Política

Décadas de endeudamiento feroz desde Maestro a Arcioni; lo que le espera a Chubut en 2023-2026

La historia reciente de Chubut está marcada por una constante política de endeudamiento público que se remonta al menos a mediados de la década del '90 con la gestión de Carlos Maestro. A principios de los 2000 alcanzó su punto más elevado durante el gobierno de Lizurume y luego descendió en su incidencia en la segunda gestión de Das Neves y la de Buzzi. Luego volvió a trepar a niveles elevadísimos durante los años que compartieron mandato Das Neves y Arcioni. Siempre se cita al gasto público y el pago de una gran masa de salarios como el origen del desastre, pero desde hace casi tres décadas la matriz de la crisis está focalizada en la deuda; que ahora fue renegociada y aumentada.

El endeudamiento de Chubut no ha sido patrimonio exclusivo de uno u otro partido político, ya que tanto radicales, peronistas, kirchneristas o justicialistas disidentes tuvieron como política principal de sus gestiones de gobierno la toma de préstamos en dólares y en pesos para hacer funcionar el Estado.

Casi 30 años después, esa premisa se termina demostrando como absolutamente aventurada y contraproducente para las cuentas públicas, llevando a la provincia a crisis cíclicas y permanentes que se tradujeron en constantes déficits de las arcas chubutenses. En los últimos seis años la deuda se disparó y los desequilibrios financieros de la provincia se multiplicaron de manera exponencial.

En la actualidad el gobierno de Chubut se felicita por haber renegociado "exitosamente" la deuda en dólares con los bonistas privados y el logro de disminuir fuertemente los vencimientos hasta 2023. Sin embargo, no se puede dejar de lado que el problema de los pagos se extenderá largamente en el tiempo, recaerá sobre el próximo gobierno y la provincia seguirá enredada con una deuda que aún no se sabe para qué fue utilizada durante los últimos diez años.

Endeudamiento como política multipartidaria

Los últimos seis gobiernos de Chubut, incluyendo el actual de Mariano Arcioni, se han hundido en constantes procesos de endeudamientos para sostener la estructura del Estado provincial.

El radical Carlos Maestro asumió su segundo mandato en diciembre de 1995. En 1996 la deuda provincial ascendía a los 270 millones de pesos, pero cuando lo concluyó en 1999 el endeudamiento público había aumentado a 350 millones de pesos -en paridad con el dólar-. El saltó significó un incremento del 29%.

En ese mismo período de gobierno, los ingresos provinciales se incrementaron en un 80% y la masa salarial total de la provincia aumentó 142%. En solo cuatro años de maestrismo la deuda tuvo una incidencia promedio sobre los ingresos de 67% y los salarios de 61%.

Durante la gestión del aliancista José Luis Lizurume (UCR-Frepaso) entre los años 1999 y 2003 el endeudamiento tuvo un fuerte incremento de 388%, pasando de 402 millones de pesos a los 1.962 millones informados oficialmente por la Dirección Nacional de Asuntos Provinciales, dependiente del Ministerio de Economía de la Nación.

Los ingresos apenas crecieron 80% y los salarios provinciales 142%. En los cuatro años de la Alianza la deuda provincial tuvo una incidencia promedio sobre los ingresos de 113% y los salarios de 51%.

Durante la gestión de ocho años de Mario Das Neves, todavía dentro del justicialismo duhaldista, la deuda pública no aumentó en el período 2004-2011, sino que descendió levemente 0,7%. Pasó entonces de 972 millones de pesos a 965 millones. Vale recordar que en dicho lapso el gobernador Das Neves tomó durante el año 2010 deuda en dólares por 150 millones de dólares.

Los ingresos provinciales se incrementaron en 206% y la masa salarial total varió en ocho años 351%. En los dos primeros mandatos dasnevistas la deuda tuvo una incidencia promedio de 36% y los salarios de 47%.

En los años de gobierno de Martín Buzzi -quien tras ganar en las urnas de la mano de Das Neves se convirtió en aliado del kirchnerismo- la deuda pegó un salto muy considerable, incrementándose en 569% entre 2012 y 2015. Saltó de 1.109 millones de pesos a los 3.042 millones con que cerró el período.

Los ingresos se incrementaron en 139% y la masa salarial subió 277%. A lo largo de los cuatro años del buzzismo la deuda tuvo una incidencia promedio de 22% y los salarios del 56% sobre el total de los ingresos.

Para cuando Das Neves asumió su tercer mandato junto a Mariano Arcioni -ya fuera del del peronismo y con su propio partido provincial- el endeudamiento público tuvo un salto que lo llevó de 20.542 millones de pesos en 2016 a los 59.364 millones registrados en 2019; representando un aumento del 189% en ese período.

Los ingresos chubutenses se acrecentaron en 304% y la masa salarial total en 279%. El promedio de incidencia de la deuda sobre los ingresos fue de 73% y el de los salarios de 60%.

Ajuste, deuda o ingresos

Un razonamiento simplista y de neto corte neoliberal podría concluir -sobre la base de la incidencia de deuda y los salarios en varios de los períodos mencionados- en que ajustando el gasto público se resolverían todos los problemas de las finanzas chubutenses.

Pero haciendo un razonamientos más amplio y menos esquemático la conclusión puede ser diametralmente opuesta, porque los endeudamientos tomados por la provincia no se tradujeron en mejoras para la calidad de vida de la población, en obras de infraestructura ni en el desarrollo de proyectos productivos sustentables y de largo plazo.

Por el contrario, a pesar de tanta deuda tomada en casi tres décadas la provincia está en peores condiciones estructurales y sociales, sigue habiendo un profundo problema habitacional y de infraestructura estatal que la pandemia puso al desnudo, y nuevamente se propone la minería como única alternativa productiva para sanear el déficit de Chubut.

Si no se hubiese endeudado a la provincia como se lo hizo, quizás hoy habría muchos más fondos para afrontar la actual crisis y no habría argumentación para justificar el ajuste en el Estado.

Ni qué hablar de los problemas que se solucionarían si en lugar de achicar el rol del Estado la clase política gobernante se propusiera incrementar los ingresos en base a las grandes fortunas, terratenientes y empresas que existen en el territorio provincial.

Renegociación y más problemas a futuro

La actual administración de Mariano Arcioni, junto al ministro de Economía Oscar Antonena, presentan como un rotundo "éxito" la renegociación de la deuda en dólares vinculada al bono denominado BOCADE que fue emitido por Das Neves en 2016.

En algún sentido tiene mucho para festejar, porque se quitará de encima vencimientos por 168,6 millones de dólares hasta 2023, año en que concluirá el mandato. No menos cierto es que le quedará una pesada herencia de endeudamiento a la futura gestión que asuma en diciembre de ese año.

El arcionismo consiguió despejar su panorama financiero postergando 38% de los pagos de la deuda que debía cancelar hasta 2023. De 435 millones de dólares que debía pagar trimestralmente hasta dentro de tres años, ahora "solamente" tendrá que cancelar con todas las regalías petroleras que ingresen un total de 266,5 millones de dólares.

El futuro gobierno que asuma en diciembre de 2023 heredará 48% más de pagos de la deuda, aunque lo de herencia es muy relativo; porque fueron todas las bancadas oficialistas y opositoras de la Legislatura (25 votos a favor, uno en contra y una ausencia) las que le otorgaron a Arcioni la autorización para renegociar la deuda.

No obstante, de tener que pagar 332,6 millones de dólares entre 2024 y 2027 ahora quien asuma en Fontana 50 tendrá que desembolsar durante su período 494 millones de dólares; lo que representará 162 millones de dólares más.

Quien llegue al gobierno en diciembre de 2017 deberá saber que aún quedarán pendientes de pago otros 97,6 millones de dólares a ser cancelados por el BOCADE hasta julio de 2030.

Triunfos relativos y futuro oscuro

Los resultados "exitosos" son parciales o no reflejan toda la realidad, porque no menos importante resulta tener en cuenta que entre los 17 vencimientos por intereses que ya se pagaron por este bono, una amortización cancelada en octubre pasado y más lo que se renegoció hasta el 2030, Chubut terminará pagando 9% más de deuda en dólares que la acordada originalmente.

Por los 650 millones de dólares emitidos en 2016 se iba a terminar pagando con los intereses 1.009 millones de dólares hasta 2026. Ahora con la renegociación esa suma total ascenderá a 1.100 millones de dólares, que representarán un aumento de 91 millones hasta 2030.

Los peores años por venir en cuanto al pago del pago de la deuda en dólares serán 2023, 2024, 2025 y 2026. Allí se deberán afrontar cancelaciones anuales por 120, 135, 127 y 120 millones de dólares respectivamente.

Si bien los pagos seguirán estando garantizados por los ingresos de regalías, representarán cerca de la mitad de las regalías cobradas en este año de crisis o alrededor del 30% de un año relativamente normal como los dos anteriores.

Vale tener en cuenta que en 2020 los pagos por la deuda en dólares terminarán representando, entre amortización e intereses, un total de 125,6 millones de dólares.

Por pagos de deuda más acotados en 2019 y 2020 Chubut sintió crujir sus arcas públicas y la economía provincial derivó en el pago escalonado de los salarios de estatales y jubilados provinciales. Por supuesto, también en la deuda que aún se extiende en el tiempo con los empleados públicos.

Si la clase dirigente no cambia su postura frente a la deuda habrá que rezar -o confiar en el destino- para que se cumplan dos objetivos: que la devaluación no se lleve puesto todo y que la producción petrolera no se vea afectada por la pandemia o la baja internacional del crudo. De lo contrario, Chubut afrontará un futuro muy oscuro, que está a la vuelta de la esquina.