Patagonia

Así la Comarca no tiene futuro: no llegan los fondos de Nación; Radal y Golondrinas parecen Afganistán

Por Ángel Castro Daza

Los datos que Alberto Fernández recibió del intendente de Lago Puelo acentúan la percepción de la profunda tragedia humanitaria y económica que atraviesa la Comarca Andina desde el incendio ocurrido el 9 de marzo y del abandono casi total en que se encuentra 20 días después. Se van sumando damnificados y daños a cada momento, pero se confirmó que -además de las tres víctimas fatales- fueron afectadas 1055 personas, 392 viviendas presentaron pérdidas totales y 102 daños parciales. Fuentes que pidieron reserva indicaron a El Extremo Sur que "Nación no bajó un peso hasta el momento", mientras la provincia y el Municipio realizan relevamientos por separado y con el cuchillo entre los dientes. Los parajes de Cerro Radal y Las Golondrinas se asemejan a Afganistán luego de los bombardeos americanos, carecen de todos los servicios y no hay indicio alguno de que se inicien obras a corto plazo.

En Las Golondrinas se produjo la destrucción total del servicio eléctrico, al igual que en Cerro Radal, donde cables, postes y transformadores yacen al costado del camino desde el mismo día del incendio. Existe un principio de negociación con la rionegrina Edersa -claramente más eficiente que Servicios Públicos de Chubut- con el objetivo de que aporte personal para la reconstrucción, aunque no será gratis.

Los vecinos de Las Golondrinas sufren también la falta de agua como consecuencia de la destrucción de 6 kilómetros de mangueras que presuntamente deben ser "enviadas desde Rawson" junto a los insumos, las herramientas y la vestimenta destinada a los trabajadores de Servicios Públicos. El personal de esta repartición está en paro tras la electrocución de uno de los operarios, y reclama además dos salarios atrasados. Por lo tanto, no hay ningún tipo de trabajo en marcha.

Los vecinos que pueden pagarlo recurren a los grupos electrógenos que -además de la inversión en sí, que puede llegar a $150000 para un equipo con la potencia necesaria para operar una bomba de agua sumergible- insumen un costo promedio de combustible de entre $3000 y $4000 cada 24 horas. ¿Quiénes pueden afrontar un costo de entre 90000 y 120 mil pesos mensuales para disponer de un servicio eléctrico a costo propio y con limitaciones?

Urgencias, carencias y el fantasma del invierno

El área de Defensa Civil del municipio de Lago Puelo está enfocada en cubrir con sus recursos escasos las necesidades urgentes de los damnificados, mientras Desarrollo Social organiza el pago de alquileres a los que se quedaron sin casa y la posterior construcción de casas provisorias que costarían un millón de pesos cada una y se ejecutarían a partir de mediados de abril, siempre y cuando el gobierno nacional deposite los fondos necesarios.

Según fuentes consultadas por EES, el Municipio a través del área de Producción confía en levantar unos 140 "monoambientes básicos" entre mediados de abril y fines de mayo.

El gobierno provincial realizó un relevamiento propio a través del Instituto Provincial de la Vivienda, luego de los cruces picantes entre Mariano Arcioni y el intendente Sánchez durante la accidenta visita del Presidente, que tuvo que huir de mala manera de una encerrona que incluía a una patota de la UOCRA, militantes que querían hacer "tronar el escarmiento" y policías infiltrados. Esa información se centralizó inicialmente en Esquel, aunque los inscriptos carecen de toda novedad hasta el momento.

A este panorama se suma el conflicto por la ocupación de tierras -los vecinos de clase media aseguran que "solo ayudan a los ocupas"- y la titularidad de tierras fiscales que nunca fueron regularizadas.

En la región se sabe con nitidez que el límite de cualquier construcción es el inicio del invierno, por lo que se dispone de un lapso que no supera los dos meses y obligará a correr contra reloj si no se quiere dejar a centenares de personas a la intemperie.

La desesperación de las personas afectadas por levantar un techo ha llevado a los organismos oficiales a advertirles que eviten construir en zonas peligrosas, en las que se esperan deslizamientos e inundaciones cuando lleguen las lluvias y nevadas, como consecuencia de la pérdida de la masa boscosa.

El Estado está diciéndoles "yo te avisé" y "si construyen en zonas inestables no nos podemos hacer cargo de la asistencia después", lo cual suena razonable a primera vista pero resulta difícil de asumir para quienes lo perdieron todo, esperan respuestas sin recibirlas y entran en zona de desesperación.

Producción en riesgo

Entre los damnificados de Lago Puelo hay 61 productores capitalizados que perdieron un total de 7 tractores, 8 motocultivadores, 13 generadores eléctricos, 44 motosierras, 103 elementos de carpintería, 42 herramientas de campo y 48 herramientas manuales. La infraestructura que fue afectada incluye 9 bombas, 54.268 metros de manguera, 52.950 metros de alambrados de 5 hilos, 10.590 postes, 42.360 varillas, 2.250 cables, 19 tanques australianos y 3175 metros cuadrados de invernaderos.

Un cuadro de irregularidades y precariedad

Según el Municipio, buena parte de las zonas afectadas por los incendios "no presentaban una urbanización planificada, se encontraban rodeadas de vegetación, no contaban con servicios, son zonas de difícil acceso y los terrenos no estaban delimitados ni regularizados. No existía previamente un censo fiel de la cantidad de habitantes y viviendas". Es decir, un escenario de caos social y precarización.

Los datos fueron entregados a funcionarios nacionales de diverso pelaje a la espera de una respuesta que no puede esperar. Presidencia de la Nación anunció una inversión de 171 millones de pesos en obras para las zonas afectadas y el financiamiento de viviendas por 345,8 millones para los damnificados. Hasta ahora, ese dinero no fue remitido. Si no llega en los próximos días, será tarde para muchos.

ANSES entregará una módica suma adicional de bonificaciones a los damnificados por el incendio que cobran AUH y asignación por embarazo. Desde PAMI bonificarán a afectados que cobran jubilaciones y pensiones, aunque difícilmente esas sumas cambien radicalmente la situación de los que ya vienen en estado de precariedad.