Pueblos originarios

Asesinato de Catrillanca: "Su muerte develó la crisis de Carabineros"

Por Paula Huenchumil

Fernando Pairican Padilla (36 años), es doctor en Historia de la Universidad de Santiago, y académico en la misma casa de estudios. También es autor de los libros Malon. La rebelión del movimiento mapuche. 1990-2013 (Pehuén, 2014) y La Biografía de Matías Catrileo (Pehuén, 2017).

Al cumplirse dos años desde el asesinato de Camilo Catrillanca, este historiador mapuche e investigador del Centro de Estudios Interculturales e Indígenas (CIIR) conversó con INTERFERENCIA.

Para Pairican, quien también dirige la colección de Pensamiento Mapuche Contemporáneo de Pehuén Editores, lo que sucedió con Catrillanca generó "bastante movilización distinta a lo que había sucedido con Catrileo o Lemun. Tengo la sensación de que la forma en la que asesinaron al peñi (hermano) generó el repudio de la población en su conjunto. Además, manifestó el descalabro que tiene la policía al relacionarse con la gente mapuche en el sur", reflexiona.

El joven mapuche Camilo Catrillanca Marín, fue asesinado a sus 24 años de un tiro por la espalda perpetrado en un operativo policial del Comando Jungla, el miércoles 14 de noviembre de 2018 en la comunidad Tradicional de Temucuicui, Ercilla, donde fue despedido con un eluwun, ceremonia ancestral a la que llegaron más de cuatro mil personas.

Tras la muerte de Catrillanca, quien era considerado como un weichafe (guerrero) para su comunidad, tanto la prensa como algunos personeros políticos hablaron del robo a unas profesoras e incluso acusaron que el joven mapuche estaba armado. Sin embargo, tal como reveló INTERFERENCIA, el entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick, fue informado desde el principio que Catrillanca iba desarmado (pero no escuchó).

En tres videos publicados por Ciper Chile el 19 de diciembre, se descartó de manera definitiva la versión del enfrentamiento previo al asesinato a Catrillanca. En los registros quedó expuesto que fueron doce disparos perpetrados por Carabineros hacia el tractor que manejaba Catrillanca y su acompañante M.P.C. de 15 años., quien fue detenido y golpeado por los uniformados.

Además, el mismo medio publicó que Camilo Catrillanca estaba en la mira de Carabineros, debido a que un informe del equipo de Inteligencia policial identificó a mediados de 2017 al weichafe como un líder de la Alianza Territorial Mapuche (ATM). "Su foto está inserta en un cuadro de los líderes mapuche identificados como blancos a seguir paso a paso".

El martes 27 de octubre de este año se reanudó el juicio por su asesinato, instancia en la que la familia busca cadena perpetua para el asesino.

En la causa tendrán que declarar más de 70 testigos, entre ellos, el ex ministro de Interior Andrés Chadwick, el ex subsecretario Rodrigo Ubilla, el ex director de Carabineros Hermes Soto, cinco ex generales de Carabineros y personal médico que atendió a Camilo Catrillanca, entre otros. De los ocho imputados, siete son ex miembros de Carabineros, además de un ex abogado de la institución. (Ver artículo Quién es quién en el juicio del asesinato de Camilo Catrillanca).

- Desde su visión, ¿el asesinato de Camilo Catrillanca se puede considerar como un hito histórico o es muy pronto para analizarlo así?

- Creo que devela la crisis de Carabineros de Chile, porque da cuenta de algo que ya venían denunciando las comunidades desde el 2001, lo que denominaron la militarización del Wallmapu que es la apuesta de entregarle a Carabineros la resolución de un tema político.

Comienzan a llegar estos nuevos tipos de carabineros, como lo denominaban ellos, a quienes describen como personas más altas, con trajes más asociados a lo militar. De ahí empieza el concepto de militarización, porque la policía que vieron irrumpir en el campo la asemejaban a fuerza militar. Algunos bajaban en helicópteros, eso me decían algunas personas que entrevisté para Malon.

Cuando me dijeron esa reflexión, si lo contrastas con el giro que hay en Carabineros de Chile a partir del 2001, ya el 2002 es más claro. En 2003 empieza a desarrollarse esa política de seguridad pública que tiene coincidencia con lo que el gobierno denominaba como el Nuevo Trato. Por eso algunos abogados de la época, como Rodrigo Lillo, escribieron textos que titularon El nuevo Maltrato porque jugaban con el discurso presidencial y lo que estaba sucediendo en la Araucanía con la militarización y que tendrá después repercusiones en la judicialización del movimiento mapuche y sus dirigentes, y que abre lo que finalmente se llama la criminalización de la protesta mapuche.

Cuento esto porque creo que ahí están los dos pilares de la política del gobierno de Ricardo Lagos; por un lado, lo político con Verdad Histórica y Nuevo Trato; y por otro lado, lo judicial. Eso me ha hecho pensar que son los pilares del multiculturalismo, es decir, la incorporación de lo indígena, pero al mismo tiempo, persiguiendo a los indígenas que están en contra del modelo. Entonces se genera una división dentro del mismo pueblo indígena, y también desde arriba. Por un lado, hay un indígena aceptado y, por otro, un indígena insurrecto. Lo de Camilo representa la configuración de esas dos almas políticas que conviven en las zonas mapuche.

Creo que es muy pronto para catalogarlo como histórico, porque se suma a las muertes anteriores y los sucesos de violencia posteriores. Considero que tenemos que ver que esto habla de un ciclo de violencia estatal. Tal vez el asesinato de Alex Lemún marca un hito en la criminalización de la protesta mapuche, por todas las repercusiones que trajo, como la prisión política.

El asesinato de Camilo responde a una práctica del Estado chileno, que es la de ausencia de políticas. La clase política no sabe cómo responder, y si es que lo sabe... saben que es complejo, porque necesita reformas estructurales para el país. Por eso deciden tomar una repuesta a corto plazo, más rápida, que es entregarle a la policía la solución y sucede lo que penosamente hemos visto; más violencia, muertes y violaciones a los derechos humanos indígenas.

Su muerte creo que se acopla con la de Matías Catrileo en el sentido que se empieza observar una radicalización de sectores mapuche. Con la muerte del peñi Catrillanca ese proceso continúa y se sigue fortaleciendo un sector que ve con recelo un acercamiento a la institucionalidad y que por supuesto ve a la policía como un adversario por el uso de la violencia que hacen sobre el pueblo mapuche.

Lo que sucedió con el peñi generó toda una crisis en Carabineros y cuestionó a los ministros del Interior. No es menor cómo la situación mapuche ha dinamitado a los ministros del Interior, cada muerte desde el 2009 hasta hoy tienden a afectar a la clase política. No pasan desapercibidas.

- ¿Considera que la militarización tuvo un cambio con la instalación del Comando Jungla?

- Se profundiza la militarización, porque pasa a ser un grupo más operativo, estilo comando. No es que no haya existido antes, por eso los peñis y lamienes decían ‘aquí hay militares". Pero, con este nuevo grupo operativo hay un salto cualitativo. Hay como un entrenamiento de contrainsurgencia.

Hay que observar donde tuvieron las influencias, porque es una policía que no tiene un rol en torno a los derechos humanos ni actúa de acuerdo con horizontes democráticos. Actúa reprimiendo cualquier acto que pida más democracia, contra los estudiantes, del movimiento mapuche, o de feministas.

Falta un giro en su doctrina, es necesario una reforma, tanto por su uso desproporcionado de fuerza de carabinero que opera en el sur, como por cómo se relaciona con los pueblos indígenas.

- ¿Cómo cree que este asesinato de Camilo Catrillanca influyó en el gobierno? Algunos incluso consideran que su muerte fue "el inicio del fin" del gobierno de Sebastián Piñera, ¿qué piensa al respecto?

- Comparto un poco eso. El gobierno de Piñera utilizó y ha utilizado La Araucanía, tal como lo hizo hace algunos días, como un recurso discursivo para tratar de aglutinar sectores de derecha más conservadores que se opongan a los derechos colectivos de los pueblos originarios.

Por lo tanto, entre la crisis de su gobierno y la necesidad de articularse con sectores de derecha más conservadores, de alguna manera profundiza un discurso contra el movimiento mapuche autonomista, detrás del discurso del terrorismo que hace mucho eco en los sectores más conservadores del país.

Creo que el último viaje de Piñera, lo que hace, a la larga, es seguir profundizando la división y obstaculizando poder avanzar en la solución del conflicto.

- ¿Y qué pasó con la sociedad chilena?

- Lo que sucedió con Catrillanca mostró un rechazo de parte de la población. Desde la sociedad se generó bastante movilización distinta a lo que había sucedido con Catrileo o Lemun. Tengo la sensación de que la forma en la que fue asesinado el peñi generó el repudio de la población en su conjunto. Además, manifestó el descalabro que tiene la policía al relacionarse con la gente mapuche en el sur.

Yo espero que en el juicio se observe la situación de Carabineros de Chile. Hay una utilización desproporcionada, desde la clase política, del uso de fuerza de Carabineros para generar quizás espacios de aplausos. Una forma de mostrar a la población que algo se está haciendo en relación a la seguridad. Se ha politizado la institución, sobre todo en el caso de Catrillanca y en el de Jaime Mendoza Collío.

- ¿Cómo analiza el uso de la wenufoye (una de las banderas mapuche) como símbolo de las protestas en Chile?

- Hay una crítica a los partidos tradicionales, las banderas de partido no presentan las aspiraciones de las nuevas generaciones.

Creo que la wenufoye representa "una bandera reprimida", que está en un contexto de persecución. De hecho la bandera estaba fuera de ley cuando la presentó Aukiñ Wallmapu Ngulam (Consejo de Todas las Tierras) en el año 1992.

Entonces creo que la bandera representa una apuesta a un movimiento que ha sido coherente en su teoría política, en su propuesta social y que ha pagado los costos durante los últimos años de tener un movimiento que ha sido crítico a lo que hoy la sociedad chilena ha señalado como la necesidad de nueva Constitución o el cambio de relaciones políticas que existen.

En ese escenario ¿cuál es el emblema que mejor representa esa consistencia de la nueva época? Creo que es esta bandera mapuche.

Además, los más jóvenes, los estudiantes, que han encabezado estas movilizaciones, nacieron con el relato del movimiento mapuche. Para ellos su historia política también está muy cruzada por lo que ha hecho el movimiento mapuche en el escenario nacional e internacional.