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Manzano: "Es bizarro que hablen de salvar las dos vidas, porque saben que sacrificarán las de mujeres y niñas"

Entrevista de Lola Sánchez.

Stella Maris Manzano es médica especialista en Ginecología del Hospital Zonal de Trelew y miembro de la Red de Profesionales por el Derecho a Decidir. Realizó prácticas en buena parte del país y verificó la "ausencia del Estado" y "la vulneración de los derechos de las mujeres". Militante por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, garantizó que se realizara el aborto en el histórico caso de F.A.L de Chubut, que marcó un precedente nacional. En diálogo con El Extremo Sur repasó los vacíos legales y las estrategias reaccionarias de los sectores más conservadores. "El aborto para una mujer violada es legal desde 1921 en el Código Penal" pero "médicas y médicos han deformado la información y repiten en el Congreso las mismas mentiras que nos enseñaron nuestros profesores", remarcó. Sobre la retórica de defender "las dos vidas", señaló: "No pueden salvar las dos vidas: esa es la gran trampa. Ellos quieren salvar la vida del feto, si la mujer muere no les importa".

"Hay desprecio por nuestras vidas", señaló". "Tampoco les importan las muertes por abortos clandestinos. Lo ven como una muerte merecida, en un país donde no existe la pena de muerte", aseguró. En este contexto, espera una "ofensiva conservadora y religiosa" contra los médicos garantistas en caso de que la Ley sea aprobada en el Senado el próximo 29 de diciembre.

Sin embargo, destaca la situación favorable de Chubut: "Mientras Argentina tiene 40 muertes cada 100 mil nacidos vivos, en Chubut hemos bajado a 10. Es una cifra muy baja, gracias a que acá hay mucha anticoncepción y acceso al aborto".

¿Siempre tuviste presente la necesidad de proteger los derechos de las mujeres? ¿Influyó en la elección de tu especialidad?

Cuando empecé la carrera, me gustaba toda la Medicina. Me costó decidirme por la Ginecología, aunque me apasionaba. Tenía esta cuestión del deseo, una no sabe por qué, pero ahí está. Me decían que no, que era muy sacrificada. Decidí ser médica rural por un tiempo. Ejerciendo me di cuenta de que realmente quería ser ginecóloga, que luchar contra ese deseo no valía la pena. Empecé a darme cuenta de cuánto me gustaba, y cuánto sufrían también las mujeres. Veía la violencia de género que padecían a manos de sus parejas, el abuso sexual infantil. Siempre estuve al tanto de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres. Chubut me gustó mucho. Había medicamentos gratuitos, se daban anticonceptivos gratis. De todas formas, costaba conseguir los anticonceptivos, los DIU's. Cuando me fui a hacer la residencia en Salta, ahí ya me volví una militante activa por los derechos de las mujeres. Fui a una provincia muy católica, que no daba anticonceptivos, que no tenía educación sexual. Al no haber anticonceptivos, había muchos embarazos no deseados y muchísimos abortos. Veíamos más abortos que partos cada día, las complicaciones que venían, con infecciones, y hacíamos todos los días muchos legrados.

¿Viviste alguna experiencia que te movilizó en este sentido?

El azar hizo que cuando yo estaba terminando mi primer año, hubo el caso de una adolescente a la que su padrastro había violado. Además, había violado y asesinado a su hermana menor. Le impidieron abortar. Ese caso nos conmovió mucho, pero no nos animábamos a realizar el aborto. Quedaba la duda acerca de si el aborto era para toda mujer violada o solo para las mujeres discapacitadas. Yo estuve presente en el parto. Fue una experiencia demoledora. Ver la cara de esa chica, el dolor, las consecuencias de la tortura. Cuando nació el bebé se lo pusieron en la falda y ella no quería ni mirarlo. La madre le decía "Mirá qué bonito es", pero ella no podía amarlo. Es terrible también para el niño, para aquellos que son productos de una violación, que tienen padres violadores o asesinos.

Sin embargo, era legal para ella acceder a un aborto por causales. ¿La falta de información sigue siendo un obstáculo?

Era letra muerta de la Ley. El aborto para una mujer violada es legal desde 1921 en el Código Penal. Lo que pasó es que médicas y médicos han deformado la información, como los escuchamos ahora decir en el Congreso las mismas mentiras que nos enseñaron nuestros profesores. Que el tema es oscuro, que no se entiende. El Código Penal es clarísimo en ese sentido, son tres oraciones que se entienden perfectamente. No informan a las mujeres que están graves de salud, con un embarazo se puede agravar su estado. No podemos prometer nada, ni siquiera a las mujeres sanas.

¿Notas un sesgo de información manipulada hacia las pacientes?

Eso era hace 35 años atrás y fue así hasta 2005. En estos últimos años ha cambiado mucho, hoy los médicos han cambiado mucho. Cuando en 2006 se hizo la Primera Guía de Aborto no Punible y se distribuyó en todo el país se explicó bien como se debía interpretar el Código Penal. Se fortaleció ese movimiento de mujeres que veníamos esperando que un caso llegara a la Corte Suprema para aclarar la situación del derecho al aborto. Esto sucedió con el fallo F.A.L en 2012. El Superior Tribunal de Justicia de Chubut determinó que un aborto por violación entraba en las causales del Código Penal. Los médicos saben muy bien lo que hay que hacer; hay muchos que se hacen los distraídos, pero lo saben. Y con la población, hay que divulgar. Sobre todo en las Iglesias, que siguen confundiendo a la gente y con esos cuentitos para engañarlos. Ellos saben que son mentira, saben que es inconstitucional, pero tienen mucho dinero. Si no han derogado las leyes es porque saben que su planteo es inconstitucional. Pero es así, "miente, miente, miente y algo quedará".

¿Cómo analizás los argumentos en contra del aborto legal que se han esgrimido las últimas semanas?

Todo lo que han dicho fue terrible. Lo más llamativo fue que uno de los Diputados dijo que si se sanciona esta ley se suprimía el derecho a la vida. ¿Este hombre pensará que nos vamos a morir todos? El aborto se sanciona para salvar las vidas de las mujeres. Es bizarro que hablen de salvar las dos vidas, porque saben que sacrifican vidas de mujeres y niñas. No les importa su vida; si hay un embarazo esa vida puede ser torturada. No hay argumentos contra el aborto que sean válidos. La prohibición del aborto tiene que ver con el oscurantismo, con el fundamentalismo. Para algunas personas religiosas hay verdades que son indiscutibles, no permiten que haya discusión. Y tienen el dogma de que el aborto significa asesinato. Eso se ha ido construyendo a partir de la Revolución Industrial.

¿Y el discurso de "Las dos vidas"?

No pueden salvar las dos vidas: esa es la gran trampa. Ellos quieren salvar la vida del feto, si la mujer muere no les importa. Mientras debatían en 2018 una niña de 12 años en Paraguay pidió un aborto, se lo negaron. La obligaron a llegar a la sala de parto, y tuvo una embolia de líquido amniótico. ¿Salvaron su vida? No, lo que querían era salvar el feto. Quedaron contentos, salvaron al bebé. Empezaron a mentir, a decir que fue mala praxis, es imposible evitar una embolia por líquido amniótico, es producto del azar. Dijeron que un aborto era más riesgoso, que el parto en una niña de 12 años era seguro, cuando no es así.

¿Tiene que ver con la intención de los propios médicos de engañar a las mujeres y niñas más vulnerables?

¿Cómo se va a dar cuenta una niña que el médico le está mintiendo? He visto a médicos mentirles a mujeres adultas. Hace unos años vi el caso de una mujer diabética, insulinodependiente, con las trompas ligadas, madre de seis hijos, algunos de los cuales habían muerto dentro del útero por su enfermedad. La trompa se desligó y a los 7 años quedó embarazada. El riesgo de una mujer que es diabética desde hace más de 10 años es altísimo. Hubo un médico que dijo que no pasaba nada, que no había ningún peligro. La engañó. Te das cuenta qué poco le importa una mujer adulta que puede dejar seis chicos solos. Hay desprecio por nuestras vidas. Tampoco les importan las muertes por abortos clandestinos. Lo ven como una muerte merecida, en un país donde no existe la pena de muerte. Es lo que muestran, pero ahí no está la verdad. Si uno tiene que mentir para justificar una acción, significa que esa acción no es buena. La realidad debería ser lo que nos mueva a la acción.

Dejando de lado las causales. ¿Por qué creés que el aborto sigue siendo ilegal?

En realidad, descubrí en 2007 que todo aborto es legal. El Código Penal dice que el aborto se puede hacer si pone en riesgo la vida o salud de la madre, si no hay medios para evitarlo. Y no hay medios para evitar complicaciones en los embarazos, tal como hemos visto. En esta instancia, todo aborto es legal. Es más riesgoso un parto que un aborto.

Recientemente publicaste un artículo sobre la objeción de conciencia, en la que mencionás que los médicos son funcionarios públicos y que la objeción es una "herramienta de opresión estatal".

Esta lucha empezó en 2010. Recuerdo el aborto de una niña en Comodoro. Yo era una de las médicas de Chubut que no era objetora. Un médico católico pidió que todos los nombres de quienes no éramos objetores salieran publicados. Esto demuestra hasta dónde llega el estigma. Yo al inicio tenía miedo, no quería contar los abortos que hacía. Te amenazan mucho. Cuando empecé a estudiar el tema de aborto y me di cuenta de que era legal, entendí que me habían tenido engañada por 30 años. Empecé a leer lo que pasaba en todo el país respecto al aborto. Me di cuenta de que era un obstáculo formidable para la salud de las mujeres. Realicé mi tesis sobre la objeción de conciencia en los derechos sexuales y no reproductivos y la presenté con un médico objetor, que nunca se había planteado esa posibilidad. La objeción caló hondo en la cuestión académica. Nos dicen que somos talibanes, talibanes son los objetores. Talibán sería obligar a un médico católico a ponerlo a trabajar en una clínica de abortos en contra de su voluntad, pero la medicina es una profesión libre.

¿La objeción es un obstáculo para garantizar el derecho?

Sí, y lo saben. Tampoco es cierto que sea constitucional, como dijeron. Es absolutamente inconstitucional. El Artículo 19 de la Constitución dice que podemos hacer lo que queramos siempre y cuando no vulneremos derechos de terceros. Ese es el tope. A nosotras nos perjudican. Es tortura negar abortos cuando hubo violación, cuando el feto esta malformado o cuando está en peligro la salud y la vida de la mujer. Resulta que hasta el propio Estado da permiso a los médicos para torturar. En el proyecto de Ley del Gobierno se prohíbe la objeción de conciencia cuando la mujer precise atención urgente e impostergable. Es decir, tiene que estar moribunda para garantizar ese derecho.

¿Existen otras prácticas médicas en las que es aplicable la objeción de conciencia?

La Ley de Salud Sexual permite la objeción de conciencia respecto a la anticoncepción. Los médicos pueden negarse a recetar anticonceptivos, a poner DIU's, a poner implantes. En 2006 salió la Ley de Anticoncepción quirúrgica, que también permitió la objeción ante la ligadura de trompas. Lo fueron haciendo lentamente. Es mucho lo que no se cuenta. Nos han dejado desamparadas. En el proyecto del Ejecutivo permiten la objeción institucional, pero deben pagar las derivaciones. ¿Qué pasa con los hospitales públicos? No es justo que tengamos que ser derivadas. Esto lo que hace es sostener el estigma, lo que estás diciendo con la Ley es que el aborto es malo, y por eso no es obligatorio. Y nos expone a los prestadores a las agresiones. Y al homicidio, incluso, como pasa en Estados Unidos, donde vemos fanáticos anti aborto rodeando clínicas de aborto. Acá hubo un diputado salteño amenazado que terminó absteniéndose. A esas personas les dan privilegios.

¿Cuáles son las cifras de mortalidad por complicaciones en embarazos en Chubut?

Mientras Argentina tiene 40 muertas cada 100 mil nacidos vivos, en Chubut hemos bajado a 10. Es una cifra muy baja, gracias a que acá hay mucha anticoncepción y acceso al aborto. Y aquí en Trelew hay muchos menos casos que en Comodoro, por ejemplo, donde hay menos prestadores. Es una ciudad mucho más grande y tiene menos de la mitad de prestadores que en Trelew.

No obstante, al ser una práctica clandestina, es difícil acceder a las cifras reales.

De la clandestinidad no sé nada. Tenemos las cifras de los hospitales, pero no he querido darlas. Me enoja que vivan queriendo preguntar qué hacen las mujeres, cómo abortan, cuántas veces aborta cada una. Nadie se mete con la vida privada de los varones, muchos lo ponen bajo la lupa y con malas intenciones. Hace 10 años hacemos abortos legales y gratuitos y las mujeres se han ido enterando. Cada vez hay más información, y somos más prestadores. Ahora no están naciendo menos chicos, esa es la pregunta. ¿Nacen menos chicos? No. ¿Mueren menos mujeres? Sí.

¿Cómo ves el panorama futuro para los médicos y médicas que garantizan abortos si se aprueba la Ley? ¿Creés que se intensificará la ofensiva de los anti-derechos?

Ya venimos padeciendo todo tipo de agresiones, lo vivimos en los Hospitales quienes garantizamos abortos legales. La época más grave fue hacia 2014. Yo salí a los medios. Al principio no quise, éramos pocas en los movimientos de mujeres. Sabía que se iba a venir la ofensiva. Cuando yo empecé a salir en medios nacionales, que luego recogieron medios locales, para mí fue una época nefasta. Me enviaron cartas documento, me quisieron sancionar, sufrí maltratos de colegas, de administrativos, enfermeras, de gente religiosa. A nivel político, ¿qué va a pasar? ¿Los gobiernos que vienen van a pagar los abortos legales? No podemos ser inocentes. Se sabe lo que pasó en otros lugares del mundo. ¿Va a alcanzar? Trelew va a tener que abastecer a toda una multitud, con dos o tres que garanticen, no vamos a dar abasto. Los objetores no pueden vulnerar a terceros. El Estado tiene que proteger a los oprimidos, no a los privilegiados.

¿Qué estrategias se pueden articular frente a este escenario?

La mejor estrategia es seguir produciendo conocimiento, que las compañeras se sumen, piensen, escriban, investiguen. Y hacer un recurso de inconstitucionalidad. No podemos derivar mujeres a 500 kilómetros para que accedan a un procedimiento tan rápido y seguro. Hoy muchos residentes son garantes, no objetan. Acá los jóvenes dan la pelea, esto no pasa en otros países, donde los médicos que garantizan abortos son mayores. Queremos que la mirada sea otra, y que se mantenga. Apostamos a resistir y a dar batalla, de eso sabemos un montón. Sabemos resistir.