La Nueva, un diario ligado directamente a la represión de la dictaduraPor Mauro A. Fernández.
"Hoy en La Nueva no existe el menor espacio para la oscura intención de fomentar el arrebato de las libertades democráticas".
La Nueva Provincia, diario de Bahía Blanca famoso en todo el país por ser de extrema derecha, publica hoy por primera vez una disculpa un poco tibia por haber apoyado el último golpe militar.
Cierto que ya no es lo que era: años atrás sus dueños originales- la mentada familia Masot- lo vendieron a un testaferro de Moyano, el exitoso empresario local Gustavo Elías. Pensé que perder enemigos a veces parace más triste que perder amigos. Me dió cierta nostalgia: en mis 20, los primeros artículos que escribí en medios nacionales fueron para hacer una lectura crítica de tan paradigmático pasquín que durante décadas colaboró ampliamente en formatear el espíritu bahiense, tan proclive a las derechosidades. Casi repito para mis adentros aquellas palabras de Balbín junto al féretro de Perón. Recordé enseguida, sin embargo, que lo de la Nueva Provincia no fue un mero apoyo de prensa. El diario formaba parte efectiva del aparato represivo, al punto de colaborar -por ejemplo- en la desaparición de los obreros gráficos Heinrich y Loyola, que trabajaban en su propio taller. En fin: es una nueva oportunidad para mandarlos -esta vez tibiamente- a la puta que los parió.
Por Mauro A. Fernández.
"Hoy en La Nueva no existe el menor espacio para la oscura intención de fomentar el arrebato de las libertades democráticas".
La Nueva Provincia, diario de Bahía Blanca famoso en todo el país por ser de extrema derecha, publica hoy por primera vez una disculpa un poco tibia por haber apoyado el último golpe militar.
Cierto que ya no es lo que era: años atrás sus dueños originales- la mentada familia Masot- lo vendieron a un testaferro de Moyano, el exitoso empresario local Gustavo Elías. Pensé que perder enemigos a veces parace más triste que perder amigos. Me dió cierta nostalgia: en mis 20, los primeros artículos que escribí en medios nacionales fueron para hacer una lectura crítica de tan paradigmático pasquín que durante décadas colaboró ampliamente en formatear el espíritu bahiense, tan proclive a las derechosidades. Casi repito para mis adentros aquellas palabras de Balbín junto al féretro de Perón. Recordé enseguida, sin embargo, que lo de la Nueva Provincia no fue un mero apoyo de prensa. El diario formaba parte efectiva del aparato represivo, al punto de colaborar -por ejemplo- en la desaparición de los obreros gráficos Heinrich y Loyola, que trabajaban en su propio taller. En fin: es una nueva oportunidad para mandarlos -esta vez tibiamente- a la puta que los parió.
