Patagonia

Los sismos que oculta Vaca Muerta

Por Maxi Goldschmidt

Un pueblo de pronto empieza a temblar. Un sismo, dos, treinta en un mismo día. El pueblo se llama Sauzal Bonito, en Neuquén. Viven 200 familias. Nunca habían sentido lo que desde hace más de tres años se volvió costumbre: explosiones debajo de la tierra. Las casas se agrietan, se caen los estantes, los niños lloran.

-No nos dan las manos para sacar a nuestros hijos afuera.

Dicen madres que, en plena noche, cuando comienzan los sismos, tienen que elegir a cuáles de sus hijos rescatar primero. En los últimos tres días, Sauzal Bonito tembló más de 40 veces.

Sauzal Bonito está ubicado a 100 kilómetros de la capital provincial, en el departamento de Confluencia. Vive de la agricultura y la ganadería a baja escala. Nadie cierra con llave la puerta de su casa. Al pueblo, que se extiende a orillas del río Neuquén, aún no llegó el gas natural.

Del otro lado del río se levanta uno de los orgullos de Vaca Muerta: el yacimiento Fortín de Piedra, donde la compañía de Paolo Rocca (Tecpetrol) extrae el 13 por ciento del gas del país.

Información confidencial

En Sauzal Bonito no hay dudas. Desde que empezaron las perforaciones petroleras (el fracking), empezaron las explosiones, los temblores.

Pero ni el Estado ni las empresas petroleras asumen públicamente lo que dicen las pruebas, lo que dice la ciencia. Mientras, los sismos son más frecuentes, más fuertes y ya se sienten en ciudades como la propia Neuquén capital.

Paralelamente las petroleras pagan estudios sismológicos y el gobierno provincial firma un convenio de confidencialidad con el Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres). Debido a este convenio, el organismo no publica en su página web los sismos registrados con magnitud menor a «3 ML (Magnitud Local)».

En 2019, Gran Bretaña prohibió el fracking para evitar terremotos. Antes de eso utilizaba un sistema de semáforos al igual que Estados Unidos, España y Canadá. Cuando los sismos eran mayores a 1,5 grados automáticamente se frenaban todas las perforaciones.

En Vaca Muerta la lógica es otra: que se oculte, que nadie se entere, que la industria no se detenga.

Encubrimiento peligroso

Los trabajos en el yacimiento Fortín de Piedra comenzaron en 2017. Sauzal Bonito ya temblaba hacía un año cuando el 15 de noviembre de 2018 se sacudió más fuerte: un sismo de magnitud 4,3.

Entonces la Subsecretaría de Medio Ambiente de Neuquén envió un pedido de información a la Subsecretaría de Energía, Minería e Hidrocarburos provincial para consultarle acerca de la vinculación entre la industria y los sismos. La nota nunca fue contestada.

El 9 de enero de 2019 hubo otro sismo de magnitud 4 en la zona y durante el 23 y 24 de ese mismo mes Sauzal Bonito tembló 37 veces en 36 horas. Sus habitantes decidieron cortar la ruta. La noticia circuló en medios de comunicación. El gobierno de Neuquén prometió colocar 20 sismógrafos en la zona.

Hoy, a más de dos años, la directora del Inpres confirma que el organismo sólo logró instalar dos sismógrafos.

Desde Sauzal Bonito, Adrián Sandoval, 41 años, nacido y criado en el pueblo, cuenta que "hace dos años vinieron de la provincia (Neuquén) y de la Universidad Nacional de San Juan. Nos hicieron preguntas, sacaron fotos y pusieron sismógrafos. Cuando al mes vinieron a levantar los equipos nos dijeron que no podían hablar, que no estaban autorizados. Y de la Provincia nunca nos dijeron qué resultado arrojaron los sismógrafos. Nadie quiere hacerse cargo".

Sismicidad comprobada por la ciencia

Javier Grosso daba clases de geografía en un profesorado de formación docente. Cuando le tocó el tema placas tectónicas, utilizó un ejemplo que salía en las noticias: los sismos en Sauzal Bonito.

Acostumbrado a ingresar a la base de datos públicos del Inpres, le llamó la atención que esos sismos ocurrían muy lejos de la Cordillera y a baja profundidad. ¿Por qué tantos y tan cercanos a la superficie?, se preguntó Grosso, que además es geógrafo de la Universidad Nacional del Comahue.

Un argumento que repiten funcionarios y empresas es que Neuquén es una provincia sísmica. Lo que no dicen es que la sismicidad se mide según las zonas. Donde se encuentra Vaca Muerta está considerada por el Instituto Nacional de Prevención Sísmica como sector de "actividad sísmica reducida" o "muy reducida", que son las dos categorías de menor magnitud.

"Un sismo de intensidad 3 o 4 es análogo a la explosión de una planta de gas. Si eso es a 100 kilómetros de profundidad el efecto es imperceptible. Pero eso cambia si esa liberación es a 3000 o 4000 metros, que justo coincide con la fractura horizontal que realiza el fracking en la región", explica Javier Grosso, quien junto a Guillermo Tamburini Beliveau (geógrafo del Conicet, glaciólogo y cartógrafo) comenzaron a cruzar datos para buscar una explicación a lo que estaba ocurriendo en Sauzal Bonito.

"Cuando localizamos todos los sismos y los georeferenciamos, había muchos en poco espacio, en un lugar donde no había antecedentes. Cuando después superpusimos los pozos con los sismos, estaban todos ahí, cercanos, a no más de 10 o 15 kilómetros", explica.

Además de Grosso y Tamburini, otros científicos estudiaron la evolución sísmica de la cuenca hidrocarburífera de Neuquén desde un enfoque geológico y sísmico. Uno de esos estudios identificó 206 sismos entre 2015 y 2020 (más de 130 que los publicados por la web del Inpres hasta ese momento) y concluyó que hay una relación directa entre la nueva dinámica sísmica y el avance del fracking.

¿Cómo se sienten los temblores en los pozos petroleros?

-Sismos hay constantemente. Llevo años trabajando en petróleo y nunca había sentido temblores; ahora son cada vez más comunes. En las fracturas de shale se necesita mucho caudal de agua y arena. Después de una mega fractura de esas, a los meses sentís temblores. Son como golpes de tierra. Los equipos pegan un salto. Se mueven. La primera vez que sentí uno pensé que habían chocado un tráiler.

El trabajador petrolero que da su testimonio, al igual que otros consultados, pide que no se revele su nombre. En Vaca Muerta una de las condiciones para ser contratado es el silencio sobre lo que ocurre dentro de los yacimientos.

"Una vez después de un temblor bajamos los 3000 metros y cuando llegamos al (sector de fractura) horizontal el caño había desaparecido, la tierra lo había tapado y solo se veía roca", dice otro trabajador que también pide anonimato.

¿Qué dice el organismo oficial que mide los sismos?

Patricia Alvarado tenía 10 años cuando en noviembre de 1977 vivió en carne propia un terremoto. Fue en San Juan. Aquella vez murieron decenas de personas. Pero sus padres recordaban uno peor, el de 1944. "Fue el mayor desastre natural en la historia argentina: colapsó todo el aparato productivo de la provincia, mucha gente emigró, hubo miles de muertos y heridos. Eso me marcó y me llevó a estudiar sismología", dice Alvarado, doctora en geología, integrante del Observatorio Sismógrafico del Conicet, profesora de Geofísica en la Universidad Nacional de San Juan y, desde mayo, la primera directora del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres).

-Mi primera sorpresa al llegar al Inpres es que no hay dotación de equipos ni personal.

Dice Alvarado, una de las pocas funcionarias que acepta ser entrevistada por un tema que incomoda a las empresas y al Estado.

-¿Cuántos sismógrafos hay en Vaca Muerta?

-Hay una carencia. El Inpres se apoya en un mínimo de ocho sismógrafos para dar un reporte. Pero en el sur del país todavía no tenemos esa capacidad.

-¿Pero cuántos hay en la zona de Neuquén donde se hace fracking y donde más temblores se registraron en los últimos años?

-Se instalaron dos estaciones hace un año. Puede haber cuatro hoy en día, más los de Chile. Le voy a ser sincera, la capacidad es deficiente. Hay muy poquitos. Yo quisiera tener una cobertura mínima de diez y hemos aconsejado más de 20. Incluso tendría que haber sismógrafos en todas las provincias vecinas y que podamos decir "estamos monitoreando". Hay sismos pequeñitos que son imperceptibles, pero uno tendría que estar monitoreando todo el tiempo para ver si crecen o no. De esa manera sí se puede prevenir cualquier desastre socioambiental.

-¿Por qué hay un acuerdo de confidencialidad entre el Inpres y la Secretaría de Energía de Neuquén?

-No es un acuerdo, es un convenio. Y la confidencialidad tiene que ver con el respeto a la información pública y el estándar que tiene el Inpres. Cualquier sismo de magnitud 3 es publicable, o cualquier sismo de menor magnitud que haya sido sentido. Pero a veces nos piden información sobre dónde están localizados todos los instrumentos, o quieren saber sobre todos los sismos. Eso es un problema porque hay que chequear toda la información, porque a veces puede haber un error. No es una información con buena resolución.

-Existe prueba científica y estudios de las petroleras que admiten la sismicidad inducida ¿Por qué desde el Inpres no se advierte sobre el peligro del fracking?

-Nadie va a negar que los sismos pueden venir por la industria. Yo he visto algunos que son sospechosos. Pero nosotros necesitamos tener más información. El Estado tiene que fijar una política regulatoria. Está tratando pero no puede comprar todo ese equipamiento, es muy caro. Hasta que no haya instrumentos, nadie puede hacer una política con información deficiente. Hace falta inversión de equipamiento de parte de la industria, puesta al servicio de la provincia. Es evitable lo que genera la industria, se puede llevar de una manera que sea segura, pero eso lleva tiempo.

Después de casi una hora de diálogo telefónico, la directora del organismo nacional encargado de la prevención de sismos admitió: "Estoy atada de manos, no puedo hacer mucho".

Yacimiento Fortín de Piedra récord y más perforaciones

"Nuestro principal desafío era el tiempo de ejecución. Por eso aplicamos la metodología de trabajo fast track, superponiendo en forma ordenada actividades que normalmente se realizan en una secuencia rígida. Gracias a este enfoque logramos una considerable reducción del tiempo total", dicen desde Tecpetrol, la empresa del grupo Techint que no sólo ostenta el récord de haber construido Fortín de Piedra en 18 meses. También logró durante 2018 y 2019 - gracias a un novedoso sistema de perforación simultánea- una cantidad de pozos inédita en tan poco tiempo: 87.

La velocidad de las obras tuvo como objetivo aprovechar el programa de estímulo a la producción no convencional de gas durante la gestión macrista y por el cual la empresa de Paolo Rocca pretendía recibir 1600 millones de dólares en subsidios. La cifra fue renegociada con el actual gobierno en el marco del Plan Gas.

Dicho plan es tomado con optimismo por la industria en Vaca Muerta, que en mayo pasado alcanzó el número más alto de fracturas en un mes (1081).

Mientras que en Fortín de Piedra, ubicado enfrente de Sauzal Bonito, cruzando el río, el año pasado se habían superado las 2400 fracturas, en Loma Campana (el yacimiento que comenzaron explorando YPF-Chevron y donde se estudiaron los primeros movimientos sísmicos) ya son más de 6000 los agujeros en la tierra.

¿Quién protege a Sauzal Bonito?

"Es obvio porque ocurren los sismos, pero una explotación petrolera no la parás con nada, es mucha plata para la provincia. Hace dos años vinieron y pusieron en paredes fracturadas de las casas lo que ellos llamaron ‘testigos', que eran como parches de yeso. Al lado le escribieron la fecha. Eso con el tiempo se cayó todo. Y nunca más volvieron", relata Eduardo Romero, lonko, máxima autoridad de la comunidad mapuche Wirkaleo, que también se encuentra en Sauzal Bonito.

Desde su territorio, del otro lado del río y a menos de tres kilómetros, ve las torres de perforación del yacimiento Fortín de Piedra. "De noche se ven las luces, y cuando vemos que empiezan los trabajos, sabemos que pronto vendrán las explosiones. Nos dejan vibrando las chapas y los vidrios. Los chicos lloran, se asustan, todos quedamos mal cuando eso ocurre. Tenemos miedo que se nos caigan las casas encima. Hasta los animales no saben para dónde correr", dice Eduardo, que nació en esta tierra hace 43 años y nunca antes había vivido sismos.

Un audiovisual producido por Ejes, Cartago TV y Opsur recoge más testimonios de Sauzal Bonito. Sus habitantes, junto a la Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), acaban de presentar una acción de amparo contra la provincia de Neuquén. El pedido al Juzgado Federal de esa provincia es que intervenga para garantizar el derecho de acceso a la justicia ambiental que figura en el Acuerdo de Escazú, al que Argentina adhirió hace pocos meses.

Vaca Muerta y las tragedias evitables

"Hoy es noticia que se cae un edificio en Estados Unidos que tenía 40 años. Pero el embalse de Río Colorado, si bien está bien construido, lo hicieron en 1973 en una zona donde no había sismos", explica Javier Grosso. Y a partir de la instalación de un sismógrafo en la zona de los embalses Planicie Banderita-Loma de la Lata, se pregunta: "¿Por qué instalar un sismógrafo en una zona de represas si dicen que no hay relación entre el fracking y los sismos?".

"Cada cierta cantidad de sismos de una magnitud, es previsible la ocurrencia de un sismo de magnitud mayor. O sea que cuantos más sismos se registran, más probabilidad hay de que ocurra uno de magnitud de cierta importancia", explica Guillermo Tamburini Beliveau, doctor en Ingeniería, cartógrafo y geógrafo.

En 2015, en China se registró el mayor sismo inducido por el fracking en el mundo: 5,3. El 7 de marzo de 2019 Sauzal Bonito estuvo cerca de alcanzar ese récord: el sismo fue de magnitud 5.

"La tensión liberada por un terremoto incrementa en unas treinta veces por cada grado de magnitud. Es decir, un sismo de magnitud 4 es 900 veces más demoledor que uno de magnitud 2. Uno de magnitud 5 es 27.000 veces más que el de magnitud 2. Es por todo ello que no tomar en consideración las causas de los pequeños temblores puede ser un error irreparable", advierte Tamburini Beliveau, quien forma parte del Conicet y calcula que desde que empezaron las fracturas de Vaca Muerta en esa zona se produjeron más de 300 sismos.

"Ha pasado una década del primer pozo exploratorio no convencional que fue en 2011 de la mano de Repsol. Y estamos a siete años del primer proyecto a escala masiva -470 pozos- que se realizó en Loma Campana en el área del acuerdo Chevron-YPF. Desde ese desembarco del fracking los conflictos se han agudizado un montón. Si uno ve las zonas de explotación masiva no son tantas comparadas con la cantidad que van a pasar en los próximos meses. Hay muchas áreas proyectadas que pasarán de tener pozos exploratorios a perforar muchos. Un pozo no convencional se cae un 50 por ciento en el primer año y un 75 por ciento al año y medio. La única forma de sostener la extracción es perforando muchos pozos. Por lo que nos espera es un horizonte bastante temible en materia de impactos y conflictos", anticipa Martín Alvarez Mullally, del Observatorio Petrolero Sur (Opsur), quien además destaca que "esto viene de la mano de la intensidad en la aplicación de paquetes tecnológicos, entre ellos la fractura simultánea de pozos. Si tuviste todos estos movimientos sísmicos, ¿qué va a pasar ahora que serán más proyectos masivos y con fracturas simultáneas? Sin dudas la actividad se volverá más hostil hacia el ambiente y hacia la gente".

"Con la pandemia, cuando los equipos dejaron de fracturar, se terminaron los sismos. Y apenas se reactivó el trabajo de las petroleras, volvieron los movimientos", repiten las vecinas de Sauzal Bonito, el pueblo que no tiene hospital y cuenta con un solo bombero voluntario: se llama Hugo. Desde que empezaron los sismos mira videos en Youtube para informarse qué hacer en caso de terremotos.

Fuente: Agencia Tierra Viva