Política

Chubut y Neuquén, gigantes petroleros en el barro: siguen hundidos en crisis, deudas y déficits fiscales

Las provincias de Chubut y Neuquén son las principales productoras de hidrocarburos del país, concentran casi el 70% de la producción y las reservas de petróleo y gas de toda la Argentina. Sin embargo, ambas se encuentran hundidas en endeudamientos enormes en dólares y desde hace cuatro años no logran salir de abultadísimos déficits financieros. Dos Estados provinciales poderosos que no consiguen escaparle a las crisis cíclicas, que se hacen cada vez más profundas.

Los últimos cinco años han sido desastrosos para las finanzas públicas de las provincias de Chubut y Neuquén. Salvo en 2018, cuando se produjeron superávits de diferente magnitud, el resto de los cuatro años transitaron por enormes déficits fiscales y para cuando termine este 2020 se preanuncia alcanzarán los peores niveles de resultados negativos del lustro.

Como si el desequilibrio financiero fuera poco, se suman enormes endeudamientos en dólares y pesos que asfixian las cuentas provinciales. Además, los pagos de los vencimientos en moneda estadounidense están garantizados por los ingresos que tienen ambos Estados por las regalías hidrocarburíferas.

La gran pregunta que los gobernantes y la clase política dirigente de ambas provincias deben responder es qué sucedió para que Chubut y Neuquén hayan caído en tan profundas crisis económicas, tanto financieras como sociales.

Desde orígenes diferentes como Mario Das Neves y Mariano Arcioni, más vinculados al justicialismo, o los de Omar Gutiérrez, integrante del legendario partido provincial Movimiento Popular Neuquino; ambos procesos económicos han terminado en conclusiones casi idénticas durante los últimos cinco años.

Las riquezas que se esfuman

Se trata de dos provincias ricas en recursos naturales, esencialmente vinculados al petróleo y el gas natural, que se encuentran altamente endeudadas y con resultados deficitarios que las hunden en constantes emisiones de deudas en pesos para hacer funcionar precariamente la estructura estatal.

Chubut y Neuquén son dos de las provincias más ricas de la Argentina. Entre ambas concentran 67,55 del total del petróleo producido en el país hasta el tercer trimestre del año -con más de 80 millones de barriles de crudo- y a su vez acaparan 69,6% del gas natural producido en el la Argentina -más de 127 millones de barriles equivalentes de petróleo (BEP)-.

Ambas provincias representan el 70% de las reservas de petróleo y gas existentes en el país. Neuquén acumula un total de 2.071 millones de barriles equivalentes y Chubut otros 1.236 millones de BEP. Chubut lidera los reservorios petroleros y Neuquén los gasíferos.

Hasta el primer semestre del año, las dos provincias concentraban 4,3% del total de las exportaciones nacionales; ubicándose en el cuarto escalón de las ventas al extranjero de las provincias argentinas.

La suma de Chubut y Neuquén representa 48,7% de todas exportaciones efectuadas desde la Patagonia; entre ambas exportaron en la primera mitad del año 1.153 millones de dólares -basados en hidrocarburos, pesca y frutas frescas (peras y manzanas)-.

Las importantes riquezas naturales de las dos provincias, sostenidas principalmente por la explotación de recursos naturales no renovables, no se traducen de manera directa en las cuentas fiscales de los Estados provinciales y mucho menos todavía en la mejora de la calidad de vida de sus habitantes.

Endeudamientos gemelos

Desde 2016 Chubut y Neuquén entraron de lleno en un proceso creciente de toma de deuda en dólares, en el marco del gran endeudamiento encabezado por el gobierno nacional de Mauricio Macri. Desde ese año Chubut emitió deuda en dólares por 700 millones y Neuquén por 715 millones.

Quizás por eso ambas administraciones se mostraron muy cercanas al macrismo, ya que se habían visto beneficiadas con la posibilidad de emisión en el mercado internacional del endeudamiento. Claro que como los acreedores no comen vidrio se garantizaron los pagos de los vencimientos a través de la cesión de las regalías, un mecanismo que en Chubut ya se venía aplicando desde 2010.

La emisión de títulos en dólares se transformó en un festival de generación de problemas hacia el futuro cercano que no se tradujo en obras públicas significativas ni tampoco en beneficios para los chubutenses o los neuquinos.

Así se fue acumulando una abultada mochila de deuda en ambas provincias. En 2016 representaba 20.542 millones de pesos en Chubut y otros 19.990 millones en Neuquén.

Al año siguiente la deuda tuvo variaciones alcistas que por aquel entonces fueron menores, pasando a 25.553 millones de pesos en Chubut y 29.313 millones en Neuquén. Para 2018 y como consecuencia de la devaluación del peso los valores en que ambas provincias estaban endeudadas saltaron a los 39.246 millones y los 46.93 millones de pesos respectivamente.

Ya para 2019 y con el descalabro producido a nivel nacional, las devaluaciones y las crisis económicas llevaron a Chubut a posicionarse con un endeudamiento de 59.365 millones de pesos y Neuquén con otros 73.242 millones.

Las proyecciones para este 2020 permiten estimar que la deuda chubutense rondará los 85.000 millones de pesos, entre la emitida en dólares y la vinculada al peso que sigue aumentando y se incrementó con la autorización de emisiones con que el actual Gobierno nacional "ayudó" a la provincia.

En el caso de Neuquén se proyecta que la deuda llegue a por lo menos 100.000 millones de pesos, con mecanismos relativamente similares a los chubutenses.

Esas deudas representarían en el caso de Chubut 124% de los ingresos corrientes de 2020 y en el de Neuquén 92% de todo lo recaudado.

Ahora ambas provincias buscan renegociar los vencimientos de los últimos títulos públicos emitidos esencialmente en 2016, pero ninguna de las dos logró convencer a los bonistas de las bondades de aplazar los pagos de los pagos.

Neuquén ya ha dejado de pagar cancelaciones de uno de sus bonos y se encuentra al borde del default, además de haber ampliado en tres oportunidades los plazos para cerrar las negociaciones.

Chubut inició un poco más tarde la renegociación con los tenedores de su deuda y recién ayer sábado Arcioni y el principal grupo de acreedores habrían llegado a un acuerdo para reestructurar la deuda externa de Chubut de unos 650 millones de dólares (ver nota aparte).

La escasa capacidad de pago y la posibilidad de crisis constantes, incluyendo estallidos sociales y debilidades políticas, parecen no convencer a aquellos inversores privados que en su momento compraron los bonos emitidos por Chubut y Neuquén.

Déficits constantes y profundización por la pandemia

Las cuentas públicas de ambas provincias están completamente en rojo, y se estima que cerrarán 2020 con déficits fiscales enormes. En Chubut se proyecta que el resultado negativo llegue a los 14.646 millones de pesos, mientras que en Neuquén está proyectado en 10.796 millones de pesos.

Si bien una parte de esos descalabros financieros de 2020 se entienden por la crisis generada por la pandemia y la cuarentena, la historia deficitaria data de por lo menos los últimos cinco años.

Para este año Chubut proyecta una pérdida de ingresos por la pandemia que rondaría los 15.430 millones de pesos, que representan 19,4% menos de los proyectados en el Presupuesto 2020. Neuquén presagia 23.862 millones de pesos menos que los preestablecidos presupuestariamente para el año, con 19,5% de retracción.

En Neuquén se preanuncia una baja de 29% en las regalías petroleras; 10% en los fondos de la Coparticipación Federal de Impuestos y 15% de caída en los Ingresos tributarios propios.

Chubut estima que la caída de las regalías rondará el 24%; la de Coparticipación 16% y la de ingresos propios 20% a lo largo del año.

Más allá del casi ineludible déficit de 2020, ambas provincias arrastran problemas estructurales gemelos que se remontan por lo menos a 2016 y que se fueron ahondando en la medida en que se sumaron los vencimientos de la deuda en dólares.

En 2016 Chubut cerró con un déficit fiscal financiero de 5.166 millones de pesos y Neuquén llegó a 2.337 millones de pesos de las cuentas en rojo. Para 2017 los resultados deficitarios de las dos provincias se convirtieron en gemelos, 7.213 millones negativos en Chubut y 7.420 millones para Neuquén.

En 2018 ambas provincias avanzaron en ajuste del gasto público y Chubut consiguió ir más a fondo con el congelamiento salarial de los empleados públicos; por eso consiguió un superávit mayor en las arcas del Estado llegando a 2.412 millones de pesos superavitarios. Como Neuquén no consiguió instrumentar el mismo recorte apenas obtuvo un superávit de 626 millones de pesos.

2019 derrumbó todas las expectativas de extender esos ajustes en el tiempo. Los déficits en las cuentas públicas se volvieron a disparar para ubicarse en los 7.644 millones de pesos en Chubut y 8.256 millones de pesos en Neuquén.

Esas evoluciones casi gemelas de los resultados deficitarios en las dos provincias derrumban casi por completo la argumentación de que en Chubut el origen de los resultados negativos se debió al aumento salarial conquistado por los estatales después de meses de protestas y huelgas.

En todo caso reflejan que la toma desquiciada de deuda en dólares es la matriz principal de los problemas financieros de las provincias, no sólo porque absorbe como una aspiradora los ingresos por regalías petroleras sino porque además con el paso de los meses se van incrementando los vencimientos; obligando a los gobiernos a endeudarse en pesos para pagar mensualmente los salarios estatales y los gastos de funcionamiento de los Estados provinciales.