El país

El Cerro de la Caballada

Por Carlos Espinosa

Este 7 de Marzo de 2022 no habrá acto recordativo en el Cerro de la Caballada, aquí en Carmen de Patagones. La tradicional celebración de un aniversario más del combate victorioso contra fuerzas invasoras brasileñas no podrá desarrollarse allí, porque el sitio permanece vallado, sin acceso público. La acertada medida fue dispuesta por autoridades municipales, tras haberse descubierto -en los últimos días de enero- una cantidad importante de restos óseos humanos, que permanecían enterrados en un sector cercano al monolito conmemorativo del hecho histórico, tal como se observa en la foto.

La justicia, que tomó intervención después del hallazgo por parte de una cuadrilla que estaba cavando una zanja para un cableado eléctrico, resolvió que tomen cartas en el asunto las áreas específicas del gobierno bonaerense. Este cronista entiende que la competencia le corresponde al Centro de Registro del Patrimonio Arqueológico y Paleontológico (CRePAP) que pertenece a la Dirección Provincial de Patrimonio Cultural del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires. Se espera dentro de los próximos días el arribo de los especialistas, quienes tendrían un plazo perentorio para completar la tarea.

Mientras no se efectúen los estudios científicos pertinentes todo se mantiene en el terreno de las suposiciones, acerca de la antigüedad del enterratorio funerario, si la causa de muerte de las personas allí sepultadas fue por enfermedad o por hechos de violencia, la determinación de edades y sexo, y otra cantidad de datos.

La comunidad tehuelche-mapuche de la comarca de Patagones y Viedma se mantiene expectante. No habría registros de tradición oral acerca de la existencia de un cementerio indígena de ese tipo en nuestra zona.

Otra posibilidad es que se trate de los cuerpos de combatientes de marzo de 1827, tanto del bando criollo como del brasileño.

De cualquier forma la existencia confirmada de restos humanos en el Cerro de la Caballada nos plantea una serie de interrogantes, que deben ser resueltos con el veredicto científico; y también nos impone socialmente la adopción de medidas adecuadas de preservación y respeto. De ahora en más ese lugar tan conocido de nuestro espacio territorial adquirirá mayor valor testimonial e histórico, con una significación distinta a la actual.

¡Tantas veces estuvimos sobre el cerro, participando en los actos de cada 7 de marzo, admirando el paisaje del valle bajo y los meandros del río, contemplando infinitos atardeceres con el relieve de las torres de la iglesia proyectado en el horizonte! ¡Cuántas parejas de enamorados han encontrado allí el refugio discreto para su intimidad! ¿Estas conductas pueden haber sido ofensivas hacia la memoria de los seres humanos cuyos despojos descansan en ese lugar desde tiempos pretéritos? No, de ninguna manera. El discurrir de la vida nunca hiere, no puede lastimar jamás, salvo que se actúe con maldad.

Hemos transitado por arriba de esas antiguas tumbas olvidadas, sin saber que allí estaban. La historia nos depara sorpresas, permanentemente. Este 7 de marzo es diferente, estamos expectantes. (APP)