Política

Oscar Antonena: "Es muy difícil reclamar por izquierda y después comer por derecha, no?"

Entrevista de Marcelo García (PRIMERA PARTE).

Oscar Antonena es el ministro más estable dentro de un gabinete que devora funcionarios desde la llegada de Arcioni al poder. Desde agosto de 2019 es titular de Economía en medio de un tsunami. Sorteó denuncias, rumores de renuncia y enfrentamientos con sindicalistas sin abandonar su cuidado look de corbatas al tono ni su sonrisa de amianto para enunciar las peores noticias. En esta entrevista exclusiva con El Extremo Sur -la segunda parte se publicará mañana- Antonena se mantiene fiel a su estilo; responde todo, confronta cortésmente con el entrevistador y dispara frases sin anestesia. Admite que "no podemos pagar los salarios con los ingresos que tenemos" y afirma "¿Qué hacemos, tenemos que salir a matarnos? El gobernador gobierna para 600 mil habitantes; pero parece que lo único que tenemos que mirar es el sector público" cuando hay "gente pidiendo bolsas de comida y un sector de los tres poderes gana más de 400 o 500 mil pesos".

Responde con un rotundo "no" a la pregunta acerca de si el gobierno prevé aumentos salariales para 2020, y remarca que "si no podemos pagar la cláusula gatillo de 2019 no nos vamos a poner a acordar nuevos incrementos salariales". "Si tenemos un presupuesto de 121.000 millones y más del 70% está destinado a salarios queda a la vista que el Estado está abocado casi exclusivamente a solucionar el tema salarial", dice, y lanza munición gruesa contra los gremialistas afirmando que hay "dirigentes sindicales que no quieren salir del Estado y en algunos casos prenden fuego inmuebles del propio Estado".

Antonena conoce los pasillos de Rawson desde mucho antes de recalar en este gobierno. En el gobierno de Buzzi fue la mano derecha de Gabriela Dufour en el ministerio que ahora conduce y de allí saltó a la titularidad del Banco Chubut. Su versatilidad lo llevó después a ser coordinador de financiamiento de la gestión municipal de la entonces kirchnerista Rossana Artero y secretario de Gobierno de la Municipalidad de Camarones con la chusotista Claudia Loyola.

Arcioni lo convocó para sumarse al equipo del entonces ministro Luis Tarrío, pero apenas una semana después de ser designado subsecretario de Coordinación Financiera el gobernador lo ascendió a ministro tras pedirle la renuncia a Tarrió. Antonena nunca perdió las buenas relaciones políticas con dirigentes de todos los partidos, incluyendo al PJ, el post dasnevismo y Cambiemos.

¿Cuál es la profundidad de la crisis financiera provincial?

Es un conjunto de situaciones que se han dado a lo largo del tiempo. La deuda de la provincia de Chubut es una cuestión estructural de hace muchísimos años. Un conjunto de medidas que se tomaron en diferentes oportunidades nos arrojó a esta situación de stress financiero, sumado a un contexto de pandemia mundial que hace que todas las variables estén desalineadas.

Más allá de los problemas generados por la pandemia y la cuarentena, Chubut arrastraba previamente problemas profundos.

Por supuesto. El crecimiento del gasto público va erosionando la estructura financiera de cualquier provincia. Si a lo largo del tiempo no se toman medidas para paliar este déficit e instrumentar políticas de crecimiento apuntadas al aparato productivo y el desarrollo del territorio tarde o temprano se arriba a esta situación económica y financiera.

¿Considera que el gasto público se debiera haber recortado?

Se deberían haber definido políticas que tuvieran correlato con el desarrollo productivo de la provincia, con medidas de mediano y largo plazo; que no se remitan a una cuestión eleccionaria de cuatro años. Justamente el gobernador (Mariano) Arcioni nos pide medidas para un Chubut a 15 años.

¿Cuáles deberían ser esas medidas no enfocadas en el corto plazo?

Las medidas deben estar orientadas a generar el desarrollo de las cadenas de valor productivas. No solamente pensar en los recursos que existen hoy -como regalías, coparticipación e ingresos propios- sino explorar todas las dimensiones de manera tal que se pueda provocar un impacto en la generación de trabajo. Hoy por hoy, más allá de la crisis, tenemos que estar pensando en las potencialidades de la provincia en el marco regional y nacional.

Si las medidas que considera necesarias son de largo plazo, evidentemente la crisis también se extenderá por mucho tiempo.

Sin duda. Cuando decimos que la crisis es de estructura y no de coyuntura, tenemos que revisar toda la estructura de la provincia para ver de qué manera nos vamos a posicionar para los próximos 10 o 15 años. Debemos analizar las potencialidades de las diferentes comarcas y no tener una economía

Estado-dependiente, gobernando para los 600 mil chubutenses y no solamente para el sector público. Hoy solo estamos abocados a pagar sueldos. Hay que entender que existe un sector privado que no la está pasando bien, con reducción de salarios y riesgo en sus empleos.

¿La sumatoria de la crisis estructural y la generada por la pandemia pusieron al borde del quebranto al Estado chubutense?

Las empresas privadas quiebran, los Estados estados sufren stress y quedan en una circunstancia de no cumplimiento del gasto. El término quiebra tiene que ver con el sector privado empresario. Resulta más que evidente que el Estado provincial y el mismo Estado nacional están con imposibilidades de cumplir con las obligaciones. La reestructuración de la deuda no es privativa de Chubut, sino que varias provincias están transitando el camino de revisar sus deudas y mejorar sus ingresos.

¿Cuánto aguanta la situación tal cual está en la actualidad?

Eso sería hacer futurología. Tenemos que atravesar esta crisis y lograr consensos de los diferentes ámbitos para mejorar nuestro posicionamiento de stress financiero. Estamos transitando esta crisis con los escasos recursos con que cuenta la provincia y apuntamos a la planificación para mejorar y obtener un desahogo con los vencimientos de deuda.

¿Cuál ha sido el déficit primario y el financiero del primer semestre?

Nosotros estamos con una caída de recursos de casi un 50%. La masa salarial ha crecido de manera tal que hoy tenemos la necesidad de herramientas como el Fondo Fiduciario, que nos ha permitido estos últimos dos meses mejorar la situación de atraso del pago salarial, porque tenemos una masa salarial de 5.200 millones de pesos.

¿Se puede proyectar de cuánto es el déficit?

Aproximadamente, el déficit que tenemos supera ampliamente los 8.000 o 9.000 millones de pesos.

¿Y cuál sería estimativamente el proyectado para el resto de 2020?

Esperamos ver lo que ocurre con la caída de los ingresos, porque influyen el precio del barril y otras variables. Vamos a tener un déficit sostenido en el tiempo en la medida que no podamos restructurar la deuda.

Usted elaboró un Presupuesto 2020 donde contemplaba originalmente un déficit anual de 11.000 millones de pesos. Luego prácticamente lo duplicó, estableciéndolo en 20.000 millones. ¿Cómo se explica esa diferencia?

Básicamente porque el Estado provincial debe contemplar deudas que no están contempladas en el presupuesto, como la que se tiene con SEROS, los proveedores y diferentes compromisos que están contemplados en términos corrientes pero que están latentes.

¿Desde su óptica la solución es un nuevo ajuste del gasto?

Es necesaria una eficientización (sic) de la utilización de los recursos y del gasto.

¿Cree que sobran empleados públicos?

No es una evaluación vinculante. La pandemia está mostrando en el mundo que muchas actividades se están llevando adelante sin la totalidad de los recursos que existen en la planta de personal. Esto no implica decir que sobran, sino que deben ser eficientes.

La planta de personal se ha mantenido relativamente estable en los últimos años, rondando los 41.000 o 42.000 empleados públicos. Eso sin contabilizar a los jubilados.

Desde 2002 hasta este momento, pasamos de 22.000 a los 45.000 de la actualidad.

¿Considera que ese incremento es un problema?

El crecimiento de la planta de personal sin haber realizado políticas de desarrollo productivo nos muestra claramente que los egresos no se tomaron en función de los ingresos. Es una descripción.

Usted afirma que el incremento de la planta de personal es uno de los problemas, pero se debe considerar que la cantidad de población aumentó en la provincia y el Estado debe atender con servicios y asistencia a sus necesidades. ¿No le parece que hay un vínculo que explica el aumento de personal?

A nivel de crecimiento vegetativo no hay un correlato y no debería ser que porque la población crezca más gente tenga que tener cabida en el Estado. Tenemos que fomentar el trabajo en todas sus dimensiones y la realidad es que en los últimos años, en las diferentes gestiones, se ha tenido una política de incorporar recursos sin dimensionar de qué manera se iban a poder sostener en el tiempo. Esto lo digo porque no se tuvo una planificación de mediano y largo plazo.

¿Cuáles serían las políticas viables para la ampliación de ingresos para la provincia?

Trabajar en la reducción de los compromisos de deuda, en el desarrollo productivo, mejorar la recaudación de impuestos que no se cobran desde el 2004 y de alguna manera extender las variables de ingresos fortaleciendo esas dimensiones. Entiendo que la parte tributaria debe estar vigente, cumplimentarse, recaudar y controlarse; porque hay una tendencia al gasto y no a hacer más eficiente el sector de ingresos.

Aludió a que la quiebra es un término aplicado al sector privado y no al público. ¿El concepto de eficiencia no se debería utilizar de modo diferente en el Estado?

No, para nada. La eficiencia se define como hacer las cosas bien, en el menor tiempo posible y utilizando de la mejor manera los recursos. Eso va para cualquier tipo de tareas, ya que no por estar en el Estado uno debe ser ineficiente. Se debe ser eficiente como definición de trabajo y no se deben malgastar los recursos. Eso no debe ser privativo del sector privado, porque también en el sector privado hay ineficiencia y por eso quiebran. El Estado es ineficiente y no quiebra, cesa en sus pagos. Si el Estado se volviera eficiente estaríamos mucho mejor.

¿Qué opina del proyecto de Ley Tributaria que presentó la Mesa de Unidad Sindical?

(Suspiros) Es un proyecto.

Entiendo, pero dígame que opina.

Me parece que cuando los proyectos están cargados de una ideología, de pensar solamente que las modificaciones tienen que venir por parte del otro y uno no se pone en el modelo, es muy difícil reclamar por izquierda y después comer por derecha, ¿no?

¿No cree que los esfuerzos debieran ser más equitativos y que los grandes capitales o riquezas deberían pagar más?

No tengo ninguna duda que debiera ser así por una cuestión distributiva, a mayor ingreso mayor carga. No siempre se puede dividir entre los que más tienen, uno tiene que anteponer el esfuerzo y el trabajo. Si uno mira quiénes hacen estos reclamos, ve que viven del Estado. Son dirigentes sindicales que no quieren salir del Estado y en algunos casos hasta prenden fuego inmuebles del propio Estado.

¿Coincide con que se debe tributar proporcionalmente más?

Creo que se debe tributar en una forma equitativa y justa, pero que se debe trabajar de la misma manera.

¿Es lógico que los parques eólicos no paguen un impuesto provincial específico?

Me parece que si generan ingresos para las empresas debería existir una legislación autorizada que el tributo esté acorde a la situación, claro que sí.

Eso hoy no existe y la energía eólica podría ser una parte importante de la matriz productiva de Chubut a futuro.

Y no. Es una discusión que se debe dar. Todo esto no se debe pensar focalizado en un sector. Hay que sentarse y quienes tienes la responsabilidad de discutir estas legislaciones deberían cumplimentar competencias y saberes a los efectos.

Mencionó anteriormente el tema de la masa salarial, ¿cree que ahí radica gran parte de los problemas?

Es uno de los temas, porque si tenemos un presupuesto de 121.000 millones y más del 70% está destinado a salarios queda a la vista que es un Estado que se encuentra posicionado casi exclusivamente en solucionar el tema salarial.

Los últimos datos oficiales muestran que la masa salarial del primer trimestre del año subió un 57% respecto de igual período de 2019. Eso significa que tuvo una variación de apenas 8% por encima de la inflación interanual, que fue de 49%. ¿A priori no parece ser un gran problema en las cuentas públicas?

No sé cuáles son los datos a los que se está refiriendo puntualmente, pero la respuesta es que nosotros no podemos pagar los salarios con los ingresos que tenemos. A priori no está contemplando la caída de ingresos que estamos teniendo para afrontar los gastos.

El único de los últimos años con superávit en las arcas del Estado fue 2018, justamente cuando se ajustó 47% a la baja los salarios estatales.

Sí, coincide que hubo un tema salarial.

Una merma muy significativa frente al 50% de inflación interanual durante ese año.

La realidad es que uno podría hacer la lectura y se compadece, tal cual.

En 2019 y principios de 2020 se observa una pequeña suba de los salarios por encima de la inflación, por lo que ese desfasaje alcista que tanto se mencionó durante muchos meses se esfumó.

Va pasar con este año, ya que este año no hay ajuste salarial. Cuando miremos el año que viene la foto vamos a tener de alguna manera resultados comparables.

¿Este año no están previstos aumentos salariales?

No.

¿No se realizarán negociaciones paritarias?

No. Siempre el diálogo con los sindicatos está abierto, pero queda claro que si no podemos pagar la cláusula gatillo de 2019 no nos vamos a poner a acordar nuevos incrementos salariales. Casi todas las cláusulas gatillo acordadas se están cumpliendo, se han reconocido todas las cláusulas de 2019.

¿Cuál es la perspectiva de cláusula gatillo 2020 para el segundo semestre del año?

No hay para el segundo semestre. En 2020 no se aplicaron cláusulas gatillo porque no hay ninguna acordada. Estamos reconociendo solamente las que se pactaron el año pasado.

Pero hay una estimación de más del 40% de inflación interanual.

Se tiene que confirmar ese valor, pero sí. Así y todo, Chubut es una de las cuatro provincias que mejores salarios tiene.

No firmar cláusulas gatillo para 2020 significará una depreciación salarial de aproximadamente el 40%.

Y puede ser; obviamente que la inflación licúa en términos reales el salario.

Estaremos ante un nuevo ajuste.

Exactamente. En los rangos superiores los más castigados siempre son los pasivos. En el caso de la masa salarial, si uno toma el valor máximo que tiene el Rango 3 en términos reales van a ver reducido su poder adquisitivo.

A los rangos más bajos también se les achicará el poder adquisitivo. El impacto porcentual es el mismo y lo único que cambia es la cantidad de dinero que se pierde.

Exactamente. En definitiva, se reducirá la cantidad de bienes que podrá adquirir una persona respecto de lo que podía en el mismo mes del año pasado.

Los jubilados también dejarán de tener mejoras en sus haberes.

Por supuesto, porque los jubilados perciben los aumentos un mes después que los activos.

¿Usted cree que esto va a ser aceptado?

¿Qué parte?

Que no haya aumentos salariales en el 2020.

Y no se puede pagar. Le pongo un ejemplo. Cuando viene el jefe de familia y dice que no se puede gastar porque no hay plata, los chicos se le suben a la cabeza y la mujer protesta. La realidad es concreta y objetiva: no hay plata. Justamente estamos planteando que somos una provincia mejor posicionada con los sueldos y que no tenemos ingresos. ¿Qué hacemos, tenemos que salir a matarnos? El gobernador gobierna para 600 mil habitantes, qué le decimos a la gente que está trabajando en un comercio y tiene el comercio cerrado, no vende y no cobra. Nos sesgamos tanto que parece que lo único que tenemos que mirar es el sector público. Tenemos gente pidiendo bolsas de comida y hay un sector de los tres poderes que gana más de 400 o 500 mil pesos.

¿Espera un aumento de la conflictividad social en la provincia producto de esta situación?

El conflicto existe. La vida es un conflicto, nacer y morir es un conflicto. La realidad es que puntualmente creo que para muchas personas es conveniente el conflicto. Qué hubiera pasado si el año pasado no dábamos la cláusula gatillo; otras provincias las suspendieron. El año pasado teníamos una masa salarial de 3.200 millones de pesos y hoy estamos en 5.200 millones. Si no hubiéramos dado la cláusula gatillo hoy no tendríamos el déficit que estamos teniendo. Sin embargo, el gobernador dijo: "vamos a respetar las cláusulas gatillo".

¿Así cierran los números?

No (risas). Empezamos hablando de cómo estaba el déficit presupuestario y le incorporamos la deuda. Hoy, como estamos parados, no se llega. Tiene que mejorar la recaudación, el tipo de cambio, la estructura del pago de la deuda, son muchas cosas que deben mejorar. Si logramos eso entiendo que vamos a estar mucho mejor.

¿Tiene cuantificado de qué manera impactaría la implementación del tope salarial?

El tema del tope salarial tiene más que ver con un gesto político de todo el arco, entendiendo que hay personas en el sector privado con salarios que no superan los 30 o 40 mil pesos versus agentes provinciales que ganan más allá de los 500 mil pesos.

Entonces la incidencia no será significativa, sino simbólica.

Exactamente, sería gestual y simbólica; porque en realidad si tenemos una masa salarial de 5.200 millones de pesos y el rango que supera los 150 mil pesos hacia arriba de salarios no supera los 3.000 o 4.000 empleados, claramente esto tiene que ver con un gesto político frente a la crisis. La sociedad está pidiendo eso. Cómo se comparece que de dos personas caminando por la calle una gana 500 mil pesos y la otra gana 30 mil o pierde su trabajo. La realidad es que los sueldos se están pagando atrasados y con aumentos, pero se están pagando.