Pueblos originarios

¿Paramilitarismo en el territorio mapuche chileno?

Mientras realizaba un reportaje, un equipo de prensa de la televisión pública de Chile fue atacado a balazos en la ruta que une Cañete con Tirúa, región de la Araucanía, en el centro del país. El ataque en pleno territorio mapuche ha sido atribuido a grupos paramilitares supuestamente ligados a empresas madereras, según dirigentes mapuche locales.

En el sector Lleu Lleu, en la región de la Araucanía, se encuentra la zona mapuche donde el periodista Iván Núñez y el camarógrafo Esteban Sánchez, de la Televisión Nacional de Chile (TVN), fueron atacados por un grupo de desconocidos con armas de fuego. Sánchez perdió uno de sus ojos a raíz de los disparos que ambos recibieron el 27 de marzo.

Autoridades y políticos locales atribuyeron la agresión a la Coordinadora Arauco-Malleco (CAM). Se trata de una de las organizaciones autonomistas más antiguas e importantes en la zona, y que ha reivindicado otros ataques contra maquinarias de las madereras instaladas en el territorio mapuche durante la dictadura militar (1973-1990). El decreto de Ley 701, impuesto en 1974, les otorga a estas empresas forestales una serie de incentivos tributarios o subsidios directos del Estado, en detrimento de los pueblos ancestrales.

Sputnik conversó con Héctor Llaitul, vocero de la CAM, quien no solo desmintió la acusación, sino que sostiene saber quiénes están detrás del ataque, puesto que minutos antes de producido el atentado, el propio Llaitul se había reunido con ambos profesionales, con el objeto de acordar la realización de una entrevista para el día siguiente.

"Ahí ocurrió un hecho desafortunado que nosotros en su momento ya lo condenamos y solidarizamos con el equipo de prensa involucrado, porque nosotros nos descartamos de forma categórica, que nada teníamos que ver con ese hecho", señala el vocero.

"Nosotros tenemos muy claro quienes fueron, gente ligada a la forestal, lo dijimos, ellos son los interesados en silenciarnos, ellos son los interesados en crear un cuadro artificioso de violencia indiscriminada, irracional y endosarnos a nosotros la culpa", añade Llaitul.

Una opinión que basa en las medidas de militarización implementadas en el Wallmapu -territorio mapuche- desde hace varios años, como el Comando Jungla -un grupo especial de Carabineros, la Policía militarizada chilena-, las que se han intensificado en este último año, particularmente partir de marzo con la capacitación que están brindando las fuerzas de élite del Ejército a las Policías en La Araucanía.

Por su parte, el delegado del Gobierno para la llamada Macrozona Sur, Pablo Urquízar, quien estaría a cargo de la coordinación de estos adiestramientos especiales, declaró a la prensa: "Acá las cosas son claras, la CAM ejerce la violencia como método de acción política. Se han adjudicado una serie de atentados históricamente, han habido víctimas, personas han atentado contra la vida, integridad física y a la propiedad de múltiples personas sean mapuche o no mapuche".

Llaitul rechaza estas imputaciones señalando que "nosotros como CAM siempre hemos dicho que nosotros no atacamos a civiles, no atacamos a agricultores, no atacamos a pobres, que no estamos involucrados en hechos de violencia irracional, de hecho, no estamos involucrados en muertes de la contraparte".

"Lo que nosotros hacemos son sabotajes absolutamente legítimos, toda vez que estas maquinarias, o estos circuitos económicos atentan contra la vida mapuche, erosionando, secando y cometiendo estas injusticias de llevarse toda la riqueza delante de nosotros y empobreciendo a las comunidades, dejándolas incluso sin agua y sin posibilidad de nada", aclara.

Minutos antes de ser emboscados y tras separarse de Llaitul, el equipo de TVN encabezado por Iván Núñez fue interceptado, en la ruta que une Tirúa con Cañete, por un grupo de personas molestas, quienes les recriminaron estar en un lugar sin permiso y por haberse reunido con el vocero de la CAM.

Una situación que el periodista Iván Núñez detalla en la querella presentada tras el ataque, donde menciona que tuvo conversaciones debido a este altercado con Santo Reinao Millahual y Gladys Huenumán, dirigentes ligados a partidos políticos de la oposición y cercanos a la forestal Mininco, perteneciente a Compañía Manufacturera de Papeles y Cartones -CMPC, holding forestal y papelero chileno controlado por la familia Matte-.

"Detrás de esto están las forestales y la gente que ha ido cooptando. Los operadores políticos, y de alguna manera lo que se ha ido despuntando, en el sentido de la militarización, que han ido generando en el Wallmapu", acusa Llaitul.

El vocero de la CAM advierte que el Gobierno sabe que son grupos ligados a las forestales: "Es paramilitarismo puro y duro, y que también está involucrada la inteligencia policial, es decir agentes del Estado. Entonces este Gobierno está comprometido no solo en la defensa irrestricta de los intereses del gran capital, sino a todo este andamiaje de colonialismo, racismo que pretende, de alguna forma el exterminio de nuestro pueblo-nación".

Consultado por la prensa chilena, Santo Reinao, candidato a la Convención Constituyente para ocupar uno de los siete puestos reservados para el pueblo mapuche, y quien es señalado por los grupos autonomistas de estar coludido con las forestales, evitó referirse a la ayuda que estarían recibiendo algunas comunidades de parte de esta empresas, entre ellas la suya, señalando que existe negociaciones que llevan adelante con, justamente, la forestal Mininco.

Lo cierto es que la CMPC a través del medio digital Interferencia confirmó la relación laboral, y señaló que: "El Sr. Reinao ha sido contratista con su empresa de servicios, dentro del marco de proveedores externos, hasta su decisión de participar como candidato".

Asimismo, la fundación Sol, con base en la información de Servicio Electoral sobre los aportes a las campañas políticas, reveló que Juan Sutil, presidente de la Confederación de la Producción y del Comercio -CPC, multigremial de los empresarios chilenos-, donó dinero a 31 candidatos constituyentes, principalmente de la derecha, y entre quienes se encuentra también Santo Reinao Millahual.

Para Llautil estos mapuche que hoy negocian y reciben aportes de las forestales son considerados yanaconas. "Este es un concepto que antaño se lo asignaron a los mapuche que le prestaron servicio y estuvieron del lado de los españoles. Yanacona en estricto rigor significaría un traidor, alguien que se pasa a las filas del enemigo y que puede morir incluso al lado del enemigo".

Para la CAM este es un fenómeno que les deja de llamar la atención, e incluso les avergüenza que exista esta realidad en estos tiempos, "sobre todo cuando luchamos contra un sistema, un Estado capitalista de formato colonial que arrasa con el pueblo-nación mapuche, y no solamente arrasa con nuestra población, o que arrasa con nuestras formas de vida, culturales, etc., sino que arrasa con la territorialidad ancestral, la biodiversidad, es decir con todo lo que se entiende en el mundo mapuche".

Para varias comunidades en proceso de recuperación territorial también resulta un contrasentido absoluto el hecho que existan mapuche que estén del lado de las forestales, "no solamente en materia laboral, o trabajando, sino también ahora que están dispuestos a tomar las armas, y enfrentarse a nosotros, del movimiento autonomista que confrontamos derechamente con ese sistema de oprobio, de injusticia que son las forestales", remarca el werken.

Una opinión que comparte José Huenchunao, exvocero de la CAM, y quien es sindicado como dirigente de la organización autonomista Weichán Auka Mapu (WAM), quien señaló a un medio digital chileno: "Somos vecinos, nos conocemos todos, sabemos que hay un grupo que está trabajando para las forestales y que estas les han pasado dinero. No sé si les han pasado armas, pero tienen armas, son como un grupo paramilitar. Son asalariados de las forestales. Eso aquí se sabe. Es así".

La Franja Lavkenche, otro grupo de resistencia mapuche, señaló en un comunicado emitido el 31 de marzo que Mininco ha "financiado a dirigentes para armarse y mantener el control del fundo Choque, siendo Santo Reinao el líder de este grupo. Y fue en esta zona donde, precisamente, ocurrió la emboscada a TVN".

Tras la declaración de la CAM, que negó su responsabilidad en el ataque al equipo periodístico, voces se levantaron para acusar justamente a estos otros grupos autonomistas, como la WAM y la Franja Lavkenche. Señalan que, debido a disputas políticas entre estos grupos, alguno de ellos habría estado tras el atentado.

Un rumor que también es refutado por Héctor Llaitul, quien reconoce las diferencias, pero que "en el sustrato más de fondo afirma no existen", y niega que esos grupos sean los responsables.

Más aún, José Huenchunao también desmiente estas versiones y acusa que con estas solo buscan confundir a la opinión pública. "Atentar contra el periodismo no tiene sentido. Eso está descartado".

Lo mismo hizo la Franja en su comunicado, donde responsabilizan a las forestales en la imposición de la violencia, "no solamente cuando presiona al gobierno para que militaricen la zona a través de todas estas fuerzas especiales, el Comando Jungla, los blindados, que son una forma de violentar al pueblo nación mapuche, porque nosotros frente a eso obviamente vamos a tener una actitud y una posición de autodefensa y de resistencia".

Frente a estas imputaciones, CMPC, el holding al que pertenece la forestal Mininco, también se pronunció por medio de un comunicado: "CMPC reitera que no corresponde comentar ni reaccionar a declaraciones de grupos terroristas que, de forma frecuente, se adjudican hechos de violencia que, lamentablemente, afectan a emprendedores mapuche y no mapuche de la Araucanía y la Provincia de Arauco".

El holding controlado por la familia Matte agregó que "CMPC mantiene relaciones con más de 380 comunidades mapuche, promoviendo proyectos de conservación, culturales, turísticos y productivos que, en el caso específico de la zona que circunda el Lago Lleulleu, han generado más de 300 empleos en labores silvícolas, prevención de incendios y restauración, entre otros".

Frente a los proyectos que las forestales señalan apoyar en las comunidades y los empleos que generan, el vocero de la CAM es categórico al explicar que lo que se produce en el Wallpamu es "un choque absoluto de dos formas de entender el mundo, dos formas de entender esta realidad, esta relación del hombre con la tierra, la relación con el medio, la naturaleza".

"Nosotros no los vemos a ellos como recurso, como algo que tenemos que tomar y explotar y después botar, nosotros estamos viendo la naturaleza, su biodiversidad, sus elementos, los vemos como hermanos, que tienen más allá de una condición de vida, hay una espiritualidad, hay una energía detrás que nos permite vivir de otra forma. Por eso es un choque de culturas", añade.

Frente a las acusaciones de que la CAM es una organización terrorista, Héctor Llaitul es claro en señalar que "los terroristas son ellos, porque están destruyendo el mundo mapuche, es un proceso de exterminio hacia el pueblo-nación mapuche".

En palabras del werken, lo que ellos realizan no es terrorismo. "Lo que el pueblo nación-mapuche hace es resistencia, autodefensa, y el legítimo derecho a la rebelión toda vez que nos sentimos oprimidos no solamente por la bota militar, sino por la dictadura del capital monopólico financiero que nos condena a una existencia miserable", añade Llaitul.

"Nosotros no nos sentimos terroristas, todo lo contrario, nos sentimos weichafe, lonkos,werkenes [autoridades ancestrales], que asumimos lo que nos está mandatando la Ñuke Mapu [madre tierra], que es defender nuestro pueblo, defender nuestra biodiversidad, nuestra condición y esencia mapuche. Porque queremos seguir siendo un pueblo, un pueblo digno como fue en antaño, no queremos ser folclorizados ni exterminados", concluye. (Sputnik)