Opinión

Nuestro propio planisferio (con ritmo de cumbia)

Por Gastón Ballesteros.

Desde Europa se diseñaron diversos planisferios para las necesidades prácticas y geopolíticas de sus naciones. Ya desde 1507 un alemán le puso nombre a nuestro continente (en honor a un navegante italiano) y trazó las bases del planisferio al que hoy casi todos recurrimos. Ese y otros mapas se fueron enriqueciendo con la información vertida por los viajes pagados por las coronas española, portuguesa o inglesa.

Pero, por supuesto, los planisferios con Europa en el centro y arriba y deformada para verse más grande, no son los únicos posibles.

Desde los teóricos decolonialistas se han hecho innumerables críticas a este diseño eurocéntrico del mundo por eso no está mal escuchar otras propuestas por ejemplo referidas a dónde colocar el meridiano cero.

Para ello prestemos atención a esta cumbia y seguimos reflexionando.

Videoclip de Meta Mate - El meridiano de la cumbiadrive.google.com/file/d/14Bv9zC6yEfyxTFo39Iesjct0qVJaMTZu/view?usp=sharing

Eric Wolff en un libro canónico "La gente sin historia" dice que las relaciones humanas organizadas desde el comercio llegaron a convertir al mundo en un escenario unificado. Para ejemplificar este caso nos pone en contacto con un supuesto viajero del 1400. Este señor estará modelado por los límites materiales y culturales de la época, a saber:

1. Creación de sistemas militares y políticos hegemónicos (monarquías absolutas)

2. Comercio de larga distancia

3. "Rejillas" de imperios y comercios que unieron culturas, religiones, poco después Europa canalizaría estas diferencias para su propio interés.

Wolff hace referencia que el comercio existía desde los tiempos de la medialuna de las tierras fértiles. Eurasia, la península arábiga y Asia mantuvieron conexiones comerciales constantes, pero muy endebles, estas rutas eran transitadas por pastores. Primitivas asociaciones de comerciantes fueron blancas de robos y la falta de seguridad de un estado inexistente que los protegiera.

Para el siglo X la revolución agrícola europea había llevado a cabo una expansión de la frontera agraria. El talado de los bosques, pudo ser un aliciente para unificar bosques (talados) y el mar. De esta manera no solo se podía defender la zona de posibles atacantes, si no también propiciar un comercio seguro. El comercio con Asia era de lujo y de grandes ganancias y de consumo de elite. Era un comercio de "grandes distancias".

No obstante, el comercio marítimo no estaba potenciado, las caravanas en el 1400 estaban en su apogeo. Los otomanos conquistaron Constantinopla en 1453 y a lo largo de tres siglos (hasta la primera guerra mundial) trabaron el comercio directo entre Europa y Asia. Para los comerciantes y burguesía europea llegó el momento de buscar nuevas rutas de comercio. Los portugueses circunvalaran África y llegaran a la india, y Colón llegará a América.

Enrique Dussel en "1492: El encubrimiento del otro: hacia el origen del mito de la modernidad", nos comenta cuáles fueron las formas ideológicas y culturales por las cuales la modernidad europea pudo adueñarse y apropiarse de diferentes formas culturales de los pueblos sometidos y hacerlas propias. Generando una idea muy potente que nos trasciende: la civilización, capitalista, blanca, moderna por un lado y la barbarie, representada por los pueblos originarios como atrasada, ociosa e inculta, por otro. Si tomamos el texto de Wolff y su caminante de 1400, también europeo, pero por un momento imaginemos a ese caminante americano (negro, mulato, mestizo o cumbiero), también hubiera necesitado mapas o un sistema de coordenadas y de ubicación para poder cazar, recolectar o comercializar. Lamentablemente no podemos acceder a esa información, la cultura europea, a partir de 1492, se ocupó de ocultar todo vestigio de cultura originaria.

Para todo caminante es necesario un mapa, los mapas del mundo entero más conocidos son todos de origen europeo.

Siempre existe una distorsión entre lo que somos y lo que queremos ser, o lo que conseguimos ser, o, en definitiva, con lo que consiguieron hacer de nosotros como decía Sartre. Como nos vemos en los mapas, a veces es sinónimo de cómo nos tratan, las diferentes "proyecciones" en los mapas fueron también intencionadas en mostrar un continente europeo más grande que en lo que en realidad era.

La idea de supremacía europea, tampoco es "tan" europea, solamente un puñado de países están en el podio del europeísmo selecto, claro está que, por ejemplo, Polonia o Albania no entran en ese radar. Se puede trazar una línea Portugal, España (Siglos XV-XVII) Francia y Gran Bretaña (Siglos XVII-XX) en donde cada país, a su vez, ha tomado y dejado las riendas de ser los conductores del progreso mundial. Los ingleses habían convertido el agua caliente en energía mecánica y este suceso los consagró como los campeones del progreso y la civilización. En ese sentido eran el centro del universo, todos buscaban copiar su modelo, a veces con muy mal gusto. No se podía emular en una América negra, mulata y cumbiera los modales ingleses, pues estos eran "de una raza superior e inigualable biológica y culturalmente". Por supuesto, el meridiano que divide el planeta en dos también pasa por Francia y Mali o Burkina Faso, pero, al final le pusieron el nombre de un barrio de la capital del imperio mundial de ese momento: Greenwich.

Los pueblos originarios decidieron el nombre Abya Yala para nombrar el continente, junto a ellos la comunidad de afrodescendientes, inmigrantes y todas sus mezclas y descendencias podrían redefinir la cartografía para los tiempos que se vienen.