Petróleo

Se profundiza el conflicto de YPF con las empresas regionales de servicios

Las cámaras provinciales advierten que YPF prioriza a su subsidiaria en desmedro del desarrollo de proveedores locales. Cuál es la participación real de AESA en el negocio. Y cuáles son los cambios que propuso la conducción de la petrolera para apaciguar la disputa.

La atención de YPF está hoy concentrada en cerrar la compleja reestructuración de toda su deuda por unos U$S 6600 millones. El CEO Sergio Affronti sabe que sólo podrá conseguir fondos frescos para invertir en los yacimientos de la empresa si libera la agenda de vencimientos de deuda en los próximos dos años. Sin embargo, la conducción de la petrolera bajo control estatal no puede estar 100% abocada a esa cuestión. Tiene que atajar también un delicado frente que cruza a empresarios locales de servicios con referentes sindicales.

El conflicto terminó de visibilizarse la semana pasada con reclamos contra el rol que YPF le otorga a AESA, una de sus empresas controladas. Claudio Vidal, líder del sindicato petrolero de Santa Cruz, llamó esta semana a un paro contra YPF en la provincia patagónica tras denunciar a AESA por competencia desleal. La medida de fuerza está en suspenso por la intervención del Ministerio de Trabajo que dictó la conciliación obligatoria. Pero las declaraciones de Vidal a la prensa contribuyeron a generar un caso público contra la petrolera que conduce Affronti. Vidal retomó la narrativa que instaló la semana pasada la federación de empresas de servicios de Neuquén (Fecene), que también había cuestionado a AESA por su presencia en el negocio de servicios petroleros.

Fuentes cercanas a YPF aclaran el dato no menor de que AESA sólo representa un 5% del presupuesto que destina la petrolera al segmento de servicios y obras.

"Y esa participación relativa se mantuvo constante tanto en 2019 (cuando la empresa invirtió más de US$ 2600 millones en el upstream) como durante al año pasado, cuando el capex cayó fuerte por la pandemia", detallaron. «AESA no tiene preferencias, a veces incluso termina cobrando en peores condiciones que el resto de los contratistas», afirmaron.

Armado

En Neuquén, el mayor referente del segmento de servicios es Claudio Urcera, dueño de TSB y otras seis empresas del rubro, que defiende con recelo un bajísimo perfil público, pero que posee indiscutida capacidad de influencia en sindicatos y en la política provincial. Es uno de los pocos empresarios neuquinos ligados al sector petrolero con acceso cotidiano a dependencias del gobierno nacional en Buenos Aires, en especial a las vinculadas a Sergio Massa, titular de la Cámara de Diputados. Y edificó una sólida relación de confianza con Guillermo Pereyra, secretario de petroleros privados de la cuenca Neuquina.

Urcera es, en los hechos, uno de los que impulsó el armado de las cámaras de servicios de Neuquén, que entre otras propuestas aspiran a que YPF contribuya al financiamiento de sus proveedores mediante la provisión de combustibles (que en algunos servicios representan hasta un 25% del costo). EconoJournal intentó comunicarse con el empresario, que por mensaje de WhatsApp explicó que "las personas que llevan adelante la comunicación de las Cámaras y de la Federación (Fecene) son Mauricio Uribe y Edgardo Phielipp".

En el Golfo San Jorge, uno de los emergentes empresariales es Juan Ignacio González Pedroso, propietario de Clear, una compañía que brinda distintos servicios petroleros en Santa Cruz y también en Neuquén. La empresa amplió su cartera de servicios durante la gestión anterior de YPF. Se hizo cargo de operaciones que dejaron multinacionales como Nabors, que desafectó equipos torre en Mendoza y Neuquén. Clear tomó esos contratos con buenos resultados y manejo de costos para YPF.

¿Cuál es planteo de los empresarios locales?

Creen que YPF debería poner más empeño en el desarrollo de proveedores locales de cada cuenca hidrocarburífera. "Es un planteo atendible", se apuró a justificar un alto directivo de YPF. De hecho, la petrolera creó en enero una gerencia especialmente dedicada a esa función que está a cargo de Darío Garribia, un ex funcionario de la Municipalidad de Ushuaia en Tierra del Fuego que, a priori, no tiene un paso previo por la industria petrolera. Garribia le reportará a Walter Actis, nuevo director de Supply Chain de YPF, que asumió en enero la posición en reemplazo de Fernando Giliberti.

Hasta diciembre Actis se desempeñaba como gerente general de AESA, precisamente la empresa subsidiaria de YPF contra la que dirigen sus críticas los empresarios de servicios de Neuquén y también del Golfo del San Jorge. Su nombramiento, como era previsible, no generó el mejor semblante en las cámaras provinciales.

Pero allegados a YPF lo explicaron de la siguiente manera: "El 70% del capex de YPF en upstream se lo lleva la contratación de servicios. Necesitábamos colocar en Supply Chain a una persona que conozca en profundidad cómo se estructura ese negocio. Podríamos haber buscado otro perfil, quizás más comercial, pero hoy lo que precisamos es a alguien especializado en servicios. Actis, que pasó por varias compañías de servicios (desarrolló un carrera durante años en Schlumberger), es el mejor en ese sentido".

"Aún así -añadieron- entendemos que desde el mercado de proveedores su designación pueda ser vista como una provocación, pero no es el caso". "Además, Actis tendrá un período de black out con AESA por lo que no podrá participar de las discusiones que se den con la empresa", aclararon.

Servicios especiales

De un relevamiento entre referentes del segmento de servicios petroleros surge como denominador común que "AESA debería enfocarse en agregar valor agregado en el área de servicios especiales (fracturas, cementación, coiled tubing, wireline)". "AESA no agrega valor en contratos de operación y mantenimiento, como el de Los Perales en Santa Cruz. Son servicios que tranquilamente podrían ser ofrecidos por PyMEs o proveedores locales que reinviertan en las economías regionales", explicó un empresario del Golfo San Jorge.

"Empresas como Baker Hughes (que está vendiendo su línea de servicios de completación en el Golfo San Jorge) y Schlumberger se están desprendiendo de líneas de servicios especiales que por diferentes motivos no son más de su interés. AESA debería intentar hace pie en esos negocios", agregó.

Desde YPF recogieron el guante. "Es cierto que el sector de servicios está en medio de una transformación. Vamos a tener que reevaluar en qué servicios tendremos que participar en los próximos años. Es una tarea que tenemos por delante. Probablemente AESA tenga que enfocarse más en algunos servicios especiales si la oferta está comprometida", aseguraron fuentes cercanas a la empresa.

Números en pugna

Desde una de las cámaras provinciales de Neuquén indicaron que AESA le adeuda a YPF más de $ 8700 millones, unos 100 millones de dólares al tipo de cambio oficial, y que la contratista emplea a unos 6700 millones. Esos números no son del todo correctos.

El personal de AESA ronda hoy los 4900 trabajadores directos. La subsidiaria recibió una capitalización en tres partes de YPF por US$ 150 millones que aún no terminó de ejecutarse. "Buena parte de ese dinero se utilizará para cubrir el pasivo que le generó a AESA el traspaso de los equipos de la empresa SP (una firma de equipos de torre que fue la quiebra). Le transferimos los activos pero no la plata para cubrir el pasivo. Era una cuenta pendiente. La capitalización también busca saldar una pérdida originada por un contrato de construcción de una central térmica (con MSU), que salió mal", explicaron desde YPF.

El dinero también se utilizará para cubrir los costos que generó la adquisición de un equipo de snubbing dedicado justamente a la prestación de servicios especiales para completación de pozos, que iba a repagarse con desarrollos masivos de Vaca Muerta que se postergaron sin fecha cierta por la pandemia y por la situación económica del país y de YPF. "Estamos buscando la forma de repagar esa inversión", explicaron las fuentes consultadas.

Las empresas de servicios reclaman, en definitiva, que la petrolera que dirige Affronti discrimine cuáles son los servicios estratégicos en los que AESA puede sumar valor y cuáles los que podrían ser brindados por proveedores locales. "Es entendible su postura, más cuando hay hambre por el bajo nivel de actividad", se sinceró, de forma brutal, un directivo de YPF. "Creemos, no obstante, que vamos a ir encontrando acuerdos si hay voluntad de las partes", aseguró.

Sinergia natural

También recalcó que AESA ejerce un rol sinérgico con YPF. La compañía -cuya fisionomía actual se forjó sobre la base de activos de la histórica Astra Evangelista, adquirida por Repsol en los '90- es una contratista estratégica de proyectos de refinación que YPF postergó por la pandemia. Cuenta con capacidades técnicas para encarar la construcción de obras de alta complejidad en el downstream que, en caso contrario, YPF debería delegar en otras constructoras como Techint y Sacde. "En una época de crisis como esta tenemos que asegurarle los flujos a AESA para que ese equipo técnico no se desarme. Si la Argentina se recupera hay varias obras de infraestructura de las que AESA puede participar. No podemos dejar que la empresa pierda esa habilidad técnica", indicaron allegados a YPF.

La subsidiaria también está al frente de algunos contratos en el upstream como la operación y mantenimiento de campos no convencionales, una actividad neurálgica para YPF a fin de reducir costos de Opex en Vaca Muerta, y se lanzó a construir una planta de tratamiento de residuos peligrosos en Neuquén tras el colapso de empresas como Treater y Comarsa, que fueron denunciadas en la Justicia por irregularidades medioambientales.

Fuente: EconoJournal