Cultura

Elvira Hernández: "La vida se está deslizando a una velocidad endemoniada"

"Quienes escribimos estamos acostumbrados al aislamiento", señala Elvira Hernández (69), "pero este es aislamiento y encierro es distinto, generado por contagio; conlleva imposición, restricciones, información contradictoria y sanciones desde el Estado", agrega la autora de La bandera de Chile, uno de los libros fundamentales de la poesía chilena del siglo XX. Escrito en 1981, circuló clandestinamente en el país debido a la dictadura militar que se vivía entonces, y fue publicado recién en Argentina, en 1991. Ha tenido varias reediciones y ha sido traducido al inglés, francés e italiano.

Elvira Hernández, nacida en Lebu en 1951 con el nombre de María Teresa Adriasola, siendo niña estudió en Chillán, y en su juventud, ya en Santiago, realizó estudios de Filosofía en el Instituto Pedagógico y luego ingresó a Literatura en la Universidad de Chile.

Autora de poemarios como ¡Arre! Halley ¡Arre! (1986), Carta de viaje (1989), Santiago Waria (1992) y Actas urbe (2013), en los últimos años Elvira Hernández ha seguido ganando más lectores entre las nuevas generaciones. En 2018 obtuvo el Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda.

Entre sus últimos libros destaca la antología Los trabajos y los días (Lumen, 2016) y Pájaros desde mi ventana (Alquimia Ediciones, 2018), por el que recibió el Premio Círculo de Críticos de Arte de Chile. El año pasado publicó el libro de ensayos Sobre la incomodidad, Apuntes de poesía chilena (Ediciones UDP).

¿Desde cuándo está en cuarentena y cómo ha sido este proceso?

-Hace un mes que estoy en confinamiento: voluntario por 15 días y otro tanto en cuarentena total, impuesta en mi comuna. Y seguiré. (...) Hay una obligación de no traspasar un límite que agrediría a otro, aun cuando esa distancia física debería ser obvia para cualquier ser humano y no confundirla con distancia social, en una sociedad tan clasista y discriminadora como la nuestra. Pienso en los metros cuadrados de las viviendas sociales, en los campamentos. Pongo oído entonces a lo que ocurre más allá de mi encierro, donde creo ocurre lo más importante en términos de sufrimiento y decisiones. Es cierto que estoy en uno de los grupos de riesgos; es decir, soy ya material de desecho, y a cargo de otra persona de mayor adultez. No ha sido una sorpresa para mí esta catalogación, la pasada discusión social acerca de las pensiones había puesto el tono de esa valoración. Me encuentro más ocupada que antes; los cambios de hábitos multiplican los quehaceres físicos al tiempo que hago la metamorfosis hacia la virtualidad. No me desanimo: el desafío es sostener la vida hasta el final, ojalá con perspectiva comunitaria, que es la garantía.

¿Qué reflexiones ha realizado en estos días de encierro?

He pensado que la vida se está deslizando a una velocidad endemoniada. Que las formas de vida -física, social, económica, política, cultural- van cambiando de manera asombrosa, muy en claroscuro, naturalizándose, poniéndose ese camuflaje. Me parece que en esta coyuntura toda reflexión que quiera hacer un trazado debe contar con palabras que contengan este flujo imparable y heterogéneo de situaciones, que tengan capacidad de entendimiento para no ser pura palabrería. Lo que menos se necesita es demagogia, parloteo, carriles y vaticinios.

PÁJAROS DE GOOGLANDIA

Oh bird bird bird

Verde bird

Impávidos

Maestros del inglés subrepticio

Parlantes hilarantes simuladores

Aditivos en más sobre todo

El buche repleto de acrónimos

Guías de la modulación del lenguaje

Las arrobas que cargas las equis de la incógnita

Ninguna de esas plumas tornasoladas caerá

Bird bird bird

Pájaro autómata

Quieres hacerme a imagen y semejanza tuya

Que arrastre el ratón que tú llamas mouse

En esclavitud

Y quede asomada a tu ventanita luminosa

Como mirando la luna

Día y noche

Sé que ganaste la guerra

Que nos has entubado para siempre

Que tu pitido es ley

Que debería ponerme a tus órdenes

Pero no me vendas la pescada

A mí que me alimento de la lombriz de la duda.

Fuente: The Clinic.cl