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Nelly Minyersky: "Sin el Aborto Legal, las mujeres se ven obligadas a elegir entre la ilegalidad o la muerte"

Entrevista de Lola Sánchez.

Mientras transcurre el debate por el Aborto Legal en la Cámara de Diputados -que podría ser tratado el próximo jueves 10- Nelly Minyersky (91) dialogó con El Extremo Sur acerca del escenario que se abrió paso en Argentina tras la Marea Verde. Minyersky -a quien llaman "La Reina Verde"- es tucumana, abogada, activista feminista y una de las integrantes históricas de la Campaña por el Aborto Legal. Tras su exposición magistral en Diputados, ratificó su compromiso con una sociedad que abogue por la libertad y la autonomía de las mujeres. "La igualdad que tenemos en el derecho formal queda desvirtuada si el aborto está penalizado; existe una "doble moral" de los discursos pro-vida, que son anti-derechos", dijo. "Quieren someter a una gran parte de la población a creencias que no admite ni la Constitución ni los tratados de Derechos Humanos", ratifica.

"El discurso es seductor porque no te crea responsabilidades. No tienes que preocuparte, no tenés que hacer política ni hablar de presupuesto", agrega Minyersky, quien calificó a las movilizaciones del 2018 como una "épica" y un antecedente para las luchas feministas en nuestro país, al tiempo que expresó su esperanza no sólo en la aprobación de la Ley, si no en la construcción de una sexualidad femenina liberada y placentera. "Vamos a lograr que la gente se saque el miedo, que conozcan sus derechos, que puedan hablar", dijo.

¿Cómo analiza el impacto del debate y las movilizaciones de 2018?

El debate de 2018, pese a su rechazo en el Senado, provocó un motivo de intercambio, puso en escena a las jóvenes de las escuelas secundarias e impulsó la Educación Sexual Integral (ESI). Cambió mucho el entorno después de esa discusión, se demostró que esto es una problemática que va más allá de la Interrupción Legal del Embarazo, un reclamo que tiene que ver con la autonomía, la libertad, con el derecho a la sexualidad. Creo también que hubo una diferencia trascendente desde que asumió el nuevo Gobierno, que puso el tema en agenda. Fue un gran cambio la promesa de un proyecto que despenalizara y legalizara el aborto. Eso le dio un envión muy grande, visibilizó la necesidad de que el tema se discutiera en el parlamento nuevamente.

¿Cree que este año están dadas las condiciones para que el aborto se convierta en Ley?

Espero que sí, es muy difícil. Hay cuestiones que no tienen que ver con estar de acuerdo o no, sino con el número de representantes. Especialmente en Senadores; pensemos que una provincia con menos habitantes tiene el mismo número de representantes que las más pobladas. Históricamente es un organismo menos representativo. Esperemos que haya quedado la convicción de que esto es un problema de Salud Pública, de Derecho, no de moral.

En este sentido, usted mencionaba que se trata de algo mucho más grande que un derecho.

Tenemos en Argentina una gran cantidad de Leyes como el Matrimonio Igualitario, la Ley de Identidad de Género. La mujer tiene plena capacidad en la Ley. Sin embargo, sin la despenalización y la legalización del aborto, esa capacidad de decidir es interrumpida desde el Estado. Si obligan a una mujer bajo pena de tener que caer en la ilegalidad a continuar un embarazo no deseado, eso puede generarle grandes problemas. Tiene que cambiar su proyecto de vida, dejar los estudios. La igualdad que tenemos en el derecho formal queda desvirtuada porque cuando una mujer queda embarazada y no quiere tenerlo, se convierte en un obstáculo. Desde el discurso de las dos vidas se habla de la maternidad muy livianamente.

¿Cómo es la concepción de maternidad que subyace en esta idea de autonomía femenina?

La maternidad debe ser ejercida con un mínimo de dignidad, es un compromiso para toda la vida. Es algo para asumir con responsabilidad, con amor. Hay que tener hijos con gusto, con placer, es un cambio fundamental en el proyecto de vida. No estamos pidiendo algo que no tenga bases constitucionales. No podemos hablar, como hace el discurso anti-derechos, del comienzo de la vida. Hay vida en vos, en una célula, en el corazón de las plantas. No se puede usar como argumento.

¿Qué efectos trae la penalización del aborto?

Trae efectos terribles. Muestra de una forma paradigmática la historia de la sexualidad, que tiene como modelo lo prohibido, lo pecaminoso. Eso provoca en muchas mujeres sensaciones de vergüenza, de culpa. Hace que no se animen a hablar cuando han sufrido una violación, por ejemplo. Hay casos paradigmáticos de niñas en nuestro país a las que se les ha negado su derecho de acceder a un aborto seguro. No saben cómo hacer, se mueren. Lo mostró la película Crímenes de Familia; esos bebés que mueren y no se acreditan. La condena por homicidio puede ser de cadena perpetua, es una sociedad muy cruel. No puede ser que las mujeres con abortos espontáneos o complicaciones no puedan entrar en el hospital con la frente en alto, y tengan que elegir entre la ilegalidad o su muerte. Van al hospital y después aparecen como tantos casos que tenemos esposadas a una cama de hospital. Así fue el caso de Belén, que terminó absuelta, pero estuvo dos años en la cárcel por un aborto espontáneo. Hay muchos más casos de los que creemos.

Existen algunas diferencias entre el proyecto presentado por la Campaña y el enviado por el Ejecutivo. Una de las críticas centrales fue que el proyecto del Gobierno incluyó el derecho a la objeción de conciencia, ¿cómo impactará esto a la aplicación del aborto legal?

La objeción de conciencia es un instrumento que nace correctamente, como una defensa que tienen los jóvenes durante la Guerra de 1914. Fue una guerra muy discutida, en la que se negaban a participar y a matar por algo que no creían. Después se fue deformando. En Argentina tuvo lugar con el Servicio Militar Obligatorio. Pero estos últimos años aparece como el sistema que invocan los anti-derechos para negarse a la práctica. La campaña supone que hay departamentos objetores, tenemos provincias como Santa Fe donde todos se han declarado objetores de conciencia. Más del 90% de los puntos del proyecto del Ejecutivo son puntos que hemos propiciado desde la campaña, pero el tema de la objeción necesita más elementos, tiene que estar redactado de tal forma que jamás se priorice el derecho del objetor sobre el derecho de la mujer.

¿A qué cree que responde la demora en la presentación del proyecto?

Tuvimos la gran desgracia de la pandemia; este Gobierno encontró muy devastado algunos servicios en todo lo que es Salud. Recordemos que desapareció la Salud como Ministerio, cuando fue degradada a Secretaría, lo que significó un retroceso enorme. ¿Cómo puede ser que en este siglo no se considere la Salud como un ministerio independiente? Ahora estamos esperanzados, ojalá que los diputados realmente nos representen y logremos la sanción. Ahí seguiremos peleando en el Senado, en cada provincia. Pienso que tienen que pelear mucho para que sus representantes puedan expresarse, y protegerlos, ya que ha habido ataques por parte de los anti-derechos. Hay que apoyarlos para que mantengan su posición.

Mencionó que el discurso de "Las dos Vidas" es un discurso "siniestro", ¿cómo lo analiza?

Es un discurso que no tiene sentido, el aborto está disponible para quien quiera ejercer un derecho. Justamente los países que admiran tanto los antiderechos, los de Europa, tienen despenalizado y legalizado el aborto, y no se han convertido en sociedad asesinas ni nada por el estilo. Es una doble moral. Pensemos que nosotros no avanzamos mucho más de lo que ya tenía la Ley. Si hablan de las dos vidas, ¿por qué nunca plantearon la inconstitucionalidad del Art. 86 vigente, que desde 1921 admite el aborto? ¿Por qué no plantean la inconstitucionalidad de la Ley de técnicas de reproducción asistida? No hablan de los hijos nacidos bajo esa técnica. Si yo pienso que un embrión es una persona, no puedo sostener esa ley, estoy congelando embriones, congelo personas. Eso es lo que más me molesta, que se disimula. Estamos en el mundo del derecho, morales hay muchas.

¿El Estado termina invadiendo la intimidad y el derecho de las personas?

En una época el delito del adulterio estaba vigente, para mí no era un delito, podía ser un pecado para alguien, pero no un delito. Con esto pasa lo mismo, el Estado invade la intimidad, el derecho de las personas. No hay que confundir el derecho con la moral, porque de esa manera podríamos llegar a la quema de brujas. El derecho es un instrumento que el Estado tiene para que la gente viva en tranquilidad y seguridad. Los anti-derechos tienen como propósito, en última instancia, someter a una gran parte de la población a creencias que no admite ni la Constitución ni los tratados de Derechos Humanos. El discurso es seductor porque no te crea responsabilidades. No tienes que preocuparte, no tenés que hacer política ni hablar de presupuesto, o sea, seamos honestos, defendamos realmente a los niños.

¿Cómo es la situación en los países que han legalizado el aborto?

En los países en que esta legalizado baja totalmente el número de abortos. La legalización implica que una mujer no va a tener varios embarazos no deseados, va a tener un primer embarazo no deseado, pero va a salir del hospital con conocimientos sobre la prevención, con disposición de anticonceptivos. Legalizar el aborto significa sacar de la oscuridad y de la ignorancia estas cuestiones. Por eso la ESI es tan importante, porque así vamos a evitar una cantidad enorme de embarazos no deseados. Vamos a lograr que la gente se saque el miedo, que conozcan sus derechos, que puedan hablar.

¿Confía en que la Marea Verde instalará en la Argentina una nueva forma de movilización política?

Sí, para mí es muy importante lo que está pasando. Si no llega a salir la Ley vamos a llorar, pero vamos a seguir luchando. Hemos dejado un ejército que son las jóvenes. Estoy segura de que están cambiando la historia.