Petróleo

Beghin vs. Fuchs: la trama oculta de la disputa por el descubrimiento del petróleo

Por Marcelo García.

(Artículo publicado originalmente el 13 de diciembre de 2017)

Ante un nuevo aniversario del Día del Petróleo, volvemos a publicar un artículo de investigación aparecido originalmente en 2017 en nuestra edición en papel Nro.180, Edición Especial por los 15 años de El Extremo Sur.

El descubrimiento del petróleo en Comodoro Rivadavia hace 110 años desató una disputa entre los dos principales protagonistas del hallazgo. Humberto Beghin y José Fuchs se enfrentaron durante la búsqueda del oro negro, ambos se adjudicaron el descubrimiento y 22 años después recurrieron al Congreso de la Nación reclamando la autoría. También exigieron dinero, pensiones y hasta la entrega de tierras con pozos petroleros por las tareas realizadas. Luego sería el turno de los familiares que pretendieron heredar el beneficio del hallazgo. El Extremo Sur accedió a información desconocida que revela que ambos protagonistas se disputaron la autoría y revela la trama oculta de una historia poco transitada.

El 13 de diciembre de 1907 surgió por primera vez petróleo en una perforación realizada a escasos kilómetros de la por entonces incipiente Comodoro Rivadavia. Humberto Beghin y José Fuchs fueron dos los participes esenciales en el descubrimiento, pero sus roles fueron complementarios y diferentes; ambos tuvieron que amoldarse -no sin problemas- el uno al otro para poder llevar el trépano a los 535 metros de profundidad y hacer brotar el oro negro.

Desde el mismísimo momento en que brotó petróleo en Comodoro, inclusive en los meses previos, Beghin y Fuchs mantuvieron una fuerte disputa por el control de la perforación; situación que desencadenó hasta sospechas de espionaje que el primero habría realizado sobre el segundo y que se reflejó en el conflicto obrero que protagonizaron los primeros trabajadores que perforaban para encontrar crudo.

Beghin y Fuchs nunca se llevaron bien y estuvieron enfrentados durante muchos años. Aunque uno quiso imponerse sobre el otro, el descubrimiento del petróleo tiene dos miradas diferentes. Esas divergencias y las tareas desempeñadas por cada uno de ellos para llegar exitosamente al 13 de diciembre es un capítulo casi desconocido en sus detalles.

Una serie de documentos inéditos localizados por El Extremo Sur en los archivos digitales del Patrimonio Legislativo del Congreso de la Nación revelan la disputa entre ambos protagonistas, los ocultamientos y sus diferentes visiones sobre cómo fue el hallazgo del petróleo. También incorporan nuevos relatos sobre lo acontecido y los reclamos realizados por cada uno de los protagonistas adjudicándose su rol central en Comodoro Rivadavia hace 110 años atrás.

Del Pozo 2 al tironeo por el descubrimiento

José Fuchs y Humberto Beghin fueron protagonistas principales en la trama del descubrimiento. La disputa que protagonizaron en aquel momento volvió a hacerse presente a finales de la década de 1920, cuando ambos reclamaron ante el Congreso de la Nación la autoría del descubrimiento del petróleo.

El primero que reclamó para sí la autoría del descubrimiento fue Humberto Beghin, quien el 5 de agosto de 1915 elevó a la Cámara de Disputados una carta manuscrita fechada en Comodoro Rivadavia donde constaba la petición para el otorgamiento de tierras fiscales.

El 13 de junio de 1917, un pedido bajo el número 102 tomó estado parlamentario con el título "Humberto Beghin solicita permisos de tierras". Allí se incluyó la carta escrita dos años antes por quien reclamaba "justicia" y solicitaba una "recompensa" que consideró "bien merecida" por sus tareas a la hora del descubrimiento del petróleo, aunque su pedido no fue resuelto favorablemente.

Beghin peticionó: 1) "Una compensación en dinero o en tierra fiscal pública". 2) "Se me rehabilite concediéndome un puesto en la repartición, por lo que tantos sacrificios he hecho, y donde me considero con energías y aptitudes utilizables a ella".

Para sostener sus pedidos, Beghin realizó su primer relato sobre lo que significó su rol para concretar el descubrimiento. Dijo que "En mi condición de argentino aspiraba a que este logrado nombre fuera ensalsado con el éxito, ya que los ingenieros que antes habían intervenido de procedencia extranjera habían fracasado y así se reconociera que nosotros hoy día, desconfiados somos los que únicamente deberíamos desempeñar cargos de la importancia del desempeñado por mí, por nuestras aptitudes, conocimiento e inteligencia en nada despreciable a la del elemento extranjero".

Tras remarcar su "entusiasmo y tenacidad" y su capacidad de influencia sobre el resto de los obreros que trabajaban en el Pozo N° 2, en su manuscrito de 1915 Beghin no dudó en hacer referencia a la disputa y enfrentamiento que se produjo luego del descubrimiento entre Julio Krause y Enrique Hermitte -situación profusamente desarrollada en un Informe que refutó las afirmaciones de Krause en 1913- y de la que él se consideró una víctima.

El próximo paso sobe la autoría del descubrimiento lo volvió a dar Beghin al presentar un nuevo reclamo en la Cámara de Diputados que fue auspiciado por el legislador radical por la Capital Federal, Nicolás Selén (electo en 1928). Constituye el Expediente 362 del 1 de agosto de 1929.

El proyecto de ley elaborado por Selén consta de tres artículos. Establecía que "Hasta tanto se sancione una ley que establezca definitivamente la recompensa que corresponde al descubridor del petróleo en Comodoro Rivadavia, señor Humberto Beghin y sus colaboradores, acuérdese al citado una pensión mensual de dos mil pesos moneda nacional".

El segundo artículo decía que "En caso de fallecimiento del señor Beghin, la pensión que determinara el artículo primero pasará a sus herederos legítimos por el termino de treinta años", y el tercero ordenaba que "Mientras este gasto no se incluya en la ley de presupuesto, se pagará de rentas generales".

Selén argumenta que "Al frente de la perforación del pozo N° 2, se encontraba su jefe de campamento, Humberto Beghin, el único argentino entre el personal, luchando tenazmente contra las innumerables dificultades que se oponían a la realización de sus esperanzas. El descubrimiento de Beghin era ya cosa juzgada".

Agrega que "Sea entregándole tierras petrolíferas, sea entregándole una suma de dinero proporcional al valor de su descubrimiento, esa recompensa no puede tardar, pero hasta entonces y mientras se estudia con detención su situación y el valor de su recompensa, saquémoslo de la miseria, que pueda vivir decorosamente junto a su esposa e hijos de manera tal que pueda en el día de mañana decir que en su patria hay justicia".

Beghin sostuvo sus argumentaciones en el proyecto de ley presentado por Selén cuestionando al mismísimo Enrique Mosconi, quien ya comandaba los destinos de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), y reclamó "un careo" con el propio Fuchs para determinar el rol que cada uno de los involucrados había tenido para llegar al 13 de diciembre de 1907.

Apoyando el proyecto de Selén fueron incorporados los expedientes 372 de 9 de agosto de 1929 y el 450 del 23 de agosto del mismo año. En el primero está el apoyo de Diego Luis Molinari, presidente del comité radical de Comodoro Rivadavia; y en el segundo lo respaldan vecinos como Pedro A. Barros, J. A, Pinedo, Antonio Cura, Salvador Berardi, Angel Trivisan, A. Ibarguren, Sebastian Peral, Enrique Olivares y Domingo Miranda Fernandez.

Beghin cierra su exposición reclamando un premio en dinero y varios cateos en tierras petrolíferas para él, Fuchs, la viuda de Krause y los obreros del campamento, aduciendo que "yo no me he limitado a pedir para mí solamente. Consta en diversos proyectos de ley que junto a mi nombre he pedido siempre que se incorporara el de José Fuchs y demás obreros del campamento, porque el hecho de haber colaborado en ese suceso tan trascendental, no obstante su conducta posterior censurable, es digno de ser recompensado".

Beghin cuestiona las investigaciones y opiniones de Mosconi, director de YPF, y del ingeniero Fernando Cardellini, subdirector de la Dirección General de Minas, Geología e Hidrología. Ete último había desestimado la posición de Beghin reafirmando los planteos de Fuchs y sobre su informe se había apoyado Mosconi aduciendo que "no posee antecedentes precisos".

Las conclusiones de Cardellini del 10 de agosto de 1929 son categóricas; descarta algún tipo de premiación económica para cualquiera de los reclamantes. Sostiene que "quien ha hecho el hallazgo de petróleo fue Fuchs, y se ha cometido una verdadera injusticia en acoplarlo a Beghin en el descubrimiento. Todo lo más, podría ser Beghin uno de los testigos de ese descubrimiento. Veo con satisfacción que el Sr. Fuchs dentro del escalafón ha conseguido llegar a ocupar un puesto de Jefe de una División de perforaciones en el Yacimiento Fiscal de Comodoro Rivadavia; ello será a no dudarlo, la consecuencia de la capacidad y honestidad demostrada en el desempeño de sus funciones puede a mi juicio considerarse en justicia premiado".

A la hora de mencionar a Beghin, con irónica contundencia sentencia que "No sé cuál es la capacidad del Sr. Beghin, como desconozco también si ocupa el lugar a que tiene derecho, pero repito dentro del Reglamento no fuera de él, debe buscarse el premio al trabajo honesto".

Lo peor para Beghin fue el cuestionamiento a un documento que aportó a la investigación en el Congreso y en el que constaría que el 24 de septiembre de 1907 el ingeniero Krause lo habría nombrado Jefe de Campamento y único responsable de la perforación. Beghin incorporó un certificado que sustentaba su nombramiento por Krause y que llevaba las firmas de Juan Montes de Oca y Hermitte.

Cardellini puso en duda la existencia del mismo. Aseguró haber revisado personalmente los libros copiadores sin encontrar registro que lo acredite. Mosconi fue más allá y solicitó que se investigara el certificado 152 presentado por Beghin. Como resultado, José María Sobral desde la Dirección de Minas asegura el 5 de septiembre de 1929 que "El certificado 152 de fs. 30 expedido por el Sr. Juan R. Montes de Oca aparece copiado a fs. 143 del copiador respectivo, aunque el nombre del firmante no es visible" y agrega que "La firma del Sr. Hermitte parece apócrifa y creo que sería importante examinar el original, para establecer la verdad a ese respecto. No hay ninguna constancia de que al Sr. Beghin se le haya designado jefe interino del campamento Comodoro Rivadavia; cargo que reglamentariamente no podía ocupar desde que el Sr. Fuchs era el Jefe de Sondeos".

El 14 de diciembre de 1936 se presentó un proyecto de ley para otorgarles la jubilación extraordinaria a ambos protagonistas, ya que contaban con 28 años de antigüedad y les faltaban más de siete años de servicio para cumplimentar los plazos legales para recibir tal beneficio. El Expediente número 30 había ingresado originalmente a la Cámara de Senadores el 24 de septiembre de 1935, en base al proyecto de ley elaborado por el senador salteño Carlos Serrey, fechado el 5 de julio de 1935.

"Este proyecto tiende a recompensar grandes servicios prestados al país por dos de sus modestos servidores; a la vez que significa para ellos una palabra de aplauso y aliento, sirve de estímulo a muchos otros, al demostrar que este pueblo reconoce y agradece el cumplimiento de su deber por los funcionarios del Estado, cuando el éxito en el desempeño de los cargos públicos ha sido de beneficios excepcionales para la colectividad", sostiene la presentación de Serrey.

Tomando partido en la disputa entre ambos descubridores, la fundamentación de legislador conservador Serrey menciona a Beghin y Fuchs, otorgándole el rol de jefe y auxiliar respectivamente al momento del hallazgo del crudo en Comodoro.

El pedido original surgió de la propia conducción de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF), que no contaba con facultades para otorgar anticipadamente las jubilaciones, que solo podían concretarse a través de una ley del Congreso.

Fuchs sólo atinó en soledad a responder la avanzada legislativa de Beghin con una presentación efectuada el 24 de septiembre de 1929 que quedó inscripta en el Expediente 688 de la Cámara de Diputados.

Tras un escueto relato de lo sucedido para llegar al descubrimiento, Fuchs se limitó a solicitar la jubilación extraordinaria. "Quiera hacérsele gracia de los siete años y meses que aún le faltan para llegar a los 30 años que requiere la Ley para su jubilación con sueldo integro, a fin de poder obtener extraordinariamente, no obstante la falta del mencionada, su jubilación con sueldo total", sostiene el escrito que lleva su firma y en el que incluyó los conclusiones a las que arribaron Cardellini y Sobral a pedido de Mosconi.

Fuchs, de Alsacia a Comodoro

Joseph (José) Fuchs Schneider había nacido el 13 de julio de 1880 en el pequeño pueblo de Eschbach, en la franco alemana región de Alsacia (Francia), que durante muchas décadas estuvo en disputa entre galos y teutones. Se diplomó como técnico en perforaciones en el Instituto Ausfürung von Tiefbohnrungen de Estrasburgo e ingresó a trabajar como aprendiz en los yacimientos que explotaba la compañía petrolera Standard Oil en la zona de Pechelprunn.

Obrero especializado en perforaciones petroleras, trabajaba para la Standard Oil en extensas jornadas laborales de 12 horas y luego montaba en su bicicleta para continuar sus estudios técnicos.

Mientras aprendía cómo manejar los antiguos equipos perforadores sentía el rigor de la explotación en la compañía petrolera. Su experiencia no solo incluyó conocimiento técnico sino también las condiciones laborales por las que peleaban los obreros petroleros a principios del siglo pasado.

Esa experiencia lo llevaría a ser parte de los conflictos que se desataron en los meses previos al descubrimiento. Tras la arremetida de Beghin contra los huelguistas tuvo que amoldarse a una convivencia en condiciones poco favorables para el desempeño de tan ardua y desgastante tarea en el Comodoro de 1907.

A los 20 años se recibió de perforador, y sus conocimientos lo transformaron en uno de los trabajadores predilectos del ingeniero Fritz Tettloff; a quien hasta ahora se lo conocía en la historia petrolera con el incorrecto apellido de Destloff.

Tettloff será una pieza clave en la vida de Fuchs y sin su injerencia el joven perforador no hubiese llegado a la Argentina y mucho menos a Comodoro Rivadavia. El ingeniero estaba en Buenos Aires, cuando supo que Enrique Hermitte (Jefe del Departamento de Minas del Ministerio de Agricultura) buscaba un técnico para avanzar en su plan de perforaciones en el país, y no dudó en recomendarle al joven Joseph, un especialista en las máquinas Fauck-Shenk.

Tras firmar el contrato en el consulado argentino de Hagenau, emprendió el largo viaje hacia Buenos Aires y luego a Comodoro Rivadavia, pero previamente Joseph Fuchs se casó por recomendación de su padre -quien en tono imperativo le pidió que contrajera matrimonio, sugiriéndole que en la Argentina había "muchos negros y negras"- con la jovencita Ana Cristina Soltner. Antes de iniciar el viaje en buque Padua hacia América del Sur, que también sería su luna de miel, su padre le advirtió: "Ten cuidado, muchacho, en la Argentina hay muchas revoluciones y matan a los presidentes...".

Edmundo Correa relata en su libro "José Fuchs - El alsaciano descubridor de petróleo" que al llegar a Buenos Aires el joven perforador se reunió con el ingeniero Julio Krause, jefe de perforaciones del Departamento de Minas, quien le habría anticipado que iría destinado a Comodoro Rivadavia, "donde se iba a construir un puerto pero que antes debían perforar para encontrar agua".

En el libro no hay ninguna cita textual de Fuchs, pero la precisión y la minuciosidad hacen pensar que son relatos directos del propio perforador alsaciano. La semblanza parece un relato autobiográfico, ya que Fuchs falleció 10 años después de su publicación (el 26 de marzo de 1967), y es muy posible que haya sido elaborado por Correa tras largas charlas con el veterano Fuchs, y contiene información casi desconocida sobre los orígenes del perforador alsaciano al que se apodó "Tigre de la Patagonia".

El 3 de enero de 1097 Fuchs bajó junto a su esposa del buque Buenos Aires en la caleta de Comodoro Rivadavia. Se instalaron en el chaperío al que llamaban Hotel Piamontés; aunque rápidamente se afincaron en las cinco carpas ubicadas alrededor de donde se inició la perforación del Pozo N° 2.

Fuchs fue el encargado elegir la ubicación de la perforación y montar a tres kilómetros del caserío el equipo Fauck que Krause había adquirido en Viena y que por la paradoja de la historia llegó en barco a Comodoro Rivadavia el 14 de diciembre de 1906, casi exactamente un año antes del descubrimiento.

Según contó el aguatero Juan García Marcet a El Rivadavia, él fue quien guió a Fuchs hasta la zona donde debía perforar el nuevo pozo para encontrar agua. "Yo les indicaré el lugar donde podrán lograrla", recordó el encargado de hacer el transporte en carro del agua y señaló que con decidida precisión clavó un cuchillo en la tierra indicando el lugar exacto donde iniciar la perforación.

Los insurrectos borrados: Tettloff y Simón

El joven perforador alsaciano hablaba alemán y francés pero no manejaba el castellano, por lo que se veía obligado a deambular con su diccionario de alemán y español, intentando comunicarse con el grupo de operarios a su cargo.

La primera cuadrilla de trabajo estaba conformada por: Lorenzo Multedo (auxiliar), Gustavo Kunzel (foguista), Florentino Soto, Antonio Viegas y Joaquín Domínguez (peones), y el cocinero Francisco Ferreyra. Posteriormente estarían Juan Martínez como foguista, José Barrabosa y Pedro Gelhorn como peones, y Pedro Peresa como cocinero.

En ese listado incluido en todos los libros de historia no figuran los ingenieros Emilio Simón y Fritz Tettloff, ni tampoco Humberto Beghin. Es que este último arribo a Comodoro recién en julio de 1907 cuando ya habían transcurrido tres meses de tareas de perforación y reemplazó a Multedo como auxiliar ya que el español no soportó las condiciones climáticas y laborales subiéndose al primer barco que partía de regreso a Buenos Aires. Antes de partir exclamó: "Esto es para animales".

La máquina Fauck se puso en pie el 21 de enero de ese año, pero un fuerte viento huracanado la derribó y tardaron dos meses para volver a ponerla en pie. Recién el 24 de marzo pudo iniciarse la perforación, pero las dificultades para transportar el agua necesaria y la llegada del invierno hicieron las tareas mucho más lentas.

Simón y Tettloff han sido casi borrados de la historia del descubrimiento y apenas aparecen mencionados en sus memorias por Beghin. Tettloff era el jefe del campamento y Simón el jefe de sondeo. Nada se sabe del arribo de ambos ingenieros, aunque es de presumir que llegaron a Comodoro junto con la máquina que Krause había comprado en Europa, tal como también sucedió con Fuchs.

Lo que sí ha quedado claro es que ambos fueron despedidos de la perforación a pedido de Beghin, situación que se desencadenó cuando el flamante auxiliar presionó a los trabajadores para acelerar la perforación y les quiso imponer dos turnos laborales rotativos. Los trabajadores le respondieron que sólo respondían órdenes de Tettloff y el propio Simón tiró a la caldera el nuevo cronograma de tareas.

Fuchs quedó en medio de una difícil encrucijada, seguir peleando por las condiciones laborales (con jornadas de trabajo que superaban las 12 y 15 horas) y la mejora en la forma de vida (hundidos en el viento y pocilgas pulguientas), lo que lo mantendría enfrentado con Beghin; o intentar adaptarse a las condiciones que intentaba imponer el nuevo auxiliar. Primero lo enfrentó y acompañó la postura de Simón y Tettloff, pero eso lo llevó a un punto de quiebre con Beghin, quien pidió la expulsión del joven perforador.

La "guerra" al desnudo

Sobre el altercado entre ambos no existen demasiados detalles, aunque fue relatado por el propio Beghin. Fuchs jamás volvió a mencionar el tema en los escritos y entrevistas que brindó antes de su fallecimiento. En cambió Beghin fue minucioso sobre lo acontecido en el relato de sus memorias que publicó el diario El Rivadavia en 1920.

Allí Beghin detalla el los altercados mantenidos con Simón, Tettloff y Fuchs, a quienes acusó de "manifiesta rebeldía que perjudicaba los intereses de la Nación en un complot bien comprobado"; para luego suspender las actividades de perforación, convocar a la policía y recurrir al Juez de Paz.

Beghin relató que "redacté un telegrama pidiendo la separación de Emilio Simón y José Fuchs, por cuanto estos señores trabajaban de mala fe y que yo continuaría solo la perforación". Las hijas de Krause (Emma y Amalia) no dudaron, en un folleto publicado sobre la historia de su padre, en catalogar a los responsables de la perforación como los responsables de "un levantamiento subversivo".

Según Beghin, Fuchs le hizo llegar una carta a través de Kunzel en la que le decía: "Señor Beghin. No decir nada ingeniero Krause, yo hacer lo que Ud. decir". El propio auxiliar admitió haber quitado del telegrama el pedido de separación de Fuchs, quien pudo así continuar en la perforación hasta el hallazgo.

Resignarse a la impronta de Beghin fue una decisión que el propio Fuchs se guardó para sí, ya que nunca hizo mención al altercado, pero hay dos motivos significativos que podrían haber influido. Por un lado asoma la buena paga de 350 pesos mensuales -más viáticos y reintegros de gastos extras-; pero por el otro surge la necesidad de mantener el sustento para su esposa Cristina y su hijo José Víctor, que había nacido el 27 de septiembre de 1907.

El entonces farmacéutico y telegrafista Mariano Rodríguez relató en el libro del cincuentenario de El Rivadavia que "Las dos únicas personas que intervinieron directamente en el descubrimiento del petróleo lo fueron circunstancialmente. El hecho se produjo como consecuencia de tener que ausentarse a Buenos Aires el jefe de perforación, ingeniero Simón. Este hecho permitió a Beghin y Fuchs quedar librados a su criterio la realización de los trabajos, y en honor de la verdad, debo manifestar que se hubiera llegado al petróleo, aunque éste estuviera a mil metros, siempre que Fuchs dispusiera de los elementos adecuados".

Beghin, el criollo persistente y constructor del relato

Nadie puede negar que Humberto Beghin (nacido en 1884 y fallecido en 1939) fue parte del equipo de obreros que intervinieron en el descubrimiento del petróleo hace 110 años en Comodoro Rivadavia. Las dudas persisten sobre los roles que él y Fuchs tuvieron en la perforación del Pozo N°2. Queda claro que Beghin supo edificar con su pluma un relato, que sin detractores ni escritos que lo contradigan sirvió de basamento histórico para el descubrimiento. Sus Memorias autobiográficas son casi el único relato existente sobre lo acontecido en aquellos días de finales de 1907.

Beghin era un simple obrero en la minas de lignita de Salagasta, provincia de Mendoza, en 1905. Había ingresado a la División Minas como auxiliar mecánico y recién en julio de 1907 arribó a Comodoro Rivadavia a bordo del vapor Presidente Quintana, enviado por el ingeniero Krause. Se supone que su función sería reemplazar al auxiliar Multedo, convirtiéndose en el único argentino que intervino en la perforación.

Los diferentes relatos existentes dan cuenta de que fue enviado por Krause a Comodoro para tener una visión de primera mano (y en castellano) de lo que allí estaba sucediendo. Las tareas de perforación del segundo pozo venían demoradas.

El viento había volteado la torre de madera en que se sostenía la máquina Fauck y los obreros especializados que habían sido contratados con la perforadora (Tettloff, Simón y Fuchs) aparentemente no estaban apurando los ritmos tal como reclamaba el Jefe de la Sección Hidrología.

Todo hace pensar que Beghin fue enviado por Krause para saber qué estaba pasando en la lejana y ventosa tierra a la que había enviado la maquinaria, sin olvidar que para él aparentemente había una "sublevación". Es de suponer que Beghin rápidamente se dio cuenta de que los obreros petroleros no estaban siguiendo órdenes emanadas por Krause y pensaban más en mejorar las condiciones laborales y de vida como sucedía en los yacimientos europeos.

Es válido recordar que el propio responsable de la perforación había ordenado a Fuchs que el límite de la perforación serían los 500 metros y que debía cuidar la perdurabilidad de la maquinaria.

Su condición de argentino le daba una ventaja sobre los obreros extranjeros y los escasos pobladores del caserío que había en Comodoro. Contaba con una enorme perseverancia y con la confianza que le había otorgado el propio Krause. Habría sido Beghin el que insistió con superar los 500 metros de perforación y aparentemente su tesón estaba vinculado con la profunda ansia de gloria personal y complimiento del deber encomendado. Quizás allí surgió su especulación respecto a un "complot" -nunca demostrado- que habrían intentado ejecutar los perforadores extranjeros.

En un escrito de enero de 1913, dirigido al ministro de Agricultura, Adolfo Mujica, Krause realiza una descripción de Beghin que resulta reveladora. Allí sostiene textualmente que: "Después de varios accidentes inherentes a estos trabajos y algunos percances imprevistos, un obrero argentino don Humberto Beghin, entonces nivel jefe de sondeos, absolutamente inexperto en trabajos petroleros, pero sumiso cumplidor de órdenes y disposiciones que recibiera, con su honorabilidad y gran patriotismo, supo llegar con la máquina de su mando, de 500 metros, a la profundidad de 535 metros para descubrir en vez del agua solicitada y tan ansiada por los vecinos, una enorme riqueza petrolífera".

Los problemas entre ambos persistieron, especialmente cuando la perforadora se acercaba a los 500 metros de profundidad. El ingeniero Krause le había ordenado a Fuchs ese tope de profundidad en la búsqueda de agua y este no quería ser responsabilizado por la rotura de la máquina.

Beghin no era reconocido como un especialista en perforaciones y su autoridad era cuestionada no sólo en el equipo perforador sino también en el pueblo. Quedó en evidencia cuando casi fue preso por querer imponer el envío de agua al Pozo N° 2. Lo catalogaban como "un compadrito, mucha camisa blanca pero de petróleo, no sabe nada", según la descripción de Berta Ritcher (nieta de Kunzel) en una entrevista realizada por diario Crónica en 2000. En esa misma edición Matilde Diez lo definió como "un informante de Krause".

La versión de Adela

Adela Small relató a El Rivadavia -en su libro del Cincuentenario- una serie de elementos novedosos que difieren de todos los relatos existentes e incorporan situaciones no descriptas por los protagonistas en disputa del descubrimiento.

Small contó que en el mes de octubre de 1907, Fuchs aconsejó a Beghin viajar a Buenos Aires llevando muestras del barro que salía a cada etapa de la perforación, incluyendo algunos de color negro y con olor a kerosene; "En aquel tiempo Beghin comía en mi casa", recordó.

La vecina oriunda de Sudáfrica agregó que durante noviembre Beghin no había regresado y resaltó que a las 10 de la mañana del 13 de diciembre "llega Fuchs hasta mi casa con muestras de gran agitación, por lo que supuse había ocurrido alguna desgracia. Al preguntarle: ¿qué pasó señor Fuchs? me contestó: Oh! señora. Petróleo. Petróleo". Como Small no sabía de qué se trataba, Fuchs le explicó y juntos retornaron a la perforación. Ella habría hecho de intérprete para que los peones encausaran el brote de oro negro.

Mosconi, a favor de Fuchs

En el libro "El petróleo argentino", Enrique Mosconi menciona casi en soledad a Fuchs como el descubridor,y se refiere a Beghin como el que envió del telegrama con el anuncio. "Se había realizado ya una perforación sin resultados, hallándose el equipo en el mes de noviembre en las tareas iniciales de un nuevo pozo, en el que el 10 de diciembre se llegaba al máximo de la capacidad teórica de su máquina, 500 metros, recibiendo entonces orden el jefe de sondeo, don José Fuchs, de llevar la profundidad del pozo hasta el máximo posible, siempre que no hubiera peligro de roturas".

En el párrafo siguiente, Mosconi sostiene que "El día de Santa Lucía de 1907 llegaba la perforación hasta los 530 metros, hallando petróleo. Los encargados de la perforación dieron cuenta a sus superiores del feliz hallazgo en un telegrama que se ha hecho popular y que suscribían Fuchs y Beghin, perforador aquel y jefe de sondeo, y auxiliar este del equipo".

Luego llegaría la archiconocida historia del descubrimiento y el famoso telegrama que Fuchs pide a Beghin que le escriba al ingeniero Krause para anunciarle que habían encontrado el negro y espeso líquido que comenzaba a mover el mundo. Eso fue festejado por los pobladores de Comodoro sin mucha claridad sobre su verdadera dimensión, aunque se habilitó al izamiento del pabellón nacional, la entonación del himno y una noche de brindis con una cerveza de marca Nino.

Sobre el descubrimiento, posiblemente influenciado por Krause sobre lo acontecido, el diario La Nación informó textualmente -en su publicación del 19 de diciembre de 1907- que "Justo es consignar que la mayor parte del éxito alcanzado en esta jornada corresponde al encargado de la perforación, don Humberto Beghin, quien con encomiable celo y un tesón poco común ha logrado este brillante resultado para alcanzar el cual ha tenido que vencer no pocas dificultades. Muy valiosa cooperación ha prestado al señor Beghin su segundo señor Fuchs".

La modestia de Fuchs

Fuchs no contrarrestó de puño y letra las memorias de Beghin. Quizás por eso entregó sus relatos al profesor mendocino Edmundo Correa, quien terminó escribiendo para el cincuentenario el libro que refleja claramente la disputa entre Fuchs y Beghin. Allí tan solo lo menciona dos veces y en ninguna le otorga relevancia en el descubrimiento; por el contrario, se encarga de aclarar que fue el encargado de redactar el telegrama de anuncio porque Don José no manejaba con solvencia el castellano. Menos aún aparece referencias a los despidos del yacimiento de los trabajadores Emilio Simón y Fritz Tettloff; aunque tampoco menciona las acusaciones de espionaje elucubradas por Beghin ni las denuncias en su contra y la supuesta súplica para no ser expulsado de la perforación.

"Era necesario comunicar la noticia al ingeniero Krause, pero Fuchs no podía redactar el telegrama. Pidió ayuda a Beghin, quien escribió el mensaje. -¿Cómo se llama esto en español?- preguntó el perforador a su ayudante. -¡Kerosene!- contestó Beghin. Pues hay que anunciar al ingeniero Krause que surge kerosene de la mejor calidad", se encarga de relatar Correa.

Investigaciones recientes

El Grupo de Investigación del proyecto Etnicidad, Clase y Género en Pueblos petroleros de la Patagonia central en la primera mitad del siglo XX de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco, liderado por la historiadora Susana Torres, hizo referencia a un duro cuestionamiento efectuado por el administrador del Yacimiento Petrolífero Fiscal en Comodoro Rivadavia y publicado por la Revista Petrotecnia en junio de 2007.

El ingeniero Hubert Platz tildó a Beghin de delirante crónico con un pronóstico de incurabilidad

Absoluta. En una carta enviada a Mosconi en abril de 1925 señaló: "resulta fuera de discusión que ni a la Dirección de Minería, ni a Fuchs, ni a Beghin, ni a ninguna otra persona pertenece el menor mérito en el hallazgo del petróleo en Comodoro por tratarse de un simple caso fortuito".

El 18 de marzo de 1925 Platz le envió una misiva al Jefe de Servicio Administrativo donde le explica que "...por instrucciones recibidas del Sr. Director General, sírvase Ud. a disponer que el señor Humberto Beghin sea conducido con vigilancia al Hospital Alvear a efectos de ser sometido a un

reconocimiento médico. A tal efecto, deberá Ud. llevar a conocimiento del señor Director del Hospital que, habiendo el señor Beghin demostrado síntomas de anormalidad mental, deberá ser sometido a un minucioso examen médico y si no acusa serias perturbaciones mentales podrá ser puesto en libertad después de algunos días de observación, y de lo contrario internarlo...".

El armado total del rompecabezas sobre el descubrimiento demandará más investigaciones, aunque los relatos y nuevos documentos permiten obtener una idea más acabada de lo sucedido los meses previos y el mismísimo día del hallazgo de petróleo en 1907. La disputa posterior por la autoría del descubrimiento echa luz sobre ambos protagonistas y cómo decidió actuar cada uno de ellos frente a lo que había sucedido aquel 13 de diciembre, cada uno con sus reclamos, con sus pedidos y sus acusaciones.

Los reclamos del hijo de Fuchs y la familia de Beghin

Descendientes y herederos de José Fuchs y Humberto Beghin hicieron sus propios reclamos a partir del rol de ambos pioneros en el descubrimiento del 13 de diciembre de 1907. Casi todos pretendieron obtener pensiones y reconocimientos del Estado.

El 20 de diciembre de 1960 y bajo el Expediente 2610, Luis Fridolin Fuchs reclamó una pensión ante la Cámara de Diputados con el patrocinio del legislador José V. Liceaga. Pidió 5.000 pesos mensuales argumentando que había colaborado con su padre en las tareas petroleras, argumentando que se encontraba en precario estado de salud y no se podía valer por sus propios medios. El 20-11-61 la Cámara de Senadores le otorgó una pensión de 4.000 pesos mensuales.

En su carácter de único hijo sobreviviente de José Fuchs, en el Expediente 597 de la Cámara de Diputados de la Nación, Luis Fridolin Fuchs reclamó al Poder Legislativo en 1973 una pensión mensual de 1.500 pesos. Allí consta el pedido realizado por el segundo hijo de José y Ana, ya que el primogénito fue José Víctor que había nacido el 27 de septiembre de 1907. Sus otros hermanos fueron Roberto Javier, nacido también en Comodoro Rivadavia, y Margarita que nació en Alsacia durante 1911.

Dicha petición ingresó al Congreso el 29 de junio de 1973 y se transformó en la Ley 20.773 del 26 de septiembre de 1974, aunque había sido sancionada de manera provisoria el 27 de noviembre de 1973. En ese pedido de la pensión para el hijo de Don José Fuchs, presentado por el diputado Antonio Pereira, se argumentó el rol que tuvo el perforador alsaciano en el descubrimiento del petróleo en 1907.

Luis Fridolin Fuchs, que paradójicamente había nacido en Comodoro Rivadavia el 13 de diciembre de 1909 -dos años después del descubrimiento-, recibió el acompañamiento de varios legisladores encabezados por Pereira; quienes reclamaron la pensión que luego le sería otorgada por ley.

Entre los principales argumentos, se sostuvo que "José Fuchs comunicaba al Gobierno de la Nación el descubrimiento de 'Kerosene de la mejor calidad', mientras su cuadrilla perforaba un pozo en busca de agua. Abre así perspectivas trascendentes para el desarrollo del país y de su economía con el descubrimiento del petróleo".

Los Fuchs no hicieron fortuna alguna, ni tampoco alcanzaron gran reconocimiento, salvo cierta puesta en valor del rol de Don José en el final de su vida en tierras mendocinas y una pequeña jubilación que poco alcanzó para que pudiese vivir dignamente con su familia.

Según argumentaron el diputado Pereira y sus pares acompañantes, Luis Fridolin Fuchs ayudó económicamente a su padre y sólo consiguió montar una florería frente al cementerio de San Rafael en Mendoza. Previo a dicha presentación, el hijo de Fuchs fue desalojado del puesto floral para la ampliación de una calle en el acceso al cementerio, pero como era inquilino no recibió ningún tipo de compensación económica y perdió su trabajo y fuente de ingreso.

Junto a su esposa y su hija de 12 años, Luis -con 64 años y enfermo- se encontraba viviendo en el Gran Buenos Aires en cierto nivel de indigencia y reclamó la pensión de 1.500 pesos para poder sustentar a su familia y pagar los estudios de la niña.

Para sustentar el rol de "descubridor" de su padre, Luis entregó a los diputados un pequeño libro publicado por el personal de la División Mendoza de YPF en 1957, para las Bodas de Oro del descubrimiento, y que fue escrito por Edmundo Correa. La publicación realizada por el escritor, periodista y ex rector de la Universidad Nacional de Cuyo, se llamó "José Fuchs - El alsaciano descubridor de petróleo" y gracias a la cual se han podido precisar algunos datos desconocidos.

Desde las huestes de la familia Beghin, el primer reclamo lo concretó Enriqueta Benigno de Beghin, viuda de Don Humberto. El 16 de septiembre de 1948 ingresó, bajo el Expediente 111, a la Cámara de Senadores su petición por una pensión vitalicia de 400 pesos mensuales y que debía ser complementaria a la que ya percibía por los años de trabajo de su marido. Asimismo reclamaba una pensión mensual de 100 pesos para cada una de sus hijas, Regina Esther y Josefina Enriqueta. En septiembre fue sancionada la Ley 13.335 que les otorgó el beneficio a la viuda y las hijas legítimas de Beghin.

El Expediente 48, fechado el 5 de agosto de 1964, incorporó el pedido legislativo de Regina Esther Beghin, hija de Don Humberto, para que se aumente a 10.000 pesos la pensión vitalicia que le había sigo otorgada en 1948 junto a su hermana y su madre. La presentación fue auspiciada por el diputado radical Arturo Illia.

Fuentes consultadas: Archivos digitales del Patrimonio Legislativo del Congreso de la Nación; José Fuchs - El alsaciano descubridor de petróleo (Edmundo Correa, 1957); Medio Siglo de Petróleo Argentino (Diario El Rivadavia, 1957); Comodoro en tiempos de cambio (Daniel Marques y Mario Palma Godoy, 1993); Petróleo y nacionalismo en la Argentina (Carlos Soldberg, 1986); Historia del petróleo en la Argentina (Nicolás Gadano, 2006); Crónicas del Centenario (Diario Crónica, 2001); Petróleo, estado y nación (Orietta Favaro y Marta B. Morinelli, 1991); Petróleo, estado y soberanía (Federico Bernal, 2005); Direccion General de Explotación del Petróleo de Comodoro Rivadavia (Enrique Hermitte y Luis A. Huergo, 1911); Petróleo de Comodoro Rivadavia (Luis A. Huergo, 1912); Petróleo de Comodoro Rivadavia - Acta del 28 de Junio (Luis A. Huergo, 1913); Petróleo de Comodoro Rivadavia - Informe Refutando a Krause (Varios, 1913); Memoria de la Dirección de Minas (1915 y 1916).