Patagonia

La vida quebrada de la pareja de "Tino" John: "Lo fusilaron; ¿dónde estudian las fuerzas especializadas?"

Por Lola Sánchez.

"No voy a parar hasta que haya justicia", afirmó Claudia Costa Basso sobre la muerte de su pareja, Alejandro "Tino" John, en manos del Grupo Especial de Operaciones Policiales (GEOP) de Chubut. El hombre fue abatido con un disparo en la cabeza el pasado jueves por la mañana en el paraje Las Golondrinas (Lago Puelo). La policía local solicitó la presencia del Grupo Táctico luego de recibir denuncias por parte de vecinos en las que indicaban que "Tino" se encontraba disparando al aire, en medio de una crisis psicológica.

"Tenía un don de generosidad y humildad, le importaba mucho ayudar a la gente. Ayudaba siempre a la gente que trabajaba". Así recordó Claudia a su compañero, en diálogo con la "Patagonia Andina" (FM 93.3). "Fue trabajador toda su vida, desde chico. Llegó muy alto con su propio esfuerzo, era un ser extremadamente sensible, de perfil bajo. No voy a comprender nunca lo que le hicieron".

"Sí tenía muchas capas de estrés, se descompensaba. El año pasado fue muy difícil, comenzó un desgaste. El incendio fue traumático. Estuvo con los hijos, amigos y dos motobombas hasta las 11 de la noche tratando de apagar el fuego. Se quemó un galpón y los frutales; él trabajaba con las frutas, se quemó la mitad de su producción". Comentó además que luego el padre de Tino empezó a sufrir problemas de salud, lo que generó aún más estrés.

Por otra parte, sostuvo que el estado de Tino se había agravado debido a un creciente temor por la toma de tierras. "Se metían caballos, se metía gente". Fue en este contexto que ocurrieron los disparos al aire que los vecinos denunciaron el día miércoles 26. "Ese día se metieron unos tipos. Entonces Tino, como cualquier persona de campo, salió con su rifle 22 a sacarlos. Empezó a tirar por eso".

Claudia aseguró que "Tino no usaba armas y hacía disparos al aire". Explicó que "el miércoles sacó esa arma, porque estaba con miedo a las tomas. Yo no voy a estar 15 años con alguien que dispara al aire. Nunca fue agresivo. Todo el mundo lo sabe, por eso hay mucha gente que lo quiere. Él estaba medicado. Ese día, dentro del miedo lógico a las tomas, estaba descompensado".

"Me trataron como si fuera delincuente"

Costa Basso contó que desde hace tres meses vivía junto a Tino en la casa de Las Golondrinas, vivienda que él había recibido como herencia de su madre.

"Yo estaba llegando a casa, me dejaron en la puerta. Desde la tranquera hasta la casa hay alrededor de 300 metros. Iba caminando y veo bultos, no sé por qué se me ocurrió pensar que eran jabalíes", recordó. "Lo llamé a Tino. Y él me dijo que iba a salir a buscarme. Cuando sigo caminando veo que los bultos se meten en la cuneta; veo un traje de militar. Ahí me di cuenta que algo pasaba".

"Tino me estaba esperando con un chico que lo ayudaba con el galpón. Escuché que me dijeron ‘¡Señora, señora!', lo que me dio miedo. Me acerco a Tino, ni un beso alcancé a darle y le digo ‘metete adentro'. Miré para el costado y vi que entraban dos camionetas. De golpe rompieron la puerta y entraron como 20 personas con cascos, armas y fusiles, a los gritos. Tino agarró el rifle, se fue para arriba. Yo le agarré la mano y me dijo 'quedate ahí''', relató.

Recordó también que ella estaba en la escalera cuando la llevaron al living y la maniataron. "Ellos se fueron para arriba. A mí me pusieron precintos. Se escuchaban balas, y de golpe, silencio".

Claudia contó, entre lágrimas, que nadie le dijo lo que estaba pasando. "Yo gritaba ‘¿Qué pasó con mi marido?', y nadie me contestaba. Había un montón de policías. No me dejaron llamar a mi familia, a los hijos de Tino ni a mi abogado. Me dijeron ‘Si no se queda tranquila le va a ir peor'. Me trataron como si fuera delincuente".

Recuerda haber estado atada durante al menos cuarenta minutos. Fue liberada cuando los efectivos vieron por la ventana que la Fiscal arribaba al domicilio. Media hora después, un policía le entregó la orden de allanamiento.

A pesar de que todavía no le brindaban información sobre lo sucedido, Claudia sospechó que su marido había muerto cuando vio el portafolio de la Policía Científica.

"Cuando el GEOP llegó, Tino estaba parado con el ayudante, no tenía ningún arma, ¿no hubiera sido el momento de dar la voz de alto?", se preguntó. "Podrían haber golpeado y decir que venían por un allanamiento. Si tenés orden de allanamiento la das antes de entrar a la casa y no después de matar a alguien".

"No entiendo este ataque feroz", agregó. "Lo fusilaron. Después me enteré que le dieron un disparo en la cabeza. ¿Dónde estudian las fuerzas especializadas? Si tenés que neutralizar a alguien podés tirarle un tiro en la pierna". Además, remarcó la situación desigual que enfrentó su pareja: "Eran 20 tipos, con bombas de estruendo y gases lacrimógenos, contra un solo hombre con un rifle 22".

"Se me terminó todo", confesó en diálogo con el medio local. "No entiendo la vida sin Tino". No obstante, afirmó que va a sacar fuerzas para exigir justicia: "Hasta la ONU no paro. Por Tino, aunque no voy a tenerlo nunca más. No voy a parar".

Pedido de justicia

La comunidad se ha movilizado en El Hoyo y Lago Puelo exigiendo transparencia y justicia. Actualmente es la misma Policía Provincial la que lleva adelante la investigación, dirigida por el Fiscal Carlos Díaz Mayer. Aún no se ha confirmado en qué parte de la cabeza Tino recibió el impacto, cuántos efectivos estuvieron presentes en el Operativo y quién fue el responsable de efectuar el disparo.

Este miércoles se llevó adelante la autopsia. Los datos recabados, sumados a la investigación de la Fiscalía, indicarán si existió o no un uso desmedido de la fuerza.

En esta dirección, la diputada provincial Mónica Saso presentó el martes un pedido de informe al Ministro de Seguridad, Federico Massoni, en el cual exige la respuesta a estos interrogantes, con el fin de comprobar si el GEOP actuó en cumplimiento de la ley. La comunidad exige que los efectivos presentes en el operativo sean separados de su cargo e investigados.