Energía

Jeff Gibbs: "Nunca habrá energía tecnológica verde"

Por Simone Rossi.

El Planeta de los Humanos formula difíciles preguntas sobre el fracaso del movimiento ambientalista para detener el cambio climático y salvar el planeta. Para responderlas, preguntamos a su escritor y director.

Publicado en vísperas del 50º aniversario del Día de la Tierra y en plena pandemia mundial Covid-19, el documental Planeta de los Humanos hace un duro análisis de cómo el movimiento ecologista ha perdido la batalla por sus elecciones bienintencionadas pero desastrosas, incluyendo la creencia de que los paneles solares y los aerogeneradores nos van a salvar, y por haberse sometido a los intereses corporativos de Wall Street.

Por lo que no es sorprendente que la película haya suscitado controversia. Ha sido criticada de ser parcialmente anticuada y engañosa y algunos la acusaron de hacer una exposición sesgada de las energías renovables y de apoyar un «maltusianismo antihumano».

Para disipar cualquier duda decidimos entrevistar al escritor y director de la película, Jeff Gibbs.

Nacido en Flint, Michigan, Jeff colaboró durante mucho tiempo con Michael Moore. La primera película en la que trabajó fue Bowling for Columbine ["Un país en armas", en Argentina, y "Masacre en Columbine", en México*], en la que produjo muchas escenas icónicas como «el banco que te da un arma», «el perro dispara al cazador» y la «Milicia de Michigan». Tras el éxito de Bowling for Columbine, Jeff se convirtió en coproductor de Fahrenheit 9/11, el documental más taquillero de todos los tiempos. Jeff también escribió la banda sonora original de ambas películas. Desde Fahrenheit 9/11, aunque se tomó algún descanso ocasional para producir otras películas, incluyendo el documental de Dixie Chicks Shut Up and Sing ["Cállate y canta"], Jeff ha estado singularmente obsesionado por el destino de la Tierra y la humanidad.

Pregunta. Hola, Jeff. Muchas gracias por esta oportunidad. En primer lugar, el documental está basado en datos científicos. ¿Cuánto tiempo te llevó recopilarlos y qué confianza merecen?

El planeta de los humanos no es una mera recopilación de datos, sino una historia de descubrimiento que carece de sentido fuera de contexto. El panorama general que se presenta en nuestra película es que la civilización está llegando a muchos límites, incluyendo el agotamiento de los recursos, el empobrecimiento del suelo, la deforestación, la sobreexplotación de los océanos, el colapso de la biodiversidad y, por supuesto, el cambio climático. Resolver únicamente el cambio climático no nos salvará, especialmente cuando las llamadas soluciones implican el uso de tecnologías punta que están diezmando la biosfera y causando daño a los seres humanos en todo el mundo. Peor aún, estas supuestas «soluciones» verdes implican acostarse con los banqueros, industriales, capitalistas y sus «fundaciones». De hecho, nada puede marcar la diferencia a menos que encontremos una manera de terminar con nuestra fatal adicción al crecimiento económico, si bien tenemos que cuidar de aquellos que más lo necesitan.

Hace más de una década, comencé mi viaje de exploración del desastre creado por los humanos, y de cuál podría ser la salida. Cuando me di cuenta de que las llamadas soluciones «renovables» no eran ni renovables ni soluciones, empecé a documentar lo que estaba descubriendo. Por ello, lo que se ve en «El planeta de los humanos» está tomado en su mayor parte del mundo real y de entrevistas con expertos. Todos los datos, ya sean de tablas o gráficos, son los más actualizados disponibles, por regla general de 2019 y 2020.

En la película nos apoyamos en hechos, y ofrecemos una amplia documentación en nuestro sitio web. Por ejemplo, los críticos dicen que no deberíamos haber mostrado una escena histórica con paneles solares de un 8% de eficiencia porque esta se ha duplicado desde entonces. Esto no es cierto. En aquella época también había paneles más eficientes, al igual que ahora, pero cuestan el doble o no duran tanto. La eficiencia solar no se ha duplicado desde 2008. En la actualidad, las nuevas tejas solares de Tesla tienen menos de un 8% de eficiencia.

Pero la cuestión de mayor relevancia es que lo importante no radica en la EFICIENCIA, sino en la INTERMITENCIA, tal como se destaca en la película. Debido a la intermitencia, las llamadas energías renovables no pueden reemplazar directamente a los combustibles fósiles sin el almacenamiento de una gran cantidad de energía, algo que no existe a tal escala, y que de implementarse sería a costa de incrementar enormemente el impacto medioambiental y el consumo energético de la llamada energía «verde».

Pregunta. Usted critica algunas de las renovables más importantes y populares. ¿Existe actualmente alguna forma de auténtica energía verde? ¿Cree que es posible producirla con independencia del modo de producción?

La energía «verde renovable» no es ni verde ni renovable. La luz solar y la fuerza del viento pueden ser renovables, pero las gigantescas máquinas tecnológicas hechas para recolectar el viento y el sol son precisamente lo opuesto. Que la tecnología pueda llegar a ser alguna vez «verde» o «renovable» es una de las mayores ilusiones de la historia. La tecnología proviene de la excavación, voladura, minería, quema, fundición, refinación y múltiples procesos industriales. La tecnología consume recursos no renovables, y emite toxinas y contaminación. No existen otras opciones. Todo tiene un precio. El cambio de las fuentes de energía basadas en el carbono a las llamadas «renovables», incluso si fuera posible, aumentaría nuestra dependencia y consumo de recursos no renovables, acelerando la desaparición de la civilización industrial. El sol seguirá brillando y el viento soplando mucho después de que nuestro inútil intento de recolectarlos con cientos de miles de millas cuadradas de tecnología «verde» se venga abajo. Nunca habrá energía tecnológica «verde», y fantasear con ella es una contundente manifestación de nuestra desesperación. Y tened en cuenta que la mayoría de lo que se define como energía "verde", y se subvenciona como tal, son los biocombustibles y la biomasa -y con ellos se quema lo que queda del planeta vivo a fin de seguir alimentando nuestros estilos de vida.

Pregunta. ¿Qué opina de la energía nuclear?

Aunque la energía nuclear proporciona más energía fiable que las tecnologías solar o eólica, sus defensores participan en gran parte de las mismas ilusiones que los llamados defensores de la energía renovable. (Por supuesto, yo mismo fui antaño uno de ellos). Exploraremos más sobre la energía nuclear en nuestro trabajo futuro. Pero incluso la formulación de la pregunta «¿qué pasa con la energía nuclear?» enmascara el erróneo supuesto de que en alguna manera más energía ayudaría a «salvar el planeta». A menos que los humanos tengamos un interruptor de apagado, y comencemos a apagar esta civilización global, la vida en la Tierra acabará "tostada". Si se nos diera más energía «limpia» mágica y gratuita de cualquier tipo, nuclear, solar, eólica, de mareas, de rayos de luna, lo que sea, los humanos la usaríamos para seguir arando, arrasando, talando, minando, fundiendo, pavimentando, contaminando, plastificando, construyendo, pescando en exceso, cazando en exceso y, en general, consumiendo en exceso, prosiguiendo por este camino hasta liquidar lo que queda de nuestro planeta vivo.

Pregunta. Su documental demuestra cómo las grandes corporaciones se han infiltrado en el movimiento verde. ¿Qué lecciones tienen que aprender los activistas? ¿Qué errores cometieron?

Cuando te acuestas con los capitalistas, banqueros, multimillonarios y sus llamadas fundaciones sin ánimo de lucro, no son ELLOS los que cambian -sino tú. Tu visión se atasca en el tiempo y se entierran las más grandes verdades. La revolución no será financiada por aquellos que se benefician del statu quo. Cuando te comprometes para obtener una «victoria» -pierdes. Todo el mundo pierde. Lenta pero inexorablemente, los capitalistas han dado al movimiento ambientalista un angosto enfoque hacia el cambio climático y la supuesta solución de la energía verde, porque es un centro de ganancias de 50 billones de dólares. Y queda fuera de discusión que, aunque algunos líderes ambientales lo digan de boquilla, nuestra adicción al crecimiento económico perpetuo (verde o no) en un planeta finito se encuentra en fase terminal.

Pregunta. ¿Deberían los activistas más conscientes y radicales participar en movimientos medioambientales para cambiarlos desde adentro o hay mejores lugares y formas de llevar a cabo esta batalla?

Buena pregunta. Creo que lo más importante es estar en posesión de la visión correcta. Esto es de una trascendencia mucho mayor que una emergencia climática, por muy grave que sea lo del clima. Nuestra entera civilización industrial con sus siete mil millones de humanos, en camino hacia los ocho mil, está llegando a su fin. O bien nos adelantamos a la civilización que ahora está emergiendo y al colapso biológico o sufriremos las más extremas consecuencias. Las especies no humanas ya están sufriendo las más graves secuelas en todo el mundo.

Pregunta. ¿Qué piensa del movimiento "Viernes para el futuro" de Greta Thunberg?

Creo que Greta Thunberg tiene unas increíbles percepciones. El hecho de que los jóvenes estén usando la palabra extinción representa un genuino progreso. Comparto el temor de todos los activistas sinceros, motivados y auténticos, jóvenes y viejos. Cuando nos enfocamos en el cambio climático sólo como LA cosa que está destruyendo el planeta, nos vamos acostumbrando a las fuerzas del capitalismo que quieren seguir vendiéndonos la desastrosa ilusión de que con la minería, las fundiciones y la industrialización podemos construir nuestra vía de escape de este evento de extinción. Y otra vez, entre bastidores, mucho de lo que estamos haciendo para «salvar» el planeta es quemar el «bio» del planeta como energía verde.

Pregunta. A pesar de salir en un país occidental supuestamente democrático, el documental sufrió una campaña de censura coordinada. ¿Puede describir el tipo de censura, el papel de YouTube y decirnos qué lecciones ha aprendido?

Hemos aprendido que aquellos que están profundamente inmersos en el statu quo y que se acuestan con los capitalistas harán todo lo posible para intentar detener a aquellos otros que representan una amenaza para su narrativa. Aunque el tiro les salió por la culata, dando como resultado que un mayor número de personas viera «El Planeta de los Humanos», es verdaderamente aterrador percibir hasta que punto en el año 2020 unas pocas grandes corporaciones controlan lo que el público ve. La censura sigue siendo un gran problema: tanto The Guardian como Newsweek rechazaron múltiples intentos de que se editaran respuestas a la censura que habían publicado. Hemos sabido que los escritos de varios periodistas y académicos en apoyo de «El Planeta de los Humanos» han sido rechazados para su publicación.

Pregunta. El documental recibió algunas críticas. ¿Qué aprendiste de ellas?

Pudimos percatarnos de la desvergüenza de nuestros llamados críticos con sus ataques hipócritas, calumniosos, coordinados y, según parece, bien financiados. Intencionadamente ignoran las grandes verdades para confundir a la gente. Después de ver la película, la crítica parece ridícula.

Los críticos dicen que la carga de los vehículos eléctricos ya no se basa en los combustibles fósiles desde 2008. Esto no es cierto. La red eléctrica de Michigan sigue siendo convencional (no solar o eólica) en un 94%, al igual que en la mayor parte del mundo. De hecho, el uso global de combustibles fósiles se ha expandido en los últimos años -en su mayor parte se utilizan para producir los materiales instalados en los vehículos eléctricos, paneles solares y aerogeneradores.

George Monbiot dijo que la película es racista por mostrar la realidad biofísica de que globalmente la población y el consumo están aumentando. Para poder decir cosas que nosotros no dijimos, Monbiot hizo recortes en la película. Luego se inventó ideas altamente perturbadoras sobre cómo lidiar con ello, -ideas producto de su mente, no de la nuestra. No compartimos los aterradores planes de George Monbiot. Se está involucrando en la censura con la intención de asustar a la gente para que no vea la película, pero sus esfuerzos han sido totalmente inútiles.

Para terminar, quiero dejar claro que soy una persona muy esperanzada. Nuestra esperanza proviene de vivir en la realidad, no basándonos en fantasías sobre gigantescas máquinas industriales de recolección solar y eólica, o en "limpios" combustibles nucleares o fósiles que «salvarán el planeta». El planeta no tiene ni el más mínimo interés en un nuevo esquema de dominación y control por parte de los humanos. Ahora, mientras todavía tenemos ballenas azules y secoyas, pájaros cantores y mariposas, es un buen momento para abordar la única esperanza que nos queda: o bien del "más" pasamos al "menos", o acabaremos en el montón de chatarra de civilizaciones fracasadas arrastrando todo con nosotros.

Fuentes: wrongkindofgreen.org