Pueblos originarios

A 83 años de la expulsión de la tribu Nahuelpán

El 15 de diciembre de 1937 se concretó la expulsión de unas 500 personas, entre mujeres, niños y ancianos, historia que no ha sido muchas veces relatada y la injusticia aún no ha sido reparada.

Gestiones para el desalojo

Hasta 1883 Francisco Nahuelpán pertenecía a la tribu de Sayhueque. Terminada la resistencia indígena, Nahuelpán ya cacique habita los campos del Boquete Nahuelpán. Un decreto presidencial le da la tenencia en 1908, de más de 19.000 ha por sus servicios a la Nación. Pero en 1918 con la llegada a Esquel de los hermanos Amaya, se inicia la gestión del desalojo en connivencia con el poder político y la complicidad de otros ganaderos.

Lorenzo y Nicanor Amaya.

Los hermanos Amaya, son parte de la leyenda de la región. Para encontrar una razón al odio de los Amaya hacia "los indios", basta una mirada a los intelectuales que durante la Conquista del Desierto, impulsaron la política del exterminio «de la barbarie» y la predica de «cuidarse de los indios chilenos».

Burla del destino

Parece una burla del destino que el reclamo de Amaya solicitando justicia al presidente Farrel (de facto) coincidiera con los festejos del «Día del Indio Americano». Quizás su ceguera por convertirse en terratenientes a cualquier costo, les hizo descuidarse de ese detalle.

Los oportunistas

Si bien los Amaya fueron los ideólogos del desalojo, hubo otros ilustres ciudadanos de Esquel que aprovecharon la ocasión para pasar de empleados a patrones como Lorenzo y Nicanor.

Lejos de Nahuelpán

Los empleados de la oficina de Tierras estaban solicitando presupuesto a los camioneros para trasladar lejos de Nahuelpán, unas 40 familias aborígenes. Los camioneros de Esquel fueron los primeros en enterarse oficialmente de que Nahuelpán y "los indios" serían desalojados.

Contratos

En junio - julio de ese año, ya estaban redactados los contratos para Lorenzo y Nicanor, aunque los Amaya no eran ni serían nunca tan eficaces como los Braun Menéndez y los Menéndez Behety. Consumado el desalojo fueron puestos en posesión los nuevos dueños de la tierra.

Desarraigo para siempre y a la fuerza

Para muchos paisanos, el desarraigo sería para siempre y a la fuerza, debieron reconvertirse en peones de cualquiera, trabajando de albañil, en los hornos, changueando, contratados en arreos o como peones de sus propios desalojadores.

15 de diciembre de 1937

El desalojo se produjo el 15 de diciembre de 1937 y fue llevado brutalmente a cabo por el ejército y la policía. Fueron cientos de personas abandonadas a su suerte, entre niños, mujeres y ancianos. Se produjo el desmembramiento de la tribu y la separación por familias, huyendo algunas a Lago Rosario y Sierra Colorada; otros a poblar los terrenos baldíos aledaños a Esquel.

La restitución de parte de la tierra

Luego Juan Domingo Perón concretaría la restitución de la tierra a la tribu de Francisco Nahuelpán, pero de las 22.000 ha, sólo les devolverían unas 7.500 has. Muchos indígenas fueron engañados cuando se les informaba que recibirían campos donde podrían tener un porvenir. Esos campos, eran tan estériles que preferían casi siempre afrontar la vida nómade y el hambre.

Quemaron las poblaciones

‘‘Obtenida la adjudicación, se realizó el desalojo de las familias indígenas, se les quemaron las poblaciones y quitaron numerosas ovejas. Deambularon en la costa del "Arroyo Esquel", dando un espectáculo bochornoso que conmovió la opinión del país que conoció esta situación por medio de la prensa. Sólo se salvaron de las llamas los ranchos que indicó el Dr. Lorenzo Amaya.

Ambrosio Ainqueo. Mi hermana falleció de hambre y pena después del desalojo

"Yo salí de Nahuelpán cuando nos desalojaron, siete años iba a cumplir. La cosa fue cuando los hombres estaban trabajando, así que encontraron a los chicos y las mujeres. Nos quemaron la casa. Tiraban todo afuera, chapa, pilcha y madera. "Mamá tenía un galpón de esquila con techo de junco, una cocina y todo eso fue al fuego. Yo veía todo eso y lloraba con mi hermana que tenía 9 años. Y mamá lloraba también. Mi hermana falleció de hambre y pena después del desalojo. No me puedo olvidar de ese fogonazo que dio la cocina. Porque yo era chiquito y creí que era agua lo que habían tirado arriba de la cocina y había sido nafta o querosén. Mi mamá lloraba y yo y mi hermana prendidos al vestido de mi vieja. Mi tío cargó los animales que tenía mamá y los llevó para Lago Rosario. Allá se fundió todo el primer invierno, ¡bravísimo ese año! Se murieron todos los animales y quedamos sin nada. Y nosotros en Esquel, vinimos a ocupar un terreno del otro lado del Arroyo. Nos descargaron ahí y mamá hizo lo que pudo. Puso cuatro palos, unas chapas y ahí pasamos la noche. Después mi mamá que bien poco hablaba castilla, termino de joderse con la muerte de la hija. ¡Ahí cagamos del todo! Mi hermana murió de hambre y de pena. Yo me salvé por la Iglesia".

Ético homenaje

Aun cuando fueron comprobadas sus maniobras fraudulentas de "los Amaya" para quedarse con la tierra "de los indios", los políticos de Esquel el 01 de Septiembre de 1961 les han rendido un ético homenaje, demostrando que no les interesa la historia. Homenaje con calibre de burla grotesca al haberle impuesto el nombre del Dr. Nicanor Amaya a una calle justamente en un barrio popular, donde la mayoría de los pobladores son descendientes de aquellos desalojados de Nahuelpán. Pero en Octubre de 2006 el Concejo Deliberante de Esquel decidió cambiar de nombre a la calle Amaya por Desalojo del 37, por considerarlo "persona indigna de tal honor" por su actuación en el desalojo de la comunidad Nahuelpan.

Textos extraídos por el periodista Andrés Campos del libro "El desalojo de la tribu Nahuelpan" de Chele Díaz.

Fuente: Radio Nacional Esquel