Política

La suspensión del pago de deuda es inevitable, pero la crisis de Chubut exige medidas políticas más profundas

La palabra default se transformó en una de las más mencionadas durante la última semana en Chubut. Dejar de pagar la deuda en dólares es una necesidad imperiosa frente a la pandemia, ya sea por acuerdo con los tenedores de los bonos o por la activación de la cláusula de "fuerza mayor". Sin embargo, tal como se viene profundizando la crisis provincial ya no alcanzará con dejar de pagar la deuda para resolverla. Será imprescindible generar mayores ingresos sobre la base del cobro de mayores tributos a las grandes empresas, los terratenientes y las fortunas radicadas en Chubut. Si no se avanza en esa dirección, la crisis económica y sanitaria será devastadora.

La semana que concluyó puso en el centro de los debates la cuestión de la deuda chubutense y las alternativas existentes para diferir el pago al menos mientras persiste el estado de emergencia por la pandemia de Coronavirus.

El Extremo Sur publicó múltiples artículos sobre el tema. El economista Alejandro López Mieres manifestó a este periódico que "La provincia está ahogada financieramente y en medio de una catástrofe social necesita utilizar esos fondos, habiendo efectuado una cesión de regalías de manera permanente lo que resulta completamente incoherente con las altas tasas de interés que se aplicaron a los bonos. Es necesario, para recuperar la consistencia de los números de la provincia y poder ordenar socialmente, correr vencimientos y bajar los cupones que están garantizados por las regalías; forzando a los tenedores y dejarlos en evidencia la usura irracional".

Ver el artículo completo en: www.elextremosur.com/nota/23739

Ahora sí el tema de la deuda se ha instalado como una de las posibles válvulas de escape para la profundización del ahogo financiero que tiene Chubut. La evidencia es que hasta hoy todavía no han cobrado sus salarios de febrero los empleados públicos del último rango, ni tampoco hay fecha anunciada de pago de los sueldos de marzo para toda la planta de personal; incluyendo los trabajadores de la Salud que se enfrentan con el Coronavirus en su vida cotidiana.

Suspensión por "fuerza mayor"

Sin chances de conseguir fondos suficientes para saldar las deudas salariales y menos aún de adquirir los insumos sanitarios suficientes ante la aparición del primer caso confirmado de Coronavirus en Comodoro Rivadavia, la deuda se colocó en el centro de las miradas políticas como una alternativa para obtener recursos.

Así lo expresaron los diputados del Frente de Todos, que enviaron al Superior Tribunal de Justicia una carta donde peticionan que se analice la aplicación de un mecanismo que posibilite suspender los pagos a causa de los acontecimientos de "fuerza mayor".
La necesidad de hacerse de los millones de pesos que la deuda en dólares absorbe de manera constante sobre los ingresos mensuales por regalías petroleras era una obviedad que la clase política vino esquivando desde 2018. Ahora se transformó en lo que podría denominarse "mal menor" frente a un panorama incierto y con riesgos de catástrofe.

Con la finalidad de obtener fondos para pagar salarios, comprar insumos sanitarios y saldar las deudas con los proveedores, los diputados opositores le reclamaron al STJ que se expida "en forma urgente acerca de la legalidad de utilizar la Cláusula que tienen los contratos de bonos sobre ‘fuerza mayor' postergando el pago de la deuda hasta una vez concluida la pandemia de COVID-19".

La respuesta del STJ no fue muy satisfactoria, su presidente Mario Vivas de alguna se excusó de emitir una recomendación sobre el tema aduciendo interferencia de poderes; más allá de expresar por su preocupación sobre el panorama imperante.

Dufour

Detrás de los diputados del PJ se encolumnaron ex funcionarios y economistas que hasta el momento se mostraban reacios a expresar que uno de los principales problemas de la economía provincial radica en el endeudamiento en dólares tomado entre los años 2010 y 2016. Inclusive varios habían negado que la deuda fuera una de las causales de las dificultades económicas de Chubut.

La primera en romper el silencio y expresar su coincidencia con los legisladores justicialistas, fue Graciela Dufour -ex diputada y ex ministra de Economía en la gestión de Martín Buzzi- quien fue la titular del área económica en 2013 cuando se emitió deuda por 220 millones de dólares.
Dufour mantiene contacto con el equipo económico del actual ministro Oscar Antonena -quien antes integró su gestión en el ministerio y fue una suerte de "mano derecha"- expresó públicamente que "los acreedores son conscientes de que no se puede pagar hoy".

La ex ministra agregó que "Hoy las situaciones variaron; la provincia no puede manejar su situación económica y tanto la pandemia como la situación internacional del petróleo ahondan más el contexto".

Llamativamente, Dufour admitió que Chubut podría hacer un llamamiento al default de su deuda. "Chubut no hizo una oferta pública y en el caso que se decidiera no hacerla, la otra opción es llamar el default; donde entraría la figura del Administrador del fideicomiso de garantía".

Para la ex ministra "lo mejor es la primera opción y acordar quita, condiciones, períodos de gracia. Esa es la mejor opción para todos, porque así uno se asegura que va a poder pagar y el otro va a recibir su ingreso del préstamo".

En esa misma línea de pensamiento, el economista chubutense Facundo Ball remarcó que "dentro de la recaudación provincial es muy fuerte la caída de las regalías, por lo que se agravaría la situación de la provincia a la hora de afrontar pagos. Chubut se encuentra en un default virtual".

El nivel de deuda no es sustentable

Pablo Das Neves, hijo del ex gobernador y ex vicepresidente del Banco del Chubut, publicó en julio del año pasado un artículo de su autoría titulado "La deuda como excusa" en el portal Mil Patagonias. Allí expresó que "En tiempos difíciles, el camino más sencillo consiste en buscar culpables más allá de la propia responsabilidad. Un partido de fútbol se pierde porque el árbitro fue parcial, un final universitario se desaprueba porque el profesor tiene un problema personal con un alumno, o una provincia está en crisis por su nivel de deuda".

En párrafos posteriores aseveró que "la deuda pública chubutense es sustentable ya que la solvencia de la misma se basa en su estructura temporal, baja incidencia de la misma en el producto bruto geográfico, y seguridad de un fideicomiso de garantía para el pago de servicios y amortizaciones".

Das Neves remarcaba hace casi diez meses que "En vez de culpar a un nivel de deuda que es totalmente manejable, la provincia presenta inconsistencias presupuestarias y financieras de corto y mediano plazo, producidas por estimaciones erradas de ingresos y egresos".

Las afirmaciones de Das Neves (h) requieren una actualización, ya que Chubut está al borde de un default o cuanto menos de una suspensión "pandémica" de los pagos de la deuda contraída en dólares. Esta situación demuestra que la deuda no es del todo sustentable, más allá de que se registre además en la provincia evidentes "inconsistencias presupuestarias y financieras".

No alcanza con la renegociación o el default

Los diferentes actores políticos de la provincia se van encaminando una de las dos alternativas casi ineludibles en la provincia. Una es la renegociación con los bonistas para ampliar plazos y quizás introducir quitas de capital y/o intereses, para lo que se necesita convocar a una asamblea de acreedores y obtener la aprobación del 75%.

La otra es la declaración del default o cesación unilateral de pagos como consecuencia de las condiciones imperantes, para lo que habría que identificar los mecanismos legales introducidos en el Fideicomiso que retiene regalías petroleras para pagar la deuda en dólares.

Más allá de los alcances de la crisis nueva desatada por el Coronavirus, Chubut ya se encontraba en un "virtual default", y para evitar caer en la cesación de pagos intentó por todos los medios aplicar un ajuste brutal sobre los trabajadores estatales y el gasto público. Así quedó explicado por El Extremo Sur en diciembre del año pasado.

Ver el artículo: www.elextremosur.com/nota/22363

La opción para el gobierno de Mariano Arcioni fue elegir el default social en lugar del financiero y arremetió nuevamente con un ajuste que se preanunció como muy profundo sobre la cantidad de empleados públicos -con retiros voluntarios y jubilaciones "forzadas"-, las negociaciones paritarias a la baja y un recorte en los gastos del Estado en Salud, Educación y obras de infraestructura.

Como ese plan se fue deshilachando por la falta de apoyo político de Arcioni -vale recordar que desde el sastrismo le rechazaron casi todos los proyectos enviados- el gobernador terminó trasladando el ajuste al pago escalonado como última escapatoria. Por eso los salarios de febrero se están cobrando con más de un mes atraso y no existe fecha cierta de pago para los de marzo.

Ver el artículo: www.elextremosur.com/nota/22963

Antonena rompe el silencio

"Sabemos que estamos en un atraso, pero esta gestión está contemplando los recursos que estamos recibiendo, y en la medida que los vamos recibiendo estamos afrontando nuestras obligaciones", sostuvo Antonena, quien dejó en claro que la única política elegida por el arcionismo es la de seguir trasladando por la vía que les resulte posible el ajuste a los estatales; incluyendo a los de Salud que tienen arriesgar su vida contra el COVID-19 en condiciones de precariedad.

Con los lineamientos elegidos por el gobierno de Arcioni no habrá solución a los problemas inmediatos. Con la caída de las recaudaciones de impuestos provinciales, regalías petroleros y fondos de la coparticipación la posibilidad de un desenlace catastrófico de la crisis se acrecienta.

Si avanza la propuesta de los diputados y la ex ministra para suspender los pagos de la deuda por "fuerza mayor" la provincia apenas conseguiría poco más de una masa salarial mensual, producto de no pagar los vencimientos de la deuda que para lo que resta de este año alcanzan a los 6.573 millones de pesos.

Si se dejara de pagar la deuda en dólares por el resto del año apenas se conseguiría saldar la deuda con los trabajadores estatales y ponerlos al día con sus salarios. En el mejor de los casos se incrementarían parcialmente los fondos para la Salud. Sin embargo, la crisis de ingresos seguiría profundizándose. Es evidente que no alcanza con la buena voluntad de los bonistas para extender los plazos y los montos de la deuda provincial.

Lo peor está por venir: ¿hay salida?

El brutal achicamiento de los ingresos que se produciría en los próximos meses ya no puede ser resuelto solamente con una suspensión de los pagos de la deuda. Haría falta una política tributaria que avance -en línea con el proyecto nacional para las grandes fortunas- con aumentos de impuestos a las grandes empresas, las riquezas provinciales y los terratenientes que poseen grandes proporciones de tierra en territorio chubutense.

La provincia podría negociar el cobro de regalías extraordinarias a las operadoras. En lugar de abandonar las negociaciones paritarias estatales, el Estado tendría que incrementar sus ingresos a partir de nuevos mecanismos tributarios.

El gobierno nacional avanzaría con medidas concretas; aunque podrían resultar insuficientes.

A los tenedores de deuda se les propuso un plazo de tres años de gracia y una quita del 62% sobre los intereses, mientras que se proyecta aplicar un aumento tributario sobre las grandes fortunas existentes en el país.

Las épocas excepcionales exigen acciones políticas extraordinarias que posibiliten que la prioridad de la salud tenga sustento financiero viable, porque de lo contrario termina siendo un discurso valioso, pero apenas declamativo en el terreno económico a la hora de su instrumentación y no beneficia realmente de los habitantes.

Chubut se encuentra a años luz de los primeros pasos del gobierno nacional. Se avecina una de las peores crisis de la historia provincial, para la que deberá utilizar todos los fondos posibles, tanto los de la deuda como los generados por nuevos tributos provinciales.