Política

Las autoridades sanitarias se contradicen: ¿se van a duplicar o bajarán los contagios en Comodoro?

Mientras la directora del Área Programática Sur sostiene una cosa, el ministro Puratich dice otra. "En 10 días se podrían duplicar los contagios", dijo Monasterolo, mientras Puratich auguró que "esta semana debería bajar el número de casos". La confusión reina también en materia de controles, ya que en Comodoro Rivadavia proliferan las fiestas clandestinas y las reuniones en espacios cerrados.

El último fin de semana largo dejó expuestas varias cuestiones en torno al Coronavirus en Comodoro Rivadavia, ciudad que en solo 12 días reportó 77 casos positivos.

La cantidad preocupa, porque en ese corto lapso registró cuatro contagios más que en todo el mes de junio; cuando se inició el brote con los marineros del buque Santorini que no habrían sido debidamente controlados por las autoridades portuarias que encabeza Favio Cambareri.

Hay contradicciones ostensibles entre las autoridades sanitarias, por ejemplo. Ante la escalada de casos, el jueves 9 de julio la directora del Área Programática Sur, Miryám Monasterolo, auguró un crecimiento de contagios para los días por venir, a partir del incremento de los testeos en los barrios en los que hubo más contagios.

"En 10 días se podrían duplicar los contagios", sostuvo la funcionaria que tal vez en su afán por llevar tranquilidad suele pasar mucho tiempo ante cuanto micrófono se le acerque o llamada telefónica reciba.

Sin embargo, este lunes el ministro de Salud provincial, Fabián Puratich, consideró que "esta semana debería bajar el número de casos", pese a lo cual realizó denodados esfuerzos para que el Gobierno nacional envíe a la ciudad petrolera algún experto que aporte su experiencia para lo que viene.

Descontrol

Comodoro registró el miércoles 8 de julio un récord provincial con 17 casos positivos de Coronavirus. En los días siguientes continuó sumando hasta llegar al domingo 12 con 7 personas contagiadas sin nexo epidemiológico. La circulación comunitaria es un hecho y -pese al tono calmo emplea el ministro Puratich al hacer conocer los datos- la ciudad no está tranquila.

No obstante, es notoria la ausencia de controles en las calles. Salvo algún que otro retén que esporádicamente se instala a pedir documentos no hay una lógica que ayude a la mayoría de ciudadanos que procura adaptarse a la nueva normalidad.

Hay supermercados, por ejemplo, que no exigen DNI. Ello es notorio, y sin embargo las sanciones son casi nulas. Se clausuró Easy, pero La Anónima no ha recibido ni siquiera un apercibimiento.

Mientras, las fiestas clandestinas se replican casi en todos los barrios, sin que sus organizadores se preocupen por la acústica externa.

En algunos domicilios son frecuentes las reuniones en espacios cerrados de hasta 20 personas que optan por hacer tiempo hasta el mediodía del día siguiente para regresar en transporte público.

En este contexto, la noticia positiva es que la mayoría de quienes contraen el virus no sufren consecuencias graves. La mayor parte de los contagiados -73% según Puratich- está en el grupo de menores de 50 años, que presenta un buen estado de salud.

En esta ciudad solo falleció una mujer de 88 años la semana pasada, aunque presentaba un delicado cuadro previo.