Lidia Blanco: "La Universidad asume su responsabilidad social para contener a los más afectados por la crisis"Por Lola Sánchez.
La Licenciada y Magister en Enfermería Lidia Blanco hizo historia esta última semana al resultar electa como la primera rectora de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Asumió junto a un equipo con gran presencia femenina y una mirada centrada en el diálogo y reemplazará al Dr. Carlos De Marziani, de opaca gestión. Blanco tiene una amplia trayectoria: en la década de 1980 fue parte del Servicio de Enfermería del Hospital Regional que atendió a los soldados heridos de Malvinas. Fue vicedecana y decana en dos períodos en la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud. También fue vicerrectora cuando el Rectorado estaba encabezado por Alberto Ayape. En diálogo con El Extremo Sur, Blanco apuntó al fortalecimiento de una Universidad "inclusiva y accesible" en todas las dimensiones, poniendo especial énfasis en los estudiantes. Abogó por mecanismos que permitan hacer sentir a los jóvenes que son capaces de iniciar una carrera, así como trabajar para que continúen y culminen los estudios.
Puso en valor la agenda de género y el enfoque transversal de Derechos Humanos, en línea con su profesión y su deseo constante de ayudar al otro. Además, sostuvo que "va a ser una oportunidad para poner en valor la enfermería como profesión". Blanco reconoció a la UNPSJB como un actor social clave en la toma de posición respecto a problemáticas socioeconómicas sensibles para la provincia. Destacó las modalidades participativas de los órganos institucionales de las distintas facultades y ratificó su compromiso con un "rectorado abierto". "Cuando hablamos de una universidad inclusiva y accesible tiene que ver con esto también, hoy más que nunca y en el marco de la situación socioeconómica de los últimos años, necesitamos políticas de bienestar universitario que ayuden a los jóvenes a permanecer en el sistema universitario", sostuvo.
¿Cómo fue el proceso que la llevó a la postulación para el rectorado?
Pertenezco a un equipo de trabajo que viene gestionando la universidad desde hace muchos años, desde 2005 aproximadamente. Ocupé distintos cargos de gestión como vicedecana, decana y vicerrectora. Ahora se resolvió que yo fuera la candidata para esta nueva etapa, fue decisión del equipo de trabajo.
¿Cuáles serán los ejes centrales de trabajo? Al asumir mencionó la importancia de trabajar en pos del bienestar de las y los estudiantes.
Eso es muy importante por lo que nos pasó en estos tiempos de pandemia. La metodología utilizada fueron las TICS, herramientas esenciales para estar en contacto con los estudiantes. Ahora debemos afrontar la situación rápidamente y ponerlos al día, a estudiantes, docentes y no docentes. Pero desde el momento en que inició la pandemia no se paró de trabajar un solo día, tuvimos continuidad en cuestiones administrativas, académicas y también en el desarrollo de actividades de investigación, respetando las disposiciones sanitarias.
¿Cree que su designación ha derribado prejuicios sobre su profesión?
Creo que es una oportunidad para poner en valor la enfermería como profesión; la enfermería tiene diferentes niveles de formación y un nivel igual que otras profesiones, carreras de pregrado y grado. En nuestro país es desconocido pero los enfermeros en el mundo pueden tener niveles de posgraduación a la altura de un doctorado de enfermería. Tienen una formación integral, no se puede hacer por partes porque tratamos por seres humanos a quienes vemos como seres íntegros y, trabajando todas las dimensiones.
¿Hay intenciones de profundizar la agenda de género? Dado que su equipo está mayormente conformado por mujeres.
El tema de implementar y transversalizar las políticas de géneros es un objetivo que tenemos que cumplir, y creo que a mi me cabe doble responsabilidad por el hecho de ser mujer. Hay que trabajar fuertemente para que el techo de cristal en las universidades se note, trabajar en todos los niveles y en todas las sedes. Ahora toca trabajar con los estudiantes.
¿Cómo analiza el panorama actual de la UNPSJB en este período de postpandemia?
Hay una cuestión muy importante que tiene que tiene que ver con las dificultades que han tenido nuestros jóvenes en la provincia del Chubut por todos los problemas que tuvo el sector educativo, desde ese lugar tenemos que acompañar a través de seminarios y capacitaciones para acercar a los jóvenes a la universidad y hacerles perder el miedo, ese miedo que quizás hace que ellos no terminen inscribiéndose a una carrera. Algunos tienen dificultades con la cuestión administrativa de sus títulos, otros consideran que no han trabajado todos los contenidos necesarios para llegar a la universidad con un nivel de formación esperado. Desde ese lugar, corresponde trabajar con espacios de seminarios, tutorías para nivelar y darles las herramientas básicas para que el ingreso a la universidad no sea tan impactante y evitar que terminen volviéndose a sus casas por pensar que la universidad no es para ellos.
¿De qué manera está inserta la situación de la UNPSJB en la crisis que atraviesa Chubut?
Cuando hablamos de una universidad inclusiva y accesible, hoy más que nunca y en el marco de la situación socioeconómica de los últimos años necesitamos políticas de bienestar universitario que ayuden a los jóvenes a permanecer en el sistema universitario. Tiene que ver con la oferta de comedores, becas, alojamiento, para que los estudiantes o los interesados conozcan los beneficios de nuestra universidad y puedan permanecer en los lugares donde se dictan las carreras.
¿Cómo ve a la universidad en tanto actor social? Especialmente estos días, en los que expresó un posicionamiento claro respecto al proyecto de zonificación minera.
Nuestra universidad es así, está muy comprometida con la sociedad, tiene un fuerte trabajo territorial y también resuelve orgánicamente sus posiciones ante temáticas tan importantes y tan sensibles como la que hoy estamos viviendo.
¿Qué relación tiene en la actualidad la universidad y la comunidad? ¿Observa mayor apertura que en los últimos años?
Estos últimos años se viene trabajando desde la fusión de Extensión Universitaria para vincularse desde sus funciones sustantivas con el territorio. Desde ese lugar, la universidad trabaja en todo el territorio con actividades que no son solo formativas de grado y pregrado, sino que tienen que ver con demandas de capacitación en diferentes municipios. La Universidad asume su responsabilidad social y expresa esto a partir de las diplomaturas que se dictan, los talleres de capacitación. Está inserta en el territorio y ocupa un lugar porque es demandada.
¿Cómo analiza la participación estudiantil y la recepción de los reclamos hacia adentro de la Universidad?
La Universidad es una universidad abierta, tiene un cogobierno, los estudiantes participan, tienen su lugar en los órganos directivos en cada una de las unidades académicas y del Consejo Superior. Estos dos últimos años la pandemia disminuyó las posibilidades de participación activa. Pero ahora sí tenemos la universidad postpandemia con controles menos rígidos y podemos, con las medidas sanitarias, seguir trabajando intensamente dentro de los espacios físicos de la universidad.
Se refirió también al desafío de contener a los sectores más vulnerables. En este sentido, ¿qué lugar ocupa en la gestión el fortalecimiento de los mecanismos que aseguren la permanencia de los estudiantes en la institución?
Es un desafío muy importante, tratar de trabajar para que realmente esta desigualdad económica y social que impacta fuertemente a los estudiantes no influya en la posibilidad de acceder y permanecer dentro del sistema, o de concluir sus estudios. En este tiempo de pandemia, la virtualidad fue una herramienta para que los estudiantes que están en otras ciudades o lejos de los centros urbanos tengan la posibilidad de dar sus exámenes y graduarse. En pandemia se graduó un número importante de profesionales de todas las carreras, pudimos al menos tratar de que concluyan sus estudios.
¿Qué otros desafíos presenta hoy la Universidad, en paralelo al contexto pandémico?
Fundamentalmente, necesitamos poder brindar el apoyo necesario para que los estudiantes tengan todas las herramientas necesarias para la vida universitaria; darles todos los elementos para sientan que tienen las condiciones de dar inicio a una carrera.
¿Cree que se está instalando un nuevo paradigma de Derechos Humanos y reconocimiento de las diversidades en la vida universitaria?
Sí, tenemos que seguir trabajando en eso. El respeto de los Derechos Humanos tiene que ser una política transversal en todos los momentos e instancias de la vida universitaria, porque no hay que olvidar que quienes transitan en la universidad son seres humanos afectados por distintas situaciones de vulneración, en distinta escala.
Por Lola Sánchez.
La Licenciada y Magister en Enfermería Lidia Blanco hizo historia esta última semana al resultar electa como la primera rectora de la Universidad Nacional de la Patagonia San Juan Bosco. Asumió junto a un equipo con gran presencia femenina y una mirada centrada en el diálogo y reemplazará al Dr. Carlos De Marziani, de opaca gestión. Blanco tiene una amplia trayectoria: en la década de 1980 fue parte del Servicio de Enfermería del Hospital Regional que atendió a los soldados heridos de Malvinas. Fue vicedecana y decana en dos períodos en la Facultad de Ciencias Naturales y Ciencias de la Salud. También fue vicerrectora cuando el Rectorado estaba encabezado por Alberto Ayape. En diálogo con El Extremo Sur, Blanco apuntó al fortalecimiento de una Universidad "inclusiva y accesible" en todas las dimensiones, poniendo especial énfasis en los estudiantes. Abogó por mecanismos que permitan hacer sentir a los jóvenes que son capaces de iniciar una carrera, así como trabajar para que continúen y culminen los estudios.
Puso en valor la agenda de género y el enfoque transversal de Derechos Humanos, en línea con su profesión y su deseo constante de ayudar al otro. Además, sostuvo que "va a ser una oportunidad para poner en valor la enfermería como profesión". Blanco reconoció a la UNPSJB como un actor social clave en la toma de posición respecto a problemáticas socioeconómicas sensibles para la provincia. Destacó las modalidades participativas de los órganos institucionales de las distintas facultades y ratificó su compromiso con un "rectorado abierto". "Cuando hablamos de una universidad inclusiva y accesible tiene que ver con esto también, hoy más que nunca y en el marco de la situación socioeconómica de los últimos años, necesitamos políticas de bienestar universitario que ayuden a los jóvenes a permanecer en el sistema universitario", sostuvo.
¿Cómo fue el proceso que la llevó a la postulación para el rectorado?
Pertenezco a un equipo de trabajo que viene gestionando la universidad desde hace muchos años, desde 2005 aproximadamente. Ocupé distintos cargos de gestión como vicedecana, decana y vicerrectora. Ahora se resolvió que yo fuera la candidata para esta nueva etapa, fue decisión del equipo de trabajo.
¿Cuáles serán los ejes centrales de trabajo? Al asumir mencionó la importancia de trabajar en pos del bienestar de las y los estudiantes.
Eso es muy importante por lo que nos pasó en estos tiempos de pandemia. La metodología utilizada fueron las TICS, herramientas esenciales para estar en contacto con los estudiantes. Ahora debemos afrontar la situación rápidamente y ponerlos al día, a estudiantes, docentes y no docentes. Pero desde el momento en que inició la pandemia no se paró de trabajar un solo día, tuvimos continuidad en cuestiones administrativas, académicas y también en el desarrollo de actividades de investigación, respetando las disposiciones sanitarias.
¿Cree que su designación ha derribado prejuicios sobre su profesión?
Creo que es una oportunidad para poner en valor la enfermería como profesión; la enfermería tiene diferentes niveles de formación y un nivel igual que otras profesiones, carreras de pregrado y grado. En nuestro país es desconocido pero los enfermeros en el mundo pueden tener niveles de posgraduación a la altura de un doctorado de enfermería. Tienen una formación integral, no se puede hacer por partes porque tratamos por seres humanos a quienes vemos como seres íntegros y, trabajando todas las dimensiones.
¿Hay intenciones de profundizar la agenda de género? Dado que su equipo está mayormente conformado por mujeres.
El tema de implementar y transversalizar las políticas de géneros es un objetivo que tenemos que cumplir, y creo que a mi me cabe doble responsabilidad por el hecho de ser mujer. Hay que trabajar fuertemente para que el techo de cristal en las universidades se note, trabajar en todos los niveles y en todas las sedes. Ahora toca trabajar con los estudiantes.
¿Cómo analiza el panorama actual de la UNPSJB en este período de postpandemia?
Hay una cuestión muy importante que tiene que tiene que ver con las dificultades que han tenido nuestros jóvenes en la provincia del Chubut por todos los problemas que tuvo el sector educativo, desde ese lugar tenemos que acompañar a través de seminarios y capacitaciones para acercar a los jóvenes a la universidad y hacerles perder el miedo, ese miedo que quizás hace que ellos no terminen inscribiéndose a una carrera. Algunos tienen dificultades con la cuestión administrativa de sus títulos, otros consideran que no han trabajado todos los contenidos necesarios para llegar a la universidad con un nivel de formación esperado. Desde ese lugar, corresponde trabajar con espacios de seminarios, tutorías para nivelar y darles las herramientas básicas para que el ingreso a la universidad no sea tan impactante y evitar que terminen volviéndose a sus casas por pensar que la universidad no es para ellos.
¿De qué manera está inserta la situación de la UNPSJB en la crisis que atraviesa Chubut?
Cuando hablamos de una universidad inclusiva y accesible, hoy más que nunca y en el marco de la situación socioeconómica de los últimos años necesitamos políticas de bienestar universitario que ayuden a los jóvenes a permanecer en el sistema universitario. Tiene que ver con la oferta de comedores, becas, alojamiento, para que los estudiantes o los interesados conozcan los beneficios de nuestra universidad y puedan permanecer en los lugares donde se dictan las carreras.
¿Cómo ve a la universidad en tanto actor social? Especialmente estos días, en los que expresó un posicionamiento claro respecto al proyecto de zonificación minera.
Nuestra universidad es así, está muy comprometida con la sociedad, tiene un fuerte trabajo territorial y también resuelve orgánicamente sus posiciones ante temáticas tan importantes y tan sensibles como la que hoy estamos viviendo.
¿Qué relación tiene en la actualidad la universidad y la comunidad? ¿Observa mayor apertura que en los últimos años?
Estos últimos años se viene trabajando desde la fusión de Extensión Universitaria para vincularse desde sus funciones sustantivas con el territorio. Desde ese lugar, la universidad trabaja en todo el territorio con actividades que no son solo formativas de grado y pregrado, sino que tienen que ver con demandas de capacitación en diferentes municipios. La Universidad asume su responsabilidad social y expresa esto a partir de las diplomaturas que se dictan, los talleres de capacitación. Está inserta en el territorio y ocupa un lugar porque es demandada.
¿Cómo analiza la participación estudiantil y la recepción de los reclamos hacia adentro de la Universidad?
La Universidad es una universidad abierta, tiene un cogobierno, los estudiantes participan, tienen su lugar en los órganos directivos en cada una de las unidades académicas y del Consejo Superior. Estos dos últimos años la pandemia disminuyó las posibilidades de participación activa. Pero ahora sí tenemos la universidad postpandemia con controles menos rígidos y podemos, con las medidas sanitarias, seguir trabajando intensamente dentro de los espacios físicos de la universidad.
Se refirió también al desafío de contener a los sectores más vulnerables. En este sentido, ¿qué lugar ocupa en la gestión el fortalecimiento de los mecanismos que aseguren la permanencia de los estudiantes en la institución?
Es un desafío muy importante, tratar de trabajar para que realmente esta desigualdad económica y social que impacta fuertemente a los estudiantes no influya en la posibilidad de acceder y permanecer dentro del sistema, o de concluir sus estudios. En este tiempo de pandemia, la virtualidad fue una herramienta para que los estudiantes que están en otras ciudades o lejos de los centros urbanos tengan la posibilidad de dar sus exámenes y graduarse. En pandemia se graduó un número importante de profesionales de todas las carreras, pudimos al menos tratar de que concluyan sus estudios.
¿Qué otros desafíos presenta hoy la Universidad, en paralelo al contexto pandémico?
Fundamentalmente, necesitamos poder brindar el apoyo necesario para que los estudiantes tengan todas las herramientas necesarias para la vida universitaria; darles todos los elementos para sientan que tienen las condiciones de dar inicio a una carrera.
¿Cree que se está instalando un nuevo paradigma de Derechos Humanos y reconocimiento de las diversidades en la vida universitaria?
Sí, tenemos que seguir trabajando en eso. El respeto de los Derechos Humanos tiene que ser una política transversal en todos los momentos e instancias de la vida universitaria, porque no hay que olvidar que quienes transitan en la universidad son seres humanos afectados por distintas situaciones de vulneración, en distinta escala.