Patagonia

La Comarca Andina suma 2.300 familias con problemas habitacionales; son 30% más desde los incendios de marzo

Las casi 500 casas destruidas o afectadas de manera parcial por los incendios en la Comarca Andina generaron un fuerte aumento de los problemas de vivienda que ya existían en la región cordillerana. Hasta antes de la tormenta de fuego había en la zona unas 1.804 familias que alquilaban o vivían de prestado. Ahora se han sumado al menos 494 con casas completamente destruidas o afectadas parcialmente tras el paso de las llamas, aunque datos extraoficiales elevan esos datos. Para construir esas casas harían falta no menos de 2.500 millones de pesos. Las ayudas de Nación y Provincia dejan un sabor amargo y llegan muy demoradas ante el avance implacable de un crudo invierno que ya comienza a sentirse; más todavía para los sin techo de la Cordillera.

La problemática habitacional en Chubut revela una crisis de larga data. Miles de familias padecen las dificultades enormes que genera alquilar con los altísimos costos que tiene el mercado inmobiliario. Además, la vida cotidiana se hace más compleja con los desproporcionados aumentos que plantea la desbordada inflación en la Patagonia.

Específicamente en la Comarca Andina, los problemas de viviendas se multiplicaron notablemente con el estallido provocado por los incendios y la enorme destrucción que dejaron a su paso.

Antes del fuego había en las poblaciones que la conforman 1.804 familias que no podían acceder a una vivienda propia, pero tras la tormenta de fuego se sumaron por lo menos otras 500 familias que perdieron casi todo, desde el techo y las paredes que los cobijaban hasta las pertenencias personales.

Los incendios dejaron por lo menos 392 viviendas completamente destruidas en la región afectada por el fuego, según los relevamientos que hicieron los intendentes de la Comarca y que le entregaron al presidente Alberto Fernández en su alborotado paso por la zona. Además, se deben sumar otras 102 casas que tuvieron daños parciales de diferente magnitud.

De esa manera se totalizan 494 casas derribadas o fuertemente impactadas por el fuego, aunque algunos otros números que manejan los vecinos de manera extraoficial hablan de una cifra que rondaría en las 1.000 casas afectadas por el fuego en diferentes magnitudes.

Si solamente nos atenemos a los datos oficiales, los problemas habitacionales en la Comarca aumentaron como mínimo 30% tras los incendios. Hasta ahora no se avizoran respuestas contundentes del Estado Nacional ni tampoco del provincial que permitan soñar con una solución a corto plazo. Hay que ser optimista para esperar una solución integran a lo largo varios años si se espera que la respuesta no se concentre en viviendas precarias.

En función de los costos de las últimas viviendas construidas por el IPV en Chubut, cada una de ellas requirió de una inversión promedio de 6 millones de pesos. Siguiendo esta estimación -siempre relativa como consecuencia de la inflación galopante- para edificar 494 casas en formato IPV en la Cordillera el Estado debería destinar no menos de 2.500 millones de pesos. Los préstamos anunciados por el IPV para los damnificados solo ofrecen 2,8 millones para viviendas destruidas y 1,5 para refacciones; a lo que se sumó en los últimos días una acumulación de quejas por un presunto endurecimiento de los requisitos que dejaría afuera a muchos inscriptos.

Para construir 494 casas en formato IPV en la Cordillera el Estado debería destinar no menos de 2.500 millones de pesos.

Atacar de fondo la problemática habitacional de la Comarca demandaría -según los costos del IPV- no menos de 10.824 millones de pesos para que cerca de 2.300 familias cordilleranas puedan cumplir el sueño de la casa propia y vivir dignamente. Hoy esa inversión estatal está completamente alejada de la realidad anunciada por los gobernantes.

30% más de problemas de vivienda en la Comarca

Desde antes de la tormenta de fuego la Comarca Andina venía con fuertes problemas habitacionales. Un total de 1.804 familias no tenía casa propia según los datos del Censo Nacional 2010. Basta proyectar el crecimiento de la demanda en la década que pasó desde ese censo hasta ahora.

Entre esas familias cordilleranas había 712 que alquilaban y representaban el 10,6% del total de las propiedades existentes en las localidades de la zona. Otras 598 familias vivían en casas bajo la denominación de "ocupantes por prestamos", es decir que no eran propietarios y tampoco alquilaban, traduciéndose en el 8,9% del total de viviendas existentes.

Desde antes de la tormenta de fuego la Comarca Andina venía con fuertes problemas habitacionales. Un total de 1.804 familias no tenía casa propia.

A ellos se les deben sumar otras 269 familias que vivían en casas de las que eran propietarios, pero no poseían el título de propiedad sobre el terreno donde habían construido.

Sobre un total de 6.714 viviendas existentes en la Comarca, 1.804 pertenecían hace más de diez años a familias que no eran propietarias, alquilaban, vivían de prestado o no contaban los papeles legales sobre los terrenos donde edificaron.

Más allá de los cambios lógicos que se produjeron a lo largo de la última década, a ese panorama de problemáticas habitacionales se le deben sumar las 494 casas que fueron impactadas de lleno por el fuego en la región cordillerana.

Allí está la principal urgencia a resolver por el Estado, tanto en su nivel nacional como en el provincial, porque a esos habitantes de la Comarca se les avecina el invierno con toda su crudeza patagónica. Para ellos no habrá promesa que alcance o les solucione las enormes dificultades que tendrán para poder transitar los próximos meses con temperaturas bajo cero, nevadas y lluvias propias de la época.

Ayuda demorada y con amargo gusto a poco

El Estado Nacional anunció ayuda para los afectados de la Comarca por 348,5 millones; que serían destinados al financiamiento de viviendas. Por lo que se supo oficialmente, 307 millones de pesos irían a las localidades de Lago Puelo y El Hoyo para la construcción y mejora de viviendas afectadas por el incendio.

Dicha suma anunciada por Nación representa apenas el 15% de los fondos que mínimamente harían falta para solucionar el problema a las familias damnificadas. Ni con las promesas se cumplen las expectativas.

El Ministerio de Desarrollo Territorial y Hábitat de Nación firmó un convenio con Lago Puelo para desembolsar 273,9 millones de pesos que serían destinados a la construcción de 250 viviendas de emergencia y los restantes 36,4 millones de pesos para la adquisición de materiales con el objetivo de mejorar 91 unidades afectadas.

La Municipalidad de El Hoyo recibiría un total de 33,3 millones de pesos, de los cuales 28,5 irían para la construcción de 30 viviendas y 4,8 millones para comprar materiales para el mejoramiento de 12 casas.

La suma anunciada por Nación representa apenas el 15% de los fondos que mínimamente harían falta para solucionar el problema a las familias damnificadas.

Desde el Gobierno provincial, Mariano Arcioni instruyó al Banco del Chubut para el otorgamiento de préstamos personales por 22 millones de pesos a quienes resultaron afectados por los incendios. Esta línea crediticia permite acceder hasta a 500 mil pesos con tasa fija preferencial del 18% y hasta el momento se aprobaron apenas 47 préstamos.

En los últimos días se supo que el banco provincial plantea a monotributistas y autónomos que se inscriben la ridícula exigencia de que aporten un garante que reviste como "empleado provincial con más de un año de antigüedad". Se trata de una cláusula a todas luces absurda y discrecional.

En paralelo y a través del IPV, la administración arcionista implementó líneas de crédito a tasa del 0% y con un año de gracia, para que los afectados puedan acceder a montos de hasta 2,8 millones de pesos para construir nuevas casas y de hasta 1,5 millones para refaccionar las incendiadas parcialmente.

Tanto los anuncios nacionales como los provinciales tienen un amargo sabor a poco, ninguno de los dos estamentos gubernamentales parece haber comprendido a fondo de qué va la problemática en la Comarca.

Los 307 millones de Nación o los créditos de Provincia, tienen una impronta de asistencia a largo plazo que no alcanzan para resolver la realidad imperante de miles de familias que perdieron todo y hoy tiemblan por un invierno que se aproxima temiblemente como para andar pidiendo una casa prestada o dormir en una carpa.

La esperanza es lo último que se pierde, pero sin la férrea decisión y acción estatal esas ilusiones se irán extinguiendo con la llegada del invierno y el futuro se hará difuso por la densa humareda de las carencias.