Patagonia

La Patagonia está en el podio de la inflación y paga todo más caro en medio de la pandemia

Subir los precios es una costumbre en la Argentina y todas las excusas quieren parecer válidas. Pero aumentar en medio de una pandemia cruzada por una crisis económica anterior resulta ser no solamente una locura sino también un verdadero despropósito. El 3% de diciembre hizo que en la Patagonia el pandémico año cierre con un 32,3% acumulado. Cuando se trata de ganar, todo vale y nadie le pone freno a la ambición.

Los datos del INDEC revelaron ayer que la inflación sigue galopando al ritmo del aumento de los contagios del Covid. En diciembre fue del 3% en la región patagónica y sumó un 32,3% en todo el año pasado; pero la de los productos básicos que consumen los sectores más golpeados llegó al 36,1% en los últimos doce meses.

Durante el mes pasado lo que más aumentó fue la carne con una suba del 7,5%; las frutas el 7,2%; la medicina prepaga el 6,4%; las bebidas alcohólicas el 5,3%; y el transporte de larga distancia batió todos los récords apenas pudo volver a circular y los pasajes subieron el 7,9%.

En todo 2020 los rubros que más subieron en la región fueron: 59% las verduras; 51,2% las frutas; 50,6% las prendas de vestir; 45,6% la carne; y un 37,3% el grupo de alimentos.

Cuando lo que se compara es lo acontecido los productos esenciales que consumen las familias más humildes y con menos chances de elección, se detecta que la suba de precios interanual en diciembre fue del 36,1%.

El kilo de papa aumentó en un año en la Patagonia el 94%; la carne picada el 59,6%; la docena de huevos el 52,1%; el kilo de azúcar un 45,1%; el litro y medio de aceite de girasol el 52,1%.

Los formadores de precios y comercializadores de productos siempre ganan y nadie les pone límites. Cuando no es el dólar es la inflación o cuando no es la sequía son los salarios, siempre tienen una excusa para aumentar los precios y seguir ganando a pesar de las consecuencias inflacionarias que paga todo el pueblo en su conjunto.

En un año dominado por la pandemia, la inflación siguió siendo elevada y durante varios meses muchos rubros estuvieron paralizados y viviendo de la "teta" del Estado como les gusta criticar cuando se trata de pedir el ajuste del gasto público; pero todos fueron a llorar para conseguir una ATP o un subsidio del tipo que sea.

A pesar de todo eso, la inflación sigue por las nubes y los salarios por el piso; así no hay bolsillo que aguante.