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El manuscrito medieval que provocó la primera revolución feminista

Por Gonzalo Barbero

De entre las sombras de la historia a las que la Edad Media fue relegada, como una época de enfermedad, desconocimiento y superstición, surgen en ocasiones pequeños brillos, muestras de una sensibilidad nada despreciable. La Biblioteca Nacional ofrece una visita por más de 70 obras manuscritas en Luces del Norte, su nueva exposición temporal que pretende acabar con esta visión oscura de un periodo fascinante en la vida cultural europea. Algunas de estas obras, fechadas entre los años 900 y 1500, fueron causantes de apasionantes debates con la mujer como centro.

De entre las páginas ricamente decoradas en pan de oro y motivos vegetales de libros de salmos y horas, surgen también tímidamente figuras de mujeres. Algunas castas, como Santa Apolonia, que recibió un extenso culto como protectora de las enfermedades relacionadas con la boca. Otras, como Betsabé, como ejemplo de adulterio y castigo, mostrando su desnudo como una marca de ignominia que pretendía servir de ejemplo para las mujeres de la época.

La popularidad de este tipo de documentos, entre mujeres que empezaban a poder acceder a algún tipo de educación, provocó la aparición de un nuevo paradigma en lo que a representación se refiere. Es el caso del Roman de la Rose, el libro causante de la primera denuncia feminista en la literatura y de un gran cisma estilístico en Europa.

La obra se compone por dos partes escritas por Guillaume de Lorris y Jean de Meung respectivamente. El primero concibió una historia en la que las reglas del amor cortés eran la base de la conquista de su amada. Así narró la historia de un sueño alegórico, en el que la dama se le presentaba como una rosa en un jardín, que solo con respeto, cuidado y devoción podría ser obtenida.

El autor de la segunda parte, Jean de Meung, decidió romper con estos ideales para tratar la figura de la mujer desde una perspectiva más cínica y burlona, transformando el texto en una sátira cuyo principal objetivo era la mujer. Su publicación no dejó indiferente a una de las más importantes mujeres de su tiempo, Christine de Pizan, filósofa, poeta y precursora del feminismo occidental en pleno siglo XV.

La querella de la rosa

Pizan decide escribir un texto en el que expone su denuncia pública a esta segunda parte del Roman de la Rose, criticando el trato que Jean de Meung había dado a la mujer en su obra y firmando uno de los primeros alegatos en favor de la representación de la mujer en la literatura. A raíz de estos hechos y aprovechando su gran influencia, forma la que podría ser la primera agrupación feminista de la historia: la querella de la rosa.

Pizan desempeñará un papel clave para el acceso al conocimiento de las mujeres, abriendo un periodo en la vida cultural europea que se extenderá hasta la Revolución francesa, y del que mujeres como Mary Wollstonecraft, autora de Las vindicaciones de los derechos de la mujer, tomaron el relevo en la lucha por la emancipación.

Un trabajo necesario

Luces del Norte es fruto del esfuerzo de Samuel Bras, comisario de la exposición, y del fallecido Javier Docampo, expresidente de la BNE, quienes emprendieron hace 4 años un trabajo de recuperación y archivo de la colección de manuscritos iluminados de la biblioteca. Esta primera muestra se centra en las creaciones francesas y flamencas de mediados del Medievo llegando hasta el Renacimiento.

Entre las joyas de la colección se encuentra El libro de horas del emperador Carlos V, un manuscrito bellamente decorado y de uso personal del monarca. El manuscrito Metz, el más antiguo de la colección datado entre el 814 y el 828, encargado por los descendientes de Carlomagno, con el objetivo de recopilar el conocimiento científico grecolatino. Este incluye un calendario astronómico, un manual de cómputo, así como una recopilación de miniaturas de distintas constelaciones bellamente decoradas.

Una exposición que como señala Bras intenta destruir el mito de una época plagada de obscurantismo, con textos "que promueven la cultura" y que atesoran una gran "belleza interior". La muestra, disponible del jueves 30 de abril hasta el día 5 de septiembre, se divide en torno a textos de divulgación, profanos y sagrados, dando buena cuenta de los distintos periodos históricos en los que fueron creados y su evolución.

Este trabajo de recuperación y estudio va acompañado de un extenso catálogo de 150 obras, que recoge y ordena parte de la extensa colección de manuscritos iluminados de la BNE. Una muestra que no se exponía al público desde 1933 y que es la primera de una trilogía que recorrerá la amplia colección de textos iluminados de la Biblioteca.

Fuente: El Español