Política

Desprecio por los docentes pauperizados: el extraño caso de la paritaria convertida en pago de una deuda

Por Davy Figueiras

Nadie imaginó, desde la creación de la primera organización obrera del país ocurrida en 1857, que 164 años después una discusión paritaria se redujera al cumplimiento de una deuda salarial largamente atrasada. Eso sucedió y -como no podía ser de otra manera- fue en Chubut. El gobierno provincial celebra en una rara confabulación con ATECh -el principal sindicato docente provincial- el demorado pago del atraso salarial que lleva más de dos años. A pesar de lo ostentoso del anuncio, ni siquiera será para todos los docentes, sino solamente para aquellos que cobren hasta 90 mil pesos.

En un año electoral, la actualización salarial, aún a cuatro meses de las elecciones, es un tema vedado. Llamativamente, en los últimos meses, el gobierno provincial incrementó considerablemente los ingresos, ya sea por recursos de coparticipación como también por regalías; como viene informando El Extremo Sur. Sin embargo, contar con recursos mientras se mantienen los atrasos salariales no aparecen como una contradicción.

La inflación y la destrucción del salario

Desde enero de 2020 que los salarios docentes en Chubut no tienen actualización. Esta situación, insostenible para muchos, hizo que los docentes se financien con créditos usureros o tarjetas cuyos intereses también son leoninos.

No hay que olvidar que la inflación en Patagonia fue de 32,3% en 2020, y que el acumulado en 2021 es de 17,9%. Estos números indican que, en apenas un año y medio, la pérdida del poder adquisitivo docente fue de 50,2%.

La depreciación del salario no solo fue una cuestión provincial, sino también nacional. En 2020 la paritaria nacional se redujo a un incremento transitorio del FONID (Fondo Nacional de Incentivo Docente) de 4840 pesos a pagar en cuatro cuotas de 1210 cada una. Es decir, que las 24 jurisdicciones educativas del país aprobaron un aumento de 1210 pesos mensuales -solo por cuatro meses- en uno de los años más crueles de la historia. Pareciera no existir grieta política alguna cuando se trata de mantener el ajuste brutal sobre el salario docente.

Una paritaria fantasma

En febrero de este año, el Ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, salió en conferencia de prensa a anunciar una nueva "paritaria" docente con un rimbombante número: 34,55% a pagar entre marzo y septiembre.

En la conferencia de prensa, Trotta se jactó de superar el 29% de inflación proyectado en el presupuesto nacional; porcentaje que por otra parte resulta ficticio a esta altura del año.

Sin embargo, la presentación esconde también una buena dosis de cinismo. Eso resulta claro, porque ese 34,55% no es un aumento sino una referencia que se tiene a nivel nacional para que cada provincia "negocie" su porcentaje. Concretamente, este porcentaje supone que en septiembre del presente año ningún docente debería cobrar menos de 37 mil pesos mensuales.

Según el INDEC, en abril una familia necesitó 59.208 pesos para no caer en la pobreza. En la Patagonia, el costo de la canasta básica es mucho mayor y los números más crudos. De ahí que ese porcentaje anunciado en realidad se convierta en un eufemismo político para disfrazar que gran parte de los docentes del país están bordeando la línea de la pobreza.

Promesas fallidas

No conforme con el anuncio grandilocuente del pobre aumento, en julio del año pasado Trotta también anunció una línea de créditos blandos para la adquisición de computadoras a bajo costo y en cuotas. La idea era suplir la deficiencia en la conectividad de los docentes y propiciar su equipamiento informático, habida cuenta de la suspensión de la presencialidad.

Lo cierto es que del "anuncio" al "acceso" hay varios abismos. Prácticamente ningún docente de Chubut pudo acceder a ese crédito, y se desconoce la cantidad efectiva que sí logró que le otorgaran el beneficio.

En enero de este año también se anunció la entrega de 500 mil computadoras a estudiantes de todo el país. A seis meses del anuncio, poco y nada se sabe del cumplimiento de una nueva promesa.

Los docentes y estudiantes fueron los principales afectados en cuanto a las carencias de equipamiento informático y la conectividad, y no existió por parte del Estado un acompañamiento económico ni financiero -más allá de los anuncios detallados- que ayudara a revertir esta situación. Educación anunció que pagará 710 pesos en concepto de "Conectividad Nacional", monto que no alcanza ni para pagar la mitad del abono de un servicio básico de internet.

Sin paritarias en año electoral

Ya pisando junio y en pleno año electoral, los sindicatos docentes solo lograron que el gobierno provincial se ponga al día con los sueldos que no superen los 90 mil pesos. Los que superen ese monto deberán conformarse con 5 cuotas, terminándose de pagar la deuda prácticamente a fin de año.

Hasta el momento, no hay atisbos ni señales de una recomposición salarial, a un año y medio de la última. No existen muchas situaciones similares a lo largo de la historia de esta provincia. A pocos meses de las elecciones no hubo ningún tipo de acuerdo paritario, en una clara muestra de abulia política compartida entre sindicato y gobierno.

Lo cierto es que cualquier tipo de actualización salarial posiblemente ocurra recién luego de las elecciones, lo que hace sospechar sobre las posibilidades de su cumplimiento, más en un gobierno que no tiene antecedentes favorables en este aspecto.

Ya sea Nación, ya sea Provincia, el desprecio por los salarios docentes ha sido una constante. La pauperización educativa es una política de Estado, gobierne quien gobierne. Sin embargo, esto no llama la atención de una dirigencia que suele ver el futuro del país solo los pozos de petróleo y en la soja, en vez de verlos en el desarrollo, la felicidad y el bienestar de niñas y niños de este país.