Política

Touriñan: el operador formado con Guinle y Das Neves intentará darle espesor político a Arcioni

Javier Touriñan se incorpora en la primera línea al gabinete de un gobierno por el que mucho hizo en su génesis, cuando como diputado provincial buscaba un acercamiento a lo que entonces era el ChuSoTo; antes de las elecciones de 2019. Hace dos años, Touriñan era diputado provincial cuando Mariano Arcioni consideró que tenía las condiciones de buscar su propia gobernación.

Arcioni ocupaba el sillón de gobernador que había ganado Mario Das Neves, heredándolo tras su muerte. Por entonces el actual mandatario tenía dos opciones que le eran "indistintas": aliarse con el PJ o bien con Cambiemos.

Es importante trazar un contexto de aquel momento de dudas y confusión. En esos últimos meses de 2018 Alberto Fernández aún no había recibido la bendición de Cristina Kirchner y solamente se visibilizaba como un dirigente justicialista que criticaba al gobierno de Mauricio Macri, quien vivía momentos de esplendor como anfitrión del G20.

El entonces Presidente parecía ser el dueño de la agenda pública, a partir del respaldo de las grandes corporaciones mediáticas y de una Justicia que marchaba al ritmo que él le imprimía; como se empieza a hacer evidente ahora.

Por ejemplo, fue entonces cuando el juez federal de Chubut, Gustavo Lleral, decidió cerrar la investigación por la muerte de Santiago Maldonado, estableciendo que el joven se había "ahogado sin ayuda" en las gélidas aguas del río Chubut.

Intransigencia y desmovilización

En este contexto, surgió como estratega el intendente de Madryn, Ricardo Sastre, uniendo en una entente a Arcioni y a su par de Trelew, Adrián Maderna. El actual vicegobernador no era del todo reacio a una alianza nacional con el macrismo, como dan cuenta varios de sus gestos de entonces; sobre todo cuando el "gran espía" llegaba a la zona a impulsar (sus) negocios eólicos.

Arcioni era el más entusiasta al respecto, aunque dependía de los movimientos tácticos de su referente nacional, Sergio Massa. En ese momento, Massa insistía con la "ancha avenida del medio" junto al cordobés Juan Schiaretti; el hoy olvidado Juan Manuel Urtubey y el siempre ubicuo Miguel Angel Pichetto.

El peronismo clásico no quería saber nada con Arcioni en ese entonces. Con Carlos Linares a la cabeza, así lo transmitía la Legislatura, que -al menos en teoría- tenía mayoría kirchnerista. El bloque lo presidía Touriñan, y ya había sufrido algunas defecciones, como las de Alfredo Di Filippo y Sergio Bruscoli. El petrolero Carlos Gómez tenía juego propio y la caída Cecilia Torres Otarola coqueteaba con los principales jugadores.

Aquel concejal que admiraba a Guinle

Touriñan empezó en la política junto al legendario Marcelo Guinle. Aunque se despegó de él en el nuevo siglo, aprendió que la negociación es vital en cualquier conflicto. En eso disentía con Linares, quien manifestó más de una posición fundamentalista contra los que alguna vez dejaron el PJ para irse con Das Neves, como en el caso de Sastre y Maderna.

Touriñan defendió con astucia y osadía las posturas del gobernador Das Neves en su condición de jefe del bloque de diputados de la mayoría, cargo que ocupó entre 2003 y 2011. Cuando se produjo la ruptura con el kirchnerismo, lo suyo fue apenas simbólico, ya que en los hechos la delegación legislativa del Ejecutivo la asumió José Karamarko.
En nombre del dasnevismo Touriñan orquestó -por ejemplo- el juicio político al procurador general Eduardo Samamé, empecinado en investigar cada acción de gobierno. Finalmente, tras esa operación de acoso y derribo llegaría a ese cargo Jorge Miquelarena, que era fiscal de Estado de Das Neves.

También como jefe de bloque de diputados dasnevistas, Touriñan ayudó a gestar el partido panoficialista Proyección Vecinalista (Provech), que le sirvió a Das Neves para tener los dos tercios en la Legislatura durante el periodo 2007-2011.

Además de permitirle echar a Samamé, esa mayoría le servía en su momento a Das Neves para intentar reformar la Constitución y buscar un tercer mandato consecutivo; lo cual luego dejaría de lado por el sueño mayor de ir por la Presidencia.

Una década agitada

Tras romper con el dasnevismo, Touriñan se convirtió en ministro de Gobierno de Martín Buzzi entre 2011 y 2015, para luego volver a la Legislatura a presidir el bloque de la mayoría; que esta vez era del Frente Para la Victoria.

Volvió a entenderse con Das Neves en su malogrado tercer gobierno, y también con el titular de la Legislatura: Arcioni. Desde ese lugar, Touriñan acató hasta donde su paciencia pudo la decisión de ir contra el adelantamiento de elecciones que a fines de 2018 proponían Arcioni y Sastre.

Al no poder conseguir su propósito, quien en agosto asumirá como secretario General del gabinete provincial dejó la conducción del bloque en manos de alguien que en teoría sería más permeable a la estrategia de Linares, Carlos Eliceche y Norberto Yauhar: José María Grazzini.

Quien por entonces tenía posturas más intransigentes fue y vino contra los deseos de Arcioni todo aquel verano, hasta que se impuso el llamado a internas en abril y a generales en junio. Eso sí, el dirigente nacido en Córdoba consiguió que no fueran en marzo y mayo, como originalmente tenía previsto Chubut al Frente. Hoy Grazzini es ministro de Gobierno y Justicia.

Ahora, Touriñan volverá a conducir a Grazzini; pero con ambos en funciones ejecutivas. Replegado como presidente de Petrominera, el comodorense ocupaba un tranquilo segundo plano hasta que Arcioni le soltó la mano a Andrés Meiszner.

Como en el Concejo Deliberante en Comodoro, adonde llegó de la mano de Guinle, y en la Legislatura en la que avanzó junto a Das Neves, ahora Touriñan deberá apelar a sus mejores dotes de negociador para ayudar a rescatar a un gobierno que sufre por falta de política y también de "rosca". Siente que a su juego lo llamaron.