Política

¿Por qué un sindicalista amigo del poder le pegó al ex vicegobernador Vargas junto a Lewis y Benetton?

No le debe haber hecho mucha gracia al ex vicegobernador de Chubut Mario Vargas ver su nombre asociado con los de Joe Lewis y Luciano Benetton. Ocurrió que, en su afán por desviar el foco de las críticas, el sindicalista Santiago Goodman afirmó que los tres empresarios adeudan impuestos millonarios a la provincia de Chubut. Goodman -quien parece trabajar para el enemigo cuando critica a sus propios afiliados que salen desesperados a la calle- sostuvo que ningún legislador les reclama esa cuantiosa deuda, pero sí se dedican a cargar sobre la deuda salarial que Mariano Arcioni mantiene crónicamente con los empleados públicos. Justamente debería ser el Estado provincial quien debería exigir el pago de esas deudas.

Quizás Mario Eudosio Vargas no sea billonario como el italiano Luciano Benetton o el inglés Joseph Lewis, pero sí cuenta con sus millones a buen resguardo, aunque había asegurado ya su futuro y el de sus descendientes desde antes de acceder a la función pública, en 2003, cuando se convirtió en vicegobernador de Mario Das Neves hasta 2011.

En 2009 fue candidato virtual a diputado nacional y ganó la elección, acompañado por Nancy González, pero nunca asumió. Su lugar fue cubierto por el hoy intendente de El Maitén, Oscar Currilén.

Desde que dejó el gobierno a comienzos de la pasada década, Vargas fue noticia por pocas cosas, pero destacadas. En 2016 trascendió, por ejemplo, que volvía a la función pública, en eso momento como asesor del trigobernador Das Neves. En enero de 2018 debió dar varias notas a raíz de haber adquirido en la exposición ganadera de Esquel un carnero por 102.000 pesos, cuando el dólar estaba a 18.

El último viernes volvió a los primeros planos contra su voluntad. Fue cuando el titular de ATECh, Santiago Goodman, dijo textualmente en una radio comodorense: "hay millonarios como Benetton, Lewis y Mario Vargas que llevan años sin pagar impuestos", y a los que ningún diputado provincial o nacional les demanda un aporte en esta hora crítica.

De ese modo, buscó evadir el foco sobre los cuestionamientos que recibe por su tolerancia con el gobernador Mariano Arcioni, llegando a desautorizar a sus pares que este domingo manifestarán en las calles de Comodoro que ya no pueden seguir financiando al gobierno del escribano con los sueldos que dejan de percibir.

De todos modos, el ingeniero Vargas mantuvo una notable influencia en la Cordillera desde la restauración democrática, a partir de las relaciones que supo cosechar con destacados de todos los gobiernos.

En los últimos años, cada ministro de Agricultura inevitablemente le reportaba a él sus acciones, como Hernán Alonso, y también otros como Pablo Durán, quien estando al frente de Gobierno debió lidiar con la desaparición y muerte de Santiago Maldonado y sus dolorosas secuelas sin aportar prácticamente nada.

Eramos tan jóvenes

Vargas siempre fue cultor del perfil bajo, aunque no pudo negarse en 2003 al pedido de su amigo, con quien supo compartir departamento en Buenos Aires en las épocas de estudiante universitario.

Para competir en aquellas elecciones, Mario Das Neves quería a un comodorense pero en la ciudad petrolera no creyeron en sus posibilidades. Más de uno se arrepentiría.

Entonces el caudillo posó su mirada en Esquel y Vargas venció el prurito de tener que competir con alguien con quien se llevaba más que bien: José Luis Lizurume.

Un ser sociable y selectivo

Vargas alternó varias veces entre la presidencia y la vicepresidencia de la Cámara de Comercio Producción, Industria y Turismo del Oeste del Chubut y como tal, además, ocupó cargos en el directorio de la Federación Empresaria de Chubut.

Tal como informó El Extremo Sur en mayo de 2013, las cámaras empresarias funcionaron por esa época como verdaderos lobbies para la obtención de los créditos del Fondo Financiero Permanente implementado por el gobierno de Carlos Maestro (1991-99) y que sirvió para licuar con 600 millones de dólares las deudas de Nación con la Provincia por regalías de YPF mal liquidadas.

José Luis Sánchez Cabezudo era por entonces un ascendente empresario maderero allegado a Vargas e integrante de la Comisión Directiva de la Cámara de Comercio, pero además tenía un importante ascendente sobre Carlos Maestro.

Con tales "ayudas", Sánchez Cabezudo accedió a un millonario crédito del Fondo Financiero Permanente con un proyecto que proponía instalar una fábrica de tableros de madera de lenga destinados a la exportación. Para conseguir la materia prima, obtuvo un permiso para talar árboles de lenga en los bosques de Rincón del Aceite.

El paraje era todavía un lugar casi inaccesible. Las gestiones de la Cámara de Comercio y los fluidos contactos permitieron que Vialidad Provincial incursionara en la zona, mejorando los caminos. Gran parte del crédito del Fondo Financiero fue a parar a la construcción de puentes que finalmente permitieron el paso hasta el paraje.

El proyecto fracasó. Sánchez Cabezudo debió abandonar el país sin poder saldar la deuda de casi un millón de dólares con el Estado y se refugió en Mallorca, donde dirigía hace unos años Anjo Restauración SL, una empresa de restauración, construcción y decoración de hoteles.

Pero hubo alguien que en toda esta transacción salió beneficiado. Mario Vargas tiene desde entonces un camino que lleva hasta su casa en Rincón del Aceite.

La investigación que nunca terminó

Cuando en 2015 asumió como fiscal de Estado de Chubut, Blas Meza Evans se propuso investigar posibles actos de corrupción cometidos durante el gobierno anterior al de Martín Buzzi. Contaba con información que revelaba una presunta trama de negociados, abusos de poder, vínculos cruzados, privilegios, intereses económicos e impunidad que arrancaba en los años '90.

El acceso a la tierra fiscal, y en particular a grandes superficies de bosques nativos enclavados en la cordillera, parecieron ser los objetivos principales de los actos sospechados de corrupción.

Otro conocido que por entonces temía el escarnio público era el abogado Enrique Alejandro Korn, propietario de miles de hectáreas en la cordillera a las que accedió por sus influencias. Muchas de ellas supieron ser parte de bosques nativos que compró por módicas sumas que las permisivas leyes provinciales le facilitaron. Un hijo suyo, Pablo Korn, supo ser ministro Coordinador de Gabinete en Chubut cuando renunció Norberto Yauhar y hoy afronta causas por corrupción originadas en la emergencia climática de Comodoro, cuando era subsecretario de Servicios Públicos y habría favorecido con adjudicaciones directas a empresarios amigos.

Un ex intendente de Cholila, Miguel Castro, también supo temer entonces que la Justicia de los mortales lo alcanzara por las mismas razones que a Vargas y a Korn, pero por esas cosas de la política el hombre terminaría siendo Jefe de Gabinete del propio Buzzi, mientras Meza Evans rumiaba su fracaso por no haber podido avanzar en su vernáculo "manu pulite".

El caso que involucraba al ex vicegobernador Mario Vargas era uno de los más llamativos por sus violaciones éticas y su dudosa legalidad. Mediante el Decreto 2093 del 29-11-2005, Provincia le había otorgado el título de propiedad sobre 4.959 hectáreas en la zona denominada "Rincón del Aceite", cubierta en su mayor parte de bosques nativos. Detrás de ese Decreto se detectaron los mecanismos de distintos artilugios que buscaron beneficiar a los "amigos del poder".

Es que el mismo se daba de bruces con el artículo 105 de la Constitución Provincial, que es taxativo en materia de la propiedad de los bosques nativos y exige de cuatro quintos de la Legislatura para aprobar la enajenación de bosques nativos, una mayoría especialísima que certifica el valor que dichos bosques poseen para la Provincia.

A su vez, el decreto del año 2005 pretendió ignorar los diversos documentos e informes de organismos como la entonces Dirección de Bosques y Parques, que constan en el expediente tramitado por Vargas ante el IAC (Instituto Autárquico de Colonización y Fomento Rural) en los que se aconseja "no otorgar títulos de propiedad sobre el predio en cuestión".

Uno de los requisitos más críticos para el otorgamiento de títulos de propiedad sobre tierras fiscales era (y es) que la cobertura de bosques nativos debe ser inferior al 50% de la superficie pretendida.

Dice el Artículo 105 de la Constitución de Chubut: "El bosque nativo es de dominio de la Provincia. Su aprovechamiento, defensa, mejoramiento y ampliación se rigen por las normas que dictan los poderes públicos provinciales".

Cuando queda expuesto para qué sirve el poder

La historia de esta ingeniería legal comienza en 1984, cuando Mario Vargas inicia las tratativas con los anteriores ocupantes para que le transfieran sus derechos sobre las tierras, dando inicio a un expediente en el Instituto Autárquico de Colonización (IAC), un organismo poco conocido pero con gran influencia que hoy preside el ex intendente de Trelew, Máximo Pérez Catán, uno de los últimos epígonos de Mariano Arcioni.

Diez años más tarde Vargas -que ya se había convertido en un poderoso ganadero, acopiador de lanas y empresario del rubro combustibles en Esquel- comienza peticionar su título de propiedad e introduce "mejoras" en el campo, incluyendo varias construcciones que indican un posible destino de actividad ganadera: casas para puesteros, galpones y caballeriza, corrales, tinglados, y una cabaña de troncos de 192 metros cuadrados, en dos plantas.

Vargas, además, ya desempeñaba entonces altos cargos en la Cámara de Comercio, Producción, Industria y turismo del Oeste del Chubut, y también como presidente de la Federación Empresaria del Chubut.

Ante las pretensiones de Mario Vargas, el IAC solicita a la Dirección de Bosques y Parques un informe sobre la cobertura de bosques que presenta el predio en cuestión.

En setiembre de 1994, mediante nota 802/94, la Dirección de Aprovechamiento Forestal informa que la cobertura de bosques alcanza al 80% de la superficie, lo que desalentaría claramente tales pretensiones.

Sin embargo, advierte la nota sobre la existencia de un decreto emitido por la dictadura militar, el 904/81, donde se introduce en la descripción de "bosque" que regía en la provincia, el concepto de masa arbórea "que sea capaz de producir madera en forma industrial".

Si se ajustaba a ese criterio, entonces el bosque que "se encuadra como aptitud industrial", ocuparía menos del 45% de la superficie, y las esperanzas del empresario cordillerano tendrían luz verde.

Para su pesar, en 1997 una nueva gestión en Bosques rectifica los datos del año 94: una mensura encargada por el organismo determina que "el porcentaje de bosques existente en el predio supera el 50%".

"Por este motivo -dice la nota de Bosques N° 516/97- y de acuerdo a la Legislación vigente (Decreto N°904/81), no se podría otorgar título de propiedad sobre el predio en cuestión".

La diferencia entre ambas mensuras es explicada tres años más tarde por la misma administración de Bosques, en su nota N° 1390 del año 2000. Allí se alude a que para determinar una cobertura boscosa superior al 50% fueron tenidas en cuenta "las últimas modificaciones al límite con Chile".

Debe recordarse también que durante los años 90 Chubut había incorporado las mediciones satelitales de sus recursos forestales, dando lugar a numerosos ajustes y precisiones respecto de sus mensuras.

Otro informe lapidario para las aspiraciones de Mario Vargas llegó bajo el gobierno de Lizurume.

En su Nota N° 1022 del 28 de agosto del 2003 (cuatro meses antes de la llegada de Das Neves al gobierno), la Dirección General de Bosques y Parques (DGByP) se dirige a la Directora de Catastro e Información Territorial, estableciendo como "prioritario evitar la cesión del título de propiedad a favor del Sr. Mario Eudosio Vargas en el predio en cuestión".

Aunque admite que se le puedan reconocer sus derechos de ocupación, la administración de Bosques propone que el uso del predio esté regulado "a través de un plan de manejo de uso múltiple".

Argumenta para ello que desde Bosques se había solicitado a través del entonces Ministerio de la Producción, la creación de una Reserva de Uso Múltiple en la cuenta del Rio Hielo, dentro de la que se encuentra el predio ocupado por Vargas. Los fundamentos de la solicitud de la Administración de Bosques revelan un cambio en el concepto de "bosque" contenido en el decreto militar. Ahora se refiere a la necesidad de la "utilización sostenible de los ecosistemas de bosque nativo"

"Las reservas de tierras forestales deben mantenerse bajo la administración del Estado -dice la nota de la DGByP-, con un estatus legal y administrativo que las identifique y permitan una gestión adecuada de las mismas, donde el interés común y público prima sobre el interés particular". No otra cosa es el espíritu del Artículo 105 de la Constitución Provincial.

Enfatiza la misma nota, que "la zona presenta una importante superficie boscosa nativa que abarca casi la totalidad de predio", agregando luego que el área en cuestión está dentro de las zonas de "distribución del huemul, especie en peligro de extinción y declarada monumento natural por leyes nacionales y provinciales".

Concluye el informe afirmando que "es aconsejable no otorgar nuevos títulos de propiedad, ya que generan condiciones contrarias a las necesarias para una correcta administración de las reservas de Usos Múltiples" y son "contrarias a la conservación de estas áreas para el bien común".

Trece días antes de que Das Neves decretara el otorgamiento del título de propiedad a su vicegobernador, un informe interno del Departamento de Inspecciones del IAC ofrece detalles del monto abonado por Vargas a comienzos de los '80 por las primeras 3500 hectáreas: $ 12.390 pesos Ley 18188.

Luego, ya entrados los años '90, pagaría $91.084 por otras 1459 hectáreas lindantes.

Sobre esta base, y omitiendo los dictámenes en contra de la autoridad de Bosques de la Provincia, Mario Das Neves firma el Decreto 2093/05 y convierte a su amigo y vicegobernador en el feliz propietario de una gran porción de paraíso.