El mundo

El apartheid de las vacunas: El COVID-19 desnudó la discriminación racista en todo el mundo

Mientras avanzan las variantes del COVID-19 que complican la situación sanitaria mundial, organizaciones de Derechos Humanos denuncian la distribución desigual de las vacunas y tratamientos contra al virus. Abogan por la liberación de las patentes, acción que continúa siendo negada por las grandes corporaciones farmacéuticas que cosechan ganancias millonarias. La situación de África -con apenas el 15% de su población vacunada- fue caracterizada como "una vergüenza" y un "escándalo".

Mientras otros países gozan de la mayoría de su población inoculada, África tiene apenas el 15% de su población con al menos una dosis, y sólo el 9,7% con el esquema completo. El surgimiento reciente de la variante Ómicron, precisamente en este continente, pone de manifiesto la distribución desigual de las vacunas.

El "Apartheid de vacunas" es mucho más visible ahora que las distintas variantes -en parte, consecuencia de los bajos índices de población vacunada en ciertas regiones- se expandieron mundialmente. Se calcula que el 73% de las dosis contra el Covid-19 en el mundo se reparten en solo 10 países. Es por eso que en noviembre el CELS, junto a diferentes organizaciones internacionales, iniciaron acciones legales contra Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Noruega y Suiza por violar los convenios a los que suscriben, al permitir "una distribución desigual y racista de la vacuna".

En la Organización Mundial de Comercio (OMC), India y Sudáfrica encabezan un pedido desde el 2020 para que se liberen las patentes de las vacunas, pero las potencias -sobre todo Reino Unido, Suiza y la Unión Europea- y los grandes laboratorios lo rechazan. "Es difícil de entender cómo es posible que, un año después de que las primeras vacunas contra la covid-19 se desarrollaran, tres de cada cuatro trabajadores sanitarios en África estén todavía sin vacunar", denunció a fines de diciembre Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.

En su informe "Dosis doble de desigualdad", Amnistía Internacional revela que solo las tres grandes farmacéuticas Pfizer, BioNTech y Moderna tuvieron ingresos estimados en 130 mil millones de dólares entre 2021 y 2022. No obstante, las patentes siguen sin liberarse.

La OMS apuntó que el 70% de la población mundial debería estar inmunizada como medida central para continuar combatiendo la pandemia. Pero sólo la mitad de los países del mundo tiene más del 40% de su gente vacunada. Al mismo tiempo, países como Canadá o Estados Unidos cuentan con siete veces más vacunas que la cantidad de personas disponibles para inocular. Incluso, con tanto stock, Canadá tiene menos porcentaje de vacunados que Argentina: 84% frente al 85% de nuestro país. Y los Estados Unidos aún peor: 74%.

El director de la OMS en África, Matshidiso Moeti, condenó el "acaparamiento de las vacunas" que sólo prolonga y retrasa la recuperación del continente: "Es profundamente injusto que los africanos en situación de mayor vulnerabilidad se vean obligados a esperar las vacunas mientras los grupos de menor riesgo de los países ricos se ponen a salvo".

La OMS también advirtió que cuanto más tiempo se tarde en acotar la propagación del COVID-19, mayor es el riesgo de que surjan nuevas y más resistentes variantes; predicción que se materializó con la aparición de la Delta y la Ómicron.

"Hay condiciones desiguales para quienes acceden. Sudáfrica estaba pagando el doble que la Unión Europea (UE) por la misma vacuna y el argumento era que la UE había invertido en investigación. Lo que no se decía es que Sudáfrica había puesto el cuerpo para los ensayos", remarcaron tiempo atrás a este diario las investigadoras del Conicet Belén Herrero (Área de Relaciones Institucionales, FLACSO Argentina) y Marcela Belardo (del Instituto de Estudios Sociales en Contextos de Desigualdades de la Universidad de José C. Paz, UNPAZ).

"Estamos ante una crisis sanitaria sin precedentes, y las vacunas hoy son una de las principales herramientas para el control de la enfermedad. Sin embargo, y a pesar de contar con vacunas seguras y eficaces hace ya más de 12 meses, la producción y distribución de las dosis, lejos de responder a la lógica de equidad y acceso universal, continúan regidas por las leyes de la oferta y demanda -enfatizó Herrero-. El resultado es la escasez y el acceso desigual a las vacunas. Y por supuesto, la aparición de nuevas variantes, que preocupa, pero que no debe sorprendernos. Es esperable que eso suceda ante la capacidad de mutar del virus. El problema es que cuanto más se prolongue la pandemia, más chances damos a la aparición de nuevas variantes que puedan poner en riesgo la efectividad de las vacunas. La inequitativa e injusta distribución global de las vacunas no solo prolonga la pandemia, sino que se traduce en más y más muertes".

Belardo añadió: "Lo que sucede en África no solo es una vergüenza para la humanidad, sino que nos pone a todos en peligro. El mapa actual de distribución y aplicación de vacunas es un escándalo. Exceptuando Marruecos y Túnez, el resto de los países del continente africano casi no ha aplicado vacunas o lo hizo en un porcentaje bajísimo. África es el continente con la cifra más baja de vacunados del mundo debido al acaparamiento de las vacunas por parte de los países centrales. La cifra de vacunados es del 7%, aunque hay países donde prácticamente nadie vio una jeringa como en Burundi, República Democrática del Congo y Chad".

Vacunación y el racismo estructural

Una coalición internacional de organismos de derechos humanos, expertos en salud pública y organizaciones de la sociedad civil iniciaron en noviembre acciones legales contra Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Noruega y Suiza. Expresaron que estos países "violan los convenios internacionales a los que suscriben, al permitir una distribución desigual y racista de la vacuna y de las otras tecnologías relativas al COVID-19".

De esta manera, realizaron un llamamiento al Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial (CERD, por sus siglas en inglés) de la ONU. "Alegamos que al no levantar las barreras de propiedad intelectual en todas las tecnologías médicas relativas al COVID-19 ni implementar de manera efectiva mecanismos de transferencia tecnológica, estos cinco países están violando la Convención Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial, una convención de derechos humanos ratificada por casi todos los países del mundo", informó el CELS el pasado noviembre.

"Los países ricos que actualmente fabrican y acumulan vacunas son en su mayoría países de población blanca, mientras que los países que fueron colonias y hoy padecen la retención de vacunas son en su mayoría de población negra, indígena y racializada. La distribución desigual de las vacunas es un ejemplo de lo que es la discriminación racial estructural", señalaron.

En este sentido, solicitaron al CERD que obligue a los Estados Unidos, el Reino Unido, Alemania, Noruega y Suiza a "respetar, proteger y cumplir sus obligaciones en materia de derechos humanos", así como a tomar varias acciones inmediatas, que incluyen la exención temporal de barreras de propiedad intelectual sobre vacunas y tratamientos para el COVID-19 y el aumento de la producción de tecnologías médicas destinadas a salvar vidas,

La petición está acompañada por un escrito legal separado firmado por juristas de todo el mundo que concluye que estos Estados "bloqueadores" también están, con sus acciones, violando una serie de obligaciones de pactos y tratados de conformidad con el derecho internacional en materia de derechos humanos.

Denuncia completa: https://drive.google.com/file/d/15rRpuDn64EMPAU-FDAFwSZ8XQEawbsRe/view