100.

Es decir que una parte de los negocios de Techint, referidos a la medicina, están en el norte de Italia (excepto Catania), incluida la región de Lombardía. En estos momentos deben ocuparse de atender la desesperante situación en el epicentro de la explosión trágica del coronavirus, dentro del país de donde proviene la familia inicialmente propietaria.

Es decir que una parte de los negocios de Techint, referidos a la medicina, está en la región de Lombardía, norte de Italia. En estos momentos debe ocuparse de atender la desesperante situación en el epicentro de la explosión trágica del coronavirus, dentro del país de donde proviene la familia inicialmente propietaria.

El director ejecutivo (en inglés CEO, Chief Executive Officer) del Grupo, Paolo Rocca, es el hombre más rico de Argentina y en 2018 tenía una fortuna personal de 4.700 millones de dólares, así señalada en el ranking que publica la revista Forbes, especializada en negocios y fortunas. (El dato se encuentra, solo como ejemplo, en el portal informativo I-Profesional. Nota del 13/09/18).

La sideral apropiación de capital es aún mayor si se incluyen a parientes del jefe del conglomerado. En 2019 Paolo Rocca y familia acumulaban 8.000 millones de dólares, según la misma fuente especializada. La edición local de dicha revista actualizó la información a mediados del año pasado. "Ranking: los 50 más ricos de Argentina", es el título del material periodístico. (Publicado en Forbes Argentina. Nota del 14/06/19).

El periodista Horacio Verbitsky, que en este como en tantos otros asuntos ha realizado investigaciones durante más de tres décadas, publicó en muchas ocasiones información reveladora. En una de ellas, hace nueve años, aclaró características del grupo empresarial y del ciudadano italiano que luego emigró a Argentina e inició lo que sería un emporio capitalista trasnacional.

(Cita de un artículo de Verbitsky): "El grupo fundado por el asesor siderúrgico de Benito Mussolini, el capitán de artillería Agostino Rocca, con capitales alemanes e italianos que fugaron de Europa luego de la Segunda Guerra Mundial, tiene sedes en Milán y en los paraísos fiscales de Luxemburgo y las Antillas Holandesas, para no pagar impuesto a las ganancias distribuidas. Desde allí controla un centenar de empresas en más de veinte países (...). Es una proeza de relaciones públicas y propaganda haber instalado que se trata de un grupo nacional, líder de la industria argentina". (Fragmento tomado de Página 12. Nota del 24/04/11).

Pura lógica capitalista

El anuncio del despido de trabajadores/as es un acto de violencia capitalista. Es decir, un ataque ofensiva de quien tiene una acumulación de capital tan enorme dentro del sistema económico local y trasnacional, que le permite ejercer ese poderío para defender sus intereses de afán infinito de lucro, alta tasa de ganancia, máximos márgenes de rentabilidad y constante reproducción del capital.

Nada personal, pura lógica de negocios. Capitalismo salvaje extremo en estado puro. Más que enojarse e indignarse moralmente, o además de ello, lo más productivo es luchar por un tipo de sociedad donde semejante acumulación de capital y poderío de empresarios privados no puedan existir. Y existiendo, que se construyan los contrapesos de poderes públicos que les impongan límites, en defensa de los intereses generales de la población.

En este caso, la decisión empresarial tiene una potencia suficiente como para producir grandes daños a una cierta cantidad de víctimas directas -las personas que serían echadas de su trabajo y sus familias-, y simultáneamente imponer su voluntad a las autoridades democráticas que gobiernan y a la sociedad toda.

Y lo hace nada menos que cuando el conjunto de la población está haciendo enormes esfuerzos y sacrificios para preservar la salud y la vida de cada una de las personas y de todas en general, o al menos de reducir los riesgos en todo lo posible.

La presión política de Techint para reafirmar, una vez más, la lógica capitalista en contra del bien común, constituye un ataque a la paz social y a la salud pública. Su accionar conlleva el peligro de desestabilizar el frágil consenso alcanzado por una abrumadora mayoría de la Nación argentina para respaldar en los hechos cotidianos las decisiones que adoptó el gobierno contra la amenaza del coronavirus.

El Grupo Techint es el primero que rompió la cuarentena en sentido político, porque amenaza el dificilísimo equilibrio que realizan, para tratar de frenar la propagación del virus, las personas comunes del pueblo en su ámbito privado, familiar y laboral; el Estado nacional más las provincias y municipios; y miles de comercios y empresas pequeñas y medianas que soportan los costos económicos del aislamiento social determinado por la emergencia sanitaria.

Frente al anuncio del despido de trabajadores/as, el presidente Fernández dijo "no permitiremos que lo hagan", y les avisó a los "muchachos" del poder empresarial que "llegó la hora de ganar menos (plata)". A los problemas terribles que afrontan el conjunto del país y sus autoridades públicas, ahora se agrega el desafío de frenar una nueva agresión del capitalismo salvaje extremo.

Fuente: Va Con Firma