Política

Sastre, Maderna y la comprobación de que siempre es difícil volver a casa

El Coronavirus ha pasado a segundo plano en Chubut para algunos dirigentes que intentan fugar hacia adelante y políticos que no se quieren quedar al margen de lo que deparará el año electoral de 2021.

El gobernador Mariano Arcioni pone sus fichas en su nuevo secretario General de Gobierno - el remolón Javier Touriñan dijo ahora que asumirá el miércoles 5- para que le consiga el apoyo político que cada vez le resulta más imprescindible para mostrar en Nación, y no solo ante los acreedores de la deuda externa.

En la Legislatura, mientras tanto, le dilatan todo lo que pueden los tiempos a la espera de vaya a saberse qué gesto o señal que daría alguien que no reside en Chubut. Son ocho diputados del Frente de Todos y nueve del Interbloque que ya se hubieran unido si no fuera por viejos rencores y renovadas ambiciones.

Además, el sector que responde al vicegobernador Ricardo Sastre no termina de definirse del todo como oficialista u opositor. Por un lado deslizan que quieren desbancar al presidente del bloque de Chubut al Frente, el sacrificado Juan Horacio Pais, pero en paralelo protagonizan el espectáculo de la "estudiantina" en Cushamen, donde hay habitantes que la pasan peor que si un gobernador los "ningunea" en Rawson.

El poder en cuotas

De hecho los neo-oficialistas son quienes manejan el Poder Legislativo, como queda demostrado cuando a los empleados solo Sastre los puede convencer de trabajar dos, cuatro o más horas.

El vicegobernador quiere volver al PJ, pero sin prestarse a esa imagen que dio Adrián Maderna en el acto por el aniversario de la muerte de Eva Perón, al "reafiliarse" a un partido de donde jamás lo expulsaron. Tampoco quiere perder los beneficios de la antigüedad que tenía antes de irse para crear el ProVeCh que tantos beneficios le trajo a Mario Das Neves.

Para ello cuenta con el respaldo de Carlos Eliceche, con quien se ha vuelto a reencontrar hace tiempo y que ahora dice estar dispuesto a trabajar para que él sea el próximo gobernador de Chubut.

El diputado del PJ sabe que su tiempo ya pasó y opta por dar un paso al costado hasta en su ciudad, Puerto Madryn, hoy gobernada por el mellizo del vicegobernador.

Y mientras azuzan al gobernador con que presente un plan económico que vaya más allá de pedir deuda y aportes al Tesoro nacional, las rencillas internas se trasladan a los territorios. Por ejemplo, no todos reciben con los brazos abiertos a los que vuelven.

De pago chico

Gustavo Mac Karthy no quiere resignar su espacio en Trelew y por eso pretende que Maderna vaya al fondo de la cola porque "el peronismo no es una puerta giratoria", como también dice el intendente de Comodoro, Juan Pablo Luque, que recuerda recientes picardías de dirigentes como Eliceche que conspiraron contra las chances del PJ en la última elección a gobernador, cuando una diputada que le respondía hizo posible el desdoblamiento electoral al no dar quórum en la sesión en que se derogaría la convocatoria.

También está el antecedente de la elección a diputado nacional en 2017 cuando en las PASO Ricardo Fueyo sacó en Madryn menos votos que Néstor Hourcade, a quien auspiciaban Néstor Di Pierro y Javier Touriñan, el próximo jefe de Gabinete de Arcioni. Esa vez el favorecido con la división fue el macrista Gustavo Menna.

Claro que para que no se note tanto, ahora Eliceche afirma que apoyará a Carlos Linares para que sea senador nacional, ya que no pudo ser gobernador.

El nuevo poder

El ex intendente de Comodoro mira con recelo a su sucesor, Luque, quien en pocos meses -y pandemia mediante- construyó poder comarcal y tendió puentes en Nación, donde figura como uno de los principales referentes patagónicos.

En Comodoro no tienen el problema de los que regresan porque si alguien se fue alguna vez no se nota. Di Pierro, por ejemplo, que fue de los primeros en encontrar nuevo trabajo con Das Neves como director de YPF y con Arcioni como asesor.

Pero como ahora el gobernador cuenta con respaldo del Gobierno nacional, debería encontrar detrás suyo tanto a Luque como a Di Pierro, Linares, Sastre, Eliceche, Maderna, Mac Karthy y Norberto Yauhar. Todos los que antes del Coronavirus mantuvieron reuniones en Buenos Aires con Alberto Fernández y el titular del PJ, José Luis Gioja, comprometiéndose a hacer lo imposible por unir al partido que solo conformó un bloque monolítico cuando tuvo liderazgos que pasaron pruebas en las urnas.