Patagonia

Los árboles patagónicos tienen registros de la era del hielo

Estudiando las variantes del ADN (material hereditario) de los árboles de Patagonia, podemos estimar el impacto que tuvieron los glaciares sobre los bosques durante las últimas glaciaciones (Pleistocénicas). Así, es posible identificar bosques con alta diversidad genética (que poseen muchas variantes de ADN), identificar posibles refugios glaciarios (sitios donde las especies pudieron sobrevivir o evadir los hielos), y determinar sitios que por dichas características deben considerarse prioritarios para su conservación.

Además, el estudio del ADN nos permite saber más acerca de cómo los árboles están adaptados al lugar donde hoy viven, eso significa que es posible utilizar esa información para predecir cómo les puede afectar el cambio climático. Estos cambios, de orden global, implican una mayor frecuencia de eventos extremos, por ejemplo, veranos más cálidos y lluvias menos abundantes, lo que pondría en riesgo el crecimiento y la supervivencia de los árboles. ¡Las variantes de ADN y su distribución geográfica nos pueden dar pistas acerca de cuáles serían las mejores estrategias que las especies emplean para adecuarse a estos escenarios cambiantes!

¿Por qué es tan importante estudiar las características de los árboles en función del bosque de origen?

En base a los estudios de ADN sabemos que los sitios de origen son diferentes porque cada uno tuvo una historia evolutiva diferente, y, en el caso de organismos tan longevos como los árboles, este es un aspecto muy importante ya que nos habla de la permanencia en uno o más refugios, nos habla de la capacidad de recolonización y dispersión de las especies. Conociendo el ADN e indagando cuáles son las funciones de las proteínas que se producen a partir de su decodificación, empezamos a comprender cómo se adaptaron al clima o los suelos donde viven.

Estos resultados nos asisten en la toma de decisiones, en el delineamiento de prescripciones que apunten a la conservación de estos sistemas, y a su sostenimiento a largo plazo. Por ejemplo, a partir de los estudios de diversidad genética, sumado al relevamiento de otras características del bosque, es posible indicar cuáles son los sitios más apropiados para la cosecha de semillas y la producción de pequeños árboles para activar un plan de reforestación o restauración (en caso de que ocurra un incendio, una gran sequía o una plaga que impacte sobre el bosque).

Respetar el lugar de procedencia en una acción de restauración puede ser clave. Los bosques son ecosistemas muy importantes, que ofrecen una amplia gama de recursos, bienes y servicios, y su sostenimiento en el tiempo es clave para el planeta. Desde nuestro trabajo, aportamos conocimientos científicos sobre la diversidad genética de los bosques, y sobre la variación adaptativa de las especies de árboles, como principales componentes estructurales de estos sistemas.

Mi nombre es Carolina Soliani, soy Doctora en Ciencias Biológicas, Investigadora Asistente del CONICET y trabajo en el Instituto de Investigaciones Forestales y Agropecuarias de Bariloche (IFAB), una Unidad Ejecutora de doble dependencia INTA - CONICET. Desde hace algunos años me dedico a la investigación de las características genéticas de las poblaciones de árboles forestales de la Patagonia. Participé del ciclo Sabías Qué...Ciencia en la Patagonia Andina por considerarlo una excelente iniciativa de Comunicación de la Ciencia accesible para todo público, que ha sido desarrollado por las Comunicadoras de las Unidades Ejecutoras y del CCT Patagonia Norte de CONICET, para su difusión en la región. Elegí para este ciclo presentarles cómo estudiamos los bosques patagónicos, y cómo aportamos información valiosa para su conservación y manejo sostenido.

Fuente: Patagonia Culturas