El mundo

La extrema derecha europea gana territorio en el ecosistema digital

La Fundación Rosa Luxemburg lanza la web Antifascist Europe, dedicada a monitorear las actividades e interrelaciones entre grupos neonazis en Europa. Buscan investigar de qué manera se relacionan estos grupos en la esfera digital. Suman más de 400 grupos en todo el continente.

En el Estado Español hay 32. Al otro lado de los Pirineos, 105. En Reino Unido, 120. Y en toda Europa suman 410. Son entidades neonazis, ya sean en forma de partido político, organizaciones sociales o personas concretas, y desde esta semana están siendo monitorizadas por Antifascist Europe (https://antifascist-europe.org/)

Antifascist Europe es un proyecto de investigación que analiza las redes internacionales de grupos neonazis. En su web, presentada el pasado 19 de enero, publican información sobre cada uno de los grupos que hay en los distintos países europeos y cómo interaccionan entre ellos.

"Veíamos que faltaba una sistematización de un trabajo que ya se venía haciendo", explica a El Salto Amelia Martínez-Lobo, de la Fundación Rosa Luxemburg, entidad que ha impulsado el proyecto Antifascist Europe, que resalta que otros de los objetivos del proyecto es crear una red antifascista a nivel europeo. Aunque son varios los investigadores, periodistas y activistas que llevan años analizando el funcionamiento de los grupos neonazis, desde la fundación se han decidido a aportar un enfoque más, el de las conexiones internacionales entre estos grupos. "Es lo que llamamos la ‘internacional reaccionaria'", señala Martínez-Lobo. "Se van a Ucrania a entrenarse o incluso a pelear, comparten financiadores u organizan conciertos, esas son las conexiones internacionales que queremos monitorizar", añade.

El pasado 1 de noviembre, miembros del partido alemán de extrema derecha Alternativa para Alemania (AfD) viajaron a Ucrania a reunirse con Victor Medvedchuk, líder del partido antirruso Oposición Plataforma por la Vida (OPFL). Ese mismo mes, la Guardia Nacional ucraniana, dependiente del Ministerio de Interior de este país y que durante años tuvo bajo su mando al Batallón Azov -grupo paramilitar de extrema derecha que ha protagonizado varios ataques terroristas contra la población prorrusa-, le comunicó a ministro de Exteriores polaco su voluntad de visitar su país para ayudarles en la lucha contra los refugiados. Mientras, varios neofascistas italianos de Forza Nuova viajaron el 12 de noviembre a Varsovia para participar en la marcha anual del Día de la Independencia, una cita tintada de ideología nazi en la que se coreaban lemas como "disparad, disparad, guardias fronterizos", en referencia a los refugiados bloqueados en la frontera con Bielorrusia.

Son muestras de cómo se organizan entre ellos a nivel internacional y del tipo de información sobre la que ponen el foco desde Antifascist Europe. La conclusión: "Están muy bien conectados", afirma Martínez-Lobo.

Para poner en marcha el proyecto, la Fundación Rosa Luxemburgo y la gente que participa llevan un año. "En la fundación hay un departamento con sede en Berlín que estudia específicamente el nazismo y la extrema derecha, a través de este departamento, de manera coordinada con todas las oficinas que tenemos en Europa, se formó un grupo de trabajo interno desde el que se comenzó a dar vueltas al proyecto", explican desde la fundación, que detalla que, en España, los coordinadores del proyecto son el colaborador de El Salto Miquel Ramos y Nora Rodríguez, que fueron los coordinadores del informe De los neocón a los neonazis.

Otras de las personas detrás del proyecto son Bjørn Magnus Ihler, experto en terrorismo de extrema derecha y superviviente de la matanza de Utoya, donde 77 personas murieron por los disparos del fundamentalista cristiano Anders Behring Breivik: la periodista franco-alemana Beate Klarsfeld,especializada en crímenes del nazismo y en descubrir el paradero de nazis como Klaus Barbie; o la diputada de Die Linke Martina Renner. En otros países, sobre todo en Europa del Este, los coordinadores del proyecto trabajan desde el anonimato por cuestiones de seguridad.

Los expertos temen que las herramientas digitales profundicen y expandan el campo de acción de la derecha en Europa.

"Facebook no es la única plataforma que ha sido lenta en tomar responsabilidad por la forma en que permitieron que los activistas de derecha usaran sus herramientas", escribe el periodista James Poulter en uno de los artículos del sitio web. "Youtube transmitió tantos contenidos Nazis que incluso superan lo que podría haber llegado a publicar el Tercer Reich". Poulter indica que los simpatizantes de derecha que finalmente son reportados en las redes tradicionales, migran a otras como Telegram, donde arman canales que llegan a los 150 mil seguidores. "El crecimiento de aplicaciones de mensajería alternativas como Telegram significa que los activistas de derecha son capaces de organizarse en espacios que son mucho más difíciles de monitorear, pero que también restringen sus audiencias y hace que sea más difícil que se nucleen en sociedades más grandes".