El país

"Templo Filadelfia", la secta argentina acusada de esclavizar a 100 personas

La sociedad argentina sigue incrédula la causa contra una organización coercitiva de la provincia de Buenos Aires que, bajo una pantalla de culto religioso y a las órdenes de una falsa profeta septuagenaria, se enriquecía al despojar a sus fieles de sus pertenencias, los obligaba a la servidumbre y se apropiaba y abusaba de sus hijos.

Eva Petrona Pereyra tiene 76 años, pero debajo de su semblante de indefensa anciana hay una historia de décadas de engaño y manipulación. Fundó en 1973 el Templo Filadelfia, inscripto en el Registro Nacional de Cultos como organización religiosa en 1988, junto a su hermana, quien murió en 1998 para ser reemplazada por la hija de esta. Entonces, comenzó a ser conocida por sus fieles como Tía, y su palabra era la palabra de Dios.

Durante años, en los que fue creciendo en adeptos, en extensión territorial hacia el interior del país y fortaleciéndose su cúpula y estructura piramidal, con Tía Eva como figura de culto y líder espiritual, atrajeron seguidores entre la población más vulnerable: primero mujeres en situaciones de extrema carencia, luego a sus familias, para captarlos a través de técnicas de persuasión coercitivas.

Los primeros allanamientos y detenciones comenzaron en 2019 y los investigadores identificaron a 100 víctimas, pero los casos siguen aumentando y se ampliaron recientemente luego de la declaración de sobrevivientes.

Se acusa a la organización de explotación laboral, reducción a la servidumbre, extorsión, lavado de dinero, abuso sexual, trata de personas, privación de la libertad, apropiación de menores y sustracción de la identidad.

"Las organizaciones coercitivas -mal llamadas sectas, que es un término peyorativo obsoleto y no específico- no tienen nada que ver con las religiones y los cultos de bien. Son agrupaciones criminales que pueden utilizar diversas fachadas y camuflajes, no solo de índole de creencias, sino también comerciales, new age, sanitarias", dijo a Sputnik Pablo Salum, impulsor de un proyecto de ley antisectas y principal referente en la materia en Argentina.

Salum escapó a los 12 años luego de ser abusado y manipulado desde niño por una secta llamada Escuela de Yoga de Buenos Aires, a la que ingresó de la mano de su madre, una de las primeras víctimas de esa organización, que sigue inmersa junto con su hermano, a quienes nunca pudo volver a ver. Hoy es la cara visible de la Red LibreMentes, dedicada a la difusión de la problemática.

Asegura que recibió las primeras consultas de víctimas del Templo Filadelfia en 2013, a las que ofreció asesoramiento y herramientas para realizar las denuncias, aunque aseveró que esto no suele ser un proceso fácil.

"Como no hay concientización ni prevención, las víctimas de las organizaciones coercitivas muchas veces no se ven a sí mismas como víctimas, entonces les cuesta denunciar. Hay una mirada ignorante de parte de la sociedad y del aparato judicial que juzga a la víctima, que piensa que son los responsables de haber sido usados, cuando en realidad son captados en una situación de vulnerabilidad donde son sometidos psicológicamente", explicó.

Caja de pandora

En 2018, dos hermanas, víctimas del Templo, se acercaron a pedir asesoramiento y su denuncia, con nombre y apellido, fue oída por los organismos gubernamentales dedicados al seguimiento de trata de personas. Las investigaciones, detenciones y allanamientos -que siguen avanzando y acumulándose hasta ahora- abrieron una verdadera caja de pandora.

La sede del Templo Filadelfia, hoy clausurada, se encuentra en la localidad de San Justo, cabecera del municipio de La Matanza, el segundo distrito más poblado del país después de la capital nacional y el más extenso de la provincia de Buenos Aires, ubicado en la zona oeste del conurbano bonaerense. El 50% de los 2,4 millones de matanceros vive debajo de la línea de pobreza y solo el 40% tiene una vivienda con cloacas y agua potable.

La teología del Templo Filadelfia y su líder era la del castigo en vida y la sumisión, sobre una interpretación libre de los fragmentos más ortodoxos del Antiguo Testamento. Mientras sus fieles renunciaban a absolutamente todo, la líder Eva vivía en una estancia con campos de golf y establos de caballos valuada en medio millón de dólares.

Las iluminaciones durante los supuestos arrebatos místicos de la gurú determinaban desde la formación arbitraria de matrimonios arreglados, la castración espiritual de jóvenes durante ceremonias en las que se los abusaba sexualmente y la captación de niños.

Todos los años se realizaban en enero las Fiestas del Señor, que duraban una semana, para la que viajaban al templo de San Justo integrantes de las congregaciones de otras provincias y de países vecinos como Brasil y Paraguay.

Durante las danzas y cánticos rituales, la Tía exigía la entrega de sus pertenencias más preciadas, que podían ser sus hijos, que quedaban a cargo de la agrupación con el regreso de los parroquianos a sus tierras.

"La causa principal de la trata de personas agravada son las organizaciones coercitivas. Me refiero agravadas cuando no hablamos de la estructura de trata de personas habitual que conocen las autoridades, como el proxenetismo, sino de organizaciones con estructura nacional e internacional donde se explotan a miles de personas, a mujeres, hombres y niños; son la esclavitud moderna", enfatizó Salum.

La fachada de esta organización coercitiva era la de una panificadora. Los adeptos debían producir y salir a vender en turnos de 12 a 15 horas, so pena de castigos corporales en caso de no lograrlo. Nadie cobraba un sueldo y todas las ganancias iban a la cúpula de la organización.

El Templo Filadelfia tenía por lo menos tres campos de reeducación y aislamiento en la provincia de Buenos Aires, donde se enviaba a quienes debían ser corregidos a base de privaciones, sometimiento y hambre.

Persuasión coercitiva

Durante las indagatorias judiciales, destacó la mención de los sobrevivientes del caso de un joven que, luego de confesar ser homosexual, fue enviado a uno de estos centros para ser reprogramado por orden de la líder mediante torturas y humillación. El joven se habría suicidado en el campo.

Una víctima declaró haber sido violada sistemáticamente por el cuñado de la gurú en la década de 1980. Habría tenido tres hijos como consecuencia de estas violaciones, que habrían sido arrebatados de su madre e inscriptos a nombre de sus apropiadores. Por lo menos otras dos mujeres alegaron haber sido abusadas sexualmente por altos cargos del Templo.

Fueron apresadas por la Justicia argentina 15 personas, presuntamente pertenecientes a la cúpula, luego de la intervención de la Procuraduría de Trata y Explotación Sexual (Protex), dependiente del Ministerio Público Fiscal nacional, y una fiscalía federal del municipio de Morón, en la zona oeste del conurbano bonaerense.

Eva Pereyra cumple arresto domiciliario debido a su edad. Los investigadores aseguran que la organización continúa operando desde la cárcel, por lo que se los retiró del registro de cultos, se clausuraron las instalaciones y continúan las indagatorias con el fin de desarticular sus ramificaciones y detectar casos de coerción que sigan activos.

La Justicia ordenó nuevos allanamientos a fines de febrero en puntos de Bahía Blanca, provincia de Buenos Aires (este) y las capitales de las provincias de Salta (norte), Mendoza (este) y Neuquén (sur). Hubo detenidos en Salta, donde el culto tenía un anexo de captación enmascarado como una iglesia evangélica pentecostal.

En la resolución del juez, a fines de febrero, determinó que a los 15 miembros imputados se le impusiera un embargo de 50 millones de pesos cada uno y ordenó la subasta de 15 autos, camionetas y utilitarios, que habían sido embargados, para resarcir a las víctimas.

"Las organizaciones coercitivas están muy lejos ser ocultas y secretas. Todo lo contrario, son visibles, son cercanos a la sociedad. Hoy hay muchos de índole sanitario, que ofrecen prácticas y fomentan pseudociencias a personas que están pasando por alguna enfermedad o perdieron algún ser querido", elaboró Salum.

Las sectas no son logias masónicas ni grupos clandestinos. Pueden ser agrupaciones religiosas que venden milagros, corporaciones que funcionan a través de estafas piramidales que venden la ilusión del éxito económico, escuelas filosóficas que venden una realización espiritual. Se alimentan de la carencia y la exclusión, ya sea por falta de trabajo, de dinero, de salud, de contención psicológica, y se aprovechan de la vulnerabilidad y la falta de herramientas.

"Captan a sus víctimas con un fin, pero sin mostrar la cara real. Lo primero que hacen es ofrecer soluciones mágicas a través de una cara amiga. Si una persona no tiene acceso a medicina privada y el hospital público no tiene un un tomógrafo, es más factible que el gurú o el pastor del barrio que dice ser el enviado de Dios con dones de sanación las capte", resumió. (Sputnik)