Dolavon atraviesa la segunda gestión de Dante Bowen, un ex radical que en su reciente arribo al PJ chubutense no encuentra cercanía con ningún ala del Frente de Todos. Sus improvisadas decisiones ponen en jaque su propio destino político y afectan el de la sociedad de Dolavon.
El hombre del Ejecutivo dolavense viene cometiendo errores estratégicos desde antes de la pandemia, que le impidieron pelear por un lugar en las elecciones legislativas 2021. En efecto, a Bowen lo dejaron afuera del armado electoral de este año, algo que lo complica aún más para 2023.
En el PJ chubutense le dicen pato criollo por sus desacertados pasos en la estrategia de cierre de listas. En un primer momento, el "Colo", apostó todas sus cartas pegándose políticamente al intendente de Comodoro Rivadavia, Juan Pablo Luque, en una suerte de oportunismo táctico para sumar volumen político a su escasa estructura.
Con el transcurso de los meses se vio que Luque prefirió seguir una lógica propia que no comprometa sus chances hacia 2023 y no apostó por nadie claramente hasta cerradas las listas, lo que dejó a Bowen huérfano a mitad de camino electoral.
Como se sabe, los nombres que se disputaban la cabeza de lista eran dos comodorenses con los que Luque no tenía intención de confrontar: el presidente del partido, Carlos Linares y el vicejefe de asesores de Nación, Julian Leunda.
La pulseada, con la bendición de Cristina Kirchner, la ganó Linares, hoy precandidato a Senador Nacional, por lo que las filas del peronismo provincial se encolumnan detrás de su figura.
Sin embargo, varios quedaron en offside ante los ojos de la conducción del partido por apoyar fervorosamente a Leunda en la previa.
El joven asesor presidencial se presentaba como la "renovación". Con pase libre a la Casa Rosada, obtuvo el apoyo de varios. Lo cierto es que luego de que se bajara su candidatura, nunca más se lo vio públicamente por Chubut.
En ese escenario, después de la lógica aplicada por Luque, uno de los que dio el paso en falso junto con Leunda fue Bowen, quien perdió por su propio juego cualquier posibilidad de acceder a un lugar en estas elecciones intermedias.
Bowen presionaba para que al menos su esposa, Rosario Nervi, fuera una vez más candidata en la lista de Diputados Nacionales.
La desesperación de Bowen para que Nervi acceda a un lugar en este turno electoral respondería a una sencilla explicación: el intendente dolavense ansiaba que su compañera se convierta en diputada en este turno electoral para evitar competir contra ella en el próximo turno, ya que el intendente no puede ser reelegido en su localidad. Su mandato vence en 2023 y su esposa tiene las mismas ambiciones que él de llegar al Congreso.
En las oficinas de los principales dirigentes justicialistas le siguen sumando apodos al "Colo", y lo mencionan como "caprichito Bowen", haciendo saber a saber a viva voz que las cuentas con él están bien saldadas, ya que su esposa fue candidata suplente tres veces, en las listas de legisladores nacionales y provinciales durante las elecciones de 2019. Primero como candidata a diputada provincial en las PASO en la lista de Gustavo Mac Karthy, luego representando al sector en las generales con Linares como candidato a Gobernador y luego en la lista que consagró a Estela Hernández como diputada nacional.
En esos términos en el PJ provincial son conscientes de que Dolavon no es una ciudad preponderante en términos electorales cuantitativos, por lo que desde otras ciudades como Trelew y Madryn insistieron en no rifar lugares entre localidades con menor caudal político. Además, tendrían los números de la figura de Nervi, que según afirman no movía el amperímetro como consecuencia de su completo desconocimiento en la provincia.