Cultura

La crisis aprieta, el fondo se achica y los géneros entraron en competencia

Por Marina Mariasch

Los géneros se multiplicaron en varias siglas o en tantas opciones como sujetxs existen. Los géneros -sexuales/identitarios, literarios- estallaron en híbridos y mezcolanzas, parecen ser categorías del pasado o reductos de culto para quienes quieren practicarlos. Tras el llamado a concurso literario 2020 del Fondo Nacional de las Artes también estallaron las redes: esta vez se recibirán sólo poemas, cuentos y novelas en los géneros fantástico, terror o ciencia ficción.

"Son géneros que no suelen llegar a instancias finales de premios, que están bastante invisibilizados", dice la escritora Mariana Enriquez, directora de Letras del Fondo Nacional de las Artes del Ministerio de Cultura de Argentina. "El concurso está dividido en regiones del país con un intenso intento de visibilizar a las regiones. Hay una doble intención de visibilizar estos géneros que están menos premiados, que en general se quedan en el camino, y al mismo tiempo a todas las provincias de la Argentina", desarrolla la escritora, consultada por LatFem.

La crítica llegó de inmediato. La poeta Verónica Pérez Arango escribió en su muro de Facebook: "Abrió el concurso de letras del FNA más excluyente que nunca: solo pueden presentarse textos que se ajusten al género terror, fantástico y ciencia ficción". El texto sigue y fue compartido por varixs escritores, que sumaron cuestionamientos y comentarios.

"Creo que hay un montón de gente que se sintió excluida. Y la verdad es que yo lo pensé como una decisión política en el sentido de que son géneros populares pero menos visibles, que suelen aparecer menos en estas instancias, que tienen menos legitimación que otros", explica Enriquez.

Cecilia Pavón, poeta, narradora, traductora, dice: "Sentí que este premio era un poco poesíafóbico porque es muy difícil para la poesía entrar en esos géneros. La poesía tiene mucho menos lugar en esa temática que la narrativa". Hacia la misma dirección apunta la poeta y editora Daiana Henderson: "En la poesía no hay temas". "En todo caso hay motivos o motivaciones, pero no necesariamente estos se encuentran explicitados en la superficie del poema. Pedirle a un poema que ¨trate de algo¨ va en contra de su naturaleza de autoinvención. No digo que una no pueda decir que un libro de poemas es ¨re sci fi¨, pero pasarlo por el tamiz de la referencialidad es empobrecedor y no tiene sentido. ¿Cómo se mide la representatividad temática de un libro de poemas?, por ejemplo, ¿qué pasa con un poema abstracto?"

"Entiendo un poco más lo de lo de la poesía, porque la poesía es más difícil de poner en un género", dice Mariana Enriquez, "pero al mismo tiempo, si yo iba a poner a todos los formatos no podía excluir a la poesía. Además, por primera vez hay novela gráfica como género literario. También existe la posibilidad de que alguien considere que está escribiendo poemas que puedan considerarse dentro del género, ¿por qué no? `Lamia´, de John Keats, es un poema sobre una vampira. Ahí tenés un poema muy largo que es poema ¿fantástico? sobre una ¿monstrua?, ¿no?"

CUESTION DE GENERO

El debate tiene varias derivas. "Es un tema interesante a plantear si esta idea de género también viene con una idea del escritor profesional que de alguna manera deja fuera muchas, muchos textos que no encajan en una idea de género", sigue Cecilia Pavón. "Para mí esta idea de cerrar los géneros siempre fue muy tradicional y muy conservadora. Crecí con la idea de que los géneros literarios son una necesidad del mercado editorial corporativo antes que de los escritorxs o lectorxs".

Inés Kreplak, escritora, investigadora y docente, reflexiona: "Creo que, desde hace años, el movimiento feminista dentro de la literatura está dando una lucha muy grande porque se lean, publiquen y revisiten otros modos de la literatura que siempre habían quedado relegados del canon por no atenerse a las formas impuestas por la literatura patriarcal".

Kreplak ve de otra manera el lugar que ocupan los géneros que Enriquez eligió por relegados para el concurso: "El fantástico tiene una larga trayectoria dentro de la literatura argentina, en particular, y puede considerarse una forma canónica que no necesita de impulso especialmente dirigido desde el Estado. Si bien es cierto que las formas del terror y de la ciencia ficción han quedado más relegadas y está bueno que haya fomento a la creación literaria por fuera del realismo y la idea de la imaginación de otros mundos posibles, creo que es un error garrafal que eso sea impuesto en términos formalistas en un contexto en donde las formas estéticas contemporáneas ponen en cuestión los géneros y hacen estallar por los aires las categorías".

La crítica de Inés también apunta a lo que cree una histórica masculinización de estos géneros: "Creo también que en un esfuerzo por incluir se excluye. Que haya mujeres, excelentes escritoras, trabajando con estos géneros no significa que sea un modo de incluir a las mujeres, travestis, trans, no binaries porque son géneros de larga tradición patriarcal, más bien practicados mayoritariamente por varones".

Enriquez es contundente y despliega su propio canon de género y género: "No me parece en absoluto que la ciencia ficción y el terror sean géneros masculinizados. En absoluto. Me parece que hay gran grandísimas escritoras de ciencia ficción y de fantasía y de género en general. No se las ha puesto al mismo nivel que a otros autores. Pienso en Ursula K. Le Guin, pienso en Octavia Butler, pienso en Shirley Jackson, pienso incluso acá en Liliana Bodoc. O en Suzanne Collins, autora de Los juegos del hambre. Uno de los libros favoritos de género es Jonathan Strange y el señor Norrell de Susanna Clarke. Samanta Schweblin escribe género. Pilar Pedraza en España para mí es la mejor escritora de género en español. Laura Ponce, que es uno de los jurados, es una gran escritora de género, de ciencia ficción. En España también está Laura Fernández, que es una gran gran escritora de una ciencia ficción más loca, y Ana María Shua ha escrito grandísimas cosas de ciencia ficción. Liliana Colanzi, una gran escritora boliviana contemporánea, es una escritora sobre todo de ciencia ficción. Amparo Dávila, que acaba de morirse, gran escritora mexicana de cuento extraño y de cuento fantástico. Angélica Gorodischer, nuestra gran escritora de fantasía y de ciencia ficción. Creo que ahí hay un problema también de visibilización y de saber qué es lo que están escribiendo las mujeres. Yo creo que las mujeres pueden hacer cualquier cosa".

"A mí no me gusta esta idea de género, aunque no tengo nada contra la literatura de género: en mi taller justo di un texto de Octavia Butler, escritora de ciencia ficción feminista afroamericana de los 70", cuenta Pavón. "Acá sentí que hubo como una bronca contra la escritura de mujeres que por ahí tuvo su momento mínimo. Esta idea de lo testimonial, escribir con la experiencia personal, que es muy despreciada. Hay toda una experimentación con el yo que tiene toda una tradición femenina que, digamos, no es todo una mierda. Siento que hay como una especie de mala onda con la escritura esa que está asociada al yo y a la experiencia, que puede ser de mujeres o de otros colectivos, o de lo que sea. ¿Pero por qué borrar del mapa la idea de testimonio?"

Enríquez no esquiva el asunto: "Tampoco creo que las mujeres tengan una obligación acerca de escribir sobre su experiencia, creo que la mujer como escritora tiene que escribir exactamente lo que tenga ganas de escribir. Estaba pensando en Mónica Ojeda, que es una bomba ecuatoriana, en María Fernanda Ampuero, gran escritora de la crueldad. Ariadna Castellarnau, que salió con una distopía fantástica. Pero de ninguna manera me parece que haya que acotar la imaginación de las mujeres o que tengan que escribir sobre ciertas cosas, ¿no?"

Enriquez habla del deber, de lo que deberían o no escribir "las mujeres" y eso parece haber resonado en las bases del concurso del FNA. Dice Pavón: "A mí me suena un poco como ¨basta de feminismo¨, onda ya leímos sus novelas amateurs y fragmentarias en primera persona, volvamos rápido al género bien escrito. Y bueno, todas ustedes que escriben de sus cosas y lo que ven por la ventana ahora van a tener que escribir otra cosa."

GENERO MARCADO Y MERCADO

"El género es un instrumento mercadotécnico, sirve para ordenar un corpus. Una ordenación que aparece después del texto y que se rige por convenciones, como las de la extensión o la disposición tipográfica, útil y problemática, porque tiene la capacidad de moldear lo que se produce después. La división aparece muy claramente en algunos casos y en otros no tanto, como en las prosas poéticas. Aceptamos y alimentamos esa convención, con sus ganancias y pérdidas. Pero después está la cuestión temática, que me parece más preocupante, porque es un resabio de una educación de lectura netamente interpretativa, donde también el mercado ha ejercido su influencia compartimentadora (cuanto más catalogable el contenido de una obra, más comunicable y comercializable)", analiza Daiana Henderson.

Mientras une anónimx en las redes comenta que le parece una decisión vanguardista, Pavón agrega: "La literatura o la literatura del mercado está siempre marcada por la idea de género. ¿Qué es lo novedoso del Fondo Nacional de las Artes al abrir esta convocatoria? No, realmente no lo termino de entender. Son géneros que no están en baja en el mercado. Para mí es triste, es un duelo porque es un cambio de paradigma hacia lo que dicta el mercado".

Enriquez introduce la variable material en la discusión y el dato del contexto reenmarca la polémica: "¿Que son los géneros que escribo? Bueno, claramente es una impronta. Yo trabajo el terror desde el realismo y la experiencia personal. Este es un momento excepcional y me parecía bien marcarlo de alguna manera y visibilizar algo que, desde mi experiencia, sé que está invisibilizado. Está focalizado en esos géneros, con una excepción por un año excepcional en el que estamos muy tarde para para lanzar el concurso, en el que existía la posibilidad de que el concurso directamente no sea. Por supuesto, es acotado, es un concurso de género. No va a ser así todos los años, es un concurso excepcional". Pavón vuelve sobre sí misma y piensa: "Es genial que se vuelva a la literatura de género, así los de la literatura del yo podemos volver a ser excéntricxs".

"En un contexto excepcional de pandemia", señala Kreplak, "el Estado premia excepcionalmente zonas literarias nunca antes estimuladas específicamente. ¿La excepción hace la excepción? Me parece otro error. Por otro lado, es de un gran descuido que, tras el esfuerzo que ha hecho el Ministerio de Educación años atrás con su Biblioteca Juan Gelman, la formación de docentes en poesía, los Festivales de Poesía y la Red Federal de Poesía, entre otras acciones, no se haya incluido en Letras une jurade poeta. No solo porque es el género más federal e inclusivo de todos, sino porque hay grandes poetas que necesitan trabajar y que representan el género con gran maestría".

Hacia la noche, y antes de que la humedad se vuelva lluvia, la poeta Flor Codagnone escribió en twitter: "No puedo creer todo el revuelito entre poetas, como si no existiese Los fuegos de Orc: antología de poesía y ciencia ficción". Además, Flor reflexiona desde otra posición: "A mí no me parece mal que este año el concurso de letras del FNA se ciña a esos tres géneros. Primero, porque decir que no hay poesía de terror, de ciencia ficción, por ejemplo, es desconocer mucho de lo que se está escribiendo en la actualidad y de lo que se escribió antes. ¡O acaso no existió la poesía gótica! Como si escribir sobre los femicidios o sobre la desaparición de Santiago Maldonado no entrara dentro del terror o como si no hubiesen existido algunos de los poemas de Javier Adúriz sobre Blade Runner... Por otro lado, me resulta un buen desafío. ¿Por qué no intentar hacer algo allí donde, parece, hay poco?"

"Toda la estructura estuvo dedicada, de hecho está aún, a las becas Sostener", dice Enriquez reponiendo de nuevo un contexto que argumenta la iniciativa de su gestión. Como muchos debates, tuvo y tiene intervenciones lúcidas y otras embarradas por el lodo de las redes y los egos. Una salida ingeniosa la propuso en twitter la escritora y editora Magalí Etchebarne: "Una historia familiar siempre es de terror, para mí que seguimos todos en carrera".

Fuente: Latfem