Pueblos originarios

8M en clave mapuche: "Las mujeres de mi pueblo, un abrazo que teje" contra el patriarcado y el racismo

Por Lola Sánchez.

Mujeres de todas las clases sociales, colores partidarios, identidades y regiones se preparan para manifestar deseos y reclamos este nuevo 8M, que desde hace años multiplica sus dimensiones para incorporar visiones que habían sido invisibilizadas por las herramientas de un patriarcado capitalista cargado de racismo. Para las mujeres indígenas, el 8M adquiere otro significado, ya que están doblemente invisibilizadas; por la visión eurocentrista y por un feminismo que todavía necesita descolonizarse. El Extremo Sur recuperó diálogos con referentes mapuches de la región para profundizar en un debate imprescindible y plasmar en las narrativas feministas el aporte de las luchadoras originarias.

Las demandas de género se unen a las demandas territoriales, ambientales y culturales que las mujeres indígenas defienden junto a sus compañeros.

En el marco de los debates en torno al 8M, que lo cargan de nuevos contextos y debates posibles, las mujeres indígenas hacen un aporte fundamental a la praxis interseccional de los feminismos. Se trata de una cosmovisión que en Argentina -un país con 38 Pueblos Originarios preexistentes- apenas están incorporando.

Frente a este escenario, ellas crean sus espacios y se encuentran. Recuerdan su historia en el Día de la Mujer Indígena (5 de septiembre), y debaten las problemáticas que las afectan en el Parlamento Plurinacional de Mujeres y Diversidades Indígenas por el Buen Vivir.

Viven con profundo arraigo en la trama histórica que las sostiene, con un lugar vital para la memoria. En este sentido, la escritura poética juega un papel fundamental.

El pasado domingo, cuatro artistas mapuches de un "pueblo que cuida la vida" presentaron su obra en el Centro Cultural Kirchner, de cara al 8M. Viviana Ayilef, Liliana Ancalao, Vanesa Gallardo Llancaqueo y Anahí Rayen Mariluan leyeron poesía en conjunto, en una actividad signada por la memoria ancestral de las mujeres.

Ver: https://cck.gob.ar/cuatro-jornadas-para-reivindicar-los-derechos-de-las-mujeres-y-las-diversidades-en-el-centro-cultural-kirchner/19539/

Pese a los vicios del feminismo occidental y colonizado, siguen fortaleciendo sus espacios y recordando a sus antecesoras. En estos días, varios sucesos vuelven a hacer eco en América Latina: el feminicidio político de la defensora indígena Berta Cáceres, el trabajo político de la lideresa Elisa Loncon en la construcción de un nuevo Chile o la resistencia sin fronteras de Moira Millán, todos gestos de un movimiento, que lejos de ser nuevo, está recuperando su lugar tras años de invisibilización sistemática.

8M en clave mapuche

"Cada nuevo 8M nos encuentra con más fortaleza", celebra la poeta Viviana Ayilef. "Eso hace que cada 8M que llega signifique para mí una mayor densidad, histórica, política, y que por eso me brinde mayor alegría. Eso, en una perspectiva general y estratégica, en la que la mujer originaria se suma a las luchas y demandas colectivas. Ahí es donde una dice ‘la lucha es una sola'."

Ayilef confiesa que siente más propio el Día de la Mujer Originaria "probablemente porque lo siento distinto, porque antes o no se hablaba de ese día o no se nos hubiera ocurrido, a la generación que pertenezco, enorgullecernos de serlo". Destaca que la poesía se suma a todas las causas, "y seguramente gracias a la poesía he llegado a entender las urgencias del género. En ese sentido este 8M me encuentra con el orgullo de tener entre mis afectos a las enormes compañeras de la Colectiva de escritoras patagónicas que tanto han hecho al respecto y que tan bien merecen el premio que se les ha otorgado este año que pasó", agrega la autora de "Meulen", publicado por Espacio Hudson Ediciones (espaciohudson.com)

Ver: https://www.elextremosur.com/nota/32773-dia-de-las-mujeres-indigenas-guardianas-del-territorio-sembraron-terricidio-cosecharan-rebelion/

Para Rosa Pincol, referente mapuche de Comodoro Rivadavia, quien lleva más de dos décadas en la labor de recuperación de su cultura, el 8M está fuertemente ligado a la visibilización, "a poder hablar de los derechos que nos corresponden y nuestra cultura".

"Para mí surge la necesidad de abordar temas específicos y su importancia del protagonismo dentro del proceso social, visibilizar a las primeras mujeres que se animaron". Pincol recuerda y reivindica a sus antecesoras como enclave del trabajo que hoy realiza: "Acá en Comodoro tuvieron participación activa creando espacios para no olvidar nuestra cultura. Ignacia Quintulaf, Paula Catrilaf, Malta Melillan, Margarita Puelma y Carolina Deived Chaura. Ellas fueron las primeras mujeres Mapuche y Tehuelche que entregaron su sabiduría a las y los jóvenes para que no olviden los que somos".

A pesar de la memoria, muchas de las convocatorias de los feminismos latinoamericanos, y especialmente el feminismo argentino, no incorporan en su agenda los reclamos específicos de las compañeras indígenas. Ya en 2020 la weychafe Moira Millán expresaba a El Extremo Sur: "El movimiento feminista es indiferente a lo que pasa con los cuerpos-territorio de las mujeres indígenas".

Ver: https://www.elextremosur.com/nota/26191-moira-millan-el-movimiento-feminista-es-indiferente-a-lo-que-pasa-con-los-cuerpos-territorio-de-las-mujeres-indigenas/

El terricidio, el epistemicidio, el avance del lobby extractivista y la cultura occidental han generado un sinfín de problemáticas para las niñas, adolescentes y mujeres originarias: los femicidios indígenas, persecución de las lideresas ambientales, la práctica del chineo, obstáculos en el acceso a la Justicia y la Salud, el saqueo de sus territorios y la criminalización por parte de los organismos judiciales y mediáticos.

"Las mujeres originarias suelen ser problematizada por experiencias históricas que la diferencian de las mujeres blancas y mestiza", apunta Pincol. Remarca que existen algunas diferencias entre la teoría feminista "clásica" (que se ha establecido en nuestro país con una gran influencia del pensamiento europeo y anglosajón) y el feminismo que han construido las mujeres indígenas: "Para las originarias la construcción cultural de género es una teoría esencialista. Creemos que el camino para lograr una mayor igualdad debe construirse en compañía de los hombres y no de manera autónoma".

Para Ayilef, las poetas mapuches encontraron un lugar activo en el escenario cultural: "A la poesía mapuche y de mujeres mapuche se le da siempre el lugar que merece y sin que lo pidamos, sin que estemos ahí demandando un cupo. Eso, me parece, habla muy bien del camino hecho. No por mí, por supuesto, que en términos históricos para esto soy ‘joven', sino por las enormes mujeres que nos precedieron y de cuyas batallas hoy vemos frutos como estos. Respecto de si se han incorporado nuestros reclamos, ahí si, como mujeres originarias, seguramente aún falta, pero es como dice nuestro amigo Valko, es ‘lento, pero viene'", remarca la poeta.

Poetas que luchan contra el silenciamiento

La memoria ocupa un lugar central en el activismo de las mujeres originarias. Tienen siempre presentes a quienes las preceden, mujeres que, con sacrificios y luchas, allanaron el camino para las más jóvenes que hoy hablan desde un lugar más marcado en el plano social.

Jamás se miran a sí mismas individualmente; escriben y hablan desde el tejido social que las sostiene.

Liliana Ancalao retoma en su último libro "Rokiñ: provisiones para el viaje" -publicado por Espacio Hudson Ediciones (espaciohudson.com)- el ejercicio de la memoria, fuertemente ligado a la identidad como Derecho Humano.

"Existe todo un proceso de política cultural de silenciamiento, y también desde la historiografía, desde quienes escriben la historia oficial", relataba Ancalao a este medio. "Se impone un discurso que es el que se distribuye por las instituciones y es al que accedemos nosotros en las escuelas, en las distintas instituciones en que nos movemos. Por ejemplo, yo sabía que mis abuelos vivían en el campo, que mis padres habían venido del campo. Pero para mí ellos eran paisanos y recién cuando fui joven me di cuenta de que éramos mapuches. La palabra mapuche había sido censurada por la historiografía oficial, los mapuches no existíamos más. Desconocíamos nuestra identidad, el primer Derecho Humano que es el derecho a la identidad fue violado con respecto a los pueblos originarios, por lo menos los del sur".

Ver: https://www.elextremosur.com/nota/26091-liliana-ancalao-y-rokin-su-nueva-obra-el-pueblo-mapuche-sufre-una-politica-cultural-de-silenciamiento/

"La palabra siempre es valiosa, es como un documento. Lo que se decía se cumplía, cuando no había ni letra ni papel", recuerda Pincol, quien recientemente publicó su primer libro de poesía "Benicle: Ganso de agua" (Vela Al Viento Ediciones). "La palabra del poeta sella con sonidos de la vibración de la voz, en su contenido del escrito. En este proceso en la actualidad en que se vive no hay valor a la palabra", sostiene.

"Por mi parte creo en la impecabilidad de la palabra. Hay que ser impecable porque la palabra tiene una fuerza también, tiene como un newen para hablar desde un concepto mapuche que todos manejan hoy interculturalmente", indica Ayilef. "Entonces lo que uno dice, crea. Desde ahí yo siento una gran responsabilidad en relación con la poesía porque siempre lo digo: también es trabajo mapuche. Nosotros escuchamos siempre a nuestras autoridades, a los mayores, hablar bien, hablar con excelencia, con claridad, pero algo mayor: con verdad y con firmeza. Dígame si eso no es poderoso. La poesía aprende de todo eso".

Ver: https://www.elextremosur.com/nota/35135-viviana-ayilef-no-se-trata-solo-de-poesia-es-la-memoria-de-un-pueblo-que-se-expresa-con-la-palabra/

Ayilef reconoce también los alcances (a veces inesperados) de la poesía: "Soy responsable y sé que la poesía llega a una cantidad insospechada de gente. La gente está necesitada de poesía tanto como de otras pero no muchas cosas, porque la poesía es amor, y estamos en un presente muy hostil y extrañamente desafectado. La poesía acaricia pero también alecciona, y eso la gente está dispuesta a atenderlo y tomarlo. No tanto si viene de un discurso político partidario, si viene de un púlpito o de un altar de las religiones, y eso me parece que es porque la poesía no adoctrina, dice nomás. La toma el que está preparado y el que no, sigue su viaje".

"Los colonizadores trajeron las violencias"

La construcción del patriarcado va de la mano de una lógica capitalista y colonizadora, con males que llegaron "del otro lado del mar", como recuerda Millán. La lucha de las mujeres indígenas incluye reconocer y denunciar los gestos misóginos del discurso colonial.

"Este mundo enfermo tiene -además de enfermedades impensadas por los pueblos originarios de cualquier parte del mundo de antaño- problemas de todo tipo", dice Ayilef. "Y eso es un triunfo del capitalismo, pero no es una derrota. Y no lo es porque se siente, se viene, se está creando un tipo particular y urgente de conciencia que si no deriva en las modas típicas del capitalismo (que suele ser muy inteligente en crear formas aparentes de disenso pero que no le discuten el problema central que genera, que es económico) va a derivar en una lucha colectiva y social en la que quienes ya están convencidos de que las formas occidentales de pensar y actuar nos conducen a la derrota, activen".

Retoma la lucha ambiental de la provincia, un grito interseccional con banderas que también levantan Pincol, Millán y Ancalao. "Vivo en Chubut, un pueblo que activa y sale a la calle y da lucha y vive en resistencia por el ngen del río".

"Creo que esas violencias hacia las mujeres tienen que ver con esta impronta, pero eso no significa que el ‘hombre mapuche0, también sea un ejemplo total de ‘lo sano'", advierte. "Nos estamos todos recuperando de las formas coloniales de ser, y por ejemplo en nuestros wentru fue, es, y hasta que no nos recuperemos como pueblo seguirá siendo también un enorme problema el alcohol, pero eso no lo creó nuestro pueblo. Pongo eso como ejemplo para no proponernos como sujeto idílico y definitivo de un modo excelso de vida, sino como para decir que nuestra cosmovisión claro que puede aportar, en tanto y en cuando sea la que tiene nuestra gente".

La poeta esboza una posible respuesta de lo que la cosmovisión mapuche puede aportar a los feminismos y a los hombres y mujeres de nuestra sociedad: "Probablemente llegue un momento en el que en el plano social los debates puedan darse de par a par, sin que el otro sienta que uno tiene la razón por el solo hecho de pertenecer a un pueblo originario. Yo a veces no tengo razón, y puedo entenderlo luego de conversar bien atenta con la gente, pero eso es porque estoy awinkada y me falta, me falta mucho entendimiento".

"Yo creo que una podría aportar mucho desde una visión indígena si tiene resueltos sus asuntos espirituales", enfatiza, "si está verdaderamente convencida de que ser buena gente es el camino correcto y de que la rectitud y firmeza es un modo político de comportarse. Desde ahí, sí, una puede aportar el conocimiento que tenga desde su experiencia o lo oído, que también es experiencia. Pero si una no está bien y no vive como mapuche lo que dice como mapuche no se puede construir en nada, no desde un desequilibrio".

"Ahora, y para ser más concreta, ¿qué puede aportar la visión indígena al instante de peligro que estamos viviendo? La respuesta va en todo momento respecto del linde de la historia y su vínculo enfermo con la naturaleza, en la que estamos como personas incluidos. Así, no. Desde el modo indígena de comprender cómo se habita este mundo, siempre, todo, definitivamente", cierra.

Pincol recuerda la violencia extrema ejercida por los colonizadores: "Atrajeron las violencias, cortaron lenguas para que no sigamos hablando el idioma. Hubo violaciones, mutilaciones. Ellos no consideraban que éramos seres humanos; no los molestábamos, porque tierra había para todos. Los originarios no conocían esa maldad, a ellos los mataban por placer".

"En nuestra cosmovisión todos somos iguales. Nadie es mejor que el otro. La tierra es una dimensión o espacio que donde se convive con las plantas, animales y personas, poderes positivos y negativos", concluye Pincol.

El trabajo constante de las mujeres indígenas seguirá presente en las luchas colectivas, con el deseo intacto de que la Argentina se reconozca Plurinacional, que el feminismo se sepa también indígena y que "se mantenga el equilibrio de todos los seres que sustentan la tierra".

Reproducimos a continuación el poema inédito que se leyó a tres voces durante la jornada del domingo, en el evento "Mujeres memoria" del CCK:

Las mujeres de mi pueblo se saludan con dos besos y detienen el abrazo

lo sostienen por un largo rato

se sonríen

a veces lloran también de alegría luego de ese abrazo y vuelven a mirarse

lento

sonríen desde los ojos

y las ancestras también se sonríen

en ese momento danza la memoria

la sangre se mueve y un único útero trabaja de nuevo

un niño nace por acá

otro más allá

la alegría de un pueblo se mece en las aguas

los hijos son la memoria

el tiempo

mantiene

allí su equilibrio

no estamos aquí puestas solas

caminamos con los hombres

los ancianos

las ancianas

las piedras que dicen y el árbol

que acompaña desde arriba

idéntico corazón mueve el hilo de nuestros caminos

mar y río

agüita de la montaña que baja y da vida

menuco

trayenco

mari mari kushe

mari mari fucha

mari mari ullcha zomo

mari mari weche wentru

mari mari ngen co

mari mari pu ngen

kom

a veces en ese abrazo sacamos también nuestra pena

quedamos ahí suspendidas juntando los corazones

la pena de nuestro pueblo es muy vieja

pero es siempre nueva

muy larga para contarla

muy presente para no nombrarla

la pena de un genocidio

de una violencia racial que no cesa

en lo cotidiano

la pena de no poder estar

existiendo como pueblo

El abrazo junta todo

se pasa urgente la pena y la alegría se levanta.

Las mujeres de mi pueblo sacan fuerza del abrazo

útero su corazón

pensamiento su mirada.

Las mujeres de mi pueblo

ese abrazo

que teje.