El mundo

135 años de una cooperación más que estratégica

SPUTNIK

Argentina es la casa de la comunidad rusa más grande de América Latina y eso explica que los dos países celebren con tanto énfasis sus 135 años de relaciones diplomáticas. Una cooperación que supo afrontar "años difíciles" pero que ahora ambiciona incluir el ruso en las escuelas argentinas y llevar al ballet del Bolshói al Teatro Colón.

Argentina es el país de América Latina que tiene la diáspora rusa más grande, con entre 100.000 y 300.000 rusos o descendientes de rusos viviendo en tierras argentinas. El dato alcanza para comprender la importancia de las relaciones diplomáticas entre Rusia y Argentina, un lazo que en 2020 cumple 135 años de vigencia.

Con la celebración de esa historia de cooperación de más de un siglo, la Casa de Rusia en Buenos Aires, el Centro Ruso UBA (Universidad de Buenos Aires) y la Embajada de Rusia en Argentina organizaron una mesa redonda en la que varios referentes de la colectividad rusa en el país sudamericano destacaron la fortaleza de ese lazo, particularmente en lo que tiene que ver con la cultura.

"Son dos países grandes en diferentes puntas del mundo pero que al mismo tiempo están muy bien conectados", destacó el ministro consejero de la Embajada de Rusia en Argentina, Fedor Darovskih. El diplomático señaló que el intercambio entre los pueblos rusos fue incluso más importante "en años muy difíciles como después de 1917, durante la dictadura militar argentina (1976-1983) o en los años 90 después de la disolución de la Unión Soviética".

Darovskih destacó el papel preponderante que la cultura y la educación tuvieron en la relación entre Rusia y Argentina. Tras asegurar que en materia cultural "históricamente los argentinos aplaudieron a Rusia" a través de sus artistas, el diplomático se centró en la cooperación educativa, campo que tiene a ambos países tratando de acordar los términos jurídicos para mejorar el reconocimiento de la educación superior y facilitar así el intercambio de estudiantes.

"Los argentinos tienen gran interés por estudiar en Rusia y nuestro país está ofreciendo becas. Son 30 los argentinos que todos los años van a estudiar a Rusia en diferentes áreas como gerenciamiento, turismo, etc", detalló.

El propio tamaño de la colectividad rusa en Argentina explica también el inicio de contactos entre autoridades educativas rusas y argentinas para abrir en Argentina "escuelas para estudiar idioma y cultura rusa" o incluir este tipo de saberes dentro de la educación curricular argentina. La posibilidad de abrir una escuela rusa en el país "es una cuestión muy complicada pero tengo la esperanza de que se va a resolver", aventuró.

Olga Muratova, directora del Centro Ruso de Cultura y Ciencia en Buenos Aires -conocido popularmente como Casa de Rusia-, coincidió en la avidez de los argentinos por aprender más del idioma y la cultura de Rusia.

"Rusia siempre fue muy atractiva para los argentinos: el ballet ruso, la literatura rusa. Todos los días a la Casa de Rusia vienen argentinos que quieren no solo conocer nuestra cultura sino aprender el ruso", aseguró, recordando que el centro que dirige brinda cursos de ruso y organiza los exámenes para certificar esos aprendizajes.

El Teatro Colón

Una de las invitadas a la mesa redonda fue María Victoria Alcaraz, la directora del Teatro Colón, el escenario teatral más importante de Buenos Aires. Alcaraz, de antepasados rusos, recibió en 2019 la Orden de la Amistad que otorga la Federación de Rusia en reconocimiento a las personas extranjeras cuyos trabajos se dirigieron a mejorar las relaciones con Rusia.

Alcaraz rescató que el inicio de las relaciones entre Argentina y Rusia hace 135 fue "la primera semilla que sembró y del cual pudo crecer un árbol con raíces sólidas, que se hizo fuerte y hoy podemos disfrutar de sus frutos".

En ese sentido, sostuvo que la relación entre los dos países se centra tanto en la cultura como en la educación y la ciencia y mencionó cómo "hoy estamos todos pendientes de los avances que la ciencia rusa pueda hacer con respecto a la vacuna" contra el COVID-19.

Si bien recordó que el Teatro Colón fue fundado en 1908 por inmigrantes italianos, apenas comenzó a funcionar "los artistas rusos comenzaron a venir y las compañías de ballet, los cantantes de ópera y los músicos no dejaron de venir". Ese intercambio fue tal que esa influencia rusa fue determinante en la formación del ballet estable del Teatro Colón, que "sigue la tradición y la cultura rusa".

Alcaraz enfatizó que la influencia rusa en la escuela de danza del Teatro Colón es tal que su directora, Tatiana Fesenko, y varios de sus docentes son de nacionalidad rusa, con el objetivo de "cuidar al máximo que la transmisión de ese conocimiento tan excelso se haga de modo adecuado".

La directora del Teatro Colón aprovechó la ocasión para confirmar que la institución tiene muy avanzadas las gestiones para que ballet del Teatro Bolshói de Moscú actúe en el escenario en 2021 en caso de que la pandemia de COVID-19 lo permita.

De todos modos, la cooperación entre el Teatro Colón y el Bolshói, un área en el que Alcaraz consideró clave el trabajo del embajador ruso Dmitry Feokistov, es tan ambiciosa que, recordó, el propio presidente ruso Vladímir Putin se impresionó cuando visitó el teatro en 2018, a propósito de la Cumbre G20 en Buenos Aires.

Pero el ballet no es la única danza que une a ambos pueblos. Durante la conferencia, el director del Departamento de Latinoamérica del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Alexander Schetinin, dedicó unas palabras a ensalzar la influencia que el tango argentino tuvo en la sociedad rusa. El jerarca incluso bromeó con el gusto por el tango que adquirieron muchos bailarines rusos. En 2019, tras años de ser siempre finalistas, una pareja ruso argentina fue campeona en la categoría Tango Escenario.