Falleció Phil Saviano, la víctima de abuso sexual eclesiástico que puso en jaque al Vaticano Phil Saviano, víctima de abusos sexuales de un sacerdote católico durante su infancia en Massachussets y considerado por sí mismo como "católico en recuperación", falleció este domingo a los 69 años por un cáncer de vesícula. Saviano fue la principal fuente de la investigación del diario The Boston Globe sobre los abusos sexuales y la complicidad sistemática de la Iglesia Católica en Estados Unidos. Su testimonió destapó las múltiples redes de pedofilia en iglesias de todo el mundo.
La investigación periodística fue adaptada al cine en 2015 en la película Spotlight -conocida en Latinoamérica como En primera plana-, en la que el personaje de Saviano, interpretado por Neal Huff. La unidad de investigación del Globe, la más veterana del país, ganó un premio Pulitzer por servicio público en 2003 y Spotlight, sendos Oscar a la mejor película y al mejor guion.
En 1992, cuando tenía 40 años y se hallaba casi al borde de la muerte a causa del sida, Saviano leyó un breve en el mismo periódico al que después acabaría confesando su calvario. La información refería la detención de un sacerdote católico, David A. Holley, por abusar de chicos en una parroquia de Nuevo México en los años setenta. Saviano recordó haberse confesado con ese párroco en la iglesia de East Douglas (Massachusetts), a principios de la década de los sesenta, cuando tenía 11 años. Holley lo obligó a realizar actos sexuales durante un año y medio, hasta que dejó la parroquia. El religioso murió en una prisión de Nuevo México en 2008, mientras cumplía una sentencia de 275 años por abusar sexualmente de ocho niños.
"Fue un momento revelador que cambió mi vida", dijo más tarde Saviano al periódico británico Daily Mail. "De repente me di cuenta de lo ingenuo que había sido al pensar que solo me había hecho eso a mí". "Mi regalo para el mundo fue no tener miedo de hablar", explicó Saviano a mediados de noviembre, en una breve entrevista telefónica con el diario The Guardian.
Las historias que surgieron a partir de su testimonio fueron determinantes para que el Vaticano empezara a romper el silencio que rodeaba la conducta de numerosos miembros de la Iglesia. Su aporte también desempeñó un papel fundamental en la renuncia del cardenal Bernard Law, arzobispo de Boston, con la posterior indemnización a las víctimas.
Law murió en Roma a finales de 2017 sin haber prestado declaración jamás frente a un tribunal norteamericano, pese a demostrarse que, entre 1950 y 2002, un total de 10.667 personas en EE UU habían acusado a 4.392 clérigos de abusos sexuales a menores, lo que equivalía a más de un 4% del personal religioso. Solo 252 de ellos fueron condenados y 100 encarcelados. La Iglesia católica cerró acuerdos millonarios con las víctimas de abusos para evitar los tribunales, hasta pagar más de 3.000 millones de dólares (casi 2.600 millones de euros) en compensaciones, lo que dejó en bancarrota a decenas de diócesis.
En 1995, Saviano llegó a un acuerdo financiero con la diócesis de Worcester, en Massachussets, que ascendió únicamente a 5.700 dólares netos, tras el pago de los honorarios de los abogados. Rechazó una mayor compensación porque eso le habría obligado a guardar silencio sobre su trauma. "Si no me hubiera estado muriendo de sida, no habría tenido el coraje de dar un paso al frente", dijo en 2009 al Globe, "pero entonces lo daba todo por perdido, mi carrera, mi salud, mi reputación".
Poco después, Saviano recibió un nuevo tratamiento contra el sida que le permitió recuperarse. Decidido ya a no volver a callar, se convirtió en activista, profundizó en la investigación sobre los abusos del clero católico y dedicó todos sus esfuerzos a la asociación Red de supervivientes de las víctimas de abusos de sacerdotes (SNAP, en sus siglas inglesas). Como Saviano, muchas otras víctimas consideraron que los millonarios acuerdos han permitido a los depredadores sexuales, y a la Iglesia como institución, escapar a la acción de la justicia.
Saviano se describía como un "católico en recuperación", que nunca logró superar totalmente el trauma y la pérdida de confianza en la institución. Con su fe quebrada, Saviano se apoyó en políticos y fiscales para llevar a los infractores ante la justicia.
La despedida de la Red de sobrevivientes
"Tuve la oportunidad de conocer a Phil en la primera conferencia SNAP a la que asistí", dijo Zach Hiner, Director Ejecutivo de SNAP. "Él emitió un calor que me siento afortunado de haber experimentado y estoy agradecido de que Phil estuviera allí para compartir ese calor con tantos sobrevivientes a los que inspiró, animó y apoyó. Nos sentimos honrados de haberlo conocido."
El presidente de la junta directiva de SNAP, Shaun Dougherty, añadió: "Phil fue un verdadero héroe. Él me proporcionó a mí y a muchos otros sobrevivientes una voz que ha sido escuchada en todo el mundo. No sólo abrió el camino para muchos, sino que también nos llevó a todos junto con él. Compartió crédito como ningún otro. Fue amable con su tiempo. Él era amable. Él era inteligente. Muchos le echarán mucho de menos. "
"Cuando éramos niños, los sacerdotes nunca hacían nada malo. No les interrogaste, igual que a la policía", dijo el hermano Jim Saviano a la AP. "Hubo muchas barreras puestas en su camino intencionalmente y de otra manera por las instituciones y el pensamiento generacional. Eso no lo detuvo. Ese es un cierto tipo de valentía que fue único."
"Pero creemos que Phil hizo más que hablar, también inspiró a otros supervivientes a darse adelante y compartir sus verdades. Seguirá sirviendo, incluso tras su fallecimiento, como un mentor en este largo viaje hacia la curación y la justicia. Lo extrañaremos mucho", concluyó.
Phil Saviano, víctima de abusos sexuales de un sacerdote católico durante su infancia en Massachussets y considerado por sí mismo como "católico en recuperación", falleció este domingo a los 69 años por un cáncer de vesícula. Saviano fue la principal fuente de la investigación del diario The Boston Globe sobre los abusos sexuales y la complicidad sistemática de la Iglesia Católica en Estados Unidos. Su testimonió destapó las múltiples redes de pedofilia en iglesias de todo el mundo.
La investigación periodística fue adaptada al cine en 2015 en la película Spotlight -conocida en Latinoamérica como En primera plana-, en la que el personaje de Saviano, interpretado por Neal Huff. La unidad de investigación del Globe, la más veterana del país, ganó un premio Pulitzer por servicio público en 2003 y Spotlight, sendos Oscar a la mejor película y al mejor guion.
En 1992, cuando tenía 40 años y se hallaba casi al borde de la muerte a causa del sida, Saviano leyó un breve en el mismo periódico al que después acabaría confesando su calvario. La información refería la detención de un sacerdote católico, David A. Holley, por abusar de chicos en una parroquia de Nuevo México en los años setenta. Saviano recordó haberse confesado con ese párroco en la iglesia de East Douglas (Massachusetts), a principios de la década de los sesenta, cuando tenía 11 años. Holley lo obligó a realizar actos sexuales durante un año y medio, hasta que dejó la parroquia. El religioso murió en una prisión de Nuevo México en 2008, mientras cumplía una sentencia de 275 años por abusar sexualmente de ocho niños.
"Fue un momento revelador que cambió mi vida", dijo más tarde Saviano al periódico británico Daily Mail. "De repente me di cuenta de lo ingenuo que había sido al pensar que solo me había hecho eso a mí". "Mi regalo para el mundo fue no tener miedo de hablar", explicó Saviano a mediados de noviembre, en una breve entrevista telefónica con el diario The Guardian.
Las historias que surgieron a partir de su testimonio fueron determinantes para que el Vaticano empezara a romper el silencio que rodeaba la conducta de numerosos miembros de la Iglesia. Su aporte también desempeñó un papel fundamental en la renuncia del cardenal Bernard Law, arzobispo de Boston, con la posterior indemnización a las víctimas.
Law murió en Roma a finales de 2017 sin haber prestado declaración jamás frente a un tribunal norteamericano, pese a demostrarse que, entre 1950 y 2002, un total de 10.667 personas en EE UU habían acusado a 4.392 clérigos de abusos sexuales a menores, lo que equivalía a más de un 4% del personal religioso. Solo 252 de ellos fueron condenados y 100 encarcelados. La Iglesia católica cerró acuerdos millonarios con las víctimas de abusos para evitar los tribunales, hasta pagar más de 3.000 millones de dólares (casi 2.600 millones de euros) en compensaciones, lo que dejó en bancarrota a decenas de diócesis.
En 1995, Saviano llegó a un acuerdo financiero con la diócesis de Worcester, en Massachussets, que ascendió únicamente a 5.700 dólares netos, tras el pago de los honorarios de los abogados. Rechazó una mayor compensación porque eso le habría obligado a guardar silencio sobre su trauma. "Si no me hubiera estado muriendo de sida, no habría tenido el coraje de dar un paso al frente", dijo en 2009 al Globe, "pero entonces lo daba todo por perdido, mi carrera, mi salud, mi reputación".
Poco después, Saviano recibió un nuevo tratamiento contra el sida que le permitió recuperarse. Decidido ya a no volver a callar, se convirtió en activista, profundizó en la investigación sobre los abusos del clero católico y dedicó todos sus esfuerzos a la asociación Red de supervivientes de las víctimas de abusos de sacerdotes (SNAP, en sus siglas inglesas). Como Saviano, muchas otras víctimas consideraron que los millonarios acuerdos han permitido a los depredadores sexuales, y a la Iglesia como institución, escapar a la acción de la justicia.
Saviano se describía como un "católico en recuperación", que nunca logró superar totalmente el trauma y la pérdida de confianza en la institución. Con su fe quebrada, Saviano se apoyó en políticos y fiscales para llevar a los infractores ante la justicia.
La despedida de la Red de sobrevivientes
"Tuve la oportunidad de conocer a Phil en la primera conferencia SNAP a la que asistí", dijo Zach Hiner, Director Ejecutivo de SNAP. "Él emitió un calor que me siento afortunado de haber experimentado y estoy agradecido de que Phil estuviera allí para compartir ese calor con tantos sobrevivientes a los que inspiró, animó y apoyó. Nos sentimos honrados de haberlo conocido."
El presidente de la junta directiva de SNAP, Shaun Dougherty, añadió: "Phil fue un verdadero héroe. Él me proporcionó a mí y a muchos otros sobrevivientes una voz que ha sido escuchada en todo el mundo. No sólo abrió el camino para muchos, sino que también nos llevó a todos junto con él. Compartió crédito como ningún otro. Fue amable con su tiempo. Él era amable. Él era inteligente. Muchos le echarán mucho de menos. "
"Cuando éramos niños, los sacerdotes nunca hacían nada malo. No les interrogaste, igual que a la policía", dijo el hermano Jim Saviano a la AP. "Hubo muchas barreras puestas en su camino intencionalmente y de otra manera por las instituciones y el pensamiento generacional. Eso no lo detuvo. Ese es un cierto tipo de valentía que fue único."
"Pero creemos que Phil hizo más que hablar, también inspiró a otros supervivientes a darse adelante y compartir sus verdades. Seguirá sirviendo, incluso tras su fallecimiento, como un mentor en este largo viaje hacia la curación y la justicia. Lo extrañaremos mucho", concluyó.

