Pueblos originarios

Habló la madre de uno de los mapuche baleados

María Luisa tiene 72 años y vive en la comunidad mapuche Costa de Lepa de Chubut. Su hijo Gonzalo Cabrera (25) sobrevivió al ataque criminal ejecutado por dos hombres de civil este lunes en la Lof Quemquemtrew cercana a El Bolsón, donde murió de un tiro en la cabeza Elías Garay (29).

Organismos de derechos humanos denuncian que, por el grado de militarización de la región a manos de la Policía de Río Negro (con apoyo de Gendarmería Nacional) es prácticamente imposible que el Estado provincial desconozca quiénes fueron los atacantes y cómo hicieron tanto para ingresar al territorio recuperado por la comunidad mapuche y, sobre todo, cómo escaparon.

Sergio Maldonado, hermano de Santiago (desaparecido y muerto en Chubut en 2017 tras una represión de Gendarmería) viajó a El Bolsón para acompañar a la comunidad atacada y criminalizada. Allí conversó con María Luisa y subió posteriormente el video a sus redes sociales.

Allí la mujer contó cómo tomó conocimiento de los hechos. "Me enteré a las seis de la tarde, vengo de la comunidad Costa de Lepa de Chubut. Primero pensamos que se trataba de un desalojo, pero después nos informaron que había sido un tiroteo, que había heridos y un muerto". Cuando supo que el herido era su hijo emprendió viaje a El Bolsón.

"Llegamos directo al hospital. Cuando lo pude ver (a Gonzalo) ya estaba operado y no podía hablar. Después me dijo que su memoria le funciona bien y que vio a la persona que había tirado. El médico me dijo que le habían perforado el estómago, parte de los intestinos, que la bala no le alcanzó a agarrar los pulmones y le quedaron dos proyectiles adentro que no los pudieron sacar por el peligro", detalló.

María Luisa dijo que tiene "mucha bronca" porque "esta es una lucha que venimos dando desde hace muchos años por nuestros derechos, no es de ahora, y siempre lo hicimos pacíficamente". Explicó que la ocupación del territorio de la Lof Quenqeumtrew es sobre terrenos fiscales y que los mapuche vienen reclamando hace mucho la posesión de esas tierras ancestrales, sin respuestas del Estado.

"Desde el primer día la Policía nos cortó la posibilidad de llevarles comida, abrigo y directamente el paso para verlos", dice en referencia al bloqueo estatal que desde hace más de dos meses rodea a la Lof. "La Policía los tenía rodeados, no nos dejaba subir y supuestamente no dejaba pasar a nadie. Ahora me vengo a enterar de esto. Yo digo cómo puede ser que esas dos personas, delincuentes, pasaron a ‘cazar' si la Policía no deja pasar a nadie", agregó. Gonzalo y otro peñi (hermano) de la comunidad vieron a los dos hombres, lo que puede ayudar a identificarlos.

La mujer mapuche afirma que viene "luchando desde hace años. No tengo 20, tengo 72. Son 72 años de lucha por sobrevivir. Mi hijo tiene 25 y tiene dos nenes mellizos". Y asegura: "si nosotros seguimos con miedo no vamos a hacer nada. El miedo es el peor enemigo que tenemos. La recuperación de tierras la hacemos para dejarles un futuro a nuestros nietos. No somos nosotros quienes vamos a solucionar este problema, pero sí les vamos a dejar un camino más claro para ellos".

En ese marco, denuncia que "el Estado se niega a dialogar, pero sabe perfectamente que los territorios son de nuestros pueblos y tenemos derecho como preexistentes, como nativos. No vinimos de otro lado, mis abuelos vinieron de Junín de Los Andes, los corrieron y se plantaron ahí. Por eso tenemos todo el derecho a tener un territorio y a defender la Mapu (tierra). No decimos que somos ‘dueños', somos parte de ella".

"Lo que está sucediendo ahora, que no hay agua, que hace mucho calor y los animales se están muriendo porque no hay pastos, es porque hicieron desastres con nuestra Mapu. Los pinos, los eucaliptos absorben toda el agua y aparte eso trae enfermedades, alergias por el polen. No queremos dejarles eso a nuestros nietos", sentencia María Luisa con calma pero con firmeza.

Ella relata en carne propia la larga historia de represión, tortura y aniquilamiento a las comunidades origanarias de parte del Estado capitalista, lo que se extiende al resto de la población explotada y oprimida. "Nosotros queremos ser una sola familia, no importa si se es mapuche o no mapuche. Queremos que la gente entienda que esta lucha no es solamente por el mapuche, sino por todos, porque todos vivimos en la Mapu, todos tomamos de su agua. Si nosotros no la defendemos, ¿qué le vamos a dejar a nuestros nietos?"

Y da como ejemplo el de las "las mamás que paren a los hijos y hoy le están pidiendo al Estado que les dé de comer, cuando el Estado nos está vendiendo los territorios. Nos usan para cuidar y mantener el lugar para que después vengan de afuera, lucren con eso y se lleven todo. Como abuela y madre yo voy a dar mi vida para que eso no sea así", asegura.

"La cultura que está ahora nos vino a quitar y tirarnos todo para lucrar. ¿Vamos a permitir que ellos sigan lucrando mientras nos quedamos escondidos en nuestras casas con nuestros niños, con miedo? No. Tenemos que enseñar el valor de ser todos uno, que no importa el color de la piel. Las personas que no son mapuche tiene que entender eso, que está mal si apoyan a los terratenientes a quienes sólo les interesa es la plata", afirma con vehemencia.

Y sentencia que "en este país hay una mala política. Este país está gobernado por gente extranjera a la que no le interesa un carajo la Argentina. Se tapan con la bandera argentina pero no hacen nada, al contrario, están vendiendo todo y nosotros somos los que tenemos que pagar las deudas".

En ese sentido agrega que, por "los malos gobiernos que estuvieron, los terratenientes se hicieron ricos a costillas de nuestros paisanos que trabajan la tierra, de nuestras lamnguen (hermanas) que les barren la mugre en sus casas y le crían a sus hijos. Todo eso para que después vengan y les pongan una bala en la cabeza, como hicieron con Elías".

María Luisa afirma que su hijo y Elías no estaban armados. "Ellos sólo fueron a hablar y recibieron los disparos. Para mí esos hombres fueron mandados por el mafioso que hay acá en El Bolsón", dice en referencia a Rolando Rocco, empresario forestal interesado en esas tierras fiscales y por cuya demanda judicial el Gobierno de Río Negro lleva adelante todos los operativos represivos en la zona.

"Nos cuesta mucho criar a nuestros hijos", dice la mujer de 72 años. "A mí no me dio nada el Estado para que yo eduque a Gonzalo, para que le dé de comer, lo vista. El Estado también lucra con todo esto. Nosotros le venimos pidiendo al Estado que se siente y podamos decirle cómo queremos vivir, porque tenemos derechos, que queremos las tierras para vivir y no para venderlas. Nuestras tierras son comunitarias, la gente que no tiene va ahí y puede trabajar y hacer su casa. Por eso tenemos la obligación de ser voces y defender a nuestros niños"

En función de ese reclamo, María Luisa exige que se abra de una vez por todas una instancia de diálogo con las autoridades para solucionar los conflictos. "Sería bueno que los políticos, nacionales y provinciales, se siente a la mesa a hablar, que nos digan cuál es su pensamiento, cuál es su proyecto de vida a futuro. Nosotros tenemos el nuestro y podemos decírselo. Pero lo tenemos que dialogar y ellos siempre se negaron, nunca quisieron dialogar. Por eso tenemos que hacer acciones, no acciones malas sino acciones de derecho. Queremos que se cumpla la ley definitivamente y no que se siga prorrogando por cuatro años más", concluye en referencia a la dilación del Estado nacional y la reciente nueva prórroga de la Ley 26.160 de posesión de las tierras comunitarias de los pueblos originarios.

Fuente: La Izquierda Diario