Géneros

Miriam Vázquez: "Hay que combatir la prostitución y no debatirla; la mujer prostituida no tiene otra elección"

Entrevista de Lola Sánchez.

El número creciente de casos de explotación y trata, exacerbado en el marco de la crisis pandémica, evidencia el riesgo de aumento de la captación de víctimas. El Extremo Sur dialogó con Miriam Vázquez, responsable de la oficina de Prevención y Lucha contra la Trata de la Municipalidad de Trelew, quien describió el funcionamiento de las redes en el Valle del Chubut y los compromisos que aún están pendientes para poder desbaratarlas. Vázquez se define como activista militante y es fundadora y referente de la Organización Mujeres de Pie, que nuclea a sobrevivientes de violencia de género. Formó parte de la AMADH (Asociación de Mujeres Argentinas por los Derechos Humanos) y es referente provincial de la RATT (Red Alto al Tráfico y la Trata de personas).

Sobre el lanzamiento de la campaña "Yo no trato con la trata", que se inauguró en la Terminal de Ómnibus de Trelew, sostuvo que tanto las terminales como los aeropuertos son lugares clave para detectar comportamientos sospechosos que podrían llevar al desbaratamiento de una red de trata. Tanto por la pandemia como por la naturaleza misma de las redes, hoy Trelew se convirtió en una ciudad de regenteo.

"Como en todos estos temas sensibles, como sucede con la violencia de género, a veces uno mira para otro lado", advirtió, y apuntó a la concientización social sobre los diferentes tipos de explotación. "Años atrás ver a un niño de 12 años trabajando en la tierra era ‘normal', estaba naturalizado. Y hoy, a veces, se sigue viendo con los mismos ojos".

Vázquez analizó críticamente los discursos reglamentaristas que imperan en algunas ramas del feminismo y los calificó como un "impedimento" para el trabajo que se lleva adelante en la lucha contra la trata. "La mujer que entra al sistema de la prostitución, es porque no tiene oportunidades de elección", afirmó. Criticó la voluntad política de avanzar en la reglamentación: Sabemos perfectamente por dónde van las reglamentaristas, que el Gobierno diga que se puede llegar a reglamentar nos saca de foco, sabemos que es netamente explotación".

Recientemente presentaron una nueva campaña de concientización en la ciudad de Trelew. ¿Cuáles son los objetivos centrales?

A través de la campaña de concientización e información "Yo no trato con la trata", proponemos el rol fundamental de hacer la denuncia a la Línea Nacional 135, que se dedica justamente a la investigación del hecho de trata y explotación sexual.

¿Falta generar conciencia en la ciudadanía?

Totalmente. Como en todos estos temas sensibles, como sucede con la violencia de género, a veces uno mira para otro lado. Basta ver lo que sucede en las calles de todo el país, donde se ven niños menores vendiendo, limpiando parabrisas, y nadie se detiene para ver qué pasa. Esos niños están siendo explotados laboralmente, porque deberían estar en una institución educativa, o jugando, no son niños que tienen que estar trabajando.

Sin embargo, pareciera que están naturalizados, ya que generan menos indignación que otros casos de explotación con niños de por medio, como podría ser la explotación sexual.

Estos son temas de cultura, y todo lo que tiene que ver con "culturizar". Hay cambios importantes que tenemos que realizar como sociedad. Hace años atrás ver a un niño de 12 años trabajando en la tierra era "normal", estaba naturalizado. Y hoy, a veces, se sigue viendo con los mismos ojos. Es difícil ir cambiando, por eso tenemos que concientizar. Cuando hablamos de explotación sexual, está un poco más visible, pero de todas maneras la sociedad no está preparada para los cambios.

¿Cuál es su visión sobre la explotación sexual? ¿Cómo es la situación de la persona dentro del sistema y la posición de la sociedad al respecto?

Cuando hablamos de explotación sexual nunca nos dirigimos a hablar de un prostíbulo, siempre se dice que la mujer que está de puta y que está de puta porque quiere. También eso hay que cambiarlo. Nadie está de puta porque quiere, aunque usemos esa palabra, pero hay que decirlo así para que la gente entienda de lo que estamos hablando.

¿De qué manera analiza la situación de la mujer dentro del sistema de prostitución? Actualmente se problematiza la "libertad de elección" de las mujeres dentro de dicho sistema.

La mujer que entra al sistema de la prostitución es porque no tiene oportunidades de elección, eso es lo que la lleva a estar en ese sistema de explotación sexual. La pregunta es: ¿quién es más responsable? ¿La mujer o el que consume prostitución? Ese es el debate, son varias cosas que tenemos que empezar a hablar y a cambiar. Así como empezamos hace varios años con la Línea 144, con la importancia de denunciar, de que las denuncias sean anónimas. Debemos ayudar a la persona que está en ese círculo de violencia. Debemos ser parte de los cambios sociales y culturales que tenemos en formaciones netamente patriarcales y machistas. Cuando vemos situaciones que indican explotación, hay que denunciarlo a la Línea 145. Después ellos se harán cargo de caracterizar si es trata, si es explotación o si no lo es.

Semanas atrás se refirió a la falta de denuncias en la Línea 135. ¿Lo analiza como una falta de casos o bien la falta de información por parte de la sociedad?

Eso fue en una reunión que tuvimos en Trelew, donde se decía que no habían llegado denuncias. Después tuvimos la reunión con el Juez Federal y ahí si tuvimos varias intervenciones. ¿Qué es lo que sucede? Hay casos y hechos de los que la sociedad no se entera; a veces tampoco nos enteramos quienes estamos en las funciones públicas. No nos enteramos de cada accionar de la Justicia. Hay un hilo muy finito que se rompe, y en esto tenemos que trabajar coordinadamente tanto el Municipio como la Provincia y la Nación. Es importante tener esta información. Si en una ciudad no se realizan denuncias no significa que no existan hechos, significa que tenemos una sociedad que no está siendo informada como corresponde.

¿Qué opina como funcionaria pública en la Oficina de Trata, del debate feminista sobre el abolicionismo o regulación de la prostitución?

Quiero remarcar que no es un debate de las feministas, tiene que ser netamente un debate social, del pueblo, porque en realidad a todos nos interesa lo que va a pasar con nuestras niñas y niños a futuro. Creo que a toda la sociedad nos debe interesar. Los cambios que tenemos que realizar tienen que ser para todos los ciudadanos, no solamente para quienes estamos dentro de un activismo o militancia. En segundo lugar, debemos tener conocimiento de que Argentina es abolicionista. Nosotros estamos en contra de todo lo que tiene que ver con explotación en personas, y por ende no podemos corromper algo que ya está dentro de lo que es la Ley, no hay una parte abolicionista y una reglamentarista; eso está dentro de la sociedad. Legalmente, Argentina es abolicionista.

¿Cree que el gobierno podría avanzar en un sentido reglamentarista, reconociendo el trabajo sexual como tal?

La mujer que quiere estar siendo prostituida y lo hace por su decisión, reitero, lo hace porque no tiene opción. Porque si tuviese opción no decidiría ser prostituta. Tenemos que ir siempre en contra de ese sistema. Si se llega a reglamentar sería la peor explotación que un ser humano puede llegar a sufrir y la violencia más grande que nuestro país podría tener. Sabemos perfectamente por dónde van las reglamentaristas. Que el Gobierno diga que se puede llegar a reglamentar nos saca de foco, sabemos que es netamente explotación. Lo que viven las mujeres que están dentro del sistema prostituyente es tremendo. Y las graves secuelas que les deja los sobrevivientes.

¿Hace falta un abordaje más exhaustivo respecto al tema del abolicionismo en nuestra sociedad?

Yo invito a que lean y busquen a las sobrevivientes Alika Kinan, Delia Escudilla, Sonia Sánchez. Tienen muy buenos relatos que realmente te dejan sin palabras. He tenido la oportunidad de caminar al lado de ellas, aprender, conocer, estar en las charlas que ellas dan. Tienen un discurso que tratamos de levantar. La prostitución no es un tema para debatir sino para combatir. Eso es lo que tenemos que hacer como ciudadanos. Hago una pregunta para que quede claro y siempre que puedan, pregunten a las personas y a los lectores: ¿les gustaría que su mujer o sus hijos estén en el sistema prostituyente? ¿Sería capaz de decirle a su hija o hijo que se meta en un prostíbulo para ganar plata? Este no es un tema para debatir. No lo es para nadie, excepto para proxenetas que quizás ya lo tienen demasiado naturalizado. Nadie quiere estar en un prostíbulo. Si no salen del círculo nunca se van a dar cuenta de los daños que les hicieron.

Usted mencionó que Trelew ya no es una ciudad de paso, sino de regenteo. ¿Esta modificación tiene que ver con la pandemia o responde a otras circunstancias?

Tiene que ver con que las redes van mutando. Están muy bien marcadas, siempre van delante de nosotros que tratamos de combatirlas. Cuando ven que hay gente que está accionando y que la Justicia federal está reaccionando muy bien, van mutando. Ven donde pueden realmente empezar a remontar y se establecen. Antes éramos una ciudad de paso. Tras el cierre de los prostíbulos, aumentó la cantidad de víctimas, vemos que va mutando. Por supuesto que la pandemia ha marcado bastante, ha aparecido ahora lo que tiene que ver con las captaciones de flujos, que también está muy relacionado con el tráfico de órganos.

¿El boom de las redes sociales intensifica también la captación de víctimas?

Eso está mucho más presente ahora. Hoy se llega mucho más fácil por las redes sociales. Hay que tener muchísimo cuidado, especialmente con los anuncios de trabajo, por eso empezamos por las terminales. Creemos que las terminales, como los aeropuertos, es donde más tiene que estar la concientización, especialmente el personal que está ahí y puede visibilizar. A nosotros nos preguntaban: ¿cómo sabemos, cómo detectamos? Es difícil, pero sabemos bien que si llega una mujer desorientada buscando a alguien que la vaya a buscar, la miradas perdida, o viaja con alguien y quiere escapar. Un lugar fundamental es el baño, ahí te pueden dejar mensajes. O cuando van con niños que sabemos que no pueden ser hijos o familiares. Si no tienen DNI en la mano y una fotocopia, lo primero que hacen es sacarle el DNI original.

¿La sociedad en general debe estar atenta a estas conductas?

También el común de la gente debe estar atenta. Una cosa es cuando entra a una pareja y el niño hace berrinche porque quiere una golosina y otra es cuando ves que ese niño quiere huir de la mano del que supuestamente es el progenitor. En este caso hay indicios que son bastante visibles. Nosotros hemos logrado desbaratar redes así, creemos que es importante que la sociedad sepa que hay un lugar donde se puede denunciar. Se puede denunciar cualquier sospecha, cualquier actitud extraña. Sobre la duda hay que denunciar. Después veremos en qué desencadena, pero no seamos cómplices. No miremos para otro lado. Hay una sociedad que está en peligro, y cada vez más. Tenemos que tener cuidado, tenemos que aprender a ser solidarios y cuidarnos entre todos. Todos podemos estar en riesgos, y hasta que no nos toca en lo más íntimo de lo más cercano, no lo vemos.

¿Ve una relación entre las posibilidades de captación mediante propuestas laborales con la vulnerabilidad de los y las jóvenes en el marco de un creciente desempleo?

Por supuesto. Una cosa es un Estado con posibilidades, con salidas laborales y educacionales. Y otra cosa es un Estado en crisis. ¿Quiénes van a caer? Las personas vulneradas. Siempre van a ir a las personas vulneradas, a quienes tienen necesidades, no van a actuar en otro lugar. En este escenario post-pandémico tenemos que trabajar fuertemente sobre la concientización, porque puede empezar a ser más importante la captación. Siempre hay que trabajar pensando a futuro, con un cartelito o un llamado, podemos evitarlo.

¿De qué manera se trabaja en este sentido en una sociedad que, por lo general, mira para otro lado?

Como todo lo que tiene que ver con la palabra, la concientización es difícil. Siempre se cree que el problema es del otro, aunque es del Estado gubernamental, y el Estado somos todos. Algunos tienen mayores responsabilidades que otros, pero la responsabilidad de los cambios socio-culturales es de todos.