Minería

El virus de la minería, el caso de los obreros en Cerro Vanguardia

Trabajadores y trabajadoras de distintos yacimientos de Santa Cruz denuncian irregularidades y falta de control empresario por el coronavirus. Un caso confirmado, certificados médicos vacíos y la lógica del dinero por encima de la salud.

El coronavirus, ese fantasma que acecha a todas las regiones del mundo y que definitivamente se convirtió en el principal tema de agenda en Argentina, ya está metido en la Patagonia. Y hasta se adentró en las profundidades de las minas. Una mujer de 39 años, trabajadora de la mina Cerro Vanguardia, es uno de los nueve casos confirmados como positivos (hasta el viernes 27 de marzo) en la provincia de Santa Cruz.

Ella, junto a aproximadamente 400 trabajadores y trabajadoras, han estado en contacto con colegas provenientes de países calificados como "zona de riesgo", sin que la empresa AngloGold Ashanti tomara ningún tipo de precaución o hiciera controles a quienes ingresan y egresan de los yacimientos. Las directivas del Gobierno nacional, que desde el 12 de marzo declaró la emergencia sanitaria por la pandemia del coronavirus COVID-19, no afectan a las empreas extractivas que operan en el Sur.

"Aun hoy, en plena cuarentena obligatoria, hay más de 700 trabajadores y trabajadoras que siguen cumpliendo sus turnos en los distintos yacimientos y muchos otros que están varados en la provincia sin poder regresar a sus casas", cuenta Javier Balcazar, delegado de base de Cerro Vanguardia. El panorama general es que "muchos que se fueron a sus casas, de distintas provincias, y no se les ha hecho ningún estudio ni seguimiento".

Trabajadores mineros arribando ayer a Esquel.

Balcazar habla de la preocupación que reina entre sus pares: "Aquí convivimos y trabajamos muchos obreros de distintas ciudades del país y de la provincia, por lo cual vemos que las mineras son un foco importante de posibilidad de propagación del virus debido a que cada 7, 14 o 20 días hay recambio de trabajadores que regresan a sus provincias o localidades".

"La empresa priorizó producir hasta último momento y no tomar medidas preventivas de aislamiento."

Presos de la mina

Cerro Vanguardia está ubicado en la meseta patagónica. El primer caso sospechoso de coronavirus apareció el mismo 12 de marzo, cuando un trabajador se presentó en el servicio médico del yacimiento porque sus compañeros advirtieron que había estado de viaje por "zonas de riesgo" (llegó desde Tailandia, con escala en Londres). De allí lo derivaron al hospital de Puerto San Julián, a 150 kilómetros del yacimiento.

Cuando llegó allí, no lo dejaron bajar de la ambulancia. Le hicieron algunas pruebas rutinarias, le miraron la garganta, le tomaron la temperatura y lo indagaron brevemente. Fue desestimado como caso sospechoso y regresó a la mina. Recién al otro día, se fue para su casa en Río Gallegos, a unos 400 kilómetros de Cerro Vanguardia.

"La compañera que dio positivo había estado en contacto con esta persona, al igual que todos los compañeros que compartieron ese turno, y recién el 18 fue puesta en cuarentena por orden médica, y el 24 se conoció el resultado positivo", explica Pablo Salazar, otro trabajador del yacimiento. Como la mujer afectada presentaba síntomas (dolor de garganta), fue la única a la que le realizaron estudios.

"La empresa priorizó producir hasta último momento y no tomar medidas preventivas de aislamiento", dice Salazar, uno de los referentes de la Agrupación 27 de Julio AOMA, que nuclea a trabajadores mineros de toda la provincia. Las bases sindicales vienen denunciando estas situaciones y alertando a la comunidad a través de comunicados por redes sociales.

La Minera Santa Cruz fue denunciada por sus trabajadores por repartir certificados de salud en blanco.

El rol de la jerarquía de la AOMA (Asociación Obrera Minera Argentina), señala Salazar, es bien distinto: "El dirigente máximo de la provincia, Javier Castro, sabía que se venía el decreto a partir de las cero horas del 20 de marzo y aun así se permitió que los compañeros que ingresaban al turno noche hasta las 7 de la mañana, hicieran su turno normal, siendo que ya estábamos sobre la cuarentena obligatoria. Al otro día estos compañeros quedaron presos de la situación que se daba por decreto nacional. No había colectivos ni medios de transporte. Quedaron dos días presos allá arriba".

AOMA Santa Cruz dilató el cese de las actividades, incluso una vez dictada la cuarentena obligatoria. Esta actitud se contradice incluso con la postura del secretario general del gremio a nivel nacional, Héctor Laplace, quien había exigido el 17 de marzo el "cierre de los yacimientos". Lo mismo sucede con los trabajadores y las trabajadoras, que siguen reclamando que les dejen irse a sus casas.

Certificados médicos al por mayor

Las "guardias mínimas" de personal que argumentan las empresas no se pueden corroborar. La información siempre es hermética en estos casos y solo a través de los controles viales de acceso a los yacimientos se podría confirmar cuántas personas entran y salen cotidianamente.

Las denuncias de falta de seguridad y vulneración de los derechos de les trabajadores se dan en Cerro Vanguardia, pero también en Cerro Negro (operado por Newmont), que hace "guardias mínimas" con 200 trabajadores por turno.

La minera Tritón, que pertenece a Pan American Silver, ofreció pagar jornadas triples a "voluntarios" que siguieran trabajando. Otro caso igualmente vergonzoso es el de la Minera Santa Cruz, denunciada por sus trabajadores por repartir certificados de salud en blanco, firmados por un profesional médico de la empresa con su matrícula.

Cítrica tuvo acceso a uno de esos certificados, que no son exhibidos para preservar la identidad del profesional. Allí se lee: "Se deja constancia de que el paciente _ _ _ _ _ de _ _ años, DNI _ _ _ ha sido evaluado acorde al protocolo sanitario COVID-19 (coronavirus) vigente y no presenta al momento criterios de riesgo de caso sospechoso". La intención era que el personal de la mina completara luego el certificado para evitar así demoras en los controles de sus desplazamientos. Ningún control sanitario real.

Salazar: "Se ha puesto en juego la seguridad de las personas, no solo de nuestros compañeros, sino de la sociedad toda. Estamos exigiendo que el sindicato exija que la empresa se haga cargo de los costos para hacer los test a esas personas. Eso lógicamente no está pasando. Imaginate, ¿dónde metés 400 personas en cuarentena si no es en sus propias casas? Nosotros tenemos compañeros que han llamado al hospital con síntomas de resfrío o gripe y solo le dijeron que si se agudizaba volvieran a llamar. O sea que se siguen desestimando posibles casos, lo que habla de la gravedad absoluta del sistema sanitario, por lo menos acá a nivel provincial".

"Acá es hermética la información. Conocemos este caso porque salió en los medios y el pueblo es chico."

La salud de los bolsillos empresarios

El caso positivo de la trabajadora de Cerro Vanguardia fue confirmado a Cítrica por un médico de la empresa AngloGold Ashanti que prefiere resguardar su nombre. Dice que hoy en día, en la mina, se realizan controles de rutina y "solo a las personas que presenten síntomas".

También intenta desligar a la empresa del foco de atención al sugerir que la trabajadora se contagió "fuera de la mina", sumando peso a una versión que circuló localmente que aseguraba que la mujer había viajado a Canadá con su supuesta pareja, también relacionada a la minera.

Esto fue desmentido hace unos días por la propia trabajadora en una entrevista que le hicieron en FM Tiempo de Puerto San Julián, donde también aclaró que luego de "bajar" de la mina al terminar su turno, se fue a su casa y días después comenzó a tener síntomas. Luego de llamar al 107, una neumonóloga se alertó y tomó cartas en el asunto para realizarle el hisopado.

"La medida concreta que debería haber hecho la empresa era hacer el hisopado masivo para todos los trabajadores que estuvieron desde antes y hasta el 13 con la primera persona sospechosa que fue desestimada entonces, más los compañeros de la mujer que dio positivo hace pocos días y los contactos que hayan tenido éstos con los amigos y familiares", dice Salazar.

Hasta el momento no han recibido respuesta alguna ni de la empresa ni de la conducción de AOMA a nivel provincial: "Acá es hermética la información. Conocemos este caso porque salió en los medios y el pueblo es chico".

El trabajador minero tiene claro que no se trata únicamente de una cuestión de salud: "Para las mineras somos mano de obra barata. Ellos pueden vender su producto a altos costos y con probabilidades de ascenso de la onza de oro por todo lo que está pasando. El mercado internacional se está inclinando a la compra de oro como refugio financiero estable a raíz de que las economías mundiales se desploman a pedazos".

El modelo extractivo también fue infectado por el coronavirus. Adivinar quiénes serán las prendas de sacrificio no es demasiado difícil.

Fuente: Revista Cítrica