Pueblos originarios

Orlando Carriqueo: "La resistencia mapuche es la dignidad de un pueblo que se niega a desaparecer"

Por Lola Sánchez.

A través de la resistencia, la lucha por la identidad y el territorio, Orlando Javier Carriqueo conduce la Coordinadora del Parlamento de los Pueblos Mapuches. Es el Werken (vocero) de su comunidad en Río Negro, que tras 140 años de despojo continúa debatiendo con el Estado Nacional por la recuperación de las tierras ancestrales.

En diálogo con El Extremo Sur, Carriqueo sostuvo que permanece cierto malestar en la comunidad ante las declaraciones de figuras políticas del PRO rionegrino, que señalaron a los mapuches como los culpables del incendio devastador que hoy azota a la comarca andina. Opinó que es un intento de "descalificar la discusión política que estamos dando, así como para deslegitimar cualquier reclamo". Adelantó que se avanza en la presentación de una denuncia penal contra Miguel Ángel Pichetto y Alberto Weretilneck.

Carriqueo enfatizó también la manera en que el discurso de odio impacta en la construcción y restitución de la identidad mapuche: "Necesitamos fortalecer nuestra identidad frente a estos sinverguenzas que estigmatizan a todo un pueblo. La sociedad en Chubut y Rio negro mayormente es mapuche. ¿qué es lo que pasa con nuestra gente que nuestra identidad está oculta?".

"Nuestras comunidades han tomado el derecho a la autodefensa, entendemos que la mayor violencia la produce el Estado", sostuvo, y agregó: "A veces me encuentro con personas que ni siquiera saben qué es un pueblo mapuche, no saben lo que es una comunidad, desconocen la historia de la propia provincia que Gobiernan. Parece que el Estado es este y no tiene ninguna capacidad de reconvertirse".

Te desempeñas como vocero de la Coordinadora del Pueblo Mapuche, ¿qué significa la Coordinadora para tu comunidad?

Es el órgano de representación de los pueblos, reúne más o menos 150 comunidades en la provincia. Es el órgano administrativo de la Ley Integral Indigena 2287. Trabajamos en reuniones de comunidades que se hacen todos los años. El pasado año no se hizo por la pandemia. Seguramente las próximas semanas se estará haciendo, ahí renovaremos y continuaremos el debate como comunidad.

Meses atrás estuviste presente en una reunión con la Ministra de Seguridad, Sabina Frederic, la Ministra de Justicia, Marcela Losardo y representantes de los pueblos originarios. ¿De qué manera avanza el diálogo con el Gobierno?

Tuvimos dos reuniones en 15 días. El diálogo con el gobierno provincial está cortado, no hay intenciones de generar una política de reconocimiento, les cuesta entender nuestra dinámica. No quieren generar devolución del territorio, que está previsto en la ley. Todo eso forma un marco político difícil, la provincia tiene proyectos mineros a los cuales nos oponemos.

¿Y con el Gobierno nacional?

Con el Gobierno Nacional puede variar un poco pero en esencia no hay decisión política todavía de devolver territorios. Nosotros entendemos que si el Estado no reconoce un genocidio es dificil abordar políticas y socialmente una reparación. Dilatan el problema, y eso nos perjudica. Nosotros siempre valoramos el diálogo pero si no hay voluntad política de solucionar el problema de fondo que es el territorio se vuelve muy difícil.

En el comunicado colectivo que difundió la comunidad en Río Negro, hacían mención a la "doble victimización" que vivieron con los incendios: por una parte las pérdidas y por otra, la persecusión política.

Es la discusión que está presente, recientemente lanzamos una campaña llamada "Soy mapuche". La idea era generar una consciencia desde Rio Negro, al mostrar que ls mapuches somos más. La sociedad en Chubut y Rio negro mayormente es mapuche. ¿qué es lo que pasa con nuestra gente que nuestra identidad está oculta? Tiene que ver con contrarrestar el discurso de odio y discrminación. En medio de la campaña sucedió este incendio. Sabemos que son sectores vinculados al negocio inmobiliario, al PRO, el ex intendente del Bolsón, que fue guardaespaldas de Lewis. Están todos asociados en ese negocio. El ex gobernador de El Bolsón, Weretilneck, que fue quien permitió junto a Macri la venta de tierras de frontera a través de la modificación de un decreto que sigue vigente.

¿Qué medidas analizan frente al discurso de odio?

Vamos a reclamar y denunciar penalmente esta situación. Entendemos que hay que terminar con esos discursos. Hacemos hincapié en el reconocimiento de un primer genociodio por parte del Estado, que no fue hace mucho tiempo. Son 140 años, si saco la cuenta, mi abuelo vivió la Campaña del Desierto. A partir de ese reconocimiento y ese debate social se pueden generar políticas reparadoras. Creo que ese es un camino real, eso podría desbaratar estos discursos.

¿Y sobre la denuncia penal?

Hay que buscar una figura, no se si existirá, de incitar a la violencia, al racismo, acusar al pueblo mapuche cuando ni siquiera empezaron las pericias, sin fundamento, son mentiras que se tiran a la prensa, no a la Justicia, para generar un odio social. El desconocimiento total de la cosmovisión de un pueblo que vive desde hace miles de años. Lo que reclamamos a estas personas es que dejen el territorio libre, porque tienen intereses económicos, inmobiliarios, mineros, petroleros. Estamos en contra de eso porque como pueblo somos parte del territorio, no somos dueños de la tierra, somos parte de la tierra que compartimos con las otras formas de vida. Echarnos la culpa de este incendio es una bajeza, una canallada. Quiere descalificar la discusión política que estamos dando con el Estado, quiere deslegitimar cualquier reclamo territorial de la comunidad mapuche.

¿Existe una percepción social diferenciada de la violencia por la que son acusados como pueblo, y la violencia que ejerce el Estado?

Nuestras comunidades han tomado el derecho a la autodefensa, entendemos que la mayor violencia la produce el Estado. La produjo históricamente. La produjo cuando se llevó a las mujeres, los niños y los entregó como mano de obra, cuando funcionaron los primeros campos de concentración en nuestro territorio, cuando nos borró la identidad, cuando nuestros padres fueron a la escuela y los castigan por decir una palabra en mapuzungun, cuando se burlaron de nuestros apellidos, y los cambiaron en los registros civiles. Todo eso es violencia institucional. Cuando una comunidad vuela una piedra, esa piedra vuela con una carga de la historia de 140 años de resistencia. No es equiparable de ninguna manera la violencia institucional de más de un siglo contra un pueblo. Parece que es resistencia, pero es la dignidad de un pueblo que se niega a desaparecer. Es una de las deudas que tiene la democracia con la sociedad, reconocer la identidad indígena que está socialmente habitando este territorio.

¿Se ha trabajado anteriormente en la propuesta de crear un Partido Mapuche? ¿A qué responde esta necesidad?

Esa es una charla que se viene dando hace varios años, en el 2015 ya se había decidido armar un partido político. Esto tiene que ver con que nuestra agenda política no está dentro de la agenda de los partidos tradicionales, nunca va a estar. Entonces vemos que hay cierto grado de representación no asumido. Nosotros tenemos este parlamento que en teoría debería ser la voz de las comunidades en el Estado, pero nos deslegitima, nos cierra las puertas y avanza por otro lado. No actuamos como una estructura verticalista, así que será tiempo de discusión y charla. tiene que darse un proceso de identidad, una vez que eso se de las demás discusiones. Así es como se llegó a un Estado Plurinacional en Bolivia, por ejemplo. Hoy Ecuador está dando la misma discusión. Hay elementos para pensar que eso es posible.

Además de la identidad como eje central, mencionaste el reconocimiento histórico como vía fundamental para lograr una reparación.

Cuando vamos a una discusión política con el estado, hacemos mucho hincapié en la historia de ese conflicto. Siempre llegamos al mismo lugar. El Estado y los gobernantes se niegan a reconocer esa historia, tienen una mirada muy paternalista; no dimensionan el problema que afrontar. O no lo quieren ver. La realidad es que nosotros como pueblo venimos reclamando la necesidad de ese reconocimiento de la historia de despojos, de devolución de tierras que la misma Constitución reconoce. Pero no pasa, avanzan más sobre nuestros territorios. Hay que desandar ese camino. A veces me encuentro con personas que ni siquiera saben qué es un pueblo mapuche, no saben lo que es una comunidad, desconocen la historia de la propia provincia que Gobiernan. Parece que el Estado es este y no tiene ninguna capacidad de reconvertirse. El Estado define las relaciones sociales de quienes habitamos el territorio. No respetó los viejos acuerdos de 1900 cuando se hicieron las reservas indígenas a través del Estado Nacional. Hoy es tiempo de que se nutran de conocimiento, que permita la comprensión de la dinámica histórica del territorio. A veces uno choca contra la pared, porque nadie está dispuesto a escuchar. Deben aprender de la historia para volcar eso a una mejor relación. Hay un fuerte nacionalismo en la representación política de la argentina, tanto provincial como nacional, que no les permite ver lo que han escrito en la constitución.