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Abusada por su "abuelastro" durante 12 años: "no soy una víctima, soy una sobreviviente"

Lula tenía apenas seis años cuando su "abuelastro", Enrique Loncón, comenzó a abusar de ella. Los abusos se extendieron durante 12 años hasta que un día, tras un nuevo episodio, la joven -ya adolescente- estalló y decidió contar todo.

En la audiencia del juicio de pena, realizada el 30 de marzo, acompañada por sus padres se sentó frente al juez y volvió a repetir lo que había escrito en una carta: "No soy una victima, soy una sobreviviente".

Loncón asistió a la audiencia desde la casa de un familiar, por videoconferencia. No dijo nada, sólo que entendía y aceptaba el acuerdo de 10 años de prisión que alcanzó la fiscalía y la defensa. La expectativa de la familia era una pena mucho mayor, pero Lula aceptó para cerrar el capítulo (la defensa no apelará la sentencia).

A fin de mes se sabrá si cumplirá la condena en una cárcel común o en su casa, que es a lo que aspira conseguir el abogado defensor. La familia pide que el abusador cumpla la condena en una penitenciaría.

En primera persona

Si bien Lula habló en el juicio y contó lo sucedido, en diciembre del 2020 presentó una carta en el juzgado que tras el juicio decidió compartirla con la comunidad a través del diario.

Aquí compartimos fragmentos de la carta.

"Escribo esta carta porque me da miedo contar lo que me está pasando, el dolor y el recuerdo o mejor dicho los recuerdos me están sobrepasando. Tengo mi cuerpo con marcas. Tengo mi mente con recuerdos que lastiman. Hoy no sé cómo expresar con palabras lo que él me hizo. Se llevó mi inocencia lentamente y sin que nadie sepa. También se llevaba una parte de mi, como podía expresar con 6 años que alguien veía como figura de `abuelo` me estaba lastimando?"

"Como podía hacerlo entender que no quería, que me soltara, que no me besara o que no me lastimara? si cada vez que lo hacia su mirada tenía una maldad y un profundo rencor y odio. Cuando él me sacaba la ropa o cuando pasaba sus manos y su lengua sobre mi cuerpo sentia que mi alma se escapaba mientras que en mi cabeza me preguntaba porque él me hacía esto, y si se acordaba que era su nieta. Él dejo muchas cicatrices profundas y no hablo solo las del cuerpo sino de esas que tenemos en los recuerdos, esas que cuestan para cerrarlas pero a la vez olvidarlas. Fueron 12 años en los que mi cuerpo, mi mente y mi alma sufrieron."

"A medida que pasó el tiempo a él no le importó si yo quería o no. Nunca voy a olvidar sus manos tocándome por todos lados cuando estábamos en familia y tenía que saludarlo y el me agarraba las tetas o nos sentábamos y el me tocaba en mi parte intima. Tampoco voy a olvidarme las palabras que me decías `esas tetas son mías`, `eso de allí abajo es mío`, `nadie más puede tocarte porque sos mía`."

"Gracias a todas las mierdas que me hiciste yo me deprimí, no podía mirarme al espejo y hasta el día de hoy me cuesta porque veo tus asquerosas manos tocándome. Yo no podía comer porque me daba asco mi cuerpo, lo que hacías conmigo, agarre la marihuana, el cigarrillo y el alcohol como método de escape, para drogar los malos recuerdos al igual que los miedos que adquirí por vos: el miedo a la oscuridad, el miedo a que alguien me quiera, el miedo a estar con alguien, y el miedo a que me lastimen por confiar."

"Tuvieron que pasar 12 años y un hecho más para animarme a poder hablar, para poder decir `basta`, tuve que aprender a perder y aceptar que yo no iba tener primos, tías, o sobrinos por esta parte. Tuve que aprender a aceptar que la gente a la que más amaba y admiraba me diera la espalda por `romper un secreto familiar`, pero tengo la suerte de tener a mi papá , mi mamá y mis hermanas, mi pareja y mis amigos y mis hermanas y compañeros de corazón, y lo más importante mi hijo que me dijeron `Yo si te creo`."

"Y lo último, para vos, las nietas pequeñas no se quedan pequeñas, crecemos y nos convertimos en mujeres fuertes que venimos a destruir y desenmascarar a violadores como vos. Yo de a poco y con ayuda me estoy reconstruyendo y cada día me fortalezco un poco más, me miro, me escucho y me siento. Ahora estoy más fuerte que nunca. Nada, pero absolutamente nada va a borrar lo que me hiciste y lo que hiciste a otras mujeres, pero hoy soy a la voz de todas, yo hoy soy una sobreviniente no una víctima y no voy a parar hasta que se haga justicia".

Fuente: Diario Andino