Política

Noviembre caliente: ¿Chubut termina con el pago escalonado y patea para adelante la deuda acumulada?

La primera semana de noviembre será clave para verificar si Chubut terminará con el pago escalonado por rangos, pero también será decisiva para saber qué sucederá con los salarios pendientes de agosto, los de septiembre, el medio aguinaldo de julio y las cláusulas gatillo adeudadas. El gobierno parece querer dejar la deuda pendiente hasta fin de año, y esperar para ver cómo evolucionan los ingresos nacionales y las regalías.

El inicio de este mes de noviembre puede encaminar una solución transitoria a la problemática del atraso salarial con los empleados públicos chubutenses o en su defecto ahondar aún más la conflictividad que ha ido en aumento en las últimas dos semanas. Hasta el quinto día hábil, que se cumple el próximo viernes, persistirá cierto nivel de expectativas entre los estatales.

Tras cancelar con regalías petroleras el pago del enorme vencimiento de la deuda en dólares, que rozó cancelaciones por 40 millones de dólares, la gestión de Mariano Arcioni se encamina a afrontar una semana en la que se verá cómo responde a las expectativas que creó.

A principios de octubre Arcioni anunció públicamente que "podemos decir con certeza que en el mes de noviembre estamos saliendo del pago escalonado". La promesa inicial generó expectativas entre los trabajadores estatales, pero con el correr de los días descubrieron que en realidad sólo se proyecta pagar una masa salarial completa a toda la planta de personal -no se sabe aún qué tramos salariales la conformarán-.

Pocas horas después del anuncio del gobernador, el ministro Oscar Antonena indicó que "en noviembre se proyecta el pago (de una masa salarial) pero no tenemos la fecha"; lo que deja abierta la posibilidad de que esto no suceda antes del quinto día hábil.

La mala noticia fue que quedarían pendientes de cancelación casi tres masas salariales impagas. Es decir que no se abonarían los sueldos de un mes a los rangos 3 y 4 de agosto o de septiembre. Tampoco cobrarían todos los rangos una masa salarial completa que bien podría ser la de septiembre o la de octubre. Además, ha quedado en la columna del debe todo el medio aguinaldo de julio y se sumarían todas las cláusulas gatillo pendientes de pago correspondientes a las paritarias 2019 que no se actualizaron durante 2020.

Los datos oficiales que maneja el Ministerio de Economía dan cuenta que por salarios adeudados la cifra asciende a 15.683 millones de pesos, lo que representa casi tres masas salariales completas.

A dicho monto se llaga contabilizando 4.517 millones de deuda por la cláusula gatillo del 2019; 2.305 millones de pesos por el aguinaldo de julio; 3.431 millones de salarios correspondientes a agosto de los rangos 3 y 4; y 5.430 millones de pesos correspondientes a toda la masa salarial de septiembre aún impaga.

A este complejo panorama se le debe acoplar un ítem casi no considerado como el de los aumentos paritarios de 2020, aunque el propio ministro Antonena adelantó a El Extremo Sur que el aumento salarial sería del 0% para el año en curso producto de la pandemia y la crisis económica.

Vale tener en cuenta que la inflación interanual patagónica medida por el INDEC fue del 35,6% hasta septiembre pasado. Es decir que los estatales no sólo se ven perjudicados por casi tres masas salariales impagas sino también por la pérdida de poder adquisitivo en lo que va del año y que se extendería hasta el que viene.

Un respiro de corto aliento

Si esta semana que se inicia se cancela una masa salarial completa y los trabajadores estatales reciben la totalidad de un sueldo en los cajeros automáticos, la situación podría descomprimirse aunque sea de manera relativa. Esto ocurriría especialmente entre los sectores más apremiados por los atrasos en los pagos y el cobro escalonado por rangos.

El malestar sigue horadando las bases de los sindicatos estatales porque los sueldos de por sí no alcanzan para hacer frente a los costos de la canasta básica, menos aún en tiempo de pandemia y con atrasos en los pagos. La situación ha llevado a muchos trabajadores a reinventarse para "changuear" en medio de la crisis con la finalidad de sumar algún ingreso extra que supla lo que no se ha cobrado y afrontar los vencimientos de las tarjetas de crédito, los gatos diarios o devolver los préstamos de familiares o amigos.

Para el gobierno también sería un respiro poder pagar una masa salarial completa en el transcurso de esta semana, ya que eso podría descomprimir en parte las presiones sindicales. La mayoría de los gremios agrupados en la Mesa de Unidad Sindical (MUS) sigue exigiendo la totalidad del pago de lo que se adeuda.

Por ahora no se observan notorios desbordes sobre las dirigencias gremiales de las bases agrupadas en los sindicatos de los empleados públicos. Es cierto que la presión existe pero por ahora no es insostenible, salvo en unos pocos gremios que se han visto obligados a tener que actuar con mayor dureza y profundizar los reclamos en las últimas dos semanas, tal el caso de los viales con los múltiples cortes de ruta.

Desde la MUS se concretaron en los últimos días reuniones con los legisladores nacionales y también con los diputados provinciales, pero de ninguno de esos encuentros virtuales surgieron definiciones significativas que tracen un panorama muy alentador; mientras siguen reclamando una reunión con el gobernador.

Los sindicalistas de los gremios estatales insisten -como lo vienen haciendo desde hace dos años- con la aprobación de la Ley Tributaria Extraordinaria y con la suspensión e investigación de la deuda en dólares. Esos dos carriles aparecen totalmente obstaculizados por el poder político provincial en general. Son opciones que muchos dirigentes políticos mencionan, pero nadie da el primer paso.

Ni siquiera logró avanzar en el Congreso de la Nación una iniciativa para otorgarle a Chubut fondos nacionales sin devolución por 30 mil millones de pesos.

Incertidumbre y hermetismo

Las últimas dos semanas estuvieron signadas por el silencio casi absoluto de parte de los funcionarios provinciales, más aún en el transcurso de la semana que concluye; sea por los contagios de COVID-19 o por la falta de precisiones sobre cómo solucionar la crisis existente.

El único que dio algunas declaraciones públicas fue el ministro de Gobierno, José Grazzini, quien admitió que "nosotros ya lo hemos explicado y llevaremos previsibilidad juntando una masa salarial, pagando en tiempo y en forma el recibo salarial que corresponda a cada uno de los rangos, aunque sí vamos a mantener por ahora el retraso salarial".

Grazzini consintió que "el retraso salarial lo asumimos y lo reconocemos, pero lo vamos a ir acortando en cuanto a los plazos, en la medida que vayan mejorando los ingresos de la provincia".

Esa proyección incierta del ministro de Gobierno es la que profundiza aún más la incertidumbre existente en la actualidad, porque no existe propuesta alguna sobre cómo se cancelarán las deudas salariales existentes con los estatales; mucho menos en que plazos y con qué metodología.