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Jimena Cores: "Faltan feministas en la política; el debate del aborto cambió mi manera de pensar"

Entrevista de Lola Sánchez

En diálogo con El Extremo Sur, Jimena Cores -subsecretaria de Cultura de la Municipalidad- opinó que "Hay muchas cosas que tienen que ver con el Comodoro de antes, pero la ciudad cambió en muy pocos años y después de esta pandemia va a cambiar mucho más". "La apertura y la llegada de jóvenes modificó a aquella ciudad apática y poco solidaria a la que muchos mencionan todavía", comentó, para remarcar que el objetivo de la gestión es "descentralizar el arte y la cultura para que lleguen a cada barrio de la ciudad". "Se cree que la cultura es un lujo, algo secundario, pero yo pienso que puede cambiar la vida de la gente", afirmó Cores, al tiempo que destacó que "es más necesario que nunca que las mujeres feministas ocupen bancas políticas y lugares de decisión en todos los ámbitos". Aseguró que "El debate del aborto cambió mucho mi manera de pensar en política"

Desde 2017 integraste la Vecinal del Barrio Juan XXIII. ¿De dónde viene esta necesidad de estar para otros y ayudar?

Siempre trabajé en organizaciones, ad honorem, siempre estuve involucrada. Cuando estuve en Buenos Aires colaboré hogares y en comedores. Volví a Comodoro en 2014 aproximadamente, y luego sufrí en carne propia el temporal de 2017. Me inundé. Para mí trabajar en organizaciones solidarias fue como una cura de todo el trauma de la inundación. Veo lo que pasa ahora con la pandemia y es todo lo contrario. No se puede hacer nada, no se puede poner el cuerpo; que es lo que me gusta a mí. En ese momento del temporal me salvó estar para otros, poder ayudar.

¿Desde el temporal te involucraste de forma permanente con la Vecinal?

Claro, yo nunca antes había participado activamente en la Vecinal. Creo que es lo que nos pasó a muchos miembros de mi barrio y de otros barrios también. Nosotros nos inundamos, armamos un grupo de autoconvocados y empezamos a ver que la Vecinal no daba las respuestas que queríamos. Empecé a actuar como mediadora entre los vecinos, ellos preferían que yo hablara y diera la voz en ciertas cuestiones. Les decía que no teníamos que hablar de un problema sino el de todos. Ahí empezó todo. Después empezamos a movilizarnos por el tema de las donaciones que no llegaban. Había muchos vecinos que realmente no podían ir a comprar. Era muy difícil en ese momento tener agua, comida, cosas básicas y empezamos a llevar las donaciones nosotros. Así se fue conformando el grupo de autoconvocados. Unos 9 meses después una vecina nos avisó que ya podían postularse las listas para la elección de la Vecinal. Armamos una lista y ganamos. Se fue dando; en ningún momento yo lo decidí concretamente. Hasta que me inundé no sabía la cantidad de funciones que tiene una Vecinal.

¿Creés que el temporal generó un sentimiento de mayor solidaridad en Comodoro?

Yo creo que sí, es muy típico pensar que no hay solidaridad en Comodoro, que el comodorense es apático; para mí no es así. Estamos muy acostumbrados a trabajar, entonces no nos permitimos salir de eso y ver que hay afuera. El temporal fue un shock: de pronto se te llenaba la casa de barro, no quedó otra que darte cuenta que había otra realidad. En mi casa llovía y empezamos a sacar ropa de los placares para donar. En ese momento pensé, "al final a todos nos pasa". Eso unificó, las catástrofes unifican la realidad de todos. Hay gente a la que la golpeó más; algunas personas perdieron la casa completa.

¿Avanzan las obras públicas para evitar que esto vuelva a pasar?

Hubo muchos años en los que la pelota se pasó de un lado al otro. La anterior gestión decía que estaba la plata, pero no terminaba de permitir que se hicieran las obras. Había un tira y afloje entre Provincia y Nación. Eso nos puso bastante nerviosos y angustiados, porque veíamos que las obras no se completaban. Somos conscientes que son obras que tardan, que tienen un largo camino administrativo. Nosotros pedíamos

-y en esta gestión se pudo cumplir- que las obras se pudieran subdividir para poder avanzar. Es lo que están haciendo ahora. Todas las obras van a hacer que no te inundes con 300 mm., pero obras más chicas van a permitir que tampoco sufras una lluvia de 20 mm. Hasta que no estén hechas uno no termina de estar tranquilo. Cada lluvia suponía para nosotros no dormir, estar en las esquinas nerviosos, esperando que nada pase.

¿Cómo fue tu integración a la Subsecretaría de Cultura de la Municipalidad?

La vecinal siempre tiene vínculos con los funcionarios públicos. Siempre tuve una personalidad de no quedarme callada y decir todo siempre y dar mi opinión desde una crítica constructiva. Ahí se formó un vínculo con Juan Pablo Luque. Cuando él estaba armando su equipo me propuso ocupar el lugar. Acepté, porque me parecía que era importante participar.

¿De qué manera cambió tu forma de ver la política?

El debate del aborto cambió mucho mi manera de pensar en política. Cuando empecé con el vecinalismo quería participar, pero tenía otra idea, no estaba tan segura. Después del debate empecé a considerar que hay que participar como sea, que hay que estar. No hay que dejar que los espacios se ocupen por personas que quizás no tienen los mismos principios que uno. Hay muchas vías para participar en política. Es muy común en Argentina hablar del político como si fuese una raza distinta. Cuando alguna persona me dice "todos los políticos son iguales", yo le digo: "¿pero sabés que yo también soy política?". En la Vecinal hacíamos política, no partidaria, pero era política. Es también sacarle esa connotación de mala palabra. Es una herramienta buenísima para igualar la vida de todos. Que el vecino, el ciudadano común, pueda participar en política y considerar que se puede cambiar la realidad de las personas. Es el momento de participar y poner el cuerpo, con todos los pros y contras que trae eso.

¿Qué ideas acerca de la cultura en Comodoro?

La pandemia frenó el trabajo y las ideas que teníamos, pero la idea clave es descentralizar. En la danza, como en el deporte, se trabaja el compañerismo y eso te cambia la manera de pensar. En la vecinal habíamos hecho el Festival de Rock en la plaza, movidas con las murgas, porque Comodoro es muy grande y no todos los ciudadanos llegan al centro. Está bueno que la cultura llegue a los barrios y que vaya transformando a la gente. Es una parte fundamental de la gestión que queremos hacer. Que todos los ciudadanos puedan sentir al Estado cerca.

¿Se toma la Cultura como un derecho fundamental?

Exactamente, a veces la cultura suele verse como un lujo, y no es así. Pienso que puede cambiar la vida de la gente. En las vecinales es un trabajo muy importante, con los talleres, con charlas, con todo lo que se puede multiplicar y seguir trabajando para nuclear a los vecinos.

¿Comodoro ha modificado su impronta cultural a lo largo de los años?

Hay muchas cosas que uno cree de Comodoro que en realidad tienen que ver con el Comodoro de antes. La ciudad cambió en muy pocos años y después de esta pandemia va a cambiar mucho más, porque cada vez hay más gente joven que vuelve. Antes era común irse a estudiar y no volver, se perdía esa juventud, ese sector que volvía ya más grande. Ahora muchos chicos se quedan a estudiar acá incluso, y eso cambia mucho a una sociedad. La cultura es impresionante, porque está llena de gente joven que trabaja de eso, que vive de eso, y hace unos años era impensable. Cuando yo bailaba, era una locura ser profesora de danza y vivir de eso, y yo vivía de eso. Creo que cambió esa manera de pensar. Hoy en Comodoro hay músicos, compañías de danza; una movida más grande que tiene que ver con ese pensamiento de que todas las carreras son válidas.

Tu discurso está muy enfocado en materia de género, ¿te consideras feminista desde siempre o fue un proceso?

Desde siempre. Desde chica pienso así. Antes no se hablaba tanto y me traía muchos más problemas que ahora. Me acuerdo que me peleaba con amigas por el tema. En mi casa nunca me dijeron que estaba mal hablar de eso. Hubo en mi familia mujeres muy fuertes, no feministas. Ahora puedo hablar esto con mi familia, y me entienden y me acompañan. Ser feminista cuando yo era chica era no depilarse, a ese nivel lo veían. Empecé a leer mucho más de adolescente y ahora hay cada vez hay más información y posibilidades para hacer cursos, diplomaturas.

¿Cómo observás las resistencias a este movimiento?

El feminismo tiene que llegar a quienes no se perciben feministas, no sirve solamente que discutamos los temas siempre dentro del círculo de feministas. Todas nacimos bajo el mismo sistema y todas vivimos las mismas cosas; algunas despertamos antes. Hay que llegar a la mujer que todavía no lo percibe íntegramente, a la que todavía piensa que hay igualdad.

¿Cómo ves la situación de las mujeres en Comodoro?

Tener una Secretaría de la Mujer es importante, es una política de Estado fundamental. Los hombres que hacen política lo están aprendiendo ahora. Se habla mucho de género, la capacitación de Ley Micaela ya estaba lista en el Municipio, pero justo tuvimos la pandemia así que se fue posponiendo. Es importante destacar que hay herramientas dentro de la gestión, hay fuerte decisión política para que eso suceda.

¿Cómo modificó la pandemia la situación de las mujeres?

La pandemia no nos iguala. Hay muchas mujeres que están sufriendo mucho más, como aquellas que están en hogares monoparentales. Con la pandemia se está demostrando que hay mayor desigualdad entre hombres y mujeres. Esta situación trabó muchísimas cosas en cuanto a la gestión que se puede hacer. Ahora se está trabajando el presupuesto en materia de género a nivel nacional. Que haya una política de género es fundamental, y eso también se logra con feministas en los espacios políticos.

¿Cuál es tu análisis sobre el cupo de las mujeres en la política?

Siguen faltando mujeres en la política, y especialmente feministas, mujeres con perspectiva de género. Todavía hay mujeres que sostienen prácticas patriarcales que no suman. En el debate del aborto muchas mujeres sostenían una opinión con la cual no estaba ni estaré jamás de acuerdo. No tiene que ver con el género sino con la perspectiva de género. Es importante el cupo. Una crítica que siempre se hace es la cuestión de la formación. Creen que las mujeres que ingresan por el cupo no están formadas. ¿Quién te asegura que los hombres que están en puestos políticos están formados? No es fácil para las mujeres ingresar a la política. Yo no tengo hijos actualmente, pero quizás no me hubiese sido tan fácil ser vecinalista y tener una familia; la realidad es esa. Todo lo que es el cuidado de la casa y de los hijos recae sobre las mujeres. La mujer que es madre no tiene el mismo tiempo para participar en espacios políticos. Cuesta que estemos en los lugares de toma de decisión. No pido que haya una gestión solamente de mujeres, sino que haya paridad y perspectiva de género tanto en hombres como en mujeres.

¿Cómo fue tu experiencia en la política siendo joven y feminista?

Lo más difícil fue al principio. Yo no estaba tan formada en género, no tenía tanta experiencia. Lo sufrí más que ahora, porque el vecinalismo es muy machista. Al principio preguntaban "¿Dónde está el vecinalista?", y miraban mal cuando se enteraban que era yo. O en reuniones técnicas me miraban como si yo no entendiera nada, sufrí mucho todo eso. Me pasaron cosas problemáticas, tuve un vecino que me gritaba cosas, me acosaba por las redes. Entonces fue más chocante al principio que ahora.

¿Ahora lo vivís de otra manera o tenés más contención?

Ya no entro a las redes, me cansé del acoso, de que me digan de todo; es impresionante el maltrato que hay. Antes llovía y me hacían culpable hasta de eso. En las primeras notas me decían de todo, cosas en contra de la mujer principalmente. Porque si sos mujer y llegaste a algo, reaccionan. A las mujeres siempre se las ataca siempre; por cómo lucen, con quién salen, con quién andan. Se las ataca hasta con qué estudios tienen y cuáles no. Al hombre nunca. Sirve mucho formar redes con compañeras feministas.

Mencionabas que la pandemia va a traer cambios para la ciudad. ¿Qué Comodoro proyectás en un futuro próximo?

Después de todo esto va a haber muchos cambios. Por ejemplo, con la gente que se va a volver a vivir acá: ya volvieron chicas y chicos que vivían en otras ciudades. Las grandes ciudades ya no son una opción para algunos. Está sucediendo. Hay un discurso que dice que la pandemia nos hace mejores, que vamos a salir mejores de ésta. Todas las grandes crisis demuestran también la fragilidad de la sociedad, el egoísmo que vemos en algunas circunstancias. La catástrofe de 2017 unificó mucho, cambió nuestra manera de pensar.