Política

Nación exige ver los números de Chubut, se demora la renegociación y vencen U$S 40 millones en octubre

Por Alberto Castro Daza

Pasados dos tercios del mes de septiembre, el gobierno provincial solamente hizo frente en dos cuotas al rango 1, según sus propios criterios el grupo con menor masa salarial. Eso encendió las alarmas de una provincia que vive desde hace años una especie de invierno nuclear, pese a ser una de las principales exportadoras de divisas del país. Se espera que esta semana se anuncie cómo seguirá el cronograma de pagos cuando se acumulan casi tres meses de deuda sin incluir el aguinaldo. Llama la atención la flexibilidad con que los sindicatos vienen tomando desde hace años esta situación, más allá de la pandemia y de la crisis general.

Si bien los gremios intentaron dar muestras de "fuerza" cortando rutas durante la última semana, lo cierto es que en algún momento distintos sectores de los representantes de los trabajadores se quedaron sin comunicación con el resto de sus pares a nivel nacional.

ATE es un ejemplo de ello, aunque quizá el más emblemático sea el sindicato que nuclea a los docentes. Cuesta hallar en la historia de este país una situación equivalente en tiempos democráticos y que la respuesta a nivel nacional sea el silencio o como mucho un murmullo tímido. Esto hace sospechar que algunos reclamos de derechos legítimos solo son atendidos o alentados cuando están vinculados a los intereses de un partido y no a la verdadera naturaleza del orden jurídico y social.

Mostrar o no mostrar, ahí está el dilema

El 1° de septiembre el gobierno nacional festejó la reestructuración de la deuda, permitiéndose un plazo de tres años para retomar los pagos de la misma.

El logro fue un motivo de celebración también para las provincias, que vieron la posibilidad de hacer lo mismo con las deudas provinciales.

Las provincias con deudas "performing" son Santa Fe y CABA. Por su parte, Mendoza, Neuquén y Buenos Aires presentaron sus correspondientes ofertas. Sin embargo, Chubut aparece junto a Chaco y Jujuy como las rezagadas que aún no hicieron ninguna propuesta; aunque hayan transmitido su intención de reestructurar.

A esto se suma que el Ministro de Economía, Martín Guzmán, diseñó la reestructuración de la deuda nacional para que las provincias "eviten" el recurrente camino de las negociaciones dudosas para el pueblo y provechosas para los comisionistas. Esta dificultad adicional obligó a Chubut a presentar una verdadera propuesta estructural y no una mera salida transitoria.

Es que las cuentas en la provincia no son del todo claras. La información que debiera ser pública está vedada y no hay posibilidad de acceso a ella. Economía tiene guardados bajo siete llaves sus números, inclusive frente al gobierno de Fernández. Por eso el propio gobierno nacional -vía Silvina Batakis- condicionó la ayuda financiera a una revisión de sus cuentas. Batakis confió en un off de récord que es "muy difícil ayudar a Chubut".

Este pedido de que Chubut muestre los números por parte del gobierno nacional no es nuevo; lleva ya varios meses. No se entiende la demora en recibir ayuda nacional ante una situación tan delicada a nivel social y financiero, excepto que las cuentas que se tienen que mostrar al gobierno nacional no sean del todo "consistentes".

Gobierno con pocos rostros

Cuando un gobierno se concentra en tres o cuatro funcionarios corre el riesgo de quedar reducido a su mínima expresión. Eso parece suceder en Chubut.

Ante una oposición inexistente, el único que está atentando contra la gobernabilidad es el propio gobierno, que sufre una peligrosa deriva de la cual nadie quiere hacerse cargo. Probablemente esto suceda por el escaso interés electoral que representa Chubut para el gobierno nacional, aunque ningún funcionario lo diga en voz alta. Ejemplo inverso de esta situación es el conflicto con la policía que enfrentó Kicillof y fue resuelto por el propio Presidente sacándole regalías a CABA para afrontar el déficit.

Mientras la situación salarial de Chubut sigue siendo incierta, el próximo mes será seguramente de mayor complejidad todavía. La provincia debe afrontar el 30 de octubre el pago de 40 millones de dólares, sumando intereses y capital.

Sin mostrar las cuentas, sin recursos suficientes y ante la inminencia de un pago millonario, no resulta ilógico prever que octubre puede sumar un nuevo mes de retraso salarial.